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Nada más cruzar el puente paramos en el Centro de Naturaleza de Cape Jourimain, no con intención de observar ningún ave (aunque vimos un montón de alcatraces negros) sino porque nos pareció que era un buen sitio desde donde fotografiar el puente infinito (12.9 km) que acabábamos de atravesar. Además también había unas bonitas vistas del faro.
Después de unas compras en el centro de interpretación, seguimos camino hacia Moncton donde nos teníamos que volver a desviar hacia nuestra segunda visita planificada del día, Hopewell Rocks. Antes hicimos una breve parada para comer en un Subway que vimos de pasada ($13,10). Algo curioso con lo que nos encontramos: un paso a nivel atravesando una autovía de dos carriles.
A las 15h45 llegamos a Hopewell Rocks. En este espectacular entorno se pueden observar la magnitud de las mareas típicas de la Bahía de Fundy. La fuerza del agua ha tallado las rocas que salen del mismísimo fondo del océano. Si queréis haceros una idea de lo que estamos hablando, el parque tiene un magnífico video donde se ve el efecto de la marea.
Para acceder a la playa, donde están las rocas, hay que pagar $18 por persona. Aunque pueda parecer un poco caro, la entrada vale para dos días consecutivos. Esto fue lo que hizo que nos decidiéramos a visitarlo a pesar de que sólo quedaba una hora, ya que la hora de la marea alta era a las 17h.
Una vez en la playa la dimensión de las rocas sobresaliendo desde la superficie del agua, hacía que nos sintiéramos como gnomos rodeados de auténticos gigantes.
Una vez en la playa la dimensión de las rocas sobresaliendo desde la superficie del agua, hacía que nos sintiéramos como gnomos rodeados de auténticos gigantes.
Cuando la marea elevó el agua hasta la base de las rocas, los guardas nos fueron diciendo que nos teníamos que subir hacia el mirador. La verdad es que la visita nos había sabido a poco.
El parking oficial, lo cierran. Pero según pudimos ver, hay gente que aparca fuera del recinto. No sabemos sí pueden hacerlo sin problema luego de llevarse alguna multa de regalo o no.
Todavía nos quedaban 345 kms. hasta la casa en Florenceville-Bristol así que no nos entretuvimos demasiado y nos pusimos de nuevo en marcha ya que queríamos hacer la mayor parte posible del viaje de día. Durante el camino hablamos sobre la posibilidad del volver por la mañana para poder ver la playa con marea baja, que es lo suyo.
A las 19h30 hicimos una parada técnica para repostar (44,16L x $1,01 = $44,73) y aprovechamos a comprar la cena para cuando llegarámos a la casa. Menos mal que habíamos avisado el día anterior, porque llegamos a las 21h.
El parking oficial, lo cierran. Pero según pudimos ver, hay gente que aparca fuera del recinto. No sabemos sí pueden hacerlo sin problema luego de llevarse alguna multa de regalo o no.
Todavía nos quedaban 345 kms. hasta la casa en Florenceville-Bristol así que no nos entretuvimos demasiado y nos pusimos de nuevo en marcha ya que queríamos hacer la mayor parte posible del viaje de día. Durante el camino hablamos sobre la posibilidad del volver por la mañana para poder ver la playa con marea baja, que es lo suyo.
A las 19h30 hicimos una parada técnica para repostar (44,16L x $1,01 = $44,73) y aprovechamos a comprar la cena para cuando llegarámos a la casa. Menos mal que habíamos avisado el día anterior, porque llegamos a las 21h.
Tras instalarnos, nos pusimos a pensar qué íbamos a hacer al día siguiente. Por un lado, nos habíamos quedado con ganas de ver Hopewell Rocks con marea baja pero estaba el tema de la distancia y supondría hacer 700 kms entre ida y vuelta en un solo día. Por otro lado, habíamos visto en la tv que se aproximaba una borrasca muy importante que dejaría lluvia fuertes por la zona de Florenceville-Bristol y claro, con tanta lluvia poco podríamos hacer.
Miramos en internet y en la zona de Hopewell Rocks daban nubes durante toda la mañana pero parecía que aguantaría sin lluvia hasta la tarde. Y eso fue lo que nos decidió. ¡¡Estamos locos!!
Miramos en internet y en la zona de Hopewell Rocks daban nubes durante toda la mañana pero parecía que aguantaría sin lluvia hasta la tarde. Y eso fue lo que nos decidió. ¡¡Estamos locos!!
*** final del día 20 ***
Shamrock Suites, Florenceville-Bristol (NB)
Web: http://www.shamrocksuites.ca
Precio: 82,5€ por noche (impuestos incluidos)
Ubicación: De paso hacia la provincia de Quebec y muy cerca de la frontera de Maine (USA).
Estado: Más que un B&B, parecía un hotel pequeñito. La habitación muy bien.
Servicios: Desayuno continental con alguna cosa cocinada (tortillas y salchichas), parking y Wifi.
Trato recibido: Correcto
Calificación: (8 sobre 10)
Como no queríamos llegar muy tarde a Hopewell Rocks, nos levantamos a las 6 de la mañana. Al mirar por la ventana vimos que, como habían anunciado los pronósticos, ya estaba lloviendo aunque no muy fuerte. Pasamos por el comedor a coger algo de desayuno para llevar y nos pusimos en marcha.
Hasta que empezamos a ver las primeras luces y fue amaneciendo no paró de llover, pero a medida que nos alejábamos de Florenville-Bristol, la lluvia fue remitiendo y desapareciendo.
Hasta que empezamos a ver las primeras luces y fue amaneciendo no paró de llover, pero a medida que nos alejábamos de Florenville-Bristol, la lluvia fue remitiendo y desapareciendo.
Cumpliendo los planes que nos habíamos marcado, llegamos a Hopewell Rocks sobre las las 10h y de nuevo, como había predicho el servicio de meteorología, no llovía.
Al llegar, sólo tuvimos que presentar la entrada que habíamos sacado el día anterior y pudimos pasar. Para llegar a las escaleras que dan acceso a la playa lo más rápido es coger el servicio de transporte que hay dentro del parque ($2 por persona) y que consiste en unos carritos de golf.
Al llegar, sólo tuvimos que presentar la entrada que habíamos sacado el día anterior y pudimos pasar. Para llegar a las escaleras que dan acceso a la playa lo más rápido es coger el servicio de transporte que hay dentro del parque ($2 por persona) y que consiste en unos carritos de golf.
A las 10h15 ya estábamos para bajar a la playa, pero antes nos informamos de todas las indicaciones que había sobre el horario de las mareas.
Una vez en la playa, el paisaje parecía totalmente difirente al que habíamos visto el día anterior. Con la marea baja, las rocas parecía aún más gigantescas. Para poder ver lo más posible, decidimos no quedarnos al principio de la playa e ir a la zona más alejada. Así luego iríamos viniendo según se acercara la hora de salir. A continuación os enseñamos una serie de fotografías de diferentes puntos del recorrido.
A medida que la marea iba subiendo, los guardas nos iban llevando hacia la salida. Parece mentira lo rápido que sube la marea cuando estás entretenido. La verdad es que lo tienen bien preparado para que ningún despistado se quede atrapado, y aún así, suponemos que alguna vez habrán tenido algún sobresalto.
Los pronósticos del tiempo se cumplieron y durante el tiempo que estuvimos recorriendo la playa no cayó ni una gota, así que a pesar de la ‘paliza’ de coche que nos habíamos metido, la visita y el esfuerzo de volver hasta aquí, había merecido la pena.
Por si el tiempo aguantaba teníamos preparadas un par de actividades más. La primera era visitar el faro de Cape Enrage y la segunda, ver unos puentes antiguos que en inglés llaman ‘covered bridges’ (puentes de madera). Realmente son los típicos puentes de madera que salen en las películas americanas como ‘Los puentes de Madison’.
Y como en internet hay de todo, encontramos una web con un directorio de los ‘covered bridges’ de Estados Unidos y Canadá. La verdad es que la web está muy bien ya que vienen las coordenadas GPS de todos los puentes, por lo que nos resultó muy fácil encontrar los más cercanos a nuestra posición.
Como nos pillaba de camino hacia el faro, el primer puente que visitamos fue el de Sawmill Creek en Hopewell Hill. El puente fue construido en 1905 y es el último puente cubierto en la ruta 114.
Por si el tiempo aguantaba teníamos preparadas un par de actividades más. La primera era visitar el faro de Cape Enrage y la segunda, ver unos puentes antiguos que en inglés llaman ‘covered bridges’ (puentes de madera). Realmente son los típicos puentes de madera que salen en las películas americanas como ‘Los puentes de Madison’.
Y como en internet hay de todo, encontramos una web con un directorio de los ‘covered bridges’ de Estados Unidos y Canadá. La verdad es que la web está muy bien ya que vienen las coordenadas GPS de todos los puentes, por lo que nos resultó muy fácil encontrar los más cercanos a nuestra posición.
Como nos pillaba de camino hacia el faro, el primer puente que visitamos fue el de Sawmill Creek en Hopewell Hill. El puente fue construido en 1905 y es el último puente cubierto en la ruta 114.
Tras este paso por los primeros años del siglo XX, seguimos ruta por la carretera 915 hacia Cape Enrage. Además de haber un faro, Cape Enrage se ha convertido en un pequeño parque recreativo para que las familias vayan a pasar el día, con una zona de juegos que incluye hasta una tirolina. Como estábamos casi en octubre, todas las actividades estaban cerradas (tampoco es que nos fuéramos a lanzar por la tirolina, jejeje), pero así todo pudimos pasar (previo pago de $5 por persona, no vale la PASS) a ver de cerca el faro y disfrutar de unas increíbles vistas de la bahía de Fundy. El faro fue construido en 1840 y es uno de los más antiguos de toda la costa de la bahía.
Como ya eran casi las 14h, aprovechamos que el restaurante estaba abierto para probar la comida ya que nos habían hablado muy bien de él. Y tenemos que decir que efectivamente estuvo muy bien. Dimos buena cuenta a unos mejillones de entrante y luego poutine de langosta. Entre los dos pagamos $57,63.
Con el estómago lleno, seguimos por la 915 hasta el pueblo de Alma donde repostamos (51,54L x $1,02 = $52,72). Desde el pueblo cogimos una pequeña carretera que nos llevó hasta el siguiente puente: el puente de Point Wolfe. Este puente está dentro del Fundy National Park, por lo que tuvimos que enseñar la Discovery Pass. (la verdad es que el pase que compramos en 2014 para los parques de las rocosas, nos ha servido en 2015 hasta el último día… !!y lo hemos “exprimido” bien, bien!!
Para llegar al último puente que teníamos previsto visitar (el de Fifty Five River), tuvimos que retroceder hasta Alma y coger la carretera 45… bueno es un decir llamarlo carretera, ya que era una pista forestal en toda regla. Aquí vimos los primeros árboles con las hojas rojas, sinónimo de que al otoño le quedaba poco por llegar. (¡¡una pena no haber podido estar un par de semanas más, jejeje)
A medida que había avanzado la tarde, el cielo se iba poniendo cada vez más negro, aunque no fue hasta que llegamos a este puente cuando empezaron a caer las primeras gotas. No nos podíamos quejar porque por lo menos habíamos podido disfrutar de todo el día sin acordarnos de la puñetera lluvia.
A medida que había avanzado la tarde, el cielo se iba poniendo cada vez más negro, aunque no fue hasta que llegamos a este puente cuando empezaron a caer las primeras gotas. No nos podíamos quejar porque por lo menos habíamos podido disfrutar de todo el día sin acordarnos de la puñetera lluvia.
En el lapso de tiempo que estuvimos sacando fotos al puente y los alrededores, que no serían ni 10 minutos, las gotas iniciales se convirtieron en chaparrón, por lo que decidimos que era el momento de retirarnos y emprender el camino de vuelta a casa. Teníamos por delante 350 kms., y queríamos hacer la mayor parte que pudiéramos de día.
Al salir del parque (eran ya casi las 17h), paramos un momento en el centro de información (estaban cerrando ya) para ir al baño y hacer unas compras para el viaje de vuelta.
Desde que empezó a llover en el puente de Fifty Five River hasta llegar a casa no paró de llover en ningún momento. Sólo podemos decir que el viaje fue un ¡¡¡horror!!! Somos del norte y estamos acostumbrados a la lluvia, pero creednos cuando os decimos que nunca habíamos conducido durante tanto tiempo con una lluvia tan fuerte. Los limpias del coche estuvieron puestos en velocidad rápida durante todo el viaje y no daban abasto.
La mitad del trayecto la hicimos con la luz que iba quedando del día, pero en cuanto se hizo de noche, el viaje se hizo si cabe más pesado. Además, a causa de la incesante lluvia se formaron balsas de agua en la carretera que hizo que tuviéramos que aminorar la marcha.
En una ocasión que estábamos adelantando un coche (ninguno de los dos iríamos a más de 90 km/h), el otro coche pisó una balsa de agua y nos echó encima de nuestro parabrisas delantero tal cantidad de agua que los limpiar no eran capaces de evacuarla. Durante… no sé si fueron un par de segundos, perdimos de vista la carretera y sólo recuerdo que grité: !!Anna, no veo nada!! Por instinto, solté el acelerador, mantuve el volante recto y esperé a que los limpias hicieran su trabajo. Fueron unos segundos que se convirtieron en eternos…..
Para que os hagáis una idea de lo que llovía, os ponemos un video que grabamos antes de que nos lleváramos el susto.
Al salir del parque (eran ya casi las 17h), paramos un momento en el centro de información (estaban cerrando ya) para ir al baño y hacer unas compras para el viaje de vuelta.
Desde que empezó a llover en el puente de Fifty Five River hasta llegar a casa no paró de llover en ningún momento. Sólo podemos decir que el viaje fue un ¡¡¡horror!!! Somos del norte y estamos acostumbrados a la lluvia, pero creednos cuando os decimos que nunca habíamos conducido durante tanto tiempo con una lluvia tan fuerte. Los limpias del coche estuvieron puestos en velocidad rápida durante todo el viaje y no daban abasto.
La mitad del trayecto la hicimos con la luz que iba quedando del día, pero en cuanto se hizo de noche, el viaje se hizo si cabe más pesado. Además, a causa de la incesante lluvia se formaron balsas de agua en la carretera que hizo que tuviéramos que aminorar la marcha.
En una ocasión que estábamos adelantando un coche (ninguno de los dos iríamos a más de 90 km/h), el otro coche pisó una balsa de agua y nos echó encima de nuestro parabrisas delantero tal cantidad de agua que los limpiar no eran capaces de evacuarla. Durante… no sé si fueron un par de segundos, perdimos de vista la carretera y sólo recuerdo que grité: !!Anna, no veo nada!! Por instinto, solté el acelerador, mantuve el volante recto y esperé a que los limpias hicieran su trabajo. Fueron unos segundos que se convirtieron en eternos…..
Para que os hagáis una idea de lo que llovía, os ponemos un video que grabamos antes de que nos lleváramos el susto.
Seguimos camino hacia nuestro destino si cabe con más cuidado y a menos velocidad (había tramos que los coches frenaban hasta por debajo de los 80 km/h). Los únicos a los que parecía no afectarles la lluvia eran los camiones que nos adelantaban como si nada.
No sé si por el susto o por las ganas que teníamos de llegar, hicimos todo el trayecto sin hacer una sola para y a las 20h45 llegamos a Florenceville-Bristol. Paramos en el Subway que había cerca de la casa y cenamos un par de sándwiches ($13,10).
Y para acabar el día tuvimos otro pequeño sobresalto porque al terminar de cenar, y a pesar de que en esos momentos había dejado de llover, al cruzarnos con un coche que estaba atravesando un charco, nuestro parabrisas se volvió a llenar de agua y esta vez a pesar de que íbamos a muy poca velocidad no nos lo esperábamos, y el susto fue casi mayor.
Al llegar a la casa, nos cruzamos con la anfitriona. Nos dijo que no había parado de llover durante todo el día en la zona e incluso estaban en alerta por posible desbordamiento del río e inundaciones. Al final resultó un acierto irnos hasta HopeWell Rocks y los sobresaltos con el coche, los guardamos en un cajón.
No sé si por el susto o por las ganas que teníamos de llegar, hicimos todo el trayecto sin hacer una sola para y a las 20h45 llegamos a Florenceville-Bristol. Paramos en el Subway que había cerca de la casa y cenamos un par de sándwiches ($13,10).
Y para acabar el día tuvimos otro pequeño sobresalto porque al terminar de cenar, y a pesar de que en esos momentos había dejado de llover, al cruzarnos con un coche que estaba atravesando un charco, nuestro parabrisas se volvió a llenar de agua y esta vez a pesar de que íbamos a muy poca velocidad no nos lo esperábamos, y el susto fue casi mayor.
Al llegar a la casa, nos cruzamos con la anfitriona. Nos dijo que no había parado de llover durante todo el día en la zona e incluso estaban en alerta por posible desbordamiento del río e inundaciones. Al final resultó un acierto irnos hasta HopeWell Rocks y los sobresaltos con el coche, los guardamos en un cajón.
*** final del día 21 ***
Hoy era un día de traslado. Teníamos todo el día por delante para acercarnos lo más posible a Niagara y a Toronto donde íbamos a pasar los últimos días del viaje. Nos levantamos temprano, tras desayunar casi sin sentarnos, emprendimos la marcha. En la calle había 8°C y aunque estaba nublado, no llovía.
Antes de dejar Florenceville-Bristol no pudimos dejar de fotografiar la entrada a las oficinas centrales de McCain. Si, si, los de las patatas. Inicialmente teníamos previsto haberla visitado, pero la climatología hizo que cambiáramos nuestros planes.
Antes de dejar Florenceville-Bristol no pudimos dejar de fotografiar la entrada a las oficinas centrales de McCain. Si, si, los de las patatas. Inicialmente teníamos previsto haberla visitado, pero la climatología hizo que cambiáramos nuestros planes.
A las 7h atravesamos el Viejo puente de Florence-Bristol y tras un breve paso por la carretera 110, cogimos la Transcanadian Hwy 2 que nos llevaría hasta la frontera con la provincia de Quebec. También llenamos el depósito de gasolina (38,66L x $1,01 = $39)
Cuando pusimos en el GPS la dirección del hotel donde íbamos a pasar lo noche, casi nos da un patatús al ver que teníamos por delante casi 1200 kms. La verdad es que ya lo teníamos asumido, pero verlo en la pantalla del GPS… Por lo menos teníamos a nuestro favor que las provincias de Quebec y Ontario tienen una hora menos que New Brunswick, Prince Edward Island y Nueva Escocia, así que ganábamos una hora más para hacer el viaje.
Según íbamos haciendo kilómetros, el cielo se fue abriendo e hicieron acto de presencia los primeros rayos de sol que iluminaban los coloridos árboles de los laterales de la carretera. Cuanto más al norte, los amarillos y los rojos predominaban en las copas y volvimos a pensar que nos faltaban dos semanas más para poder disfrutar del panorama.
Antes de pasar a Quebec, hicimos una breve parada en el pueblo de Grand Falls donde hay una gran cascada casi en el centro del pueblo. Al ser octubre la cascada no llevaba mucha agua, pero aprovechamos la parada para re-desayunar en un Tim Hortons ($7,20).
A las 9h dejamos New Brunswick y entramos en la provincia de Quebec. Una cosa que nos llamó la atención es que el francés pasó a ser el idioma exclusivo en las señalizaciones de tráfico. Sabemos que Quebec es una provincia francófona, pero nos extrañó que el inglés desapareciera por completo de las señales en la autopista que atraviesa la provincia.
Para hacer más llevadero el viaje, nos dedicamos (Anna se dedicó claro… yo estaba conduciendo) a sacar fotos de las cosas que nos iban llamando la atención.
A las 13h, aprovechando una parada técnica en Saint-Apollinaire, no nos complicamos mucho en buscar y comimos en un McDonalds ($19,17) y llenamos el depósito (40,21L x $1,12 = $45,20).
Sobre las 15h circunvalamos la ciudad de Montreal y poco después atravesamos el puente de Serge-Marcil (peaje $2,40) para pasar a la otra orilla del rio San Lorenzo.
Sobre las 15h circunvalamos la ciudad de Montreal y poco después atravesamos el puente de Serge-Marcil (peaje $2,40) para pasar a la otra orilla del rio San Lorenzo.
A media tarde, llegamos a la frontera con la Ontario, nuestra provincia destino, aunque aún nos quedaban unos cuantos kms. hasta la ciudad de Osawa (donde había reservado una habitación para pasar la noche antes de llegar a Niagara). Algo curioso es que entre las señales de tráfico, había otras que te indicaban claramente cuantos puntos del carné de conducir te quitarían si rebasabas los límites de velocidad y te pillaban, claro!!
La última parada la hicimos a la altura de Kingston. Estiramos un poco las piernas y llenamos de nuevo del depósito (43,74L x $1,01 = $43,96).
A las 20h30 llegamos a Osawa y nos registramos en el hotel Best Western. En cuanto nos instalamos, salimos a buscar un sitio para cenar. Nos gustó el Swiss Chalet. La cena para los dos nos salió por $36.
A las 20h30 llegamos a Osawa y nos registramos en el hotel Best Western. En cuanto nos instalamos, salimos a buscar un sitio para cenar. Nos gustó el Swiss Chalet. La cena para los dos nos salió por $36.
*** final del día 22 ***
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