Domingo 6 de julio
El tren que me ha llevado desde Suceava a Alba Iulia (iba dirección Timisoara) ha salido puntual (21:30) y ha llegado igualmente puntual (7:04). Esta vez me ha tocado un compartimento con 4 literas… para guardar esqueletos. Me explico: 57 cm. En eso se resume todo. Tenía 57 centímetros de ancho. Sí ya sé que en 57 centímetros cabe un esqueleto y si no lo empujas no se cae… pero es que aún estoy vivo y tengo carne y me hago daño si me caigo.
En resumen, como soy un dormilón he dormido casi todo el trayecto, pero eso sí, me he despertado unas cuatro veces (no recuerdo si han sido cinco) con la sensación de que estaba a punto de caerme.
Aquí las camas no llevan sábanas, sino que son edredones que has de introducir en el cubre-edredón correspondiente. Jodé, pues está demostrado que son un nega’o también para eso. Me parece que le puse nerviosa a la señora rumana que dormía en la litera de al lado, pues al de unos cuatro minutos (se dice pronto, pero imagínate la situación y es un buen rato) me dice que no me preocupe, que ella se encarga. Jodé,… no tardó ni quince segundos.
Bueno a lo que voy. La parada de tren de Alba Iulia (qué bonito nombre) está situada junto a la parada de bus (así que aprovecho para confirmar los horarios con destino Sibiú). Como las paradas en las que me estoy bajando de momento, se encuentra en un edificio hermoso, en su momento cuidado hasta el último detalle (mucho más que funcional), pero que con el paso del tiempo lo han ido dejando perderse, sin hacer grandes reformas.
En la parada de tren he aprovechado para no cargar con la mochila dejándola en unas taquillas que tenía la propia taquilla. Me explico. La señora que vende los billetes tiene un armario de los de ikea, de baldas, y allí he dejado la mochila. Vamos que no tenía llave, ni candado, ni na’… incluso ni siquiera me ha dado recibo alguno. Han sido 3 lei por 6 horas (y no, no ha habido ningún problema. Allí seguía. La única que estaba en depósito).
Ambas garas, de tren y autobuses, están a unos 20 minutos andando de la zona más atractiva de la ciudad, la ciudadela de Alba Carolina. A falta de poder dar una mejor descripción recurro al adolescente… es una pasada.
Está rodeada por completo por una muralla muy bien conservada, tiene forma de estrella heptagonal (lo cual no deja de ser curioso) y acoge en su interior todos los elementos de interés de Alba Iulia.
Unas puertas barrocas te dan la bienvendida, hasta un obelisco muy alto que conmemora la rebelión de unos patriotas, que fueron descuartizados (a base de puro estiramiento hasta desgarrarse) a finales del s.XVIII
Antes de entrar en la propia ciudadela, al lado de la entrada hay un camino que lleva a una iglesia ortodoxa de madera. No es que se parezca a las tradicionales iglesias rumanas, sino que de hecho la han traído de uno de los museos de Maramures.
En todo el recorrido de la ciudadela hay un sinfín de esculturas de bronce a cuál más curiosa.
lh6.googleusercontent.com/ ...atuas2.JPG
Dentro de la ciudadela hay muchos edificios, todos reformados y oficiales, religiosos o administrativos.
Como no se trata de dar un listado de cada uno de ellos, sólo me detengo en los dos que más me han impactado: la Catedral romano-católica, con un interior grandioso y parco en decoración; pero sobre todo, lo que me ha dejado pasmado es la Catedral Ortodoxa de la Coronación. Está construida en el s.XX y habría que estar allí para comprobar la majestuosidad de los pilares octogonales de mármol de Moneasa.
Pero no se trata sólo de la catedral en sí misma, sino que está ubicada en un patio siendo rodeada por una columnata decorativa que encierra preciosos jardines.
Todo ello rematado con un campanario de 58 metros de altura, imponente la verdad
Además en la ciudadela este fin de semana se ve que ha habido algún tipo de celebración con recreaciones históricas y desfiles de moda.
Al parecer hoy a las 12:00 tengo la posibilidad de presenciar un desfile de modelos (no me refiero a la ropa, que me la trae al pairo, evidentemente).
Total, que como tengo tiempo (hasta ahora he estado prácticamente sólo en la ciudadela, tened en cuenta que es domingo y no han dado las 10:00 aún) decido acercarme a la parte nueva de la ciudad que se extiende desde la ciudadela. Qué chulo, la verdad. Hay unas cuantas avenidas peatonales, junto a un parque bonito.
En las calles están abriendo ya las cafeterías y restaurantes (incluso algunos supermercados). Aprovecho para tomar un cafecito y hacerme el plan de Sibiu para la tarde.
También, siguiendo la constumbre, me alejo un poco más. Destaca que las casas no están correctamente restauradas (algo común a las distintas ciudades que he visitado hasta la fecha). Asimismo me ha llamado la atención que las iglesias están muy bien cuidadas y repletas de feligreses. He pasado por varias en las que había oficio religioso y en todas ellas había gente fuera, pues no entraban en el edificio. Era raro, ver a gente vestida de domingo, de pie, junto al pórtico de las iglesias.
Había poco turista al principio, pero ya a partir de las 11:00 empieza a estar más concurrido de familias y parejas, pero creo que casi todos rumanos. No obstante, le da más dinamismo a la ciudad encontrar las calles más concurridas.
En estas que aprovecho para desayunar más fuerte, pues he visto un sitio en el que la gente está comiendo pizza a las 11:00!! Pero lo que me ha llamado la atención es que anuncian “auténticas mici”.
Este año he dado clase a un par de alumnas rumanas y una de ellas me dijo que tenía que probar los mici de verdad de Rumanía (un día me vino a la academia con mici que había hecho ella misma, pero que no podían ser tan ricos como en su país, pues en Bilbao no encuentras todas las especias).
Me he pedido un par de ellos junto a medio litro de cerveza (cuya foto ha ido inmediatamente, por el bendito whatsapp, a mi ex-alumna). Después de esperar unos 20 minutos (igual los han tenido que preparar) me han llegado… estaban deliciosos. (9 lei)

Esto es algo que ya estoy aprendiendo respecto a los rumanos y los restaurantes. No les puedes dar prisa. Ayer, con las chicas francesas, nos desesperamos durante 25 minutos para que nos trajeran la sopa y la ensalada!!
Bueno, que se me estaba haciendo tarde para ver a los “pibones”. Así que me acerco para allá. Hay bastante gentío, pero en vez de ver un desfile de moda, veo un cambio de guardia y un desfile de tíos disfrazados de soldados de época, con unas bayonetas o mosquetes o no sé qué enormes.
Pues vaya!! Al parecer lo del desfile debe ser a otra hora (no habré entendido bien el cartel que lo anunciaba).
Pero no pasa nada. La visita a Alba Iulia, aunque sólo de una mañana, me ha gustado un montón. Ha satisfecho mis expectativas con creces, así que me acerco a coger el bus hacia Sibiu.