Viaje realizado en pareja del 05 al 18 de Octubre 2013.
RUTA: Las Vegas, Cañón del Colorado, Antelope, Monument Valley, Bryce NP, Zion NP, Las Vegas, Death Valley NP, Mammoth Lakes, Yosemite NP, San Francisco.

DÍA 1: VUELOS Y LLEGADA
Sinceramente, no nos interesaba mucho conocer Las Vegas, pero por cuestiones de logística se convirtió en el destino elegido como punto de llegada. Volamos desde Málaga a Nueva York con Iberia y escala en Madrid, y con Jet Blue desde la Gran Manzana… hasta la ciudad del Pecado.
En el mismo aeropuerto recogimos un Ford Escape, a muy buen precio, tamaño XL, gasolina off course, automático y muy cómodo. En esta ocasión la compañía que utilizamos fue Álamo. Ya habréis leído en el foro que los precios de alquiler de coche y combustible están bastante bien en USA y que ambos motivos sumado a los superpaisajes y supercarreteras escénicas invitan a hacer un roadtrip que sin duda te llenará de imágenes inolvidables y sensaciones.
Encendemos a Jenny, que es la muchacha que vive dentro de nuestro GPS, para que vaya comunicándose con su colega extraterrestre y nos ubique en el espacio terrenal. Damos una pequeña vuelta por el parking para contactar con la mecánica automática y para que Jenny, por lo que más quiera, se vaya despertando…pero se ve que desde el inframundo del parking le cuesta contactar con el más allá.
Nos ponemos en marcha pero paramos en el primer sitio que pudimos a esperar que Jenny se concentre y hable con el más allá …la conocemos y sabemos que la muchacha pilla mejor la onda estando detenidos.
Es casi media noche y Las Vegas nos recibe pletórica. Incalculables vatios iluminan el desierto, convirtiendo a una fantasmagórica ciudad en un descomunal parque temático para adultos. Desde el coche reconozco los hoteles de cuando buscábamos alojamientos y de haber leído opiniones en el Tripadvisor… Nosotros, que llegábamos en fin de semana, no encontramos ninguna super oferta y nos decidimos por el decadente Circus Circus, por aquellas fechas de calidad/precio no estaba nada mal y estaba bien ubicado, cerca de la Strip.
Con la ayuda inestimable de Jenny encontramos nuestro horterichi hotel. Tras el checking, nos instalamos y aunque estábamos cansados, nos animamos a dar una vuelta. Pasamos por delante de los conocidos Riviera, Palazzo, The Mirage, Flamingo, Caesars Palace, Planet Hollywood, Paris-Las Vegas, Bellagio,… Solo entramos en uno y fue en The Venetian,… Inmensidad de todo, de pasillos, de halls, de fuentes, de bóvedas, de lámparas, de tiendas…a estos americanos que en su estado natural les encanta que todo sea XL … en una ciudad como ésta en la que todo se excede y se magnifica, dan como resultado el colmo de la inmensidad.
Reconozco que fue curioso pero visitar hoteles no es de nuestros pasatiempos preferidos. Confieso que me agobian un poco estos espacios tan sintéticos, ostentosos y descomunales…aún recuerdo la claustrofóbica sensación de no poder salir del Wynn Las Vegas el cual lo atravesamos con la feliz idea de acortar camino y un poco más y todavía estamos allí… si lo llego a saber me llevo a Jenny para atravesar el hotel!.
Las calles muy ambientadas, la fauna muy variopinta…pero nosotros, cansaditos, invertimos las últimas fuerzas en comprar suvenires que nos habían encargado y regresamos al kitsch hotel. Cuando rebuscaba en la maleta recordé que además de los suvenires teníamos que llevar a cabo una importante misión secreta que mi hermano me había confiado,…tendría que buscar el lugar adecuado, ….no se me podía olvidar!!.

DÍA 2: DE LAS VEGAS A GRAND CANYON
Por la mañana desayunamos, compramos algo de provisiones y tempranito nos ponemos en marcha. Despertamos a Jenny y recorremos en coche la Strip, el día lo cambia todo, la falta de leds y neones desmaquilla la city haciéndola parecer una ciudad desenchufada, una feria apagada o dormida. Antes de salir confieso que paramos a hacer la guiri foto de recuerdo junto al cartel de bienvenida… que a nosotros nos despedía de la sincity.
Comenzaba el auténtico roadtrip!. Jenny consulta nuestros mapas y nos dice que cojamos la HWY95, que nos llevará hasta la HWY93, pasando por Boulder City y Hoover Dam. Pronto aparece la fauna asfáltica, primeras motos, mega tráileres, camiones XXL y clásicos coches que nos recuerdan dónde estamos y qué hemos venido a hacer.
Un despejado cielo azul Windows nos acompaña. Dejamos atrás el mundo sintético y la naturaleza comienza a desparramarse a desplegarse y aparecer ante nuestros muy abiertos ojos. La geología nos gusta, los paisajes volcánicos, áridos, agrestes, desérticos, cuasi lunares, nos molan…y muy pronto comenzamos a flipar…y eso solo era el comienzo!!.
Paramos en algunos de los miradores pero no visitamos Hoover Dam, las vistas de la presa desde lejos nos parecieron suficientes, y continuamos hasta Kingman donde paramos a tomar algo rápido en el clásico y fotogénico Mr D’z Route 66 Diner. Estiramos las piernas por el cercano parque, Metcalf Park, donde estaban las viejas locomotoras de Santa Fe y un mercado dominical con venta de artesanía y productos locales donde vimos nuestras primeras calabazas del viaje que nos indicaban que Halloween no estaba lejos.

Dimos un pequeño paseo, viejos edificios fotogénicos, tiendas de curiosas anticuayas y antigüedades, mega trenes que pasan, mega depósitos…y continuamos nuestro camino hacia nuestra siguiente parada, la también clásica Hackberry General Store.

Dejamos la autopista 93 para adentrarnos en la Ruta 66 por la Andy Devine Ave. En nuestros viajes solemos organizar la comida y los desayunos tipo picnic para aprovechar el tiempo y las horas de luz, y para las cenas solemos buscar algún lugar donde comer más decente. Así que, antes de llegar a nuestro destino paramos en el primer supermercado que nos encontramos para hacer la compra de avituallamiento, incluida la práctica nevera isotérmica de “corchopán” que sabiamente recomiendan en el foro. En la caja tenemos algunos problemas técnicos con la tarjeta y comento este tema porque ATENCIÓN, tomar nota mental; se ve que en algún momento perdimos de vista la tarjeta cuando pagamos en algún lado y cuando llegamos a casa nos encontramos la desagradable sorpresa de que nos la habían clonado y robado 1.500 dólares... por suerte el seguro/tarjeta/banco cubría este tipo de cosas y todo quedó en un susto y en una lección. No solemos perderla de vista nunca, creemos que quizás pudo ser en una gasolinera… pero me temo que nunca lo sabremos.
Cuando por fin conseguimos pagar, organizamos nuestros víveres y las bebidas en el parking. Por el rabillo del ojo veo una bonita caravana metálica que me hace recordar que alquilar una autocaravana fue también una opción que nos planteamos en los preparativos del viaje… es un país que se presta y está preparado para ello, pero se nos salía un poco del presupuesto. Vimos muchísimas autocaravanas alquiladas durante todo el viaje, zonas de parking, camping,… quizás algún día, quien sabe
Ya organizados nos ponemos en marcha de nuevo hacia la tienda-museo Hackberry General Store. La original tienda y el curioso museo al aire libre están repletos de cachivaches y de incontables objetos antediluvianos. Esqueletos de coches, surtidores de combustibles, máquinas expendedoras, automóviles de gánsteres, viejunas camionetas, un chevrolet rojo lustroso, …Nos pareció una entretenida y fotogénica parada donde comprar algún suvenir. Recuerdo que me gustó la sensación de extrema tranquilidad cuando llegamos, nadie por los desérticos alrededores, la tienda vacía, ningún coche, …y me gustó la sensación, el ambiente, cuando nos fuimos, con todo el parking repleto de polvo levantado por una marabunta de oscuras motos custom que llegaban cuando nosotros nos íbamos.

Continuamos por la 66, por Hualapai hasta Seligman, donde hicimos otra parada para asomarnos brevemente a las exóticas tiendas de recuerdos, antigüedades y curiosidades… enclaves atiborrados de coches, motos, colas de aviones, maniquíes, …cualquier cosa es reutilizable y decorativa en la ruta iconoclasta.

No teníamos alojamiento reservado y como no queríamos que se nos hiciera demasiado tarde nos pusimos en marcha. Jenny nos indica que dejemos la 66 para coger la HWY 40 hacia Williams donde pasaríamos la noche. Un pueblo turístico con amplia oferta hotelera, con servicios, interesante como punto de apoyo, pero no tanto como base logística porque esta algo lejos como para ir y venir del cañón. Tras llegar y echar un vistazo nos decidimos por el Motel Travelodge William Grand Canyon, básico, ok para pasar una noche, bien situado, limpio, wifi y desayuno incluido.
Km Totales: 348km
Las Vegas-Kingman: 164 km (1h 45 min)
Kingman-Williams: 184 Km (1h 45 min) (Ruta 66)
DÍA 3: GRAND CANYON
Nos levantamos temprano y desayunamos en el alojamiento. Dimos una pequeña vuelta por el turístico western pueblo que a esas horas aún dormía. Esa mañana teníamos un vuelo en helicóptero reservado a través de internet para sobrevolar el cañón. Repostamos (cuidado con perder de vista la tarjeta) y nos ponemos en marcha rumbo a Grand Canyon por la 64/180. Lo contratamos con la empresa Papillon Grand Canyon Helicopters, situada en el Grand Canyon National Park Airport (GCN), justo antes de llegar a Tusayan. Jenny nos lleva hasta allí.
Hace una mañana azul, buena visibilidad, nada de viento, perfecta para volar. Llegamos al lugar, hacemos el “checking”, esperamos un ratito nuestro turno viendo aterrizar y despegar helicópteros y por fin llega nuestra hora. Había leído en algún post del foro que mi peso pluma me podría valer para ir de copiloto… y así fue!!... A los dos nos encantan los ingenios que vuelan y despegamos muy contentos, emocionados y con unas ganas tremendas de ver el cañón!!!.
Yyyyy cuando lo vi, …el colorado espectáculo directamente me sobrecogió, tan majestuoso como inolvidable, es una perspectiva única de todo el conjunto y creo que desde el aire es la mejor manera de apreciar toda aquella inabarcable dimensión. La naturaleza normalmente me emociona, muchísimas veces me sobrecoge pero aquí me sobrepasó… reconozco que para mi propia sorpresa se me saltaron las lágrimas, creo que fue una mezcla de la sublime belleza y del pálpito o intuición de saber que quizás no íbamos a poder ver y disfrutar de aquella auténtica maravilla.

La profundidad, las vistas del río, los distintos niveles, los estratos, vetas, estrías, diaclasas, sedimentos, las mesetas, pináculos, farallones, …las luces, las sombras, el color. Totalmente recomendable el vuelo. Lo disfrutamos muchísimo. Creo recordar que la duración fue de treinta minutos, de los cuales cinco minutos son para llegar hasta el cañón, sobrevuelas el cañón unos veinte minutos y otros cinco minutos de regreso al helipuerto. Menos mal que pudimos hacerlo…Nos encantó.
Continuamos dirección a la entrada del Grand Canyon N.P. Aquí empezamos a preocuparnos por el inoportuno shutdown. Realmente no sabíamos que podríamos ver o visitar de los parques, desconocíamos cuánto y cómo nos iba afectar todo aquel burocrático asunto… pero por lo que habíamos leído antes de nuestro viaje, escuchado y según las últimas informaciones; intuíamos que influiría bastante. Pero aún a esas horas no habíamos perdido del todo la esperanza y éramos algo optimistas pensando que era muy difícil ponerle puertas al monte y que quizás encontraríamos algún modo o camino desde donde poder asomarnos al menos a algún mirador... o hasta quizás con un poco de suerte el asunto se arreglaría en los próximos días y no nos fastidiaría las visitas al resto de parques.
Conforme nos vamos acercando… nuestros peores temores se confirman al ver la primera señal luminosa que indicaba en mayúsculas: Grand Canyon closed.
Nuestra idea inicial era recorrer en coche la carretera 64, hacia Cameron Trading Post, parando en los miradores del cañón, pero definitivamente le habían puesto puertas al monte y vallas y conos y luminosos y rangers tamaño XL ...!!! la carretera estaba cortada!
GRRRRRRRRRRrrrrrrrrr (leer como un gruñido). Nos invade el mal humor,…pero antes de cortarnos las venas con un pelo, decidimos respirar muy profundo, entonar un largo Ommmmmm (leer como un mantra), respirar otra vez Ommmmmm y visitar el centro de interpretación y la tienda que estaban abiertos. Intentábamos encajar el duro golpe, recordar o inventar un plan B y recalcular el resto de día.
Decidimos ponernos en marcha. Yo me debatía entre los Ommmmm y Grrrrrrr y los GRRRRRRR y los OMMMMMM …y de cuando en cuando entraba en brote y escupía sapos y culebras!!!... maldiciendo desde al mismísimo Obama, al Murphy de la Ley de Murphy, pasando por la pobre madre que parió al antipático ranger XL y a todos los funcionarios de los Estados Unidos de América. A la mierda nuestros trails, los miradores, nuestro atardecer, amanecer… GRRRRRRRRRRROMMMMMMMMMMMMM.
Decidimos parar en un museo aeronáutico que habíamos visto de camino al helipuerto. Y sí, aunque nos gusta la aeronáutica y la historia, de aquella visita recuerdo más mi mal humor, que los aviones ...aún no había asimilado la realidad. Soy de digestión lenta. OMMmmmmmm
El paisaje había cambiado. El corte de carretera nos obligó a retroceder hasta Flagstaff, tomando la 180 que pasa cerca de Humphreys Peak, y luego subiríamos hacia Tuba city por la HWY89. En Flagstaff repostamos (remember your credit card).

Un millón de Ommmmmmsss después, comienzo a volver en mí, y comienzo muy poco a poco a disfrutar de nuevo de la geología y del bonito paisaje. Nos adentramos en la Navajo land, cogiendo el desvío de la 160 (Navajo trail) hacia Tuba city. Por el camino hacemos una breve parada para comer nuestro picnic, repostamos y volvemos a ponernos en marcha. Nos quedaba poco tiempo para el atardecer y queríamos que nos cogiera ya en nuestro próximo destino, Page.

Habíamos leído algo sobre las obras en la Hwy 89, pero hasta que no estuviéramos allí no sabríamos exactamente que nos íbamos a encontrar. Tomamos la Navajo road 21 por Tonalea hacia Kaibeto, que antes no estaba asfaltada y ahora sí y nos facilitó mucho el trayecto. El atardecer nos pilló al final del camino, paramos para disfrutarlo y ver como las enormes moles de rocas que nos rodeaban se teñían de rojo. Continuamos hacia Page. Para esta noche tampoco llevábamos nada reservado, con el tema del shutdown habíamos cancelado las reservas y dejamos cierta flexibilidad para poder más o menos adaptarnos sobre la marcha. Consultamos nuestra lista de opciones y después de echar vistazo a algunos moteles y comparar precios nos decidimos por el básico, pero más o menos correcto, Knights Inn.
Tras ubicarnos dimos alguna que otra vuelta para buscar un lugar donde cenar y aunque había refrescado cenamos unas hamburguesas ecológicas en la terraza del Butterfield Stage Steak House. Lo recuerdo algo caro y turístico.
Algo cansados y un poco plof nos fuimos pronto a dormir al motel… mañana sería otro día… la sabia almohada me susurraba que todo depende del cristal con que se mira, que todo es relativo… que aún así teníamos suerte y la oportunidad de visitar el país, que lo mejor era re-enfocar el asunto, intentar ponerle algo de humor y disfrutar todo lo que pudiéramos… Por suerte en el territorio navajo no afectaba el shutdown…. OMMMMMMMMmmmmmm
Km totales: 458 km
Williams-Tusayan: 85 km (1h 05 min)
Tusayan-Flagstaff: 117 Km (1h 33 min)
Flagstaff-Tuba City: 126Km (1h 27min)
Tuba City- Page: 130km (1h 40min) (por Coppermine Rd)
DÍA 4: ANTELOPE CANYON Y MONUMENT VALLEY
El desayuno incluido resultó ser tan básico como el motel, encendimos a Jenny que necesita su tiempo, robamos hielo, hicimos el checkout y nos pusimos en marcha. Cada vez que abría y cerraba la maleta me acordaba de la misión, que estaba aún pendiente…pero la verdad es que aún no había encontrado ningún lugar que me motivara lo suficiente como para llevarla a cabo.
Comenzábamos la mañana en Lower Antelope y como no teníamos reservada la visita nos fuimos tempranito. No había nadie, tan solo una pareja de turistas españoles que trabajaban en Chicago con los que estuvimos charlando un rato y que nos regalaron un mapa, de recuerdo y por si una mañana no se despertaba Jenny. El personal no tardó en llegar.
Un navajo XL fue nuestro guía, el grupo era reducido y la mañana radiante. El paseo por el interior del cañón es impresionante e inolvidable, y aunque hayas visto mil fotos te aseguro que siempre las sensaciones se quedarán contigo; la sorpresa a cada curva, las luces y sombras, los colores, las texturas, los olores… el silencio tan solo roto por los “Ooohhh”, “Guaus” y los “Amazing” susurrados por los turistas.

Íbamos muy cómodos, el grupo era muy reducido y más o menos podías ir a tu ritmo. El guía puntualmente te señalaba alguna caprichosa forma con nombre propio; la momia por aquí, Lincoln por allá, el tiburón, …y además es un profesional haciendo fotos hasta sin mirar…lo mismo le da una Canon, que una Nikon que una compacta… él se agacha con tu cámara en ese rincón escondido que él conoce a la perfección y tú no, y te regala su perspectiva perfectamente enfocada, encuadrada, balanceada,… sin mirar y encima en un pispás.
En algún momento entró un segundo guía navajo acompañado de su grupo pero seguíamos cómodos porque se mantenía a cierta distancia. Continuamos avanzando y de alguna parte apareció un joven indio con una guitarra que aprovechó la mágica acústica para darle un punto diferente al último tramo.
Durante los preparativos del viaje descubrimos la impresionante The Wave y decidimos participar en el sorteo que hacen para poder visitarla. Para ello te inscribes con mucha antelación, pagas 5$ por persona, eliges los días, ellos realizan un sorteo de plazas diarias y publican los resultados en su web. También sorteaban algunas plazas in situ. A nosotros no nos acompañó la suerte. Sabíamos que era complicado pero era económico intentarlo…(eso sí, alguien debe de estar forrándose porque cada vez tienen más demanda…)
Tras salir de aquel inolvidable inframundo nos fuimos a visitar Horseshoe Bend. Dejamos el coche en el parking y nos pusimos en camino. El arenoso sendero estaba bastante concurrido, muchos chinos, japoneses… se bajaban en manadas de los autobuses con atuendos inverosímiles para protegerse del intenso sol. Unos vamos, otros vuelven... Por suerte cuando llegas al mirador natural hay espacio suficiente para estar todos desperdigados sin molestarnos. Buscamos un lugar tranquilo para disfrutar de la obra de arte…las dimensiones, los colores, la profundidad, el horizonte… la sensación de vértigo, la fotogénica geología de los alrededores… La Naturaleza trabaja muy bien!!. Aunque no lo pillamos en su mejor momento de luz, demasiado dura y con algo de sombra en el meandro, hicimos muchas fotos. Y de nuevo, aunque hayas visto cientos de ellas, el día de tu visita será el de tu visita… con tu luz, tus colores, tus vértigos y tus sensaciones…

Sacrificamos la visita a Lake Powell para poder llegar a tiempo a Monument Valley y recorrerlo sin prisas y disfrutar allí del atardecer. Jenny se recalcula y ponemos rumbo a Kayenta, de nuevo por la HWY 98 y luego la RD160, con la intención de tomar la Scenic Road 163. Rectas infinitas, largas distancias, …dust in the wind…geología a cascoporro, pináculos de desnudos estratos..., formaciones curiosas salpican el camino a medida que nos vamos acercando.

Comimos nuestro picnic y tras pagar nuestra entrada en la garita (5$) y recoger un sencillo mapa con los 11 puntos de interés… entramos al viejo y lejano oeste!! …Una tarde perfecta nos acompañaba y sin prisas nos dedicamos a recorrer todos los senderos y a disfrutar de las caprichosas formas y de los increíbles juegos de luces y sombras. Geología imponente y sobrecogedora...de las que nos encoge y nos recuerda lo diminuto que somos. Me encanta esa sensación, ese encogimiento.
Poco a poco cae el sol coloreándolo todo aún más, la cálida luz hace vivir las piedras. La roja tierra cobra vida ante nuestros ojipláticos ojos. Me encojo, sobrecogo, recojo, rencojo. Espectacular Monument Valley.


Intentamos hacer alguna exposición nocturna pero fracasamos porque estábamos demasiado cerca de las luces parásitas de la carretera y no disponíamos de mucho tiempo. Teníamos algo de prisa pues sabíamos que en nuestro siguiente destino, Mexican Hat, la oferta de alojamientos era limitada y no teníamos reserva.
Preguntamos primero en aquellos alojamientos en los que teníamos preferencia, pero no se nos dio bien y acabamos en la última opción. Un Motel cutre de película de cuyo nombre no hemos conseguido ni queremos acordarnos. De la dueña sí que nos acordamos porque era un poco Teniente O´Neill, pelín paranoica, con el asunto del tabaco …se preocupaba en exceso por mi salud, por la ceniza, por el cenicero, por las colillas,…la Navaja era una extraña mezcla de marine malhumorado y bruja….y el motel el más cutre de los cutre. Prefabricado, enmoquetado, destartalado, viejuno, pequeño, baño diminuto y cutre...pero nuestro poder de adaptación es grande y la verdad es que no somos muy exigentes para pasar una noche. Nos ubicamos, una cena-picnic en el porche bajo un millón de estrellas viendo a los murciélagos cazar polillas, una charla con un matrimonio polaco, un último cigarro súper pendiente de que no viniera la desagradable bruja marine y a dormir.
Km totales: 222km
Page- Kayenta: 160 Km (1h 45min)
Kayenta-Mexican Hat: 62 Km (54 min)
DÍA 5: DE MONUMENT VALLEY A BRYCE
Nos levantamos tempranito, queríamos disfrutar de las luces del amanecer. Casi en pijama nos montamos en el coche para deshacer parte del camino que recorrimos la noche anterior y disfrutar desde Utah de las vistas del valle monumental.
Paramos en la fotogénica recta donde Forest Gump se daba la vuelta después de años corriendo… se ve que le afectaron las fuerzas telúricas del impresionante lugar capaces de quitarte el hipo o incluso hacerte casi recobrar la fe.

Regresamos al alojamiento después del momento casi místico religioso para terminarnos de vestir, recoger y hacer el checkout. Con la luz del día el motel aún era más espantoso, para mi aquello era un viejuno motor-home que si lo coge el presentador de Bricomanía se vuelve loco …además de pasárselo en grande, le da para hacer dos o tres temporadas. Lástima no recordar el nombre del cutrehome para que toméis nota, pero no tiene pérdida, está un poco antes de llegar a la gasolinera. La bruja marine tenía una prisa loca por limpiar y en cuanto vio que cargábamos las maletas apareció de la nada y casi nos echa del lugar a escobazos, bueno para ser más exactos a aspiradorazos … armada con la aspiradora, y un carrito lleno de pociones y brebajes tóxicos, la bruja marine y navaja nos despidió con su falta de amabilidad.
Confieso que no nos hacía una ilusión tremenda acercarnos a Mexican Hat…por el camino habíamos visto anónimas formaciones que nos resultaban más atractivas que el piedrolo en cuestión y nos conformamos con unas vistas del mexicano sombrero desde la distancia. Preferíamos desviarnos a desayunar nuestro picnic a Goosenecks State Park, un impresionante cañón con un doble meandro que visitamos en la soledad y en el silencio abrumador de las primeras horas de la mañana. Nuevamente La combinación de inmensidad, amplitud, soledad y silencio …me dejo “telurizar” por el entorno.

Desde allí, por la Scenic Route “The trail of the Ancients” (RD261), vamos hacia el Valley of the Gods, dudamos si entrar a recorrerlo o no y finalmente decidimos tomar la pintoresca carretera Mulei Point Rd. La altura hace que el valle de los dioses, los monumentos, los amplios horizontes, las inmensas casi nadas,…se encojan, y todo aquel entorno a vista de águila cobra una nueva dimensión.

Subimos a la mesa (Moki Dugway), que nos llevará a la presa que contiene al Río Colorado, que luego terminará en Lake Powell y más tarde desciende hasta el Grand Canyon. Todo eso nos dice nuestra feliz Jenny, que se sigue comportando bien… siempre y cuando la despertemos prontito para que ella se recoloque a su ritmo.
Paramos en un centro de interpretación sobre unos restos Navajos alojados en un abrigo pero estaba cerrado. Tampoco teníamos mucho tiempo…ese día era un poco de tránsito, y sabíamos que aún nos quedaba un largo camino para llegar a Bryce.
BryceBryceBryceBryce,….cada vez que pronunciábamos un Parque Nacional sentía un irremediable pellizco en el estómago, intentaba no anticiparme a los hechos, no ser pesimista, pero las noticias decían que todo seguía igual…los funcionarios seguían sin cobrar y por tanto sin trabajar.... Ommmmmmmmmm.
Por suerte el diferente paisaje, arbustos adaptados a la inhóspita altura, me aleja de mis pensamientos oscuros. Descendemos, avanzamos, volvemos a tomar la RD 95 (bicientennal Hwy) y poco a poco vuelve a cobrar protagonismo la geología. Los desnudos estratos junto a la carretera aparecen teñidos de todos los posibles rojos, ocres, marrones, burdeos, anaranjados,…si Marte es el planeta rojo…todo aquello resultaba muy marciano. Atravesamos bonitos puentes de hierro con vistas al espectacular cañón de Glencove donde nos desviamos para estirar las piernas y asomarnos a disfrutar de las vistas panorámicas de North Wash.

Por dentro del cañón continuamos hacia Capitol Reef, aquí la geología se explaya a sus anchas ofreciendo una de las carreteras más cromáticas y bonitas, la recuerdo con mucho cariño. Montañas grises, montículos cuasi rosas, fotogénicos derrubios y aluviones, paralelos estratos, de repente suaves lomas, cambia, muta, más adelante el suelo se agrieta formando mosaicos, de repente viejas huellas de carbonato tiñen de reluciente blanco la carretera... Nuevas rectas infinitas nos llevan de un horizonte multicolor a otro y a otro…muy recomendable esta super escénica carretera. Son tan bonitas algunas y estos gringos son tan así… que encontraréis por el camino señales de tráfico que os animan a adoptarlas, sí sí, se puede adoptar una Highway, una scenic road…cosas más raras se han visto!.

Atravesamos una sucesión de cañones, Marinus Canyon, Hog canyon, Stair Canyon, Lucky Charms Canyon, Cotton Wood Wash, Seep Wash y Hanskville, donde hicimos una parada para estirar las piernas y poner combustible. Fue una parada tipo boxes…tampoco había mucho que ver; la tienda de la gasolinera excavada en la piedra y alguna simpática escultura de dinosaurio. Un fuerte viento levantaba una enorme polvareda y rápido nos volvimos a poner en marcha.
La RD 24 (Capitol Reef Scenic Byway) nos llevaba por otros paisajes en los que poco a poco iban apareciendo algunos cultivos, tierras ganadas al puro lodo gracias al empeño de los antiguos colonos que fueron convirtiéndolas en tierras de regadío. Justo antes de llegar a Fruita, a la derecha se encontraba una pared vertical en la que se observaban unos perfectos dibujos indígenas. Como no hemos visto nunca nada del arte nativo americano y el lugar es de por si espectacular decidimos hacer una paradita. Regresamos al coche convencidos de que el presentador de cuarto milenio seguro que, en aquellas antropomorfas figuras, él vería alienígenas…
Seguimos el camino por el espectacular cañón que parecía no tener fin, imponentes paredes verticales repletas de diaclasas arañan el cielo, en alguna de las pequeñas praderas vemos pastando algunos deers.
En Torrey hicimos una parada técnica de fuel & food (F&F). Comimos nuestro picnic, algo de combustible y al salir, cambiamos de dirección tomando ahora la RD 12 en sentido a Escalante. Atravesamos Grover donde la vegetación iba conquistando las laderas laterales, avanzábamos y poco a poco aparecen ranchos.
A la salida de Capitol Reef N.P. de nuevo cambia el paisaje, cambian los colores y comienza a dominar la biología sobre la geología. Una carretera de montaña nos va subiendo poco a poco hasta un precioso bosque amarillo de álamos temblones. La altura, las vistas, el otoño explosivo, los decorativos cadáveres de árboles,… recuerdo muy bonito este trayecto.

Continuamos nuestro camino y paramos a cenar en The Trading Post en Boulder, un personal muy agradable y unas burgers ecológicas muy ricas.

Continuamos nuestra marcha hacia Bryce… nuestro destino principal en Utah. No sabríamos que situación nos encontraríamos a la mañana siguiente OMMMmmmmm.
Seguimos hacia P.N. Grand Staircase Escalante y ascendemos tanto que las laderas desaparecen y recorremos la columna vertebral de Devil’s Backbone…una breve parada para sentir las vertiginosas sensaciones de esta muy recomendable carretera diferente y superescénica. Poco a poco se iba la luz y continuamos nuestro camino pasando a oscuras por Henrieville, Cannonville y Tropic. Tras la subida final alcanzamos de noche la meseta de Bryce. Había sido una jornada muy escénica, sin duda, las preciosas RD24 y RD12 son dignas de adopción!!! jeje.
Gracias a todas las cancelaciones que hubo en Bryce por motivo del shutdown …conseguimos a última hora, y a través de booking, una interesantísima oferta en el Ruby´s Inn …a años luz del cutre casi carromato de Mexican Hat.
Cuando salimos del coche para hacer el checking somos conscientes de los 2.700 m de altitud y de la importante bajada de temperatura… hace un frío que pela, pero por suerte cuando llegamos a nuestra habitación XL la calefacción nos espera a tope. Hoy habíamos hecho casi seiscientos kilómetros con sus muchas paraditas…el frío no invitaba a salir…y las nubes no dejaban ver las estrellas, cansados y calentitos nos quedamos en la habitación deluxe. Ojalá mañana tengamos suerte… Ommmm. Crucemos los dedos….
Km totales: 593 km
Mexican Hat- Hanksville: 225km (3h 12min)
Hanksville-Fruita: 58km (51min)
Fruita-Torrey: 50km (1h 12min)
Torrey-Boulder: 113km (2h 30 min)
Boulder-Escalante: 65km (1h 20min)
Escalante-Bryce: 82km (1h 17min)
DÍA 6.- BRYCE Y KODACHROME
Nos levantamos muy tempranito, y al asomarnos al exterior nos llevamos una grata sorpresa…había nevado por la noche!!. Una máquina quitanieves despeja la carretera y el parking, vemos una laguna casi helada y gente haciéndose fotos en sus impolutas orillas, los árboles cubiertos de nieve…guauuu ¿te imaginas que pudiéramos ver algo de Bryce y encima nevado?....corre!!! corre!!...
Después de hacer el rápido checkout tocaba quitarle la nieve al coche!!!...dicen que donde fueres haz lo que vieres…pues imitamos a nuestros experimentados vecinos que con la percha del hotel, metida dentro de la bolsa de plástico que suele haber en los armarios para la colada, improvisaban una práctica rasqueta.
Con los dedos cruzados nos pusimos en marcha. Un bonito paisaje de coníferas nevadas y caballos nos acompañan hasta la entrada de Bryce,…cuando el maldito luminoso nos saca de los matutinos mundos de Yupi y nos devuelve a la realidad… el parque, maldita sea GrrrrrrrrrrrrrRRRRRRRRRRRRRR, continua cerrado!!!. Creo que ahí, si hubiera tenido un pelo, sí que me corto las venas o, peor aún, estrangulo con él a la ranger. OMMMMMMMM muy mayúsculo.

Volvían a ponerle puertas al monte y conos y vallas y rangers XL!!!! Grrrrrrrrr …pero me negaba, no me consentía!!…teníamos que intentarlo. Recordaba que además de la carretera plagada de miradores que recorría el parque, había algunos trails, y también en recepción nos comentaron que había una parte donde ellos tenían algún tipo de concesión para realizar actividades y que se podía visitar.
Media vuelta, Jenny se recalcula y le pedimos que nos lleve al inicio del Mossy Cave trail… teníamos que intentarlo!! probaríamos suerte. Ommmmmmm. Por el camino comenzamos a ver los primeros hoodoos surrealistas decorados con nieve. El agua humedece los colores…intensificando los anaranjados de la tierra que contrasta con el blanco y verde del entorno…Cuando llegamos al parking desde donde comienza el trail vemos un par de coches aparcados. Nos asomamos y Grrrrrrr aquí también han intentando ponerle puertas al monte, una enclenque cinta de obra nos separa de otro de los grandes motivos de este viaje. No puede ser!!!...
Pensamos, respiramos…Ommmmm….y deliberamos mientras disfrutamos de nuestro picnic con vistas privilegiadas y nos preguntábamos…
- ¿Será muy cara la multa? ¿iremos a la cárcel que …los gringos son muy exagerados? ¿en qué estado dice que estamos hoy, ¿hay cadena perpetua?? …Vemos huellas humanas en la nieve…quizás haya gente dentro…algunas nos parecen de ¿niño?…¡¡Ni Ommmm ni Grrrrrr ni leches ni pepinillos en vinagre ni hostias!!…era el momento de la acción, era el momento de infringir las leyes americanas y colarnos por el idílico sendero!!.
Y allí que nos colamos. El sonido del arroyo, las caprichosas esculturas, el silencio...sin duda disfrutamos de cada paso clandestino, recorrimos parte del trail pero no pudimos avanzar demasiado porque no íbamos preparados para un sendero en estas condiciones donde a ratos la nieve, el barro, el hielo y el deshielo lo complicaban todo haciéndolo incluso peligroso,... pero pudimos adentrarnos lo suficiente para quedar hechizados por el espectacular rincón que parecía sacado de un auténtico cuento.

Era solo una millonésima parte de Bryce lo que estaba ante nuestros ojos pero al menos pudimos caminar entre y bajo los hoodoos y disfrutar del espectáculo que la nieve y los colores nos ofrecían. Desconocíamos el pronóstico del tiempo y unas amenazantes nubes nos empujaron hacia Kodrachrome Basin, visitaríamos el parque y podríamos repetir el trayecto por el que pasamos a oscuras la noche anterior.
Atravesamos Tropic y nos desviamos en Cannonville por Cottonwood canyon Rd. Vuelven las calabazas esta vez decorando las puertas y jardines de las típicas casas americanas que salpican el camino.
Recorrimos el colorido parque que al parecer debe su nombre a las populares películas fotográficas usadas en la zona por los primeros equipos que envió National Geographic. A nuestro alrededor… elevadas y simétricas megadunas de coloridos barros se erosionan dejando al descubierto su corazón más duro, amarillentos montículos con rojos cinturones, ocres colinas, altísimos pináculos color fuego, cadáveres de árboles fotogénicos… Disfrutamos del despliegue geológico de aquel mundo technicolor full HD y pudimos hacer un par de cómodos, escénicos y panorámicos trails.

La mañana, como intuíamos, se había ido despejando poco a poco y decidimos de nuevo intentar buscar alguna clandestina entrada que nos permitiera volver a colarnos a Bryce.
Dejamos nuestro coche en un parking y comenzamos a andar por un trail que en teoría podía llevarnos al anfiteatro. Había salido el sol y la mañana estaba radiante, nos pusimos en marcha. El fácil sendero se complicaba por momentos,…lo abandonamos y lo intentamos por las inestables piedras…pero se perdían las pocas veredas complicando el asunto. Estábamos rodeados de árboles que nos impedían ver, nos encontramos con otros turistas que se daban la vuelta,…las circunstancias y el sentido común mandaban, no era cuestión de doblarnos un tobillo … y decidimos dar la vuelta y buscar otro resquicio por donde infiltrarnos.
Es cierto que si no hubiera nevado esa noche quizás hubiéramos podido avanzar más en nuestras incursiones clandestinas al parque…pero bueno, lo encajamos como un peaje a pagar por haber podido disfrutar de Bryce con y sin nieve.
Comemos nuestro picnic y nos volvemos al coche. Los descendientes de Mr Rubby tienen en Bryce un auténtico monopolio, a la cadena pertenecen alojamientos de distintas categorías, muchas de las tiendas de suvenires, actividades (caballos, rodeos, rutas…)…y gracias a la concesión tuvimos acceso a una de las esquinas del parque.... y por fin pudimos asomarnos y ver los preciosos hoodoos ahora desde las alturas. Nuevamente era una millonésima parte de Bryce…lindaba con la parte prohibida donde un cartel de no pasar nos disuadía de seguir….A veces entre los Ommm y los Grrrr pensábamos que los turistas deberíamos hacer piña y colarnos en todos los parques…que nos detuvieran o multaran a todos. No conspiramos, pero sí que nos contagiamos unos a otros y después de que se atreviera algún primer turista poco a poco casi todos acabamos colándonos al lado prohibido.

Formábamos parte de un internacional y simpático reguero de infractores que en la clandestinidad recorríamos el agradable sendero …disfrutando por fin de las apoteósicas vistas. Familias, ancianos, chinos, americanos, …..hasta rectos alemanes… nos cruzábamos y nos saludábamos con esa media sonrisilla traviesa de niños malos.
Y por supuesto que nos quedamos allí el resto de la tarde, recorrimos el trail varias veces disfrutando de las caprichosas formas y colores y de los cambios que sobre el entorno producía el juego de luces. A lo lejos veíamos negras nubes recorrer un precioso valle rodeado de altas montañas con cumbres nevadas, …nos parece que las nubes comienzan a lo lejos a descargar…y entonces lo vemos…un precioso arcoíris completa la idílica estampa. Espectacularrrr!. Siento como nuevamente la naturaleza me sobrepasa y me encojo muchísimo ante tanta belleza…cualquier día de estos me da el síndrome de Stendal en su versión rústica o ecológica o natural l!!...Inolvidable.
No era la mejor orientación para ver el atardecer pero allí nos quedamos hasta que el viento frío que se levantó nos echó del mirador. Nos pusimos en marcha, pasaríamos la noche en Cannonville, en el Grand Staircase Inn, otra interesante oferta con desayuno incluido. Acabamos la jornada comprando provisiones en el supermercado de la planta baja del motel y cenando en la cómoda habitación.
Bryce - Kodachrome: 42km (54 min)
gracias muchas !!