Hoy dejábamos San Francisco rumbo LA. Recorreríamos la carretera de la costa (Highway 1) durante dos días. Nuestro destino hoy seria Carmel, donde haríamos noche.
Desayunamos con Guille y Nicole para despedirnos de ellos y pusimos rumbo Santa Cruz. Nada mas dejar SF comenzamos a disfrutar de magníficas vistas
La parada en Santa Cruz fue corta, vimos la zona del parque de atracciones y seguimos con nuestro camino hacia Monterrey, donde estuvimos paseando por la zona de la playa y el puerto hasta el acuario.
Dedicamos toda la tarde a recorrer la 17 Mile drive, carretera escénica que discurre entre las localidades de Monterrey y Carmel (entre Pacific Grove y Pebble Beach) pegada a la Costa Pacífica.
Esta carretera es de pago, 10 $,ya que es una carretera privada que discurre entre mansiones y campos de golf, pero en mi opinión merece mucho la pena, el paraje y las vistas son muy chulas.
El día que fuimos estaba nublado, y aun así las playas y miradores me encantaron. Muchos dicen que en comparación con el Big Sur no merece la pena, y si que es verdad que los acantilados no tienen nada que ver, pero aquí puedes disfrutar de playas preciosas, incluso bañarte en ellas si el tiempo acompaña y eres un valiente (porque el agua corta de lo fría que esta).
Paramos en todos los puntos de interés de la carretera y en algunos que no estaban señalizados y nos parecieron bonitos. Tardamos aproximadamente unas 2h en recorrerla, ya que nos entretuvimos bastante (son 17millas, así que el recorrido en coche es a lo sumo media hora)
Nos dirigimos entonces hacia el hotel de Carmel a hacer el check in, dejamos las maletas y nos dispusimos a conocer ese precioso pueblito.
Las casitas parecen de cuento de hadas, y tienen todo supercuidado, me pareció un lugar precioso, si lo visitáis no os arrepentiréis.
Es un pueblito bastante animado, y con un nivel de vida bastante alto también… por la zona veranea gente de dinero, y los precios de los establecimientos son también elevados. Hay muchas galerías de arte y mucha oferta de restaurantes (la mayoría carísimos).
Cenamos en un italiano que nos pareció asequible, y bueno la comida no fue nada del otro mundo, más bien mala.