Habíamos ya visto todo lo que nos interesaba de Jodhpur, así que pagamos la habitación (la mejor y más bonita de las que habíamos tenido hasta ahora en el viaje) y continuamos el camino hacia Pushkar.
El día anterior nos habíamos acercado andando a la estación de autobuses (si vais cargados, mejor en ricksaw porque está un poco lejos) y habíamos comprado los billetes para Ajmer (Rs 245).

Esa mañana sí que pagamos para que nos llevaran hasta la estación (Rs 50). El bus tenía asientos y encima cama. Era un deluxe con el aire acondicionado a toda pastilla y mi ventanilla que no cerraba bien, así que una cosa compensaba la otra. La gracia vino cuando llegó la tormenta y el agua entraba a chorros por el hueco. Acabé el viaje con el chubasquero puesto en mi asiento.


No recuerdo bien si el viaje duró 4 o 5 horas. Llegamos a la estación de Ajmer y enlazamos con otro bus hacia Pushkar. Este trayecto, de pie y como piojos en costura, duraba 30 minutos por una carretera de curvas. El precio del billete Rs 8, claro que depende del cambio que en ese momento tenga el revisor.

Habíamos reservado por mail una habitación en el hotel In Seventh Heaven por Rs 1700. Les habíamos avisado de que llegaríamos sobre las 17h, porque íbamos en bus y dependía del tráfico de la carretera. Nos aseguraron que nos guardarían la habitación y cuando llegamos, sobre las 17,30h ya se la habían adjudicado a otra pareja. Cansados y sin alojamiento. Dimos unas vueltas por los alrededores y vimos varios “hoteles” que no nos gustaron nada. Ya desesperados, el chico de recepción del Inn Seventh nos dijo que el propietario tenía otro alojamiento a las afueras del pueblo, que era algo más caro pero que si nos interesaba podían venir a buscarnos sin compromisos. Menudo!! Podía haber estado más despierto y habernos avisado desde el principio. En fin…
Cogimos las mochilas y llegamos a una casita blanca con jardín preciosa. Era el domicilio del dueño del In Seventh Heaven, pero había habilitado las plantas superiores del edificio como hotel (hotel DÍA) . Vimos la habitación y a pesar de las Rs 2600 por noche, nos quedamos encantados porque era grande, estaba muy limpio, en una zona supertranquila y teníamos servicio gratuito de taxi/moto hasta el centro (5 minutos). El desayuno, que estaba incluido era una maravilla: cereales, yogur, café, tortitas y mucha fruta!!!





Estuvimos charlando con el dueño. Había estudiado en Londres, se casó con una francesa y ahora tienen dos peques a las que pueden hablar indistintamente en inglés, hindi y francés. Le dijimos que iríamos al pueblo a cenar, él se encargó de avisar al taxi y nos hizo la comanda en el Sixth Sense, el restaurante que hay en la terraza del In Seventh Heaven. Es un sitio chulísimo, había un camarero de lo más moderno y simpático y la música y la comida eran una maravilla, a pesar de que Pushkar es 100% vegetariano y 0,0 % alcohol. No es barato, pero si viajáis como nosotros con un presupuesto medio, este es sitio ideal (Rs 900 con propina por varios platos, bebidas, te y dos postres)



Al acabar paseamos un momento por la ciudad, pero al ser de noche y un poco tarde todo estaba vacío y en silencio.
El camarero del restaurante se ocupó de avisar a nuestro taxista y fuimos al hotel a dormir.
El día siguiente lo dedicamos entero a pasear. Pushkar es un pueblo pequeño, manejable y muy tranquilo.

Había turistas, pero no estaba desbordado. La zona de los Ghats es muy bonita y por primera vez en la India se respiraba algo de paz y espiritualidad. Dimos la vuelta completa al lago, visitamos el templo de Brahma que estaba hasta los topes de indios Hay que descalzarse totalmente (nada de calcetines ni patucos de hospital). Que nos os vean quitaros los zapatos, porque os obligarán a dejarlos en la entrada supervisados por vigilantes que os pedirán dinero a la entrada o a la salida. Creo que tampoco permitían entrar con mochilas ni cámaras, así que entramos por turnos.



Las calles que rodean el lago están llenas de tiendecitas de recuerdos y muchísima ropa. El paraíso de las compras para quien le guste el tipo de ropa hippie.
El merecido descanso en el Sunset terrace a media tarde (Rs 70 por 2 coca-colas y un agua).
Decidimos no subir al templo Savitri, en lo alto del monte, porque este fue el primer día de sol y verdadero calor del viaje. Para los valientes, comentar que seguro que las vistas desde allá arriba son espectaculares.





Para la cena, repetimos restaurante. Fuimos al Sixth Sense (Rs 885 con propina) y regreso a nuestro hotel esta vez en moto porque la mayoría de gente estaba de celebración. Se había juntado la resaca del Raksha Bandhan o celebración de los lazos (día de los hermanos y hermanas del 13 de agosto) con la víspera del día de la Independencia (15 de agosto)

