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Gracias al jet lag ese primer día nos despertamos muy temprano. Como no podíamos dormir intentamos ver el amanecer en la playa. Así que mapa en mano fuimos hasta la playa, que debo decir que nos costó orientarnos y dimos unas cuantas vueltas para llegar. Pero nuestro gozo en un pozo, porque justo cuando llegamos empezó a llover, así que ni amanecer ni nada. Corrimos para refugiarnos en el teatro y cuando escampó un poco nos fuimos a desayunar. El buffet del desayuno era muy bueno, nosotros siempre comíamos comida mexicana. Los huevos rancheros, los chilaquiles y las enchiladas se convirtieron en fijos en nuestro desayuno. Muy ricos también los jugos de frutas naturales.
Volvimos a la habitación, pero antes hablamos con los concierges de nuestro edificio para reservar los tres restaurantes temáticos a la carta a los que podíamos ir durante la semana. Reservamos el mexicano, el tailandés y el japonés, ya contaré mi opinión sobre cada uno de ellos en su momento. Esa semana se celebraba el aniversario de la independencia de México, por eso los concierges iban vestidos con trajes típicos. Me encantó el vestido tradicional de Chiapas que llevaba Ángeles, con esos coloridos bordados.
Recogimos nuestras cosas y fuimos a la charla de tour operador. En principio no teníamos intenciones de ir, porque básicamente esas reuniones son para vender excursiones. Pero fuimos para enterarnos de la hora de salida el último día y cuando empezaron a hablar de excursiones nos levantamos y nos fuimos sin ningún problema.
Ese día fuimos a Playa del Carmen, con la intención de dar una vuelta, cambiar dinero, comprar una tarjeta de teléfono y comprar algunas cosillas en el supermercado. Caminamos hasta la carretera, unos 10 minutos, y allí estaba esperando una van. Nos montamos, esperamos un par de minutos a ver si venía alguien más y salimos hacia Playa del Carmen. Por el camino paró para recoger a algunos viajeros más. El trayecto cuesta 40 pesos.
Lo primero que nos llama la atención es el colorido de todas las casas y tiendecitas. Damos una vuelta y paseamos por la Quinta Avenida. Es una zona muy turística, donde te ofrecen excursiones y todo tipo de souvenires. Allí también cambiamos nuestros euros, en una de las muchas casas de cambio que hay por toda la avenida.
Preguntamos en un par de tiendas Oxxo por las tarjetas SIM, pero nos dijeron que no tenían. La siguiente parada era en el supermercado Wallmart, que está a menos de 10 minutos de la Quinta Avenida. Allí compramos crema solar biodegradable, repelente de mosquitos Off y algunas salsas y otras comidas mexicanas para llevarnos. Cuando viajamos siempre nos gusta entrar en supermercados a curiosear y de este nos fuimos bastante cargados.
Caminamos por la Avenida 30, donde encontramos una tiendecita con publicidad de Telcel, donde compramos la tarjeta SIM. Ya no teníamos nada que hacer en Playa del Carmen y hacía bastante calor, así que nos fuimos a la parada de las vans para volver al hotel. La parte más peligrosa de desplazarse en las vans es tener que cruzar la carretera, pero con un poco de prudencia y paciencia para esperar el momento en el que no vengan coches, no hay problemas.
Pasamos la tarde en el hotel. Primero fuimos a la playa, donde estuvimos un rato haciendo snorkel. Bueno, en realidad un rato largo, porque el fondo marino es precioso, hay muchos peces, y el agua está tan calentita que no apetece salirse. La playa es rocosa, es recomendable llevarse escarpines, aunque hay una zona más arenosa. En realidad no es una playa continua, sino dos calas separadas por las ruinas de un pequeño adoratorio maya.
Nuestra primera experiencia en el Mar Caribe fue muy satisfactoria, vimos coral y muchos peces, incluso un pez globo. Entonces no sabíamos el nombre de ninguno de los peces que vimos, pero luego en casa, con las fotos y los vídeos, los hemos identificado casi todos.
Primera foto: peces sargento
Cuando nos cansamos de estar en la playa fuimos al río lento, que te permite recorrer parte del hotel de una forma relajada, sentados en unos flotadores.
Esa noche cenamos en el buffet y después fuimos a tomarnos algo al sky bar. En este bar suele haber música en directo, aunque nosotros casi siempre nos recogíamos temprano.
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