Hemos dormido y descansado bien en nuestro hotel. Es como un pequeño oasis en el centro de la ciudad en el que hay ausencia total de ruidos. Justo después de la entrada hay un patio con cesped y abundante vegetación, donde se sirven los desayunos, y algunos pájaros revoloteando entre los árboles. Alrededor de este patio están repartidas las habitaciones y la nuestra, al menos, con baño privado.
Desayunamos (desayuno continental bueno y abundante) y salimos del hotel para ir al centro de la ciudad y su casco antiguo.
Nuestro hotel está a unos escasos 200 mts. del Paseo de la República (VIA EXPRESA), que es como un cinturón de circunvalación pero que pasa por el centro de la ciudad (a un nivel más bajo) y en el que hay un carril segregado de la circulación general por el que pasan los autobuses que conectan los barrios periféricos con el centro. Justo en ese punto hay una parada de estos autobuses (allí les llaman "paraderos") llamada "28 de Julio" que es la más cercana a nuestro hotel.
Para subirse en estos autobuses hay que adquirir una tarjeta magnética recargable y que puede ser utilizada por dos o más personas ya que cada vez que se pasa por el torno de acceso a la parada hace el descuento del saldo acumulado. Cada viaje cuesta 67 cts. de EURO, independientemente del trayecto que se haga y en nuestro caso, en 10 minutos llegamos a la parada llamada "Colmena", que está al lado de la plaza San Martín y de la calle Jirón Ocoña, que es la zona donde están las casas de cambio de divisas en las que se consigue un cambio más ventajoso. En nuestro caso conseguimos cambiar el EURO a 3,65 SOLES.
Con dinero "fresco" en el monedero, iniciamos la visita al centro y casco histórico de Lima, por la calle ( aquí "Jirón") de la Unión, plaza de Armas, catedral de Lima, sta. Rosa de Lima, st. Martín de Porres (os acordáis de FRAY ESCOBA) y un largo etcétera de iglesias y conventos, pudiendo deducir, sin lugar a dudas, de que la religión católica es mayoritaria, por no decir única.
También pudimos observar que la arquitectura de esta zona de Lima es igual a la de la mayoría de pueblos y ciudades de Castilla, quedando bien constatada la influencia de esta región de españa en este país.
Nos montamos en un autobús turístico (el clásico con el piso superior descubierto) por 2,7 EUROS (aprox.) que nos llevó en un recorrido por el centro histórico hasta el cerro de San Cristóbal, mirador privilegiado de la ciudad.
Para subir al cerro hay que cruzar por los suburbios de Lima y al pasar por medio de estos la imagen que tenemos es la de las famosas "favelas de Rio" ya que las casas (por decirlo de alguna manera) que están construidas de una manera muy básica y sin ningún tipo de acabados, van ganando terreno en las faldas de los cerros, que por lo que pudimos ver y esta fue nuestra percepción, son de dudosa estabilidad ya que están compuestos de tierra y piedras.
Llegamos a la cima del cerro y una capa de nubes i neblina nos impide ver los límites de la ciudad, capa que, según comentan los limeños, está sobre esta casi de forma permanente y a la que llaman la "panza de la burra", cosa que nos sorprendió puesto que en Tenerife, a un fenómeno meteorológico parecido lo denominan de igual manera.
Regresamos al casco histórico, comimos en un restaurante cercano a la plaza de Armas y pudimos volver a apreciar nuevas muestras de la gastronomía peruana, muy elaborada y rica en matices y sabores.
Por la tarde fuimos a los parques de Marte, de la Exposición y de la Reserva. En este último es donde está el circuito Mágico del Agua, que tiene una serie de fuentes ornamentales en las que se hace un espectáculo de luces y música. Lamentablemente estaba cerrado por tareas de mantenimiento y no lo pudimos ver.
Ya por la noche, regresamos a Miraflores y fuimos a cenar al centro comercial LARCOMAR, que està frente al mar y en el que hay muchas tiendas de moda, cines y restaurantes de diferentes especialidades.
Después de la cena a dormir al hotel. Estamos un poco cansados de "patear" Lima.
Desayunamos (desayuno continental bueno y abundante) y salimos del hotel para ir al centro de la ciudad y su casco antiguo.
Nuestro hotel está a unos escasos 200 mts. del Paseo de la República (VIA EXPRESA), que es como un cinturón de circunvalación pero que pasa por el centro de la ciudad (a un nivel más bajo) y en el que hay un carril segregado de la circulación general por el que pasan los autobuses que conectan los barrios periféricos con el centro. Justo en ese punto hay una parada de estos autobuses (allí les llaman "paraderos") llamada "28 de Julio" que es la más cercana a nuestro hotel.
Para subirse en estos autobuses hay que adquirir una tarjeta magnética recargable y que puede ser utilizada por dos o más personas ya que cada vez que se pasa por el torno de acceso a la parada hace el descuento del saldo acumulado. Cada viaje cuesta 67 cts. de EURO, independientemente del trayecto que se haga y en nuestro caso, en 10 minutos llegamos a la parada llamada "Colmena", que está al lado de la plaza San Martín y de la calle Jirón Ocoña, que es la zona donde están las casas de cambio de divisas en las que se consigue un cambio más ventajoso. En nuestro caso conseguimos cambiar el EURO a 3,65 SOLES.
Con dinero "fresco" en el monedero, iniciamos la visita al centro y casco histórico de Lima, por la calle ( aquí "Jirón") de la Unión, plaza de Armas, catedral de Lima, sta. Rosa de Lima, st. Martín de Porres (os acordáis de FRAY ESCOBA) y un largo etcétera de iglesias y conventos, pudiendo deducir, sin lugar a dudas, de que la religión católica es mayoritaria, por no decir única.
También pudimos observar que la arquitectura de esta zona de Lima es igual a la de la mayoría de pueblos y ciudades de Castilla, quedando bien constatada la influencia de esta región de españa en este país.
Nos montamos en un autobús turístico (el clásico con el piso superior descubierto) por 2,7 EUROS (aprox.) que nos llevó en un recorrido por el centro histórico hasta el cerro de San Cristóbal, mirador privilegiado de la ciudad.
Para subir al cerro hay que cruzar por los suburbios de Lima y al pasar por medio de estos la imagen que tenemos es la de las famosas "favelas de Rio" ya que las casas (por decirlo de alguna manera) que están construidas de una manera muy básica y sin ningún tipo de acabados, van ganando terreno en las faldas de los cerros, que por lo que pudimos ver y esta fue nuestra percepción, son de dudosa estabilidad ya que están compuestos de tierra y piedras.
Llegamos a la cima del cerro y una capa de nubes i neblina nos impide ver los límites de la ciudad, capa que, según comentan los limeños, está sobre esta casi de forma permanente y a la que llaman la "panza de la burra", cosa que nos sorprendió puesto que en Tenerife, a un fenómeno meteorológico parecido lo denominan de igual manera.
Regresamos al casco histórico, comimos en un restaurante cercano a la plaza de Armas y pudimos volver a apreciar nuevas muestras de la gastronomía peruana, muy elaborada y rica en matices y sabores.
Por la tarde fuimos a los parques de Marte, de la Exposición y de la Reserva. En este último es donde está el circuito Mágico del Agua, que tiene una serie de fuentes ornamentales en las que se hace un espectáculo de luces y música. Lamentablemente estaba cerrado por tareas de mantenimiento y no lo pudimos ver.
Ya por la noche, regresamos a Miraflores y fuimos a cenar al centro comercial LARCOMAR, que està frente al mar y en el que hay muchas tiendas de moda, cines y restaurantes de diferentes especialidades.
Después de la cena a dormir al hotel. Estamos un poco cansados de "patear" Lima.