La primera parte de nuestro viaje está llegando a su fin, y encima, hoy el trío se convertirá en dúo. Han acabado las vacaciones para mi primo Aitor y su avión sale por la tarde. Pero no pasa nada, nosotros aún no llevamos ni la mitad del viaje.
Como todavía nos quedan algunas compras que hacer, nos dirigimos a Macy´s buscando algún saldo.

Así que volvemos al Soho haciéndonos a la idea de tener que soportar de nuevo las aglomeraciones y las colas en las tiendas. Pero no hemos caído en que hoy es lunes. Qué agradable salir del metro y ver que en la calle...¡ Se puede andar !

La mañana se nos ha hecho corta y hay que volver al upper east a por la maleta. Después, tres buenos trozos de pizza con sus respectivas bebidas ( 15 $, Piazza restaurant, justo en frente de donde desayunamos, ya he puesto la dirección un par de veces ), y taxi al JFK.
Nos da un poco de pena despedirnos de mi primo tan pronto, pero bueno, han sido 6 días intensos y seguro que le ha valido la pena ¿ no pequeño Josemi ?. Le seguimos con la mirada, de puntillas, hasta que nos saluda desde lejos y se cuela por una puerta.
A la vuelta probamos el airtrain hasta jamaica station, 5 $ que se pagan a la llegada más un viaje de metrocard. Se llega bastante rápido y no hay mucha gente, aunque nos paramos antes para visitar el barrio de tribeca. Es muy tranquilo, hay bastantes bares y alguna que otra galería de arte.
Ya es hora de volver. Tenemos que hacer la colada y preparar nuestras maletas para mañana. Es curioso lavar la ropa en uno de esos sitios abiertos 24 h, sólo hay que poner la ropa en la lavadora, meter el dinero y te vas al bar más cercano a esperar. Después de recoger la ropa y cenar nos fuimos a tomar algo a otro bar. Qué lástima no tener la dirección de este, era auténtico. El dueño era un hombre superobeso, pero todo lo que tenía de gordo lo tenía de simpático. Mientras en las pantallas se veían partidos de beisbol y fútbol americano, él cantaba canciones country, de U2 o de los dire straits. Tenía su cena encima de la barra y bromeaba con sus clientes entre patata y patata. A nosotros nos parecía que estabamos de actores de reparto en una película.
Mañana volamos a Las Vegas.