S 16/08 Yellowstone (Upper, Black Sand, Biscuit, Midway y Lower Geyser Basin) ✏️ Diarios de Viajes de USA

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FALTAN FOTOS
¡¡¡Sí!!! Al fin ha llegado el día en que voy a visitar la Grand Prismatic. Me levanto nerviosa y lo primero que hago es mirar por la ventana para ver si el día está despejado. En mi planning inicial, la visita a la Grand Prismatic no la dejaba para el último día por si había algo que salía mal, pero con el cambio de días, de hoteles y para no recorrer millas en balde, no quedaba otro remedio que hacerlo así. Por suerte, el día fuera pintaba estupendo.
Desayunamos en la habitación la bollería que habíamos comprado en Cody y salimos hacia Yellowstone después de comprar nuestra ración diaria de café. Por suerte, en West Yellowstone, es mucho más fácil conseguir nuestro “néctar de los dioses” y ya le habíamos echado el ojo al lugar donde conseguirlo desde la tarde anterior. Por si a alguien le interesa en la intersección entre Canyon St. y Yellowstone Ave. hay una pequeña caseta de madera (justo enfrente de la gasolinera) donde preparan cafés.
Comenzaremos el día, por el punto más lejano previsto para hoy y uno de los emblemas del parque: el géiser “Old Faithful” localizado en la Upper Geyser Basin, la zona de mayor concentración de géiseres del mundo.
Atravesamos la garita de entrada a las 7:15 y el reloj marca casi las 8 cuando llegamos al parking extrañamente vacío a estas horas. Al principio nos cuesta un poco ubicarnos en el enorme aparcamiento pero en pocos minutos andando damos con el visitor center. Aprovechamos para comprar el folleto de 1$ de la zona y tras comprobar que la hora de erupción prevista es a las 9:39 (recuerden que las horas de erupción prevista para éste y otros géiseres se pueden comprobar en el Visitor Center), nos ponemos en marcha.
Bordeamos las gradas vacías del Old Faithful, del que emana una constante columna de humo, en dirección a Geyser Hill. Todavía queda 1:30 hasta que el “viejo fiel” despierte, así que visitaremos esa zona antes de subir a Observation Point.
Comenzamos a recorrer la pasarela de Geyser Hill por la derecha.
Sobre las 10 de la mañana nos dirigimos hacia Observation Point, a pasito ligero por si el “Viejo” decide adelantarse. Tardamos 20 minutos en recorrer el sendero en zigzag de solo 1/2 milla pero con una elevación de 200 pies. Cogemos posiciones acompañados de un grupo de franceses con tropecientos niños que no se callan ni un segundo… Este géiser, erupciona generalmente cada 90 minutos, puntualidad que le valió su nombre desde 1870, aunque puede variar entre 50 y 120 minutos. Las erupciones duran de 2 a 5 minutos y pueden expulsar entre 14.000 y 32.000 litros de agua hirviendo a una altura de entre 30 y 55 metros. Casi agotando los 10 minutos de margen sobre la hora prevista, “Old Faithful” comenzó a erupcionar. Se nos hizo bastante corto y cuando acabó, nos quedamos… ¿ya está? jajajaja La verdad es que este primer contacto nos decepcionó bastante; ¿sería la posición en la que estábamos? ¿el vapor que no deja ver realmente hasta que altura llega el agua? Más tarde, con una visión más cercana podríamos emitir un veredicto.
En lugar de bajar por el mismo sitio, nos dirigimos hacia Solitary Geyser, uno de los más alterados por los humanos. Es bastante bonito, con sus cristalinas aguas azules y un círculo naranja que lo bordea. Nos quedamos un rato hasta que una enorme burbuja surge de las profundidades haciéndolo erupcionar. En 1915, cuando todavía no se sabía demasiado de los géiseres, se pretendió aprovechar su agua con un tubo que hizo descender el nivel del agua 3 pies. Rápidamente, esta “piscina” en calma se convirtió en un géiser que erupciona cada pocos minutos. El tubo se retiró y el nivel del agua volvió a la normalidad, pero la actividad del géiser continuó. Esto sirvió para aprender que una vez que se manipula el delicado equilibrio de estas maravillas naturales, no se puede volver a restaurar. Nos quedamos allí hasta que nos alcanzan los franceses que rompen el bonito silencio del que disfrutábamos.
Llegamos de nuevo hasta la pasarela de Geyser Hill que recorrimos hace un rato y enlazamos con la pasarela a la derecha de Lion Group. Seguimos el sendero, sorprendiéndonos a cada paso con las formas y colores de las piscinas. La zona está llena de géiseres, pero lamentablemente no nos cuadra ninguna erupción de los más importantes mientras estamos allí.
Al llegar a Grotto Geyser, la pasarela de madera se une con el camino de asfalto que nos llevará hasta la Morning Glory Pool.
Nos desviamos hacia Riverside Geyser, uno de los más predecibles y que se encuentra a orillas del río Firehole. Su erupción es muy fotogénica porque forma un arco sobre el río pero, una vez más, la hora de erupción no nos cuadra.
Dejamos atrás a los géiseres Fan, Mortar y Spiteful y alcanzamos la que sin duda, hace que valga la pena llegar hasta aquí: la Morning Glory Pool. En cuanto la ves por primera vez, son inevitables los ohhh y ahhh de asombro.
En la década de los 50, presentaba una tonalidad azul profundo pero las monedas y basura que los visitantes tiran a su interior, formó un atasco, bloqueando parcialmente la fuente subterránea de calor. Esto hizo que se redujera la temperatura del agua, y en consecuencia, el tipo de bacterias que viven en la piscina. Con el cambio de color, el nombre de la piscina ya no se ajusta a la realidad, puesto que su nombre se debe al parecido que antes tenían sus aguas con el color de la flor del mismo nombre.
Es inevitable pasar un buen rato observándola desde las gradas que la rodean. Se pueden ver fotos antes de ir pero ninguna se acerca lo más mínimo a la realidad. INDESCRIPTIBLE.
Damos media vuelta e iniciamos el recorrido de vuelta por el camino de asfalto hasta alcanzar de nuevo Grotto Geyser. Decidimos desviarnos hacia la derecha por el recorrido que nos llevará hasta Punch Bowl Spring, otro sitio chulísimo.
Cerca de nuevo de Old Faithful, nos desviamos un poco para ver Crested Pool, otra preciosa piscina de aguas azules rodeada por una “cresta” blanca y una manta exterior de color naranja.
Queda muy poco para la siguiente erupción cuando alcanzamos las, ahora, atestadas gradas del Old Faithful. Nos sentamos donde podemos y comienza de nuevo. Creo que desde aquí la experiencia gana pero no tanto como para justificar que sea uno de los lugares que más turistas atrae en Yellowstone.
Son las 12:30 del mediodía, por lo que hemos invertido 4:30 en visitar esta zona del parque,¡madre mía!
Nuestro siguiente destino es Black Sand Basin, a 1,6 kilómetros de Old Faithful pero cuando llegamos allí, el parking está lleno así que decidimos continuar hacia Biscuit Basin. Esta zona es bastante pequeña comparada con la que acabábamos de visitar pero resultó ser una de las sorprendentes.
La primera piscina es la Black Opal Spring, una piscina preciosa de color azul mate conectada con la Black Diamond Pool, con otro tono de azul. El contraste entre ambas es espectacular.
La pasarela de madera salva un canal de microorganismos de color naranja que fluye de la Sapphire Pool, la piscina con el color azul más increíble que haya podido ver jamás. Ya sé que cuando se usa tanto el mismo adjetivo se pierde credibilidad pero es que realmente es impresionante.
Giramos a la derecha, hasta alcanzar Mustard Spring, llamada así por el color mostaza de su cráter. Cuando llegamos a la altura de Shell Geyser, su compañero cercano, Jewel Geyser, erupciona durante poco más de un minuto.
Damos por concluida la visita a esta zona y desandamos un par de kilómetros hasta alcanzar nuevamente Black Sand Basin. Esta vez tenemos más suerte y ya hay varios aparcamientos libres. Los 400 metros del sendero apenas nos llevan 20 minutos:
Sunset Lake: una piscina azul con el borde amarillo y naranja que ya hemos visto en otras pero quizás menos intenso.
Emerald Pool: con un profundo verde esmeralda que contrasta con su borde naranja.
Y para terminar, la que más gustó de esta zona: la Opalescent Pool. No está en el trail principal y para verla hay que caminar hacia la derecha del parking, en dirección hacia la carretera. No sé si es porque es distinta a las demás o por mi predilección por las piscinas de color mate pero me encantó.
Son las 2:20 de la tarde y se acerca la hora de la visita estrella del día, así que nos ponemos en marcha hasta donde comienza el trail a las Fairy Falls. Se ve que el “secreto” a estas alturas ya es un secreto a voces porque el parking está lleno y terminamos aparcando, junto a otros muchos coches, en el arcén de la carretera principal.
Renovamos nuestra capa de protector solar y andando… Ya empiezo a flipar desde el sendero al ver reflejados los colores en las nubes de vapor que emana la piscina. Después de unos 10 minutos, un camino de tierra a la izquierda se separa del camino principal y comenzamos a ascender. Tuve que hacer un esfuerzo para no mirar atrás, así que me concentré en el camino. El ascenso no es de los más difíciles pero tampoco es un camino de rosas. A la inclinación, hay que sumar los obstáculos en forma de árboles caídos que hay que ir saltando.
Cuando consideramos que hemos subido suficiente, nos giramos… y … allí está… La Grand Prismatic Spring. Es incomparable con cualquier otro lugar que haya visto, no me podía creer que estuviera allí. Tenía hasta ganas de llorar de la emoción…
Los primeros registros de ella datan de los primeros exploradores europeos. En 1839, un grupo de cazadores cruzaron la cuenca y registraron un “lago hirviente”, muy probablemente refiriéndose a la Grand Prismatic. Los colores vivos de los bordes con el resultado de las bacterias pigmentadas que proliferan ahí, mientras que el centro de la fuente es estéril debido al calor extremo. El color azul central es tan intenso debido a la alta pureza y la profundidad del agua en el medio de la fuente (50 metros). Se estima que expulsa 2.100 litros a 70ª cada minuto.
Nuevamente, la magia del momento, la rompen algunos visitantes ¡Manda h…! ¿Tan difícil es observar en silencio? Ascendimos un poco más para poder disfrutar de esta maravilla con más tranquilidad. Si es por mí, todavía estaría allí…
Son casi las 4 de la tarde cuando regresamos. La siguiente parada iba a ser la Midway Geyser Basin, para ver la Grand Prismatic desde las pasarelas, pero antes necesitábamos comer. Consultamos nuevamente el mapa para ver la zona de picnic más cercana y localizamos una pasado el aparcamiento de la Midway geyser Basin, un poco antes de la “Firehole Lake Drive”. El almuerzo consistió en lo típico: ensalada, sandwiches y fruta.
Después sí, nos dirigimos de nuevo a la Midway Geyser Basin. Desde aquí, se puede observar a ras de “suelo” el manantial de agua caliente más grande del parque, y el segundo más grande del mundo, con sus cerca de 100 metros de diámetro.
Cruzamos el rio Firehole a través de un puente de madera y nos encontramos con el Excelsior Geyser que, al contrario que su “vecina” la Grand Prismatic, se aprecia mejor de cerca. Ahora inactivo (su última erupción fue en 1985), en su día fue el mayor géiser del mundo, con erupciones de hasta 100 metros. En la actualidad, de él emana la friolera de 15.000 litros de agua a 92º cada minuto. Cuando la inmensa nube de vapor te lo permite, se pueden distinguir sus numerosos tonos de azul. Cuidado con sombreros, gorras… porque se ve que el Geyser tiene predilección por ese tipo de complementos.
Seguimos avanzando por la pasarela hasta alcanzar los dominios de la Grand Prismatic. Es enorme y sin duda, para valorarla realmente, hay que verla desde la colina. El sol empieza a jugar al escondite y sale y se esconde a ratos, haciéndonos retroceder lo que hemos avanzado por la pasarela para observar los nuevos tonos y matices.
Otras dos bonitas piscinas, la visita de la Oppal Pool y Turquoise Pool, completan la visita a la zona.
En un último esfuerzo hacemos una visita a la Lower Geyser Basin, recorriendo la carretera Firehole Drive, de un único sentido. La vista del Great Fountain Geyser es especialmente hermosa con la luz de esta hora de la tarde y el reflejo de las nubes en sus tranquilas aguas.
Ha sido un día agotador y hemos cumplido con el intenso planning previsto así que con esto, damos por cerrada nuestra visita al parque de Yellowstone. El camino de regreso lo hacemos con la vista puesta en los márgenes de carretera. Solo hay 1 cosa que no hemos podido hacer: ver osos.
Llegamos a West Yellowstone sobre las 7 de la tarde. Aunque la piscina del hotel resulta apetecible, decidimos dar una vuelta por la calle principal (hay que cumplir con el ritual de los souvenirs y el imán de rigor) y buscar un sitio donde cenar algo que no se parezca a una hamburguesa ni a un sandwich jeje.
El elegido fue Bullwinkle’s Saloon and Eatery (115 N Canyon St, West Yellowstone, MT 59758, Estados Unidos). Costillas de cerdo con salsa barbacoa acompañadas de verdura y papa al horno para los chicos y espagueti y pollo rebozado acompañado de verduras y un puré de papas impresionante, para las chicas. El trato genial, buen precio y la comida aún mejor.
Después de la fantástica cena, al hotel a descansar.

Gastos del día:
Cafés West Yellowstone 14$
Cena Bullwinkle’s 83,60$ (sin incluir propina)
TOTAL: 97,60$

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