Día 7
Hacemos el check-out después de desayunar para compensar la dieta del día anterior y nos despedimos de nuestra cabañita. Para llegar a Bonifacio, escogemos la carretera del medio, es decir la que pasa por Vivario, Ghisoni, Zicavo, es decir por el Col de Verde. Por el camino arbolado hay muchos cerditos salvajes monísimos que aparecen en medio de cualquier curva.

F va a toda pastilla y yo tengo miedo de que nos aparezca de repente una vaca y salga volando. O nosotros... En Zicavo, nos desviamos hacia Guitera para comer en el restaurante Chez Paul-Antoine, recomendado por la Lonely y que nos encanta. Volvemos hacia atrás y pasamos por Aullène, la carretera se hace más terrible peligrosa pero F se lo pasa en grande. Seguimos por Quenza y Zonza donde paramos aunque solo a beber algo. Seguimos la carretera por el Lac d'Ospedale que se ve precioso a esta hora de la tarde.

Por fin, después de varias horas, llegamos a la costa sur. En Pallombaggia nos acercamos a la playa y me pego un merecido baño mientras F hace de mirón cabreado porque no le da la gana meterse al agua.

Volvemos al coche y por fin llegamos al sitio donde vamos a dormir cerca de Bonifacio, la Villa Rach-Gia. La verdad he reservado estos hoteles fuera de las ciudades y todos son un poco raros pero tenemos suerte y no nos decepcionan. Esto está perdido en medio de un campo, realmente parece que estemos solos en medio de un mundo desolado, pero finalmente tiene mucho encanto, aunque a primera vista, desde fuera, parecía lo peor. Vamos a cenar a Bonifacio y volvemos a dormir a nuestro bunker campestre.