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Hoy va a ser un día largo. Antes de abandonar Williams nos acercamos al Red Garter, un burdel de finales del XIX reconvertido en hotel.
La primera visita del día es el Monte Carlo Truck Stop, una antigua parada de camiones que parece abandonada, tan sólo quedan un par de viejas grúas. Junto al coche, un perro de mirada aviesa se acerca lentamente hacia nosotros así que decidimos retomar la marcha
Con el susto todavía en el cuerpo, seguimos rumbo a Ash Fork, donde paramos a desayunar en el Ranch House Cafe.
De aquí nos vamos a la barbería DeSoto, cerrada y en venta, famosa precisamente por el coche marca DeSoto que hay sobre el techo a modo de reclamo publicitario.
La siguiente parada es Seligman, en cuya calle principal hay varios puntos de interés, aunque como en Williams, el negocio está servido. El pueblo está lleno de turistas y vemos el famoso Snow Cap Drive In de Ángel Delgadillo, a tope de gente. En la misma calle hay también varias tiendas de regalos y multitud de garitos.
De camino a Peach Springs, el pueblo en el que se inspiró Pixar para su Radiator Springs de Cars, vemos más mensajes Burma Shave, una tradición de la Ruta 66. Ya sabéis, los carteles secuenciales que se ponían a lo largo de un tramo de carretera con rimas graciosas para anunciarse.
Hacemos una parada en el famoso Hackberry General Store, auténtico icono de la Ruta a su paso por Arizona. Era un almacén donde los viajeros podían repostar gasolina y aprovisionarse de agua antes de cruzar el desierto hacia California. Ahora es una atracción para los turistas con un precioso Corvette de 1957 aparcado en la puerta.
Este era uno de los últimos puntos de venta de las "desert bags" antes de atravesar el temible desierto de Mojave, un elemento muy ligado a los desplazamientos en coche en Estados Unidos durante la primera mitad del siglo XX: unas rudimentarias bolsas de tela con agua que se colgaban del radiador para afrontar largas travesías por el desierto.
Ejemplo de desert bag...
En Kingman pasamos por la torre del agua, con su inscripción de la Ruta 66, y por el Hill Top Motel, con su precioso neón rodeado de cactus.
Muy cerca estaba el Mr. D'z Route 66 Dinner; habría estado bien para comer, estaba muy cuco, al menos por fuera, pero todavía estamos digiriendo el burrito del desayuno (más bien, burrazo). Antes de abandonar el pueblo hacemos una parada delante del museo Powerhouse Route 66 para ver la locomotora antigua Santa Fe que hay expuesta en la calle.
A partir de aquí iniciamos la subida a Oatman por un antiguo tramo de la 66 muy recomendable:
Por el camino está Cool Springs Cabins, una antigua gasolinera de piedra reconstruida en 2001, preciosa.
Al llegar nos encontramos con un antiguo poblado minero del Oeste con burros por medio de la calle. Resulta que cuando los mineros se fueron, dejaron a los burros que habían usado para el transporte de material… y allí se quedaron. Ahora pasean libres por las calles en busca de la comida que le dan los turistas, o rebuscando en los cubos de basura, muy fuerte. En la mayoría de tiendas se pueden comprar zanahorias para alimentarlos. Son como las vacas sagradas en la India, van por libre y nadie los molesta.
Al salir del pueblo casi me llevo a uno por delante. Giro la vista y veo a mi mujer que ladea la cabeza de lado a lado y suspira; la pobre no gana para sustos con tanto bichejo que se cruza...
Siguiendo la Ruta nos encontramos con el enésimo callejón sin salida y vuelta atrás, algo a lo que ya nos hemos acostumbrado.
En la bajada de Oatman vemos un tipo de cactus muy chulo que sólo se ve por esta zona, así que paro y le digo a mi chica que se ponga junto a uno para una foto. De camino le digo que tenga cuidado con las serpientes y los escorpiones, a lo que se da la vuelta y me dice que le eche la foto a mi señora madre ¬¬
¡Y por fin llegamos a California! Es curioso como hemos pasado en pocos kilómetros de los cuervos de Arizona a las mariposas de California, que se van golpeando contra el cristal del coche conforme avanzamos por la carretera. Tras pasar por Needles, seguimos la Ruta 66 a través del desierto de Mojave, más de cien kilómetros sin ver un alma. Se me ocurre comentarle entonces a mi mujer “fíjate qué putada sería si pincháramos y tal”, y la verdad es que está hoy nostálgica, no hace más que acordarse de mi familia...
Aprovechando que no hay ni un alma por la carretera, Lourdes me pide probar el coche para ver cómo va el cambio automático. El caso es que no le gusta mucho conducir, así que me estoy chupando yo todo el viaje (pero con gusto, a mi me encanta). Jiji, jaja… las risas del principio se truncan cuando le pido que aminore un poco para echar una foto y le mete el pie hasta el fondo al freno creyendo que es el embrague… por poco me como el cristal. Tras este pequeño incidente le he comentado que mañana si quiere se lo dejo otra vez para entrar a Los Angeles… Ante la cara de pocos amigos que estaba poniendo he decidido dejar los chascarrillos por ahora.
En este tramo por el desierto prácticamente no quedan establecimientos ni gasolineras, por lo que hay que ir con el tanque lleno. Tan sólo nos encontramos con el Roy’s Motel & Café, un histórico de la 66 en medio de la nada.
Antes de abandonar el desierto pasamos por el cráter de Amboy, un viejo volcán extinto. La zona está plagada de montículos negros de cenizas fosilizadas que supongo que llevan allí bastante tiempo.
Tras salir del desierto, lo primero que nos encontramos es el Ludlow Cafe y una gasolinera con los precios por las nubes. No sé si lo he comentado ya, pero en USA el precio de la gasolina puede variar más de un dólar por galón (3,8 litros), así que hay que mirar muy bien dónde se reposta y no quedarse sin combustible en un lugar remoto porque nos clavarán, pero bien.
Tras pasar por el Bagdad Cafe de la peli, paramos a cenar en el Peggy Sue’s 50s Dinner, un restaurante estilo años 50 muy bien ambientado. Por cierto, la comida estaba muy buena.
Finalmente llegamos a Barstow, destino final de hoy, tras una intensa jornada. Como todo tiene un final, mañana llegaremos a la playa de Santa Mónica y daremos por concluida la Ruta 66 y, con ello, la primera parte de nuestro road trip por tierras estadounidenses.
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No tengo ni remotísima idea. Yo solo hice el pequeño tramo final desde Flagstaff hasta Los Ángeles, hasta el mar ... En ese tramo te indico que hay trozos que parecen ser los originales y otros han desaparecido engullidos por la modernidad y te verás yendo por una autopista interestatal cualquiera. Y los pueblos se han convertido en lugares turísticos típicos con un regustillo a cultura popular... 
