EN CASO DE QUE FALLEN LOS ENLACES DE LAS FOTOS AQUÍ TENÉIS UNA VERSIÓN EN PDF
Lunes 29 de agosto
Punto de salida: Wayllabamba
Punto de llegada: Pacaymayo
Distancia recorrida: 10 km
Duración trekking: 7 horas
Altitud inicio: 3100 / Altitud llegada: 3600 / Altitud máxima: 4200 / Ascensión: 1100 m / Descenso: - 600 m
Pendiente: + 18% en los primeros 6 km y -20% en los últimos 4
Ruinas que se visitan: ninguna
Mapa de la ruta:
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Perfil de la ruta:
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Nuestro querido guía Víctor nos despertó a las 6 de la mañana con una patética imitación de un gallo mientras nos dejaba en la puerta de la tienda 3 mates de coca recién hechos y 3 baldes de agua caliente para asearnos. Habíamos dormido razonablemente bien pero no me hubiera importado dormir otro par de horas. La temperatura era muy baja así que nos pusimos toda la ropa técnica, gorra, guantes, braga y todas las capas que pudimos y haciendo de tripas corazón salimos de la tienda y nos quitamos las legañas como los gatos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
En los árboles de la zona había decenas de colibríes revoloteando a la luz del alba. El sol mandaba sus rayos por detrás de las montañas que todavía lo ocultaban.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Fuera había ya una actividad incesante a pesar de la hora temprana. Todo nuestro equipo estaba ya en pie recogiendo las otras dos tiendas y estaban esperando a que saliéramos de la nuestra para ponerse con ella. Así que recogimos los sacos en sus bolsas y vaciamos la tienda y nos encaminamos a la ya familiar tienda-comedor para el desayuno: café recién hecho, gachas de trigo (puagggg ), tostadas con mantequilla y mermelada de aguaymanto. Víctor nos obligó a comernos las gachas porque, dijo, íbamos a necesitar todas las calorías ese día.
Y es que hoy era el día terrible, horrible, espantoso, horroroso del Camino Inca. El día más duro. El de más subida. El día que si se supera, ya todo es cuesta abajo...
Nos lavamos los dientes y acabamos de recoger nuestras cosas mientas los porteadores desmontaban la tienda comedor.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Antes de partir hicimos una pequeña ceremonia. Frente a la escuadra de porteadores hicimos cada uno una pequeña presentación diciendo nuestros nombres, edades, ocupación y lo que se nos ocurriera. Acto seguido cada uno de los siete porteadores se presentó con su nombre, edad, lugar de procedencia y cargas familiares, sobre todo esto último. Resultó que todos nuestros porteadores venían de una región de Perú llamada Tacna donde habían dejado a sus familias durante los meses que duraba la temporada del Camino Inca. Y todos salvo el más joven estaban casados y tenían un número increíble de hijos. No sé si era cierto o lo decían para darnos más pena y sacar más propina pero les creímos. Y Víctor se encargó de recalcarnos varias veces que los sueldos de los porteadores eran bajos, que tenían que mandar el dinero a sus familias, que no las veían por meses y demás lindezas que acabaron ablandándonos el corazón y la cartera.
Luego hicimos unas fotos grupales de recuerdo. Nuestro equipo estaba formado por Ramiro, el cocinero que posa con nosotros de pie vestido con su uniforme de chef y todo y en la fila de abajo de izquierda a derecha: Cosme, Telesforo, Ruso, Valerio, Henry (el más joven y el único soltero) e Isidro, el jefe del grupo.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Una vez conocidos todos (que digo yo que esta ceremonia de presentación debería hacerse el primer día, ¿no?), Víctor nos repartió los snacks de la mañana que iban acompañados de unas granadillas, frutas que nunca había visto, y nosotros emprendimos camino mientras los porteadores quedaban recogiendo el campamento.
Y el camino en los siguientes 6 kilómetros consistió en una larga, interminable, eterna, inacabable e infinita sucesión de escaleras que nos llevó hasta el puerto de Warmiwañusca o De la Mujer Muerta. Porque muertos llegamos todos arriba. Pero no adelantemos acontecimientos. La subida hasta el puerto se divide en 3 tramos:
TRAMO 1: DE WUAYLLABAMBA A AYAPATA
El primer tramo es el que une Wuayllabamba (3.000 metros de altura) con la zona de Ayapata a unos 3.400 metros de altitud. Es la continuación del camino del día anterior. El sendero inicialmente ascendía por entre una espesa vegetación que poco a poco iba clareando y dando paso a un paisaje de montaña. El sol finalmente salió por detrás de las montañas y empezamos a despojarnos de ropa hasta que finalmente hasta la camiseta nos sobraba. A lo lejos veíamos unas montañas que se antojaban inalcanzables pero que sin embargo, eran el objetivo de la mañana.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
En una grieta de una enorme roca junto al camino Víctor nos enseñó unos restos humanos y es que los incas habían aprovechado la grieta para un enterramiento.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Mientras subíamos trabamos conversación con un inglés de unos 30 años llamado Lucas que se dirigió a nosotros en un más que correcto español. Resulta que Lucas había estado trabajando en Madrid hacía unos años como auxiliar de conversación en un colegio público bilingüe en la misma localidad del sur de Madrid en la que yo trabajo ahora. Lógicamente esta extraordinaria coincidencia hizo que mantuviéramos una animada conversación. Lucas era un expansivo forofo del Liverpool que estaba haciendo un viaje de 3 meses por toda Sudamérica y que se iba a reunir con su novia en Iguazú en dos semanas (con la que se iba a casar). En definitiva, nos contó su vida en 10 minutos y nos cayó fenomenal .
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Aplicando nuestra técnica de subida llevábamos un buen ritmo pero, no obstante, cada cierto tiempo necesitábamos parar para recuperar el aliento y reponer líquidos porque a esta altitud, cada paso cuesta:
Aun así sorprendimos a Víctor al alcanzar el área de Ayapata en un tiempo record de 45 minutos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
La zona de Ayapata, también llamada Tres Piedras, era una pequeña pradera donde unos campesinos de la aldea de abajo habían montado un puesto de venta de bebidas. Los grupos aprovechaban para sentarse y descansar y nosotros también hicimos una pausa un poco más larga.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
TRAMO 2: DE AYAPATA A LLULLUCHAPAMPA
El segundo tramo une Ayapata con el campamento de Llulluchapampa a una altitud de 3840 metros. Este tramo es algo más duro que el anterior con pendientes muy pronunciadas que ya se salvaban directamente con escaleras de piedra.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
A mitad de subida atravesamos una curiosa zona de selva de montaña con árboles de tallos retorcidos cubiertos de helechos. Las frondosas copas de los árboles tamizaban la luz del sol produciendo un efecto muy especial.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Por aquí también bajaba un caudaloso arroyo de montaña formando torrentes y pequeñas cascadas. Esta zona era toda de escaleras y la belleza del paisaje nos ayudaba a olvidar nuestro sufrimiento.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
En esta zona conocimos a una argentina un poco loca que iba compartiendo grupo con unos gringos, que se alegró mucho de oír hablar español y con la que fuimos conversando un tramo del camino entre jadeo y jadeo.
En este tramo también nos empezaron a alcanzar los porteadores de los diferentes equipos que subían a un ritmo terrible con la energía propia de su genética y de la chicha, la mayoría equipados con unas tristes camisetas de algodón y sandalias sin calcetines. ¡Para que luego digan que se necesita un gran equipo para hacer el Camino Inca !.
Por toda esta área comenzamos también a ver muchas mariposas Fragata de colores marón, naranja y amarillo.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
De vez en cuando echábamos mano a nuestras bolsitas de coca y masticábamos unas pocas hojas. Mi hijo lo intentó de nuevo pero no pudo soportarlo y decidió abandonar el vicio para siempre. No sé si disminuían el cansancio pero al menos nos distraían de nuestras miserias.
Una vez fuera de la zona de selva, de nuevo caminábamos por un paisaje pelado de montaña con arbustos y hierbas y echando la vista atrás el panorama iba cogiendo altura.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Finalmente tras otra hora de caminata, alcanzamos el campamento de Llulluchapampa, un campamento propiamente dicho con zona de acampada y servicios higiénicos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
La vista hacia atrás del nevado Wayanay era de las que quitan el hipo
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Allí, como no, también había puestos de venta de chicha y bebidas y de hecho, éste es el último punto del Camino donde se pueden adquirir bebidas y así lo hicimos siguiendo las recomendaciones de Víctor.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Hay que decir que el precio de la botella de agua está directamente relacionado con la altitud en la que se adquiere. Y así, mientras que en Ollantaytambo, la botella de 1.5 litros valía 1-2 soles, la misma en Wayllabamba ya valía 5 soles y aquí en Llulluchapampa se cobraba a precio de whisky a 10 soles la botella. Eso es inflación y no lo de Zimbawe.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Pero aquí no sólo se vendía agua y bebidas energéticas sino que las señoras de los puestos también tenían a la venta botellas de licores fuertes (ron, ginebra, whisky) y por supuesto chicha por litros, que los porteadores trasegaban como si fuera agua mientras se despojaban de sus camisetas y se tumbaban en la hierba libres de sus macutos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Algunas agencias incluso montaban las tiendas y las mesas para un rato de descanso de sus clientes. Y es que también hay clases en el Camino Inca.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
TRAMO 3: DE LLULLUCHAPAMPA A WARMIWAÑUSCA
Finalmente el tercer tramo nos llevó desde Llulluchapampa hasta el puerto de Warmiwañusca situado a 4200 metros de altura. Este es definitivamente el peor tramo de todos, no porque empeore la pendiente, que ya era muy pronunciada , sino porque la caminata se hace a mucha altitud, con poco oxígeno y a pleno sol. Aquí apenas hay ya vegetación y el camino es una continua escalera.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El camino sube por un valle de clara formación glaciar muy profundo y rodeado de altos picos triangulares pero desgraciadamente, aunque lo intentábamos, no podíamos disfrutar el paisaje como se merecía. Cada 150-200 escalones teníamos que parar, resoplar, jurar en hebreo y preguntarnos por qué coj...s habíamos tenido la estúpida idea de hacer el Camino Inca.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Al final ya no podíamos más. Incluso mi hijo el superhéroe tuvo que tirarse sobre una roca mientras el altímetro de mi teléfono marcaba un poco más de 4000 metros. "Sólo" quedaban 200 metros de subida y ya podíamos ver el final del camino.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
A lo lejos se veía el puerto de Warmiwañusca al que ya habían llegado algunos de nuestros compañeros de aventura. Pero aunque parecía estar ahí mismo, nunca llegábamos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
En esta zona vimos como una americana de origen asiático no podía ya más y su guía le había colocado una máscara con oxígeno suplementario que la muy coqueta ocultaba con un pañuelo de colores atado como una mordaza. Su guía conocía a Víctor y al pasar junto a él, le hizo a nuestro guía un furtivo pero inequívoco gesto de "qué le vamos a hacer, me ha tocado una floja..."
Cada vez el tramo que aguantábamos sin parar era menor, apenas 50 metros y sin embargo la distancia a la cima no parecía disminuir. ¡Cómo entiendo ahora a los montañeros del Everest cuando dan dos pasos y tienen que parar! Pero poco a poco, pasito a pasito, jadeo a jadeo nos fuimos aproximando hasta que finalmente en un esfuerzo final alcanzamos la cima.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Allí fuimos recibidos con aplausos del grupo que ya estaba arriba, destinados a nuestro hijo que había hecho cima el primero y quiero pensar que también a nosotros, unos casi cincuentones que habían conseguido llegar a la Mujer Muerta sin añadir más motivos a la montaña para seguir llamándose así .
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
En la cima estaba el grupo de Lucas, el inglés dicharachero que nos felicitó efusivamente y al que también dimos la enhorabuena. Desde la cima se divisa un panorama soberbio. Hacia el este se veía toda la subida que habíamos hecho, con el campamento del que habíamos partido 3 horas atrás y todos los intermedios y al fondo las montañas nevadas del Wayanay. Y hacia el oeste, el camino que aún nos faltaba en dirección a Machu Picchu.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
En lo alto del puerto hay un poste con la altura del lugar (4215 metros sobre el nivel del mar) que es el lugar perfecto para hacer la épica foto de grupo
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Efectivamente, mi altímetro marcaba la altura casi exacta
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Detrás de nosotros seguían llegando excursionistas y mirando hacia abajo se podía ver una estrecha fila de hormiguitas pasando los mismos apuros que nosotros.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Y es que habíamos coronado la Mujer Muerta en un tiempo fantástico: apenas 3 horas y así nos lo hizo saber Víctor que nos confesó que no lo esperaba y le habíamos sorprendido gratamente .
La gente llegaba a la cima como loca de contenta, pero algunas directamente, estaban locas. Cada uno celebra los éxitos como le parece...
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Estuvimos media hora en la cima, descansando, comiendo nuestros snacks y disfrutando del paisaje, justa recompensa a un esfuerzo titánico que había sacado lo mejor de nosotros mismos.
Pero había que seguir porque aún quedaban 4 kilómetros de bajada hasta el campamento de Pacaymayo. Emprendimos el descenso por un sendero de piedra con aproximadamente la misma pendiente que el de subida pero hacia el oeste. Es decir, más escaleras aunque que bajada. Esto inicialmente supuso una novedad y siempre es mejor ir a favor de la gravedad que contra ella pero son escaleras muy altas y muy irregulares y el camino es un verdadero rompepiernas por lo que poco a poco empezamos a acusar los golpes en tobillos y sobre todo rodillas. En estas bajadas es cuando vienen bien los bastones. De todas formas aún nos podía el entusiasmo adrenalínico de haber superado la cima. Pero los escalones no terminaban nunca. Descendimos 600 metros en apenas 4 kilómetros, una pendiente del 15% .
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
En el camino seguimos intimando con Lucas, nuestro nuevo amigo inglés y también vimos cómo nos superaba la chica que había necesitado el oxígeno para la subida seguido de su resignado guía. Ahora no notaba tanta fatiga, eh?
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
A lo lejos veíamos ya el que iba a ser el campamento de esa noche, Pacacymayo, y parte del camino de subida del día siguiente.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Finalmente alcanzamos el campamento tras algo más de hora y media de bajada. ! Habíamos completado la etapa reina del Camino Inca en menos de 6 horas, todo un record en la modalidad de familias amateurs!
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Pacaymayo es un campamento al uso con varias plataformas preparadas para la acampada alrededor de la caseta de control del camino inca y junto a un arroyo, servicios comunales y ambiente montañero.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Por supuesto nuestros porteadores ya habían montado las tiendas y también nos recibieron con el habitual aplauso que creo que ese día sí nos habíamos merecido. Y sin apenas tiempo para quitarnos las botas y meter un rato los pies en las frías aguas del arroyo, nos aseamos y nos sentamos a comer. Lógicamente teníamos mucha hambre y dimos buena cuenta del habitual pan de ajo y de una crema y un pollo salteado que nos supieron a gloria.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
En la sobremesa nos tumbamos a descansar en la tienda un rato mientras veíamos como seguían llegando excursionistas en un goteo continuo a lo largo de la tarde y el campamento iba ganando en animación. Nos daban un poco de envidia los grupos de amigos que llegaban exultantes tras superar el día y que celebraban en grupo la hazaña y es que en todo el Camino echamos de menos ser un grupo más grande.
Pero también nos daban mucha pena los grupos que tras comer y descansar un rato, continuaban camino. Y es que algunas agencias no hacen noche en Pacaymayo sino que siguen ascendiendo, visitan las ruinas de Runkurakay y Sayaqmarca y pernoctan en el campamento de Chaquiqocha situado a 5 kilómetros de Pacaymayo. Esto, aunque hace del tercer día un mero paseo, convierte al segundo día en una auténtica tortura y desde mi punto de vista es un error además de una burrada . Esta fue otra de las razones por las que también escogimos a Camping tours, una agencia que aprecia la vida de sus clientes .
¿Y la Mujer Muerta? No creáis que me he olvidado de ella. El paso de montaña de Warmiwañusca recibe ese nombre porque desde Pacaymayo parece el perfil de la cara de una mujer tumbada. Hay que tener la calenturienta imaginación de un inca, pero sí que lo parece un poco...
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El paisaje desde el campamento es espectacular. A lo lejos se ven múltiples filas de montañas unas tras otras sin fin que parecen atrapar en sus cimas coronas de nubes blancas. Un paisaje inolvidable.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Por la tarde tampoco podíamos hacer mucho más. Estuvimos retozando, paseando por el campamento, leyendo y conversando con Víctor.
Para que os hagáis una idea del nivel de limpieza de los servicios de los campamentos os pongo dos fotos por si tenéis que decidir como nosotros si renunciar o no a la tienda baño:
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Nuestro equipo enseguida nos ofreció la merienda y casi a continuación la cena (crema de espárragos y bistec con patatas), y de postre, un chupito de pisco para celebrar el paso del ecuador del Camino Inca. Y a las 9 de nuevo a la tienda a dormir mientras a lo lejos oíamos los ecos de las cenas de otros grupos que estaban festejando lo mismo pero a lo grande.