Desde la lejanía el NCL Star no parecía tan intimidante. Pero de cerca es innegable que, al menos, impone. El que será nuestro hotel flotante tenía prevista la salida desde Copenhague para las 17h de ese mismo día pero desde las 12 del mediodía, se podía acceder, previo check in. Deciros que el proceso de ingreso fue sencillo y rápido debido sobre todo al orden y buenas instalaciones del puerto con bastante personal atendiéndonos. El único hándicap es, sin duda alguna, lo retirado que está de la ciudad el puerto de embarque de cruceros. Tuvimos que coger dos autobuses. Uno desde la plaza Kongens Nytorv en pleno centro de la ciudad (el 26 hasta el final del trayecto) y después el 27 hasta también su final, el cual está muy cercano a las instalaciones del puerto. Sirve el mismo billete de metro o autobús si no coges el último transporte más tarde de una hora y media desde que lo validas por primera vez cosa que si no te distraes no suele ocurrir.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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