El hotel nos volvió a contratar un taxista que nos recogió nuevamente a las ocho de la mañana y nos llevaría primero al Hellfire Pass Museum, luego a las cascadas de Sai Yok Noi y por último nos dejaría en la estación de Tamkrase, que se encuentra justo antes del Viaducto Wampo, para tomar el tren y bajarnos después de cruzar el Puente sobre el Río Kwai en Kanchanaburi.
El acceso de entrada al Museo y Helffire Pass está controlado por los militares, pasamos sin problemas, aparcamos y nosotros nos dirigimos al Museo.
El Museo no es muy grande, tiene una exposición bastante trabajada que explica en inglés todo lo relacionado con la construcción del Ferrocarril de la Muerte, la historia de la II Guerra Mundial en Tailandia y los detalles sobre el Hellfire Pass.
En el Memorial que relata aquel horror, mediante paneles explicativos, fotografías, objetos personales de los reos y herramientas originales con las que los australianos tallaron un tajo en la roca de la montaña para que pasara el tren, con utensilios rudimentarios y en condiciones infrahumanas y también mediante una película donde explica claramente toda la historia del ferrocarril, con imágenes de la época donde sobran las palabras, varias veces se me humedecieron los ojos. Recomendable ver el video, pues una imagen vale más que mil palabras
Puede visitarse en una hora más o menos y después bajar a recorrer un tramo del "Hellfire Pass" que ha sido rehabilitado. El museo disponen de audio guías gratuitas a cambio de dejar en préstamo un carnet de identidad, eso sí, no hay en español: inglés o francés.
En la entrada del museo venden agua, también hay un café y un par de puestos de comida y fruta junto al parking.
Maravillosas vistas desde el mirador.
El museo sirve para recordar a los muertos y para advertir a los vivos sobre la barbarie a la que es capaz de llegar el ser humano.
El acceso de entrada al Museo y Helffire Pass está controlado por los militares, pasamos sin problemas, aparcamos y nosotros nos dirigimos al Museo.
El Museo no es muy grande, tiene una exposición bastante trabajada que explica en inglés todo lo relacionado con la construcción del Ferrocarril de la Muerte, la historia de la II Guerra Mundial en Tailandia y los detalles sobre el Hellfire Pass.
En el Memorial que relata aquel horror, mediante paneles explicativos, fotografías, objetos personales de los reos y herramientas originales con las que los australianos tallaron un tajo en la roca de la montaña para que pasara el tren, con utensilios rudimentarios y en condiciones infrahumanas y también mediante una película donde explica claramente toda la historia del ferrocarril, con imágenes de la época donde sobran las palabras, varias veces se me humedecieron los ojos. Recomendable ver el video, pues una imagen vale más que mil palabras
Puede visitarse en una hora más o menos y después bajar a recorrer un tramo del "Hellfire Pass" que ha sido rehabilitado. El museo disponen de audio guías gratuitas a cambio de dejar en préstamo un carnet de identidad, eso sí, no hay en español: inglés o francés.
En la entrada del museo venden agua, también hay un café y un par de puestos de comida y fruta junto al parking.
Maravillosas vistas desde el mirador.
El museo sirve para recordar a los muertos y para advertir a los vivos sobre la barbarie a la que es capaz de llegar el ser humano.
Fijaos que documento tan fascinante: una hoja de prensa de la época del anuncio del ataque a PEARL HARBOR, os pongo otro foto donde se lee mejor
Se encuentra a poco más de 300 metros del museo en un gran bosque de bambú . Recorre un antiguo desfiladero hecho para el tren en mitad de la selva. Al final del desfiladero esta el monumento a los caídos en la construcción del ferrocarril.
Por unas escaleras de madera se puede acceder al lugar más sobrecogedor, en el que los prisioneros aliados trabajaron bajo las órdenes de los ingenieros japoneses y los guardianes coreanos. No se les permitía descansar bajo ningún concepto, haciendo turnos de 18 horas.
Imaginaros........ durante el día el calor sofocante que hace allí, las torturas y abusos a los que eran sometidos por los guardias; y durante la noche parece ser que eran iluminados por lámparas de gasoil por los guardias japoneses y las sombras de éstos los aterrorizaban, por eso lo llamaron Corte del Infierno, o Hellfire Pass, unas condiciones horrorosas que ciertamente tuvieron que hacer de aquel lugar el mismísimo Infierno !!!!!.
Pasear por los senderos donde se encontraba la vía te hace pensar en las duras condiciones que se daban, lugar impactante, lugar que no te deja insensible a los horrores ocurridos en este recóndito lugar del mundo donde perdieron la vida innumerables prisioneros de guerra obligados a trabajos forzados hasta más al límite de las posibilidades humanas, una mirada a la historia de la II Guerra Mundial en Asia que es muy desconocida en Europa.
Es increíble que hicieran estos trabajos con las herramientas tan rudimentarias que tenían, cuando ves que literalmente los presos tuvieron que partir una montaña en dos trabajando 18 horas diarias, te da que pensar: todas estas muertes en vano por una ideología!!!!, es un lugar para meditar.
El museo y la restauración de la vía se han hecho mantenido la dignidad y el respeto que se merece un sitio como este, sin ningún tipo comercialismo que a menudo inundan estos lugares.
Al día de hoy todavía lo visitan familiares de las víctimas y hasta algunos supervivientes y dejan sus banderitas, fotos, poemas......, me llamo mucho la atención la historia de un chico joven que tenía una hermana gemela y habían ido a decirle que su hermana había fallecido, le habían puesto una foto, un lazo, un corazón, en fin una historia muy triste, pero lo que cuentan los muros de esa montaña lo es todavía más.
Las vistas y la calma de la naturaleza son impresionantes y contrastan con el triste recuerdo histórico, visita imprescindible si viajas por esta zona de Tailandia.
Por unas escaleras de madera se puede acceder al lugar más sobrecogedor, en el que los prisioneros aliados trabajaron bajo las órdenes de los ingenieros japoneses y los guardianes coreanos. No se les permitía descansar bajo ningún concepto, haciendo turnos de 18 horas.
Imaginaros........ durante el día el calor sofocante que hace allí, las torturas y abusos a los que eran sometidos por los guardias; y durante la noche parece ser que eran iluminados por lámparas de gasoil por los guardias japoneses y las sombras de éstos los aterrorizaban, por eso lo llamaron Corte del Infierno, o Hellfire Pass, unas condiciones horrorosas que ciertamente tuvieron que hacer de aquel lugar el mismísimo Infierno !!!!!.
Pasear por los senderos donde se encontraba la vía te hace pensar en las duras condiciones que se daban, lugar impactante, lugar que no te deja insensible a los horrores ocurridos en este recóndito lugar del mundo donde perdieron la vida innumerables prisioneros de guerra obligados a trabajos forzados hasta más al límite de las posibilidades humanas, una mirada a la historia de la II Guerra Mundial en Asia que es muy desconocida en Europa.
Es increíble que hicieran estos trabajos con las herramientas tan rudimentarias que tenían, cuando ves que literalmente los presos tuvieron que partir una montaña en dos trabajando 18 horas diarias, te da que pensar: todas estas muertes en vano por una ideología!!!!, es un lugar para meditar.
El museo y la restauración de la vía se han hecho mantenido la dignidad y el respeto que se merece un sitio como este, sin ningún tipo comercialismo que a menudo inundan estos lugares.
Al día de hoy todavía lo visitan familiares de las víctimas y hasta algunos supervivientes y dejan sus banderitas, fotos, poemas......, me llamo mucho la atención la historia de un chico joven que tenía una hermana gemela y habían ido a decirle que su hermana había fallecido, le habían puesto una foto, un lazo, un corazón, en fin una historia muy triste, pero lo que cuentan los muros de esa montaña lo es todavía más.
Las vistas y la calma de la naturaleza son impresionantes y contrastan con el triste recuerdo histórico, visita imprescindible si viajas por esta zona de Tailandia.
Es fácil llegar a las cascadas, la carretera está al lado. Lo primero que se me viene a la mente es el espectacular pollo asado que nos comimos rodeados de locales y monjes, estaba verdaderamente rico, rico. A la entrada de las cascadas hay un mercado con tiendas y restaurantes, y por supuesto te puedes bañar, nosotros no lo hicimos ya que nos habíamos bañado en las otras y tampoco teníamos tiempo para eso, tiene que ser bastante grande, nosotros sólo vimos una parte, pero lo que vimos nos gustó, había mucha gente ese día tal como se ve en las fotos
Después nos dirigimos a la estación de “Thamkrasae”, donde tomamos el tren que nos llevaría a kanchanaburi pasando por el famoso Viaducto Wampo, una estructura de madera (de apariencia bastante precaria) por la que el tren salva un paso entre una pared rocosa y el propio río, que en este punto forma un precioso meandro lleno de casas flotantes. La velocidad se reduce tanto que alguien que fuera andando podría adelantar al tren, así que hay tiempo para sacar fotos, hacer vídeos o, simplemente contemplar este lugar tan especial y disfrutar del espectáculo de ver el tren avanzando mansamente, un consejo, sentarse a la derecha para volver a Kanchanburi, hay mejores vistas.
En el tren coincidimos con un grupo de españoles, 7 de Barcelona y 1 de Granada, y nos pusimos a charlar y cuando nos dimos cuenta teníamos a todo el vagón pendiente de nosotros, jeje…, ya se sabe los españoles solemos tener un tono de voz elevado.
En el tren coincidimos con un grupo de españoles, 7 de Barcelona y 1 de Granada, y nos pusimos a charlar y cuando nos dimos cuenta teníamos a todo el vagón pendiente de nosotros, jeje…, ya se sabe los españoles solemos tener un tono de voz elevado.
Y paisajes espectaculares !!!
A la hora concertada nos recogió puntualmente Maradona en el hotel y nos llevó a Bangkok, a la Estación Hua Lamphong para poner rumbo a Chumpon, en donde conectaríamos en barco con Koh Tao.
Llegamos a las siete de la tarde y nuestro tren salía a las siete y media con lo cual ya no había billetes de tren cama de 2ª clase con aire acondicionado, que era lo que teníamos previsto coger, así que un consejo comprarlo antes por Internet, con lo cual no tuvimos más remedio que conformarnos con 2º clase con aire acondicionado sin cama, pero os digo de verdad que fuimos estupendamente bien; unos asientos superanchos que ya quisiera nuestro AVE tenerlos, muy cómodos, se tumbaban casi en su totalidad, te daban tu bolsita con tu manta blanca y también tenía servicio de restauración desde tu propio asiento, no te tenías que levantar para nada, simplemente llamabas, te traían la carta, pedías lo que quisieras y te lo traían. Aparte de esto en todas las paradas hay vendedores locales autorizados que suben al tren y te ofrecen sus productos, nosotros probamos varias cosas y por supuesto el precio estaba en la línea de toda Tailandia, bastante económico para el que viene de fuera. Esta es la única foto que tengo
Llegamos a las siete de la tarde y nuestro tren salía a las siete y media con lo cual ya no había billetes de tren cama de 2ª clase con aire acondicionado, que era lo que teníamos previsto coger, así que un consejo comprarlo antes por Internet, con lo cual no tuvimos más remedio que conformarnos con 2º clase con aire acondicionado sin cama, pero os digo de verdad que fuimos estupendamente bien; unos asientos superanchos que ya quisiera nuestro AVE tenerlos, muy cómodos, se tumbaban casi en su totalidad, te daban tu bolsita con tu manta blanca y también tenía servicio de restauración desde tu propio asiento, no te tenías que levantar para nada, simplemente llamabas, te traían la carta, pedías lo que quisieras y te lo traían. Aparte de esto en todas las paradas hay vendedores locales autorizados que suben al tren y te ofrecen sus productos, nosotros probamos varias cosas y por supuesto el precio estaba en la línea de toda Tailandia, bastante económico para el que viene de fuera. Esta es la única foto que tengo
Cuando llegamos a nuestra parada, la misma señora encargada de nuestro vagón nos indicó que aquí nos teníamos que bajar y nos ayudó incluso con las maletas. Lo primero que hice al bajarnos fue comprar en la misma estación los billetes para la vuelta en tren cama 2ª clase con aire acondicionado, a las cuatro y media de la mañana !!!! para no caer en el mismo error de la ida.
Y hasta aquí se puede decir que es la primera parte del viaje. A continuación os dejo un breve resumen en video, muy cortito, para no cansaros, de lo que vivimos esos días
Y hasta aquí se puede decir que es la primera parte del viaje. A continuación os dejo un breve resumen en video, muy cortito, para no cansaros, de lo que vivimos esos días