Después de desayunar lo primero que hicimos fue ir a un mercadillo en el que habíamos estado la mañana antes para comprar algunos recuerdos. Se regatea todo lo que se pueda, y aún así a veces te sorprendes de lo fácil que acceden en algunos tratos, por lo que aunque a ti te parece que el precio que estás pagando por "artesanía" es bajo, el coste para ellos debe ser más que ridículo.
Cogimos dirección Tope de Collantes, desandando parte del camino de llegada a Trinidad. Paramos en un mirador desde el que se divisa casi todo el valle de Trinidad

La carretera empezaba a complicarse, con algunas curvas cerradísimas y mucha pendiente

Siguiendo un mapa de una guía de viajes (Lonely Planet, creo) llegamos hasta el punto de partida de una ruta de senderismo que lleva a una cueva, y siguiendo indicaciones de un hombre que estaba allí, hasta el museo del café, atravesando una zona de bosque muy pequeñito, y con una cafetería donde te ponen muchas variedades y cafés algo más elaborados. Al lado está un jardín con varias especies de café, aunque es muy pequeño y sólo lleva 10 minutos recorrerlo.

Nuestra intención era ir hasta el salto del Caburní, haciendo una ruta de senderismo, pero preguntamos y nos dijeron que la carretera a Santa Clara estaba cortada y que no se podía llegar por allí, así que al final dimos unas vueltas con el coche por el Kurhotel, el centro de visitantes,... y vuelta a Trinidad para coger la carretera hacia Sancti Spiritus.
Cuando llegamos a Sancti Spiritus, lo primero que hicimos fue ir a comer, y como era tarde entramos en un sitio de comida rápida, llamado El Rapidito, al que ya habíamos entrado y salido en Trinidad, porque de toda la carta nos dijeron que sólo tenían sandwich de jamón y queso. Aquí paso algo parecido, pero también tenían pizza, así que pedimos un par de sandwichs y 2 pizzas, que resultaron ser dos masas de pan mal cocido con un queso muy malo y un poco de jamón y atún desperdigado por encima. Cualquier pizza congelada está mucho mejor. Pagamos 9 CUCs
Seguimos paseando por la ciudad, que está bastante bien, grande y muy animada, con mucho comercio. Aquí una fábrica de tabaco, en una foto tirada desde la ventana:

Compramos un helado callejero de coco por 10 pesos nacionales que estaba muy bueno, aunque a la larga sufrimos las consecuencias, y un bizcocho en una panadería que tenía mucha afluencia, pero que al final ni probamos.
Allí también fuimos al museo romántico, que según una guía tenía mucha fama. No está mal, sin más. Nos costó 2 CUCs por persona y otro que le dimos de propina a la guía.

Cogimos el coche y camino a la autopista, con la sorpresa que, de repente, el sentido hacia la Habana se cierra, con la carretera que ha sido abandonada y se cubre de hierba, pasando a conducir por el otro sentido, y una sensación de inseguridad al principio bastante fuerte, pues como os decía existe la costumbre de conducir por el carril de la izquierda.
Llegamos finalmente a Santa Clara, entrando por la zona donde está el mausoleo del Ché, al que volveríamos al día siguiente

Llegamos al centro, guiándonos por el parque Leoncio Vidal, ya que nuestra casa estaba cerca, pero como hay calles cortadas, al final un chico en bicicleta nos fue haciendo de guía hasta llegar a la misma puerta (éste sí se lo curró). La Auténtica Pérgola está llevado, como la casa de Cienfuegos, de una forma muy profesional. Tiene un patio ajardinado en torno al que están dispuestas las habitaciones, muy agradable para sentarse a desayunar, preparar las visitas a hacer,... Estaba remodelando la casa para construir en la azotea un bar-terraza con muy buena pinta.

Mención especial merece el sitio que te recomiendan dejar el coche. Aparcado en la calle, a unos 100 metros de la casa, pero delante de la casa de una familia que te dice el sitio exacto donde tienes que dejarlo porque se supone que ellos te lo vigilan desde su casa toda la noche, por 2 CUCs.
Salimos a pasear y terminamos en la heladería Coppelia, que aquí es enorme. Elegimos cada uno un plato con 5 bolas de helado, con frutas y trozos de galleta (ensalada, le llaman), y pagando en pesos nacionales nos costó a cada uno... 5 pesos nacionales, al cambio unos 4 céntimos de euro. Increíble. Terminamos cenando unas hamburguesas compradas en moneda nacional en un sitio de la plaza Vidal y comiéndolas en un banco del parque, alrededor del que parece desarrollarse la vida de Santa Clara. 2 CUCs los tres (esa tarde estábamos por tirar la casa por la ventana,
