Nos levantamos temprano para desayunar en la cafetería del hotel Astoria que era como un pub irlandes anexo a este. Había huespedes de algún otro hotel cercano. El desayuno tipo buffet. Es curioso ver a los gorriones dentro del pub comiendose las migas de pan que se te caen. Después de dasayunar pensamos preguntar en recepción donde cambiar dinero y aunque ellos cambian nos indicaron un lugar cercano donde sale bastante más favorable que hacerlo en España así que fue lo primero que hicimos.
No recuerdo el nombre de la oficina de cambio. Fue cerca del hotel Astoria en Ginebra, en una calle frente a las paradas del tranvía. Creo recordar que salía 1 euro= 1,18... CHF.
Se puede pagar en euros pero el cambio te lo dan en francos. Solo lo hicimos así una vez en un super.Calculé el cambio y salía 1 euro= 1,14 fr.
Una vez hecho el cambio (una de las cosas que me daban vueltas a la cabeza antes del viaje) un tema menos en que pensar. Nos dirigimos a la estación frente al hotel para coger el tren a Montreux via Lausanne (creo que fueron 56 Fr). El tren de dos pisos y muy cómodo. Así ibamos, relajados, ¡como iriamos, viendo el paisaje!, que pasamos Lausanne y al llegar el revisor nos dice que si vamos a Montreux teniamos que habernos bajado en Lausanne. ¡Que chasco!. No obstante ,comprendió la situación y no nos pidió que abonaramos nada. Por tanto, la siguiente parada fue Friburgo tras otros 40 min. Esto nos sirvió de experiencia el resto del viaje.
Cambio de planes. Lo hablamos y optamos por ver Friburgo dejando las maletas en consigna de la estación (8 euros y cabían las dos) y volver por la tarde a Montreux. En la estación compramos la Swiss Saver Pass (cambiando los días: finalmente desde el 16 al 23 de julio) y cual fue nuestra sorpresa cuando al contar a la persona de la oficina de billetes lo que nos había pasado, sin ninguna pretensión, solo como curiosidad, nos devuelven el importe completo del billete desde Ginebra.
Llegamos a la oficina de información turística que estaba cerca y allí nos recomendaron una ruta que empezaba en la calle de enfrente y que consistía en bajar andando al casco antiguo, pasar junto a la catedral y subir al final al punto inicial por un funicular de corto trayecto (de unos 2 o 3 min. a lo sumo) que funciona con las aguas residuales de la ciudad (doy fe por el olor). En total serían unas 2h. Nosotros tardamos más por pararnos para hacer fotos. Al inicio del bonito paseo paramos a comer. Pedimos dos menus adulto y uno infantil en un restaurante de una cadena de comida rápida muy conocida. Fueron 42 fr. en total con postre.

El casco antiguo de Friburgo nos gustó mucho, la catedral, sus vistas (362 escalones aprox. = agujetas), el puente de Berna (de madera), el río, con alguna gente bañándose y el funicular (gratis con la SP). Al subir se sale cerca de la estación, donde había un parque con mucha gente tomando el sol y un centro comercial. Por cierto, el tiempo estupendo.

Vuelta a Montreux, ahora sí cambiando en Lausanne. Al registrarnos en el hotel Helvetie nos dieron la Montreux Card para usarla durante la estancia aunque ya disponíamos de la Swiss Pass (SP).

Por la noche, una vueltecilla por la zona cercana al mercado y cena en una pizzería junto al lago (para variar, bastante cara).

Al día siguiente ibamos a unos de los lugares más esperados, Zermatt y el mítico Matterhorn (el de la Paramount), la montaña más fotografiada del mundo que está aprox. a 2h 30min o 3h de Montreux en tren.