Este día ya lo adelanté en el comienzo así que pegaré tal cual fue escrito. Nos levantamos bien temprano y hacemos el check.out del hotel, Pancho paga la factura como gastos de empresa y nos vamos a la estación a coger el tren.
Estando ya sentados y después de haber sorteado un par de canaigelpius vemos que es la hora y el tren no arranca. Pancho se desespera y le digo que es normal, jajajajaja, ya lo había leído en el foro. Aprovechamos el viaje y me hace un resumen de lo que ha sido su vida, por tratarse de carácter privado y personal no puedo repetirlo.
Eran las 11 AM y el tren desde Alejandría llegaba impuntual como siempre a El Cairo, esa ciudad que me tenía ciego de amor adicionado con altas dosis de locura enfermiza. Llegamos a la estación de Ramses y quería irme al Aeropuerto lo antes posible aunque faltaban 6 horas para mi vuelo. Me despido de Pancho y le agradezco infinitamente todo lo que ha hecho por mí.
Una discusión de lo mas absurda con un taxi driver por 5 libras y logro que me lleve, cojo la avenida principal y no quería mirar atrás porque sabía que sería mi última vez, sabía que ya nada era como antes, sabía que mi gran amor por
Al Qahirah se había acabado y que esa era nuestra peor despedida.
Camino al aeropuerto miraba sus calles sin creer lo que había pasado en esos 10 días anteriores, no pude contener las lágrimas y rompí a llorar desconsoladamente, el taxista apagó la radio y me dice:
Can I help you?
Joderrrrrrrrrrrrr, era la maldita frase.
Fue el viaje de 20 minutos mas eterno en Egipto, llegué al aeropuerto y me fui al mostrador directamente para hacer el check.in. Me senté a esperar el boarding tratando de calmarme y no pensar mas en nada, le estaba diciendo adiós a mi lugar en el mundo que yo había elegido y me había regalado los mejores momentos en los últimos años, le decía adiós a un proyecto de irme a trabajar, vivir y sentir como un egipcio árabe más.
Llegó la hora del vuelo y me sacudí el polvo de los pies, como los antiguos arameos cuando dejaban un lugar y ya no regresaban, miré por última vez para atrás y dije
Egipto nunca más.
Lo que viene a partir de ahora es algo muy íntimo y personal, lo he compartido con mis más allegados en este foro y creo que es la mejor forma de terminar mi relato.
Hace dos meses, el 25 de mayo de 2008, a mi hermanito, Pablo, lo atropelló una camioneta en Argentina y lo mató. Fue uno de los días mas duros de mi vida, no paraba de llorar y llorar y quería viajar lo antes posible ya que yo vivo en España. Mi padre me prohibió que viajara, cuestiones familiares, y yo me estaba viniendo abajo y no me podía recuperar.
Llamo a mis "amigos del Cairo" para contarles y decido viajar igual a Egipto, a pesar de la tragedia.
En esa misma semana es cuando conozco a Pancho por Internet, él había leído mi relato anterior y le llamaba la atención mi amor incondicional hacia Egipto.
Creo en Dios, pero nunca he creído en las casualidades, Todo tiene una razón de ser y a lo mejor estaba escrito MAKTUB
El verdadero nombre de Pancho es Pablo, igual que mi hermanito y este es mi homenaje hacia él.
Querido Pablo
Esta es la carta que nunca llegué a escribirte y no porque yo no haya querido, si no porque el destino te arrebató de nuestro lado.
Quedaron muchas cosas por decirnos, sobre todo lo mucho que te queremos y extrañamos.

Te fuiste con el sol, sin hablar sin un adiós
Te fuiste con tu timidez, con la luz del anochecer
Te fuiste sin avisar, no te pude acompañar a tu cita con la oscuridad
Te fuiste, tan normal, una tarde, un día más
tan fugaz que no te pude saludar.
Nos miró, nos sonrió, como íbamos a saber
que tal vez su sonrisa era un adiós.
Te fuiste tan natural, de aquí a la eternidad,
solo sé que ya no estás, lo que es peor no volverás.