Día 9. De Kabrousse a Ndangane atravesando Gambia.
Nuevo madrugón, hay que atravesar Gambia cogiendo el ferry y no podemos arriesgarnos a encontrar cola y que no podamos pasar.
El camino de Kabrousse hasta la frontera de Gambia es largo pero no está mal. En el momento en que entramos en Gambia la carretera desaparece y se convierte en una pista de tierra. Parece que es una estrategia de los gambianos para que la gente tenga que tardar en atravesar Gambia y así consumir más. Gambia, la Gambia que nosotros vemos parece mucho más pobre y desordenada que Senegal
La carretera de Gambia
Dentro de Gambia hay que parar un par de veces para pagar los visados de atravesar el país. Por fin llegamos al ferry y gracias a Dios no hay cola. El ferry no está todavía y debemos esperarle. Más de uno del viaje necesita ir al servicio, afortunadamente no es mi caso, porque los que tienen que ir al servicio dicen que es una de las peores experiencias que han pasado en su vida. Esperando al ferry se nos acercan vendedoras de telas. No tenemos intención de comprar, pero el precio 3€ por pieza de 6 metros nos convence y nos llevamos nada menos que 7 piezas.
Cuando llega el ferry, milagrosamente empiezan a aparecer gente y coches de manera que se llena en un pis pas. La travesía del río Gambia es muy corta y rápidamente estamos en la otra orilla.
Subiendo al ferry que atraviesa en río Gambia
Sigue la pista infernal hasta la frontera y, de allí hasta Kaolak, otra carretera que no es mucho mejor. Finalmente, bastante cansados, llegamos a Kaolak a comer en el restaurante de nuestro amigo libanés “le brasero”. Este es un restaurante donde ya estuvimos la otra vez que viajamos a Senegal. Está regentado por un libanés que habla perfectamente español por haber estudiado en los maristas. Nos saludamos amigablemente y mi mujer le comenta que está un poco descompuesta de la barriga. El libanés le sirve una buena copa de pastis a palo seco como receta, no sé si sería efectiva pero mi mujer agarró un medio pedo…El plato del día es arroz con pollo pero también hay brochetas y pizzas.
De Kaolak vamos a Ndangane para alojarnos en el hotel Le Pelican. Este es otro bonito hotel formado por pequeñas casitas imitando chozas con 4 habitaciones en cada una. Pertenece a la misma cadena que el hotel de Kabrousse y está bastante bien.
Habitaciones del Hotel Le Pelican en Ndangane
Como el caso es no parar a la llegada, muy cerca del anochecer nos espera una barca para pasearnos por el delta del Sine-Saloum. El paseo es cortito pero muy agradable, pasamos muy cerca de un grupo de pelícanos y observamos a los martín pescadores lanzándose en picado a por sus presas. Llegamos a un campamento propiedad de un amigo de Demba donde tomamos una coca-cola. Haya bastantes campamentos en las islas del delta y casi todos están muy bien puestos.
Puesta de sol en el delta del Sine-Saloum
Después de otra espectacular puesta de sol, llegamos de la excursión en barca ya de noche. Ello no nos impide echar un mini-golf a la luz de una linterna, hay que estar locos, ni que decir tiene que demostré claramente quien es el verdadero amo del mini-golf. Cenamos muy agradablemente en el bonito restaurante del hotel Le Pelican, aunque estábamos prácticamente solos.
Día 10. De Ndangane a Dakar pasando por Bandia y la isla de Gorée.
Hoy nos toca repetir cosas que ya habíamos visto en nuestro anterior viaje. Para empezar visitamos las reserva de Bandia donde hay abundantes animales en semilibertad. Vemos monos, jabalíes, antílopes de dos tipos, impalas, gacelas, cocodrilos, tortugas, avestruces, pájaros de distintos tipos y, sobre todo, jirafas.
Impalas en la reserva de Bandia
Hay un montón de jirafas y las tenemos tan cerca que prácticamente las podemos tocar.
Jirafa en Bandia
Sin embargo, sufrimos una pequeña decepción porque no somos capaces de ver la pareja de rinocerontes blancos, que son la estrella de la reserva, pero que en esta ocasión no hay quien los encuentre.
Bonito pájaro en la reserva de Bandia
Desde Bandia vamos a Dakar para coger el barco a Gorée. La entrada a Dakar sigue siendo tan caótica como siempre, encontramos un atajo pero al final volvemos a llegar al mismo atasco interminable de siempre. Curiosamente, una vez dentro de Dakar las cosas si que han cambiado y encontramos unas infraestructuras impresionantes que no existían hace dos años. No parecen servir de mucho porque el atasco de antes nos hace perder el barco de las 2:30 para Gorée, tenemos que esperar al siguiente que es a las 4. Aprovechamos para comer en el “top del fast food” el restaurante Alí Baba, mezcla de pizzería, hot-dog, hamburguesería, kebab, sandwichería, etc. La característica principal del sitio es que las opciones llamadas completas incluyen huevo frito y patatas dentro de la hamburguesa, hot-dog, kebab sándwich o lo que sea. Vamos que por 3€ quedas más que satisfecho.
Como nos sobra algo de tiempo nos vamos al mercado de Dakar que es una auténtica locura. Según llegamos los intermediarios nos acosan, en esta ocasión saben perfectamente español. No compramos nada porque sólo buscamos música senegalesa y lo que tienen no nos convence. Al no comprar uno de los intermediarios nos llama cabrones, es el único rasgo de descortesía que encontramos en tan amable país. Las ciudades grandes son, evidentemente, otra cosa.
Mercado de Dakar
La travesía a la isla de Gorée es muy agradable, el barco está lleno hasta la bandera y la gente parece contenta.
Vista de la Isla de Gorée desde el barco
En Gorée, como ya conocemos la casa, de los esclavos nos vamos directamente a comprar collares y cuadros. Demba nos presenta a Macumba y Fatou, dos guapísimas amigas suyas que saben hablar español. Regateamos a muerte y de nuevo observamos que la crisis les debe estar afectando duro porque obtenemos buenos precios sin mucho esfuerzo (un cuadro grande por 15€).
Foto con Macumba, Fatou y su hermano a la llegada de la isla de Gorée
Volvemos a Dakar y pasamos de nuevo por el Alí Baba para coger fuerza para el viaje. Desde allí Demba y Husman nos llevan al aeropuerto. De nuevo otro viaje maravilloso y nueva despedida entrañable. Hasta pronto Demba, Hasta pronto Senegal.