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Viernes 3 de marzo y ya estamos a mitad de ruta...
Puede decirse que la ruta que hoy seguimos estuvo condicionada desde el principio de los tiempos. Y más concretamente desde el 12 de julio de 2016. Ese día reservamos habitación en The View para la noche del 3 al 4 de marzo de 2017, y ya no se movería más. Todas las revisiones, variantes, cambios, anulaciones, etc, que hiciésemos en el diseño de la ruta pasaban invariablemente por mantener esta noche en Monument Valley. Establecido además el ocaso en torno a las cinco y media de la tarde, y queriendo realizar el loop antes; estaba claro que el tiempo disponible se iba a quedar en la mitad.
Esta fue finalmente la causa de diversas decisiones que tomamos con respecto a esta parte de la ruta.
Primeramente, decidimos que el día anterior avanzaríamos un poco desde Moab para adelantar tiempo. Por eso dormimos ya en Monticello.
También tuvimos que descartar algunas visitas en la zona. No hemos ido a The Needles por el tiempo que supone recorrer la carretera de acceso dos veces. Eliminamos también Natural Bridges; y Muley Point y Moki Dugway por la desconfianza en el estado de esta carretera sin asfaltar en invierno.
Pero había algo que no queríamos perdernos y es Four Corners. Es un sitio peculiar y curioso que ninguno de nosotros había visitado antes y no nos queríamos perder. Goosenecks State Park no era una prioridad, pero decidimos que si nos daba tiempo con acercarse allí un momento no pasaba nada. De Valley of Gods ya teníamos la experiencia previa de A. y R. y no había sido muy buena. Si encima le sumamos las condiciones en que podían estar los accesos, nos llevó a descartarlo también.
Así que el plan básico de esta mañana es ir a Four Corners, a Goosenecks si da tiempo, y estar a mediodía en el Loop de Monument Valley para ir al hotel a ver el atardecer desde nuestra terraza privada.
Con un plan tan sencillo, la ruta debería ser la más clara y directa, pero al final hemos dado algún rodeo y hemos atravesado cinco veces el límite estatal...
Así pues, una mañana más salimos a la carretera desde nuestro hotel de Monticello. Aunque la lógica dictaría que la ruta a seguir sería al sur por la 191 hasta Bluff, nosotros tomamos rumbo este hacia Cortez, en Colorado. El motivo de este extraño giro era doble: El más importante es la presencia de un Walmart en Cortez, que nos permite un aprovisionamiento completo y nos faltaba para la colección
El segundo motivo pero no menos importante era tener un recorrido importante por el estado de Colorado y poder decir que hemos ido a Colorado. 
Hemos hecho unos cálculos y resulta que tampoco es tanta vuelta. Desde Monticello a Four Corners pasando por Bluff son unos 150km que se hacen en una hora 40 minutos según Gmaps. Por Cortez son 160km en... 1h 40m!!
Así que por Colorado!!
Bueno concretamente en el Walmart de Cortez...
Allí repusimos provisiones y aprovechamos también para llenar el depósito. Un poco más barato que los días previos, pero tampoco para tirar cohetes.Al menos el paisaje es precioso.
Hago aquí un inciso acerca de Mesa Verde. En nuestros planes estuvo mucho tiempo planeada una visita a este parque nacional, pero finalmente nos dimos cuenta de que tiene problema parecido a muchos parques en invierno: muchos de los trail y lugares de interés estaban cerrados en marzo, con lo que al final sería un recorrido por la carretera principal y poco más, quedando lo más interesante fuera del circuito. Este parque no es para visitar en invierno.
Debe ser algo habitual porque vimos alguno más en la carretera.También nos dimos cuenta de lo mal que conducen en esta parte del país, con adelantamientos múltiples y en casos algo temerarios.
Justo delante de la Chimney rock está la carretera 160 que, rumbo suroeste, nos lleva a Four Corners.
El plan era estar allí entre diez y media y once, pero vamos con una media hora de retraso. La entrada cuesta cinco dólares por cabeza, y el lugar es lo que es: una forma de los navajos de sacar cuartos. Porque ya me dirán lo que quieran pero las coordenadas geográficas del punto exacto donde los usamericanos modernos decidieron poner el cruce entre las fronteras lineales totalmente abstractas de cuatro estados no parece tener mucha relación mística con un pueblo nativo que vivió en esta zona desde hace cientos de años.
Así que dado que se producía dentro de su Nacion Navajo una rareza administrativa, aprovecharon para montar sus chiringuitos y hacer caja.
El sitio es simple: en medio de la nada más absoluta una plaza cuadrada con sus vértices orientados a los puntos cardinales. Los cuatro lados de la plaza están ocupados por cuatro grupos de casetas donde los indios ofrecen a la venta su artesanía. El acceso a la plaza por sus cuatro vértices, después de aparcar justo detrás de las casetas. En el centro de la plaza, por supuesto, la placa metálica que marca el punto exacto y cuatro "balcones elevados" para observar el punto, y unas bancadas de hormigón para sentarse y disfrutar de la mística del lugar...
La foto típica es obligada y ya que somos cuatro, pues a posar cada uno en un estado.
Para quien quiera saber algo más del porqué de estas coordenadas, aquí lo explican; así como por qué está el monumento mal ubicado:
www.ngs.noaa.gov/ ...ners.shtml
Aunque el día está despejado, en Four Corners pega un viento muy molesto. Así que tras las fotos y un repaso por los puestos comprando alguna cosa, seguimos nuestro camino. Aprovecho para hacer una foto de nuestro maletero en plena fase de implosión cual supernova:
Por cierto que para acceder a Four Corners hemos tenido que entrar a Nuevo México y ahora salimos a Arizona hacia el oeste por la 160 para girar al norte por la 191 y entrar de nuevo en Utah. El camino, desierto puro.
Vamos con retraso pero decidimos pasar ya por Goosenecks, aunque sea el tiempo mínimo imprescindible. La entrada son cinco dólares, pero por coche. Es curioso que el Río San Juan está más colorado que el propio Colorado...
El parque es tan pequeño que solo es una caseta para cobrar la entrada y un mirador sobre el río. En una misma foto sacas cuatro veces el cauce.
De vuelta a la carretera, se nos echa el tiempo encima. Debemos apurar para llegar a Monument valley lo antes posible. En la llanura comienzan a aparecer formas reconocibles, sobre todo para los que ya hemos estado antes:
Llegamos a Monument Valley y lo primero que hacemos tras pagar los 20$ de la entrada es ir al hotel. Hasta hace poco, el coste de la entrada al parque era de 5$ por cabeza, pero ahora lo han cambiado por 20$ por coche. A nosotros no nos supuso cambio porque somos cuatro, pero para quien viaje solo es una auténtica put****
Como compensación, dado que pagas esos 20$ incluso por ir solo al hotel, te dan un vale de descuento por esos 20$ en la tienda de artesanía del propio hotel.
Algo que no habíamos caído: el check-in del hotel no ha comenzado todavía, así que vamos a hacer el loop. Ya comeremos después con calma en la habitación.
El loop es una pista de tierra que en su parte final forma un trayecto circular a modo de lazo, (de ahí su nombre) y que discurre entre las mesas o formaciones rocosas típicas de Monument Valley. Comienza en las inmediaciones del hotel The View y su primer tramo es descendente y con curvas. La pista tampoco está en unas condiciones óptimas para correr precisamente. Hay numerosos baches y piedras así que hay que ir con mucha precaución, a pesar de tener un vehículo adaptado para estos terrenos, hay que ir con cuidado.
Cuidado que no sé si tendrían tres italianos que se han metido con su Mustang descapotable de suelo bajo.
El trayecto suele hacerse en unas dos a tres horas, según como esté la pista y lo que quieras parar. Hay varios miradores como John Ford Point o Artist Point. Los indios también aprovechan cualquier momento para venderte su artesanía o una foto en un caballo (el pobre se le veía con cara de "mátenme!"...) emulando los vaqueros de las películas que han hecho famoso este lugar.
Pasadas las cuatro de la tarde pudimos hacer ya el check-in en The View y nos dieron nuestra habitación con balcón privado en la planta baja. Comimos algo (realmente hoy teníamos totalmente desfasados los horarios de comida) y ya estábamos listos para el espectáculo de hoy.
Dispuestos los cuatro en la terraza, nos damos cuenta de un detalle importante: estamos en invierno. Y si bien el día ha estado despejado y al sol se estaba bastante bien, conforme la tarde avanza la temperatura baja considerablemente. A las cinco y media, y a pesar de tener toda la ropa de abrigo puesta, nos vemos obligados a coger las mantas que hay dispuestas a los pies de las camas para taparnos porque estar parado y a la sombra te congela hasta los hue... ...sos
A falta de cámara de vídeo con trípode, y dado que no es posible sujetar el móvil para grabar tanto tiempo (y por el frío), hacemos unas fotos de la secuencia, que malamente he juntado en un cutre-video.
Un espectáculo efímero pero que no debería perderse nadie que pase por la zona. Ver Monument Valley de día está muy bien, pero pasar por allí un par de horas y seguir la carrera hacia otro sitio sin ver al menos el atardecer no se debería permitir. Lo malo de hacerlo en invierno es que te congelas...
Para dar una idea del frío que hace aquí en invierno, a la derecha de la foto se puede ver cómo en las mesetas (o mesas) todavía quedan restos de nieve en las zonas orientadas al norte. Y menos mal que no hace viento como en Four Corners.
Como hoy ya no vamos a ir a ningún sitio más, aprovechamos unas horas para ir a Gouldings a hacer colada, ir al supermercado...
De vuelta al hotel (por cierto señores de tráfico, el cruce de Gouldings está muy mal señalizado y el Stop casi no se ve... )
nos preparamos la cena, vemos un capítulo de la serie Santa Clarita Diet, algo no muy recomendable cuando estás cenando... R. salió un rato afuera para ver las estrellas. El sitio es propicio para ello porque no hay ciudades cerca y apenas pueblos. Yo mismo en mi anterior viaje por la zona, pasando la noche en una casa particular tipo B&B en Gouldings, me pasé un buen rato fuera observando la vía láctea como nunca la había visto. Pero estaba claro que marzo no es septiembre y en seguida hubo que entrar en la habitación para no morir de congelación.
En fin que así se nos ha pasado el día. Hoy nos vamos a dormir pronto de nuevo, porque en unas horas queremos ver la segunda parte del espectáculo: el amanecer en Monument Valley.
El último apunte va para el alojamiento.
El hotel: ¿qué puedo contar del hotel más famoso de la zona? Lo primero los datos técnicos.
Hicimos una reserva en julio para marzo, casi ocho meses. Una habitación para cuatro con vistas, terraza en planta baja; solo alojamiento. 151.47€ al cambio. Dormir por 38€ por persona no me parece nada caro, la verdad. También éramos cuatro en una habitación que cuesta lo mismo para dos, pero aunque fuera el doble, vale la pena dormir allí y no solo por las vistas. El hotel está muy bien en todos los aspectos.
A dormir. Mañana el día empieza muy pronto otra vez y nos espera lo desconocido.
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