Miércoles 8 de marzo y nos vamos a comer Texas!!
No literalmente, pero sí de manera simbólica. Ya del hotel he dicho en la etapa anterior que estaba muy bien de precio y calidad, y con el detalle del desayuno ya nos han ganado definitivamente:

Esto y el hecho de que el vecino de la mesa de al lado esté desayunando con la pipa bien visible a la espalda metida en la cintura del pantalón, nos hace entrar en ambiente típicamente texano.
Tras el desayuno nos ponemos en marcha y lo primero es, como no, ir al Walmart a por provisiones.

Si yo algún día tengo la suerte de poder visitar México, espero poder hacerlo más de diez minutos.
Descartado el cruce de frontera, y como ya hemos visto que El Paso tampoco es que sea muy allá de turístico, nos vamos a echar un vistazo general. Al norte de la ciudad, las montañas Franklin ofrecen una vista panorámica de ambas ciudades y la frontera.

La verdad, no sé si por la polución, la arena del desierto, o qué sé yo; pero el caso es que el día es una M*, se ve muy mal y apenas se vislumbran las montañas de la sierra de Juarez. Si apenas se ve la ciudad!!

Total, que decepcionados nos vamos al norte, dando por terminado nuestro breve periplo texano. Cierto que ha sido un suspiro, que apenas hemos entrado y ya salimos, un visto y no visto (más bien esto último), pero nos ha quedado a todos ganas de volver algún día a este estado y darle una segunda oportunidad.
Volvemos de nuevo a Nuevo México. Nos dirigimos al norte hasta Las Cruces para después tomar rumbo noreste hacia el siguiente monumento nacional: White Sands.

El único acceso al monumento es por la carretera comarcal 70 entre las Cruces y Alamogordo. Su nombre lo dice todo: Arenas blancas. Es una llanura inmensa cubierta en gran parte por dunas de arena blanca. Blanca no, blanquísima. Al parecer, se han formado por la erosión del viento sobre las montañas que rodean el lugar y fue depositando los granos de arena en el valle.
Ante todo un apunte importante: el monumento está situado junto a una base de las fuerzas aéreas americanas y es también zona de prueba de misiles.



Otra curiosidad que te puedes encontrar por esta zona "fronteriza" son los controles de carretera para inmigración. En medio de la autopista o de una carretera por el desierto se montan controles donde se para a todos los vehículos y tienes que enseñar tu identificación, en nuestro caso el pasaporte, para revisar que no hemos entrado en EEUU de manera irregular. En el día de hoy nos hemos encontrado al menos dos controles en la zona.
Pasado el control de inmigrantes, accedemos al parque. En el VC tienes toda la información y lo que es más importante, puedes alquilar un trineo.





En el VC te venden unos discos de plástico gigantes (16-19$ nuevos - 10$ usados) y cera para pulirlos (2.50$) y aumentar el deslizamiento. Tienes la opción al final del día de devolverlos (te devuelven 3$ por el disco y 0.50$ por la cera), aunque también llevártelo a casa. Obviamente no era nuestro caso. La idea era usarlo los cuatro, aunque después nos dimos cuenta de un pequeño detalle. Si te tiras duna abajo con el trineo, después tienes que lanzárselo al siguiente para que pueda descender también. Igual si tuviésemos al menos dos sería menos pesado.
Pero no adelantemos acontecimientos. Una vez abandonado el VC (sellos y mapa), la carretera se adentra casi 13km entre las dunas. Al principio es una carretera normal...

...pero pronto el asfalto desaparece y comienzas a circular directamente sobre la arena. Aunque se puede circular bien con cualquier tipo de vehículo, disponer de 4WD puede ser de ayuda.


Aunque al principio las dunas no parecen tan blancas como cabría esperar, según se avanza entre la arena se va descubriendo un paisaje totalmente diferente a lo que hayas podido ver antes. Un mar completamente blanco deslumbrante.





En este parque se pueden hacer dos cosas: una es recorrer alguno de los trails (el Alkali Flat Trail tiene 8km), que tienen el peligro que es muy fácil desorientarse y perderse en este desierto. A esto se añaden las altas temperaturas y la ausencia de agua. Hay una zona de acampada también. Hicimos un trocito, pero nos dimos vuelta por el calor. La segunda actividad y la que más realizan por allí es ir de picnic y deslizarse por las dunas, que es lo que vamos a hacer nosotros. Después de tantos días de parque en parque viendo paisajes y coche para aquí y para allá, hoy el día es de relax.
El parque es grande, más de 700km² de dunas, aunque la gente se queda pegada a la carretera en los múltiples aparcamientos y zonas de picnic, incluso con mesas con tejado para poder comer a la sombra. Paramos el coche junto a una mesa para "coger sitio", nos descalzamos y a deslizarse!

La primera sorpresa: el día estaba despejado, y la temperatura alta con más de 30ºC. Pisas la arena y está caliente en la superficie, pero... en cuanto el pie se hunde unos centímetros la arena de debajo está helada. Notas el frío en los pies y manos

Elegimos una duna de buen tamaño, te sientas en el disco, te impulsas un poco y aaaabajo!!!



Una vez abajo te das cuenta de lo bien que habría venido tener más de un trineo. Ahora tienes que lanzar el trineo con más o menos pericia para que el siguiente se puede deslizar por la duna. Esto de lanzarlo sí que es más cansado, pero aún viene lo peor: que si quieres repetir (y creedme que lo quieres) tienes que realizar la titánica tarea de escalar una duna de arena congelada y que se empeña en tirarte para abajo. Es un poco frustrante lanzar el trineo y que justo cae en el borde de la duna y comienza a rodad abajo otra vez. Aunque también hemos protagonizado algún paradón estilo Casillas...




Oyes, hoy no habremos visto gran cosa, pero lo que nos hemos divertido y el día de relax nos ha venido de perlas. De relax en cierto modo, porque resulta muy agotador caminar por la arena, y más con el calor que hacía aún siendo marzo.
Cansados pero contentos de la experiencia, devolvimos el trineo y tomamos rumbo oeste de nuevo hasta Las Cruces, donde repostamos, y seguimos por la I-10 al oeste camino de nuestro hotel en Lordsburg, casi en el límite con Arizona. Como es habitual, parada previa en el Walmart de Deming...

A Lordsburg llegamos ya de noche (bueno al pueblo ya ni entramos) y nos fuimos directos al hotel para hacer el check-in y cenar.
El hotel: Econo Lodge Lordsburg. Habitación para cuatro con desayuno por 57.04€.
Por el precio muy bien. Es el típico motel de carretera, amplio, con cama cómoda y limpio. El desayuno sencillo pero correcto. Tiene piscina pero estaba cerrada, y a su alrededor tienes gasolineras, y restaurantes para lo que necesites. Precisamente para no complicarnos, nos fuimos a cenar a una pizzería que está justo al lado: Mama Rosa's King Pizza. Cena para cuatro con pizza grande muy buena y recién hecha, pan de ajo, palitos de mozzarella y bebidas por 35€.
Mañana entramos en Arizona y enfilamos la recta final del viaje.