Ya damos por finalizadas las visitas esenciales de Kyoto así que el día de hoy lo dedicamos a conocer los alrededores visitando Nara y Uji.
Como siempre, desayuno temprano y camino a la estación para coger el tren JR hasta Nara.
Desde Kyoto, Nara está muy cerca, accesible y es una excursión que se hace en una mañana (o un día dependiendo de lo que te entretengas con los ciervos jeje).
Desde la estación, se llega andando muy fácilmente al parque donde está todo lo interesante (los ciervos, jardines, templos...). Solo hay que seguir a la marea de gente que se dirige hacia allí.
De camino fuimos parando en alguna tienda a curiosear y a elegir sitio para comer después. La idea era estar toda la mañana por el parque, luego comer y salir para Uji.
Llegamos al Parque por la zona del Templo Kofuku-ji y comenzamos a recorrerlo, sin prisa pero en dirección a la zona del Templo Todai-ji. Por el camino fuimos parando para interactuar con las grandes estrellas del parque: sus ciervos. Están por todas partes y son muy dóciles, bueno, son un poco pesados porque están continuamente pidiendo comida. Compramos un par de paquetes de galletas (200YEN, y la recaudación va para el cuidado de ellos) y les dimos de comer a algunos. Es importante darles de comer solo este tipo de comida y no darle dulces ni nada que llevemos nosotros; e igual de importante es llevar la mochila cerrada y sujeta, que se la llevan jajaja.
![Día 11: Kyoto. Nara - Uji - Disfrutando Japón (1)](/foto/user/258179/_mg_8952_cr2.jpg)
Algunos incluso te hacen el típico saludo japonés de agradecimiento cuando reciben su galleta jaja.
Al poco llegamos a la Pagoda del Kofuku-ji, de 5 plantas. No es tan espectacular como la de To-Ji o la de Asakusa por ejemplo, pero luce muy bien en el parque.
De ahí seguimos caminando hasta la puerta del Templo Todai-ji, la Todai-ji Namdaimon (le hace falta una restauración, pero impresiona) y su jardín con lago: muy bonito, con sus omnipresentes ciervos. A destar también la pagoda dorada que hay junto al templo, muy curiosa.
Tras disfrutarlos, seguimos paseando por el parque, pasando por una zona con varias tiendas de souvenirs dónde compramos algunos detalles y ya enfilamos de nuevo la avenida buscando el lugar dónde decidimos comer.
Esta vez pedimos unos fideos soba y un okonomiyaki en el Kameya, que nos trajeron para que los termináramos de preparar en la mesa-plancha. Muy buenos los dos platos, y contundentes (y sin picante
![Riendo Riendo](/images/smiles/icon_lol.gif)
![Día 11: Kyoto. Nara - Uji - Disfrutando Japón (2)](/foto/user/258179/20191123_051547.jpg)
Y llenos volvimos a la estación para llegar a nuestra siguiente parada: Uji.
Uji es una ciudad pequeña que destaca sobre todo, y por eso creo que es una visita muy interesante, por su templo y por su té. Además, cae de camino desde Nara a Kyoto, por lo que es cómoda su visita.
Desde la estación, el camino hasta el templo es a pie y en pocos minutos ya estamos en la calle principal. No es un camino bonito, pero bueno, hay que hacerlo jeje.
La calle principal está repleta de tiendas de alimentación, restaurantes, souvenirs… y todas (o casi todas) relacionadas con el té: teteras, te, helados, golosinas, galletas…, todo en Uji es té y huele a té.
No quisimos pararnos mucho ya que la tarde iba avanzando y queríamos llegar al Templo Byodo-In antes del anochecer.
Tuvimos que hacer algo de cola, no mucha. Ya una vez pasado los jardines llegamos a la pequeña laguna junto al templo.
Decir que si la laguna en sí no tiene mucho, el conjunto con el templo es impresionante. El templo es distinto al resto que hayamos visto antes, más “estilo chino”. Tuvimos suerte sobre todo con la hora, la tarde caía, y los colores y reflejos destacaban en el entorno. Nos recreamos en sus alrededores, lo recorrimos para verlo desde varios puntos y salimos del recinto con la sensación de que la excursión había merecido la pena.
![Día 11: Kyoto. Nara - Uji - Disfrutando Japón (3)](/foto/user/258179/_mg_8967_cr2.jpg)
Salimos, y ya si que nos detuvimos a revisar las tiendas. Había tés de todos los precios imaginables, desde pocos cientos de yenes a miles, igual que los conjuntos para prepararlo. Probamos algunos, y galletas, y dulces, y helados de té, y compramos algunos paquetes de precio medio y recomendados por el vendedor.
Con el objetivo cumplido caminamos de nuevo a la estación y volver a Kyoto, donde habíamos quedado con la pareja que habíamos conocido en Tokyo.
Fuimos a nuestro “Happy hour” a tomar una cerveza, y de allí a probar unas gyozas en Gyoza Chao-Chao. Había una oferta de 10 gyozas a muy buen precio, pero no sabíamos que eran todas iguales y pedimos 2 ofertas pero les pedimos que nos cambiaran los sabores. El caso es que tras mucho insistir pensamos que la camarera nos había entendido, pero apareció con 2 ofertas, más 2 raciones más con los sabores que habíamos pedido jajajaj. Total, que salimos de allí rodando de comer gyozas. Muy buenas por cierto. La razón de que la oferta era solo de ese sabor, es que eran más pequeñas que las de raciones de otros sabores.
Y de allí y tras charlar un rato, al hotel, que al día siguiente nos marchábamos a Osaka.
En el Hotel hicimos lo mismo que en la partida de Tokyo. Fuimos a recepción y mandamos las maletas al hotel al que iríamos 3 días después en Tokyo, por lo que fuimos a Osaka solo con mochilas. El tema es que en este hotel de Kyoto no hablaban en inglés; tan solo una persona que estaría al día siguiente por la mañana, por lo que tuvimos que dejar la gestión para el día siguiente.