Salimos desde Guayaquil a las 23 hs. y viajamos bastante tranquilos hasta las 5,15 hs. en que llegamos a Baños de Agua Santa. Ciudad que está en el fondo de un valle rodeada por el río Pastaza y por montañas. Detrás el imponente volcán Tungurahua de más de 5000 mts. de altura cuya última erupción fue en el año 2014 pero una anterior, en 1999 provocó la evacuación total de la ciudad.
Llegamos de noche con lluvia y frío a la terminal fue una sorpresa que al entrar a la terminal un grupo de jóvenes (5 o 6) corrían pegados a la puerta del bus para abalanzarse apenas abrió para ofrecer alojamientos y tours. Mientras esperábamos que amaneciera en los salones de la terminal observamos el mismo procedimiento en varios buses, incluso alguno tropezó y quedó caído sobre el pavimento a muy poca distancia de las ruedas traseras. Evidentemente hay muchas necesidades laborales y ningún control oficial.
Tomamos un taxi que nos llevó por $1,50 hasta el Hostal Inti Luna ubicado a 8 cuadras del centro con subidas y bajadas pero absolutamente tranquilo y seguro. Tenía un lindo parque y cocina para uso de los pasajeros; fuimos atendidos por Julio que alquila el lugar y lo trabaja junto a su esposa. Pagamos $ 30 por noche por una habitación amplia y muy cómoda en primer piso incluido el desayuno (muy completo).
Aquí tampoco estaba registrada nuestra reserva desde octubre y salimos de duda cuando le mostré los whatsapp de la reservación. No hubo problemas porque había mucho lugar.
Tomamos un café y salimos a caminar a pesar de la lluvia. Baños está a 1800 msnm y tiene un clima tropical lluvioso por lo que no es raro mojarse un rato; en los días que estuvimos llovió todos los días de a ratos pero casi nunca fuerte y con una campera de agua podíamos hacer de todo. Hubo muy poco sol y mucho tiempo nublado con las nubes apareciendo entre las montañas dando un paisaje muy agradable y a veces entre nosotros con densas nieblas.
La ciudad parece pueblo, muy pintoresca, con gente de rasgos originarios y algunos hablando quechua como vimos en Otavalo hace 3 años. Está a 135 km. de Quito y a 305 km. de Guayaquil por caminos angostos y montañosos. Los precios están 30 o 40 % más baratos que en Galápagos.
El aspecto del valle es muy lindo, las montañas con manchones de chacras donde producen frutas y verduras que comercializan 2 veces por semana en pleno centro en una feria realmente llamativa. Las pendientes son permanentes, a favor o en contra, como la vida.
Volvimos con zapatillas y cabezas húmedas; nos dimos una ducha, comimos algo y dormimos una siesta. A las 16,30 hs. salimos para aprovechar que había salido el sol; falsas expectativas porque fueron pocos minutos. Había mucha gente en el centro (sábado). Los negocios se dividen en turismo (tours), comidas, artesanías y farmacias.
Hay mucho respeto por el peatón y la circulación de vehículos es generalmente lenta salvo algún irresponsable.
Compramos una pizza chica a $ 2,75 y a comerla en el hostal y descansar temprano. Las noches de bus te pasan factura cuando los viajes son largos (6 horas) y de noche porque nunca se descansa bien.
Durante la noche llovió bastante y amaneció con nubes muy bajas.
Desayuno abundante y variado y caminata para ver la feria. Se hace en un polideportivo que ocupa todo el ancho de la manzana y el largo de una cancha de básquet (30 mts.) más algunos metros más. Estaba totalmente colmado de puestos y gente. Gran colorido y abundancia de verduras y frutas. En algunos sectores plantas y flores y en otros carne (poco o nada de controles). Aquí vienen los pequeños productores de los alrededores; producen en 45 grados sobre las laderas de las montañas. Admirable.
Compramos varias cosas: Rabanitos, lechuga, tomate, cebollas, pimientos, choclos, manzanas y bananas rojas por $ 3,50. En un mercado de carnes y pescados compramos lenguado para cocinar a $ 4 la libra (Casi 1/2 kilo).
Volvimos al hostal y organizamos para hacer un tour al Pailón del Diablo (gran cascada) a las 14 hs. y nos pasaban a buscar por el hostal.
Es una de las actividades más económicas y atractivas para nosotros ya que la mayoría están orientadas a rafting, tirolesas, bicicletas, y otros deportes.
Este tour es el único que va a la parte de debajo de la cascada y permite verla a diferentes alturas. Salimos en horario en una chiva marca Izuzu. Su conductor, al igual que muchos choferes de buses, es bastante irresponsable; pasa vehículos con doble línea amarilla y maneja demasiado rápido para el tránsito que hay y el estado de las rutas. Tampoco hay cinturones de seguridad pero eso es responsabilidad de la empresa.
Con el relieve que hay aparecen cascadas en todos lados de diferente caudal; paramos en algunas con actividades optativas pagas, comidas y bebidas. En una parada cruzamos el valle del río Pastaza en una “tarabita”, que es una caja metálica para 15 personas que es conducida a través de gruesos cables de acero a una altura de 50/60 metros sobre el ría hasta llegar cerca de la cascada “El manto de la novia”. Muy buena vista y menos nervios de los que pensaba al salir. El tiempo no excede los 6 minutos y el costo $ 2.-
Después llegamos a la entrada del paseo donde cobran $ 2 porque es propiedad privada y nunca te avisaron… Bajamos casi 1000 metros en altura en escalones y senderos en un paisaje boscoso y sombrío donde era fácil resbalarse. Esa quebrada por la que caminamos es “Basalto” una roca volcánica que tiene la particularidad de quebrarse casi siempre a 90 grados; de allí que sea fácil que se generen cascadas. Es la misma roca de las Cataratas del Iguazú en la provincia de Misiones en Argentina. Esa parte del río se modificó con una de las erupciones del Volcán Tungurahua ya que la lava generó otro relieve y el agua cambió su recorrido.
Llegamos a un lugar impresionante con una cascada enorme a muy pocos metros, con la posibilidad de acercarnos aún más por angostos y mojados senderos y por un corto túnel en la roca en el que hay que pasar gateando (4 patas). El ruido y el vapor es único y no te permite estar mucho tiempo porque no hay posibilidad de no mojarse.
Al salir de la zona hay un bar donde nos ofrecen un “Canelazo”, bebida hecha con té (variable), azúcar y aguardiente. El nuestro era de frutilla y estaba muy rico porque no tenía mucho alcohol. Lo tomamos mientras cruzábamos un puente colgante que nos permitía otra vista de la cascada. La caminata hasta el bus fue muy cansadora, era toda subida y empinada. El regreso fue más apurado que el viaje de ida porque tenían que hacer otra salida al atardecer y estaban atrasados. Por suerte nos dejaron en el hostal.
Esa noche nos encontramos 5 argentinos en el hostal; un mendocino que está trabajando y recorriendo Ecuador desde hace algunos meses, una profesora de biología y su hija traductora de inglés de La Pampa y nosotros de Córdoba.
una feria dd
Después de conversar un rato preparamos nuestra cena con arroz y lenguado acompañado por una rica salsa. A esta altura del viaje entenderán que nos gusta el pescado y el arroz. Lo acompañamos con ensalada mixta y choclos granos blancos y grandes exquisitos. Muy abundante y con parte para mañana.
Sigue lloviendo; desayunamos muy bien y decidimos ir a las Termas del Salado que están cerca.
Las termas en esta ciudad (2 habilitadas) son las que dan origen a su nombre; inicialmente lo relacioné con la religión, tan presente en todo Ecuador, pero en realidad era un sitio de descanso para los nativos guerreros que aprovechaban las virtudes de las termas para recuperarse y descansar en sus desplazamientos de una zona a otra.
El precio de la entrada es de $ 4 por persona más $ 0,50 por el alquiler del gorro de plástico que es obligatorio. Uno puede estar todo el tiempo que quiera pero no puede salir fuera del predio y regresar. Hay 7 piletas, 5 calientes con graduaciones y 2 frías.
Fuimos a varias, incluso alguna al aire libre mientras lloviznaba y había un viento muy molesto. Conversando con una persona que nos contó que iba habitualmente nos recomendó ir de la pileta más caliente a la fría o directamente al río que está pegado a las piletas y que ese cambio brusco liberaba toxinas y relajaba. Sinceramente me pareció lógico pero una locura para mi cobardía al frío. Después de un rato llegamos a la pileta más caliente y en algún momento volvimos a pensar en lo que nos dijo ese hombre y para colmo lo vimos salir hacia el río y se metió completo al agua helada.
Tomamos coraje y fuimos a la pileta fría donde con esfuerzo me metí hasta la cintura congelando partes muy sensibles de mi cuerpo… Al salir la sensación fue muy agradable y no sentimos para nada el frío y viento que había. Repetimos la secuencia de pileta caliente y fría y me metí completamente para mi propia sorpresa con muy agradables sensaciones. Nos duchamos y salimos de regreso.
Cerca del mediodía nos fuimos al centro a tomar un colectivo (bus) urbano que nos lleva a la Casa del Árbol por $ 1 por persona en un viaje de subida que duró alrededor de ½ hora. El lugar es un centro turístico que cobre $ 1 y ofrece un canopy muy corto para niños, un par de hamacas que te hacen “volar” hacia el abismo, un bar/restaurant, un par de miradores y una casita sobre un gran árbol en la parte alta de una montaña. Para variar no hay mucho paisaje porque las nubes nos envuelven y menos tranquilidad por un grupo de alemanes que gritan todo el tiempo.
Salimos a esperar el colectivo de regreso y le preguntamos al encargado en la entrada si había alguna forma de bajar caminando para disfrutar el paisaje y la vista del pueblo. Nos indicó que nos bajemos en la parada Bella Vista y que desde allí sigamos un sendero hasta el pueblo. Así lo hicimos y caminamos alrededor de 1 ½ horas todo en bajada pero con bastante barro con paisajes muy lindos y tranquilos porque casi no había gente.
En el pueblo pasamos por la terminal terrestre para sacar pasajes hasta Puerto Río Napo /Tena para, desde allí, llegar a Puerto Misahuallí donde pasaríamos las siguientes 2 noches en la selva.
Compramos algunas cosas para tener comida para eventualidades y me regalé una bolsa de caramelos de menta exquisitos y refrescantes, que eran los que nos regalaba cada noche después de cenar la dueña de un restaurant en Puerto López hace 3 años.
Cruzamos otra vez el pueblo y en el hostal nos dimos una buena ducha y una rica merienda. Nos permitieron dejar la mochila grande y organizamos lo necesario en la mediana para viajar más cómodos. Todos nos advierten sobre los cuidados dentro del bus con las mochilas o bolsos especialmente durante la noche cuando la gente se duerme porque los sacan, cortan o abren y roban lo que encuentran. Por suerte nunca pasó nada de eso en nuestros viajes.
Alguien puede recomendar algún guía privado para Ecuador?
Vamos a ir a las Galápagos por libre pero en el continente prefiero ir con alguna guía. He hablado con alguna agencia que nos organiza tours por unos días pero los precios me parecen un poco desorbitados. Supongo que una opción puede ser tener base en Quito y contratar las excursiones a Cotopaxi, Bosque Nublado, etc... por separado.
Si conocen algún guía aunque solo sea para ver Quito también es bienvenido.
Muchas gracias.
carlossvcfate Super Expert Abr 08, 2011 Mensajes: 285
Yo tengo el teléfono de un guía que contraté. Me lo proporcionó el hotel donde estuve y la organización estuvo bien.
Me costó 172$ por día.
Supongo que si quieres hablar con él solo para Quito también te lo hará.
No es solo un guía, son varios. Asi que opciones habrá.
Nosotros somos una familia de 4 así que nos salió a cuenta comparado con las excursiones sueltas.
Luego también nos gestionó el alojamiento que a él le daban precios muchísimo más económicos que a nosotros.
Si quieres mándame privado y te lo mando.
No se si podría ponerlo aquí, si se considera mejor lo pongo... Leer más ...