Pues tras un espectacular amanecer en Hokitika, visita a baños públicos y contundente desayuno, cogemos carretera!
Nuestro destino es Franz Josef, el pueblito, donde queremos hacer otro de los tops del viaje, que es volar en helicóptero hasta el glaciar y realizar un trekking por el mismo, todo ello rebajado por nuestros cupones ARRIVAL por supuesto!
Pero no, al llegar allí nos dicen que para hoy ya no hay plazas, así que lo reservamos para el día siguiente, llenamos el deposito en un atraco a mano armada a 2,12NZ el litro y ponemos rumbo a Fox Glacier, ya que hace un día soleado estupendo para tener contacto con glaciares!
Ambos pueblos se hallan a 30min entre sí, por lo que rápidamente llegamos, y observamos estupefactos que aquí la gasolina se halla 12cents más barato el litro, bueno, tupido velo y nos ponemos a por el “glacier”, realizando primero un pequeño trekking por un puente colgante y un bosque desde el que podemos divisar la magnitud del glaciar que desgraciadamente año a año va menguando en su longitud.
Trekking por cierto recomendado, está 1km antes aproximadamente antes de llegar al límite de la carretera, con un pequeño aparcamiento para dejar los coches, y después una caminata entre bosque desde donde se obtienen unas vistas “panorámicas” a distancia del glaciar.
Después vamos al punto más cercano posible a la lengua del glaciar tras una durilla ascensión, pero por unos parajes por donde antaño circulaba el glaciar, sencillamente espectaculares
Con ayuda de un buen zoom podemos ver tomas espectaculares como esta (modestia aparte), donde comparado con el helicóptero vemos el tamaño de la lengua del glaciar
Como aún quedaba mucho día por delante, nos ponemos rumbo al lago Matheson, el famoso lago espejo, que además me emociona particularmente porque con el cielo despejado que tenemos puedo conseguir el fotón oficial del viaje si consigo el reflejo del Monte Cook en el agua. El lago queda muy cerca también, y tras (como no), un nuevo trekking de casi 1h aprox desde el aparcamiento, llegamos al punto por excelencia (y bien señalado) para hacer las fotografías con la mejor panorámica.
Para mi desgracia a medida que fuimos avanzando en nuestro empeño se fue nublando más y más, así que esto fue lo que conseguí
Nos salió tímido el monte Cook, no así su primo hermano el monte Tasman que por momentos posaba así de fresco
Tras hacer uso del “happy hour” de vuelta en Franz Josef, nos fuimos a cocinar nuestra cenita, y para ello encontramos un sitio súper chulo a orillas de un lago, el Jetty Bay Picnic Area, con su pedazo de mesa y su tranquilidad que os podéis imaginar… aquello era la gloria.
O al menos lo era hasta que cayó el atardecer, despertando a cientos, que digo cientos, miles! de mosquitos tan hambrientos como nosotros que no nos dieron tregua. Para acabar de rematar la jugada, comenzó a llover como si no hubiera mañana, hasta tal punto que tuvimos que finalizar la cena en el interior de la furgoneta, comprobamos en nuestras carnes esa mágica característica de impredicibilidad climática neozelandesa (y no sería la primera vez).
Nos buscamos un apeadero a mitad de camino entre Franz Josef y Fox Glacier para pasar la noche junto a otros 2 vehículos, y a descansar que mañana prometía ser un día emocionante!


Nuestro destino es Franz Josef, el pueblito, donde queremos hacer otro de los tops del viaje, que es volar en helicóptero hasta el glaciar y realizar un trekking por el mismo, todo ello rebajado por nuestros cupones ARRIVAL por supuesto!

Pero no, al llegar allí nos dicen que para hoy ya no hay plazas, así que lo reservamos para el día siguiente, llenamos el deposito en un atraco a mano armada a 2,12NZ el litro y ponemos rumbo a Fox Glacier, ya que hace un día soleado estupendo para tener contacto con glaciares!
Ambos pueblos se hallan a 30min entre sí, por lo que rápidamente llegamos, y observamos estupefactos que aquí la gasolina se halla 12cents más barato el litro, bueno, tupido velo y nos ponemos a por el “glacier”, realizando primero un pequeño trekking por un puente colgante y un bosque desde el que podemos divisar la magnitud del glaciar que desgraciadamente año a año va menguando en su longitud.


Trekking por cierto recomendado, está 1km antes aproximadamente antes de llegar al límite de la carretera, con un pequeño aparcamiento para dejar los coches, y después una caminata entre bosque desde donde se obtienen unas vistas “panorámicas” a distancia del glaciar.
Después vamos al punto más cercano posible a la lengua del glaciar tras una durilla ascensión, pero por unos parajes por donde antaño circulaba el glaciar, sencillamente espectaculares

Con ayuda de un buen zoom podemos ver tomas espectaculares como esta (modestia aparte), donde comparado con el helicóptero vemos el tamaño de la lengua del glaciar

Como aún quedaba mucho día por delante, nos ponemos rumbo al lago Matheson, el famoso lago espejo, que además me emociona particularmente porque con el cielo despejado que tenemos puedo conseguir el fotón oficial del viaje si consigo el reflejo del Monte Cook en el agua. El lago queda muy cerca también, y tras (como no), un nuevo trekking de casi 1h aprox desde el aparcamiento, llegamos al punto por excelencia (y bien señalado) para hacer las fotografías con la mejor panorámica.
Para mi desgracia a medida que fuimos avanzando en nuestro empeño se fue nublando más y más, así que esto fue lo que conseguí

Nos salió tímido el monte Cook, no así su primo hermano el monte Tasman que por momentos posaba así de fresco

Tras hacer uso del “happy hour” de vuelta en Franz Josef, nos fuimos a cocinar nuestra cenita, y para ello encontramos un sitio súper chulo a orillas de un lago, el Jetty Bay Picnic Area, con su pedazo de mesa y su tranquilidad que os podéis imaginar… aquello era la gloria.


O al menos lo era hasta que cayó el atardecer, despertando a cientos, que digo cientos, miles! de mosquitos tan hambrientos como nosotros que no nos dieron tregua. Para acabar de rematar la jugada, comenzó a llover como si no hubiera mañana, hasta tal punto que tuvimos que finalizar la cena en el interior de la furgoneta, comprobamos en nuestras carnes esa mágica característica de impredicibilidad climática neozelandesa (y no sería la primera vez).
Nos buscamos un apeadero a mitad de camino entre Franz Josef y Fox Glacier para pasar la noche junto a otros 2 vehículos, y a descansar que mañana prometía ser un día emocionante!