Florencia: La Accademia, complejo del Duomo, escaleras y escaleras ✏️ Diarios de Viajes de Italia

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Primer día que despertábamos en Florencia, y nada más desayunar, a patear con destino a uno de los destinos obligatorios: la Accademia.

Fuimos bastante pronto, y aunque abren a las 8.15, sobre las 9 y algo ya estábamos allí. Nada más llegar vimos que ya se había formado bastante cola

*** Imagen borrada de Tinypic ***

No obstante, para las entradas ya reservadas y la gente con la Firenze Card la cola era de unas 10 personas, y en menos de un cuarto de hora ya estábamos dentro.

Obviamente, hay una estrella indiscutible de la colección, y aunque vimos la Galleria entera, donde se acumula toda la gente es...

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Respecto a la prohibición de hacer fotos, mientras sean sin flash podías hacer las que quisieras, y todo el mundo estaba a ello. Esto fue muy común en toda Italia, donde salvo en el Museo dell'Opera de Siena, el único requisito es no usar flash, pero por lo general se permite la fotografía. Por nuestra parte, le hicimos un book que creo que no quedó ángulo que no tengamos... y menos mal que dejamos la reflex en casa.

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No obstante, hay otras muchas obras interesantes, como varias esculturas más de Miguel Ángel o pinturas de Botticelli.

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De ahí fuimos al cercano Museo di San Marco, convento con muchos frescos de Fra Angelico, destacando La Anunciación

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Es curiosa la visita, ya que en el primer piso básicamente vas husmeando por las antiguas celdas de los monjes, ya que cada una tiene un fresco (me refiero a pinturas en las paredes, eh?, que os veo venir... ).

Como quedaba al lado pasamos por el Cenacolo di Santa Apollonia, que es eso, una Última Cena, de Andrea del Castagno

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Para seguir completando esta zona nuestra intención fue visitar el Spedale degli Innocenti, pero estaba cerrado, así que rápida visita a la Santissima Anunziata, que estaban en misa, y dirección al Duomo.

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De nuevo fotos con la fachada, antes de sacar la entrada combinada, gratis con la Firenze Card, pero que hay que retirar en las oficinas que están enfrente del Baptisterio. Lo primero que hicimos fue dirigirnos a la cúpula, con otra cola que un chico nos dijo que era de hora y media aproximadamente. Con la FC estábamos solos y entramos en 5 minutos,

Se va subiendo hasta alcanzar la base de la cúpula, desde donde se pueden ver genial los frescos del Juicio Final de Vasari

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Una alta cristalera impide hacer buenas fotos de la catedral, ya que hay que subir la cámara por encima del cristal, pero sí se aprecia la altura a la que estábamos:

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La subida puede ser algo durilla, pero sólo con pensar en el ingenio de Brunelleschi para acometer algo de esa magnitud se pasa todo

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Desde arriba, por supuesto, se divisa toda Florencia

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Tras bajar pasamos al Battisterio, que estaba de obras en su exterior, lo que estropeaba un poco las fotos del conjunto del Duomo, pero cuyo interior sí merece mucho la pena. Nuevas fotos a las puertas del Paraíso

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Aquí no había colas para entrar, y destaca sobre todo la cúpula

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Nada más salir, y quizá porque era algo más de la 1 y la mayor parte de la gente estaría comiendo, vimos que la cola para entrar en el Duomo no era excesiva, así que nos pusimos a la cola y la verdad es que fue muy rápido, se avanzaba continuamente y en unos 10 minutos ya habíamos entrado. Para el Duomo no hay acceso prioritario con la FC. El interior, si bien ya lo habíamos visto desde la cúpula, es muy austero y contrasta con la riqueza ornamental del exterior.

Una vez fuera decidimos ir a comer. Pasamos por delante de San Lorenzo y vencimos la tentación de entrar ya, llegando a la calle del Mercado Central, al que entramos y cuya zona de restaurantes (primer piso) nos sorprendió gratamente, pero finalmente seguimos camino hasta el Giglio Rosso, en Via Panzani, por recomendación del foro: comimos dos crostinis y dos buenos platos de pasta, y quizá lo peor fue una caña de cerveza que no era nada del otro mundo, a 5€. En total, salimos por unos 40€, habiendo comido más que razonablemente bien.

De ahí pasamos por el hotel, que lo teníamos al lado, descansamos un poquito y volvimos a la carga: Santa Maria Novella, que nos quedaba a lado.

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Impresionantes claustros y frescos, con una iglesia con una rica decoración

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Volvimos hacia el centro, parando en el palacio Strozzi, pero no había ninguna exposición en ese momento, así que seguimos camino, paseando hasta llegar de nuevo al complejo del Duomo, con destino: el Campanille. De nuevo nos quitamos una buena cola gracias a la FC.

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Nueva subidita, parece que las escaleras no se acaban nunca, y de nuevo muy buenas vistas, curiosamente muy parecidas a las de esta mañana... Merece la pena, no obstante, por ver la cúpula desde esa altura.

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Decidimos seguir caminando, y nos fuimos andando buscando la heladería Vivoli, que resultó que estaba cerrada por vacaciones, y terminamos delante de Santa Croce

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A la vuelta paramos en una heladería a descansar un poco y volvimos al museo del Novecento, museo de arte moderno enfrente de Sta Maria Novella, que en mi opinión, y como todos de arte contemporáneo, resulta curioso,

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Seguimos paseando de nuevo por el centro de Florencia, para terminar cenando en el Gusto Leo, que nos gustó mucho, cenando una pizza y un calzone muy ricos, y que me pareció baratísimo, 21€ los dos.

A la vuelta hacia el hotel nos encontramos con un amigo solitario, que enseguida encontró amigos, porque el resto de veces que pasamos por allí casi ni se le veía...

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Un día muy muy intenso, pero las ganas de disfrutar de la ciudad pateándola de un lado a otro pudieron con nosotros. Las agujetas del día siguiente lo atestiguan, . Esto fue una tónica muy habitual en Florencia, donde aparte de la subida a las torres, casi cualquier museo tiene muuuuchas escaleras, y al final se notan...

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