El miércoles día uno de Julio era el día marcado para iniciar la subida en el MS Lofoten hacia Cabo Norte. El barco salía a las 8 de la tarde, y el embarque se podía hacer desde las cuatro, por lo que dispuse de toda la mañana para hacer un último recorrido por Bergen.
Para esa mañana tenía programado subir al monte Ulriquen 643, denominado así porque su altura sobre el nivel del mar son 643 metros. El autobús que se dirige hacia el monte sale muy cerca de la oficina de turismo y es inconfundible, de esos turísticos de dos pisos y color azulado (foto)
El billete se saca en el propio autobús y salen cada media hora.Yo tomé uno a las 9,30 de la mañana, para tener tiempo suficiente para estar en la cumbre y pasear por allí arriba. Es conveniente sacar ida y vuelta, porque está lejos para ir andando. En el billete ya va incluido el teleférico para subir al monte, que al ser más alto que el monte Floyen, tiene unas vistas más espectaculares, Allí arriba el viento soplaba con fuerza, pero merece la pena subir , pues las vistas son muy amplias: aparte de ver la comarca de Bergen en toda su extensión, el mar y sus islas, vemos hacia el interior las cadenas montañosas llenas de nieve, lagunas etc. Como digo una maravilla, y visita imprescindible también. Adjunto fotos:
Una vez que me sentí satisfecho de haber disfrutado de aquellas maravillosas vistas, descendí en el teleférico y tomé de nuevo el Ulriskbanen (bus) para regresar al centro. Todavía me dio tiempo a perderme otra vez por los angostos pasillos del Briggen antes de comer y posteriormente dirigirme al hotel a recoger la mochila e irme caminando tranquilamente a la terminal de Hurtigruten en el puerto.
Exterior e interior del Bryggen.
Una vez que llegué a la terminal presenté la reserva que había hecho por Internet en la página web de Hurtigruten con bastante antelación, y me dieron un sobre a mi nombre con diversos folletos y la tarjeta de plástico con banda magnética para acceder al camarote, subir y bajar del barco y pagar en el restaurante, y bar ( los pagos una vez que la asocias con tu Visa ya en el barco).
Después de recoger el sobre, se accede al interior de la terminal, donde una señorita, cuando se forma un grupo considerable de pasajeros, explica lo referente a los chalecos salvavidas, los pitidos de emergencia de la sirena, etc. (en Inglés y noruego, por lo que yo no me enteré nada más que de los gestos) y al terminar te ponen una pegatina en la tarjeta, como que has recibido la información para caso de emergencias. Esto es imprescindible para pasar al barco.
Total que a eso de las 5 de la tarde ya estaba accediendo al barco. Lo primero buscar el camarote y dejar las pertenencias. Pequeño y económico, lo justo para dormir, pues no necesitaba otra cosa: la cama, un armario y el lavabo. Después a recorrer e investigar el barco hasta la hora de salida, por cierto que se retrasó casi una hora, por lo que parecía ser un problema con un señor en una silla de ruedas.
Terminal de Hurtigruten desde el MS Lofoten, al fondo el monte Ulriquen 643.
El momento de la salida fue emocionante, por fin camino de cabo Norte. Todo estaba saliendo a la perfección, tal y como lo había planificado. Bergen fue perdiéndose en la lejanía, mientras en un mar en calma cruzábamos entre islotes bajos y algún puente inmenso de los muchos que se verían durante el recorrido. El sol fue bajando sin llegar a ocultarse en ningún momento, adquiriendo la atmósfera un precioso tono dorado. La mayoría de los pasajeros estábamos en cubierta observando con admiración el paso de unas imágenes largamente esperadas y unos colores preciosos que se ofrecían a nuestra vista.
Foto tomada a las 23 horas después de dejar Bergen.
Como no se hacía de noche, ya llegó un momento, a eso de la 1,30 o las dos que decidí irme a la cama, pues el día había sido largo y muchas las vivencias. No sin pena dejé la cubierta, pensando lo que me podría perder,(el paso por Floro y Maloy), pero no me quedaba otra opción. La verdad es que esa primera noche dormí fenomenalmente bien, pues estaba cansado y el suave balanceo del barco hizo que en un momento cayese en los brazos de Morfeo.