Antepenúltimo día de viaje, para ese jueves de agosto teníamos planificado terminar con la Serra da Tramuntana, visitando el Monestir de Lluc, el Cabo Formentor y Pollença.
Salimos de Alaró, y tras pasar por Inca, enfilamos la carretera y al cabo de 40-45 minutos llegamos a nuestro destino, al Monestir de LLuc.
A la hora de aparcar el coche hay un aparcamiento por 5€, que incluye el Jardín Botánico y un Museo de Arte Sacro, sin ningún tipo de interés, ya que la principal atracción es el propio Monasterio en sí, de acceso gratuito. Mi recomendación es no aparcar el coche aquí, atrás hay diversos sitios para no tener que pagar el parking que lo intentan camuflar con la visita.
En el siglo XIII un pastor del lugar aseguró haber visto a la Virgen María en el cielo, y más tarde apareció una imagen similar en una roca. Según otra leyenda, aquí se encontró una estatuilla de la Virgen que se llevó a la aldea más cercana, Escorca, pero al día siguiente volvió a estar en el punto donde había parecido: la transportaron tres veces a Escorca y tres veces regresó al lugar. En las proximidades se construyó una capilla para conmemorar el milagro, probablemente alrededor de 1268. El santuario religioso se erigió más adelante.
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Está considerado como el lugar sagrado y de peregrinaje por excelencia de la isla, por residir en él la Virgen de Lluc, patrona de Mallorca, conocida popularmente como "La Moreneta" (La Morenita). En España existen otras vírgenes negras conocidas con el nombre de "morenita" o "moreneta", como la Virgen de Candelaria (Tenerife).

Todos los años, se lleva a cabo un acontecimiento multitudinario llamado Marcha des Güell a Lluch a peu en el que participan más de 50.000 personas que desde Palma, marchan en peregrinación en un recorrido de más de 48 kilómetros hasta llegar al monasterio.

Accedimos al recinto por un enorme claustro rodeado de jardines, donde se localizan diversas tiendas de suvenires.



El Santuario de LLuc también dispone de hospedería: los llamados Portxets, espacio antiguamente destinado a acoger a los numerosos peregrinos que acudían a LLuc, hoy transformado en un recinto de celdas familiares.


La basílica renacentista fue construida entre 1622 y 1691, con planta de cruz latina, una sola nave y tres capillas de cada lado.



Salimos de la basílica, y tras comprar unos recuerdos, tomamos el coche y pusimos dirección al Cabo Formentor.
Formentor es una estrecha península de 12 km situada en el norte de Mallorca, donde termina la Serra de Tramuntana, precipitándose sobre el mar formando acantilados de hasta 300 m de altura.

Tras pasar Pollença y Port de Pollença, nace la carretera que con un trayecto sinuoso de 18 km lleva hasta el Cabo Formentor. Fue construida en 1925 por el ingeniero Antoni Parietti Coll (Palma, 1899-1979), que también dirigió en 1933 la construcción de la carretera de Sa Calobra.

La carretera asciende rápidamente, con esplendidas de la bahía y se abre paso hacia el cabo.

Nos bajamos del coche para fotografiar el Mirador de Sa Creuta o Mirador de Es Colomer, el más famoso de los diferentes mirados a lo largo del Cabo. Está situado a 232 metros con el islote de Colomer al fondo.

A la entrada del mirador, nos encontramos con el Monumento a Antonio Parietti Coll, dedicada al ingeniero que construyó esta carretera.

Es un rincón muy bonito, donde el mar y la tierra se unen formando una bonita postal.
Hablando de postales, en numerosas imágenes, folletos o guías de Mallorca, la portada es este mirador de Sa Creuta, en la Península de Formentor (de hecho es la portada del diario). Ofrece impresionantes vistas del islote de Es Colomer.



Al lado del aparcamiento del mirador, sale una carretera que lleva a la Atalaya d´Albercuix, una atalaya construida para alertar de ataques piratas, que ofrece fabulosas vistas del Cabo, Hotel Formentor y de toda la bahía de Pollença y la de Alcudia.

Se obtienen unas preciosas vistas, todavía mejores que las de Es Colomer. Muchos viajeros pasan desapercibidos la Atalaya d' Albercuix, al no encontrarse muy señalizada; pero es sin duda alguna de lo más bonito de Formentor.



Desde aquí, la MA-2210 desciende 4 km a través de bosques hasta la Playa de Formentor (playa de Pi), una franja de arena bordeada de pinos y aguas cristalina. El aparcamiento cuesta 9€ al día.

Al lado de la playa se alza el Hotel Formentor, también conocido como Barceló Formentor. Considerado como uno de los primeros hoteles de la isla, abierto en 1929, ha alojada a personajes tan ilustres como Churchill, Chaplin, Audrey Hepburn, Gary Cooper, entre muchos otros. Hoy en día es un establecimiento de 5 estrellas.
La carretera avanza otros 11 km desde el Hotel Formentor hasta el cabo y su faro del siglo XIX.
Estos 11 km se nos hicieron un poco largos de más, pues había muchos coches y ya pasan un poco de las 2. Cuando llegamos a la entrada del faro había una cola de vehículos intenta entrar hasta el faro, para ello había un guardia que controlaba el tráfico.


El faro en sí no tiene nada de especial, pues al venir de una tierra con faros legendarios (somos de Galicia), el Faro Formentor nos supo a poco.


Tomamos el coche y volvimos de nuevo por la carretera por la venimos, y tras unos 40 minutos de trayecto llegamos a Pollença. Nada más llegar a Pollença, buscamos un restaurante que estuviera abierto y decidimos comer en Monument, situado a la entrada de la villa por la MA-2200.

Después de una buena comida, empezamos la visita por la Plaça Major, principal plaza de la localidad.

En ella sobresale la Iglesia de la Mare de Dèu dels Ángels, construida en estil gótico poco tiempo después de la conquista de 1229, pero fue totalmente remodelada en el siglo XVIII, por lo que casi todo que se puede ver es barroco.


En el interior destaca el techo pintados con frecos.




Salimos de la iglesia, y bordeándola a mano izquierda, pasamos por la Plaza Vella, que constituía el corazón de Pollença hasta la construcción de la actual Plaza Mayor en 1875.
En este lugar puede verse un lateral de la iglesia parroquial, conocida como portal de las mujeres, y una casa señorial, Can Llobera, hoy sede del Archivo Histórico y Biblioteca Municipal.

Continuamos el paseo llegamos a la escaleras del Calvari. Son 365 escalones flanqueados por cipreses desde el centro de la población hasta el Oratori del Calvari; no es extraño que lo llamen “El Calvario”, pues ya es suficente penitencia. Subir los escaleras costaba un poco, era casi después de comer y hacía bastante calor. Nos lo tomamos con calma, parando cada poco a descansar.



Llamaba la atención que a ambos lados de las escaleras había diferentes viviendas que para poder llegar a ellas no quedaba más remedio que subir escalones. Pobres vecinos



Arriba de todo se alza el Oratorio del Calvari, una capilla del siglo XVIII.


Pero lo mejor de todo, son las extraordinarias vistas que se obtienen de Pollença y de la Serra da Tramuntana.

También se contempla al fondo el Santauri de la Mare de Déu des Puig.

Tras unas cuantas fotos, bajamos las escaleras del Calvari y nos dirigimos a la Plaza de la Almoina, en el centro de la villa.
Esta plaza pequeña, cuyo nombre significa limosna, pues en ella se encontraba la casa se utilizaba para distribuir el trigo que la universidad ofrecía a los más pobres. En esta plaza predicó San Vicent Ferrer, hecho que se recuerda con una imagen del santo en una de las fachadas. Fue el lugar de inicio de la Batalla de moros y cristianos el 2 de agosto.


En la misma Plaza de la Almonina, se halla la fuente del Gallo, uno de los símbolos de la villa.

Encontramos el centro de Pollença, bastante vacío y sin la vida que tienen otras poblaciones mallorquinas.

De la plaza de la Almomina, continuando por la calle Major llegamos al Oratori de Josep.

En una calle paralela a C/Major se sitúa la Casa-Museu Dionís Bennànssar. Alberga una exposición permanente del pintor local Dionís Bennànssar.

Regresamos a la Plaça Major, donde aprovechamos para hacer unas compras.

De la Plaça Major, nos acercamos a los Jardines de Joan March. Cuenta con una torre gótica medieval y una estatua del héroe medieval Joan Mas.


Enfrente se halla el antiguo convento de Santo domingo, hoy reconvertido en Museu de Pollença y en la Oficina de turismo de la localidad.


Tras esta visita, decidimos terminar la visita por Pollença y nos acercamos a Inca, pues habíamos quedado con los familiares para cenar. Tomamos algo en una terraza y después nos invitaron a cenar a su casa.
A eso de las 11 y pico terminamos la cena, y toamos el coche para el apartamento en Alaró.