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-19 de Noviembre. Me levanto pronto en Barcelona, he hecho noche aquí pues el vuelo sale temprano y vivo a unos 100km de la ciudad condal, un desayuno rápido y Clotilda (nombre que he decidido ponerle a mi maleta) y yo nos ponemos en camino al aeropuerto del Prat. Todo transcurre sin problemas, facturo a Clotilda y me preparo para el embarque. Una hora después estoy volando dirección Frankfurt.
Aterrizo en la ciudad germana y me dirijo hacia mi puerta de embarque para Osaka. Ojo con el aeropuerto de Frankfurt, es larguísimo, creo que no he caminado tanto en un aeropuerto en mi vida. Paso los controles de seguridad con una sonrisa en mi cara, ya me imagino a los guardas alemanes pensando "el tipo este que sonríe todo el rato que le pasa", pero no puedo evitarlo. Estoy a horas de pisar Japón.
El vuelo a Osaka muy bien, el personal de Lufthansa muy amable y atento, la calidad y cantidad de las comidas servidas durante el vuelo son más que aceptables. Veo algunas películas, camino por el avión, vuelvo a caminar, intento dormir pero termino caminando. Básicamente me paso el vuelo comiendo y caminando.
-20 de Noviembre. Aterrizo en Osaka! Ya he llegado a Japón, desembarco y me dirijo al control de seguridad del aeropuerto. Entrego los papeles que he rellenado en el avión, el personal de vuelo nos los entrega un rato antes de llegar al aeropuerto. Básicamente es rellenar un formulario y poner la dirección del primer hotel donde te hospedas, no tiene mayor dificultad. Una vez pasado seguridad salgo al hall del aeropuerto, saco mi lista de cosas para hacer allí y me encuentro un problema, un gran problema.
Explico toda la secuencia ahora porque será más fácil de entender pero se alargó prácticamente una semana y media. Antes de partir me hice una cuenta de EVO, había leído que funcionaba muy bien en el extranjero y además no cobraba comisiones así que puse gran parte de mi presupuesto para el viaje en ella. Desde España realicé varios pagos con ella, los hoteles por ejemplo, así que la tarjeta funcionaba pero cuando llegué al aeropuerto mi tarjeta fue rechazada por el cajero. La verdad es que de primeras me quedé a cuadros, acababa de llegar a Japón y me encuentro que no puedo sacar dinero. Siendo previsor, llevaba dinero en efectivo y otra tarjeta, una visa de la Caixa, así que tras comprobar el cambio en el aeropuerto, muy malo por cierto, saqué dinero con la visa de la Caixa.
Creía que sería cosa del cajero del aeropuerto pero no, el problema perduró en varios cajeros más tanto de Osaka como Kioto, fui a todos los sitios que veía cajeros que aceptasen tarjetas extranjeras pero nada de nada, tarje inválida. Mientras envié correos a EVO, no me contestaron y al final llamé yo, con el gasto que eso comporta, me indican unos pasos a seguir, los hago pero la tarjeta sigue sin funcionar. Vuelvo a llamar y ya la gota que colma el vaso me dicen que solo se puede anular la tarjeta y enviarme otra. En ese momento traspaso todo mi dinero a la cuenta de la Caixa, aunque me cobre comisiones funciona perfectamente.
La verdad es que estoy muy decepcionado con el servicio de EVO, yo entiendo que pueden haber errores, que las cosas fallan, y si me hubiesen dicho que lo sentían pero que mi tarjeta había fallado lo habría entendido pero no me dijeron nada, tuve que llamar yo y gastar mi tiempo y mi dinero para que al final no me dijesen nada, es más al llegar a España me esperé una semana para ver si decían algo y nada. Al final fui yo y cancelé la tarjeta.
Volvemos al viaje.
En el aeropuerto recojo mi router portátil, todo muy fácil. Voy al mostrador de correos doy mi pasaporte y ya tengo mi router, que por cierto venía cargado y con una batería portátil (uno de los grandes descubrimientos para mi en el viaje). Canjeo mi reserva de Japan Rail Pass, recojo información sobre Osaka en los mostradores del aeropuerto, me hacen una entrevista para una televisión local (me quedé a cuadros) y pillo el tren que me llevará a Osaka.
Durante el trayecto en tren me tengo que pellizcar, aun no me creo que esté en Japón. Todo transcurre sin problemas, hago trasbordo en la estación de Namba y allí pillo el metro hacia mi hotel. Como llego al hotel antes del check-in me guardan las maletas y me dispongo a explorar la ciudad, aquí me dio un bajón. Una mezcla de cansancio y el problema con la tarjeta, así que en lugar de hacer una de las cosas que tenía prevista (ir al acuario de Osaka) decidí tomármelo con calma. Al lado del hotel había un 7/11, me compré un bento para llevar y me fui a un parque a comer tranquilamente, después de ello me dí un paseo por el parque. Un sitio bonito y tranquilo, al ser domingo había varias familias pasando el día allí. Al tiempo ya estaba recuperado, el efecto balsámico de japón se empezaba a notar.
Viendo que ya era la hora del check in me dirijo al hotel, recojo las maletas, hago efectiva mi reserva y subo a la habitación. El hotel muy bien, personal muy atento, habitación limpia, con espacio suficiente, un par de 7/11 cerca y un par de restaurantes muy buenos en la cercanía, a parte del parque antes mencionado que para pasear era muy relajante.
El hotel es el City Route Hotel, muy satisfecho de la elección. Bien comunicado en metro y tampoco estaba muy lejos caminando de algunos lugares como el castillo de Osaka o la zona del Dotombori.
Una vez he dejado las maletas y me he acomodado en la habitación llega el momento de ir a por uno de los sitios que quería visitar en Osaka, ahora no hay cansancio que valga, vamos a por el Umeda Sky Building! Salgo del hotel y empiezo a caminar, durante todo el viaje veréis que camino mucho. No es porque el transporte sea caro, al contrario lo encontré barato, si no porque me gusta mucho caminar por las ciudades cuando voy de viaje, digamos que me gusta sentirla y en metro o bus me da la sensación que me pierdo algo.
Caminar por Osaka es curioso, es una ciudad con muchos contrastes donde hay rincones que se han quedado en los años 50 al lado de rascacielos de acero y cristal y parques, la verdad es que como ciudad me sorprendió mucho, me dio la sensación de que tiene muchas sorpresas escondidas y un carácter muy marcado.
Tras una caminata vislumbro mi objetivo, el edificio Umeda se alza ante mi. Impresiona desde abajo, no os perdáis el parquecito a sus pies que aun siendo pequeño es muy curioso en contraste con el edificio. Me adentro en la plaza buscando la entrada al mirador y me encuentro una feria de productos gastronómicos alemanes y austriacos... todo muy loco. Me escabullo entre cervezas y frankfurts encuentro la entrada al edificio y me dirijó al mirador, la subida es en un ascensor transparente y luego en escaleras mecánicas en tubo transparente también, y la verdad es que impresiona.
Cuando llego arriba veo que merece la pena el mirador, una preciosa vista de Osaka se extiende ante mi, no recuerdo muy bien cuanto rato paso allí arriba, se me hace de noche sin enterarme. Paso rato mirando la ciudad, imaginando que gente vive allí como es el el día a día. Siempre me ha gustado buscar sitios elevados desde donde ver las ciudades, me gusta la sensación de abarcar con la vista toda su extensión. Una vez disfrutada la panorámica me dispongo a bajar, en el mirador hay un café debajo de la terraza que para pasar una tarde con vistas a la ciudad me parece un lugar genial pero como se me había hecho de noche tocaba buscar el camino de vuelta pero antes tocaba pasar por otro sitio.
A por el Pokemon Center de Osaka! Menuda aventura, primero buscar cual de los tres o cuatro, ya ni se los que eran, de los centros comerciales era el que alojaba la tienda, luego subir las trece plantas hasta la tienda y una vez allí alucinar con la cantidad de cosas de pokemon que hay en este mundo, la verdad es que un fan de la serie se vuelve loco allí. Luego vino la aventura para salir de allí ya que los centros comerciales están comunicados entres si y a su vez con a estación de Osaka Station y Umeda Station, un laberinto bajo tierra alucinante. Creo que fácilmente me pase una media hora para poder salir de allí.
Con el día cubierto de vistas y sensaciones me dirijo hacia al hotel, eso si tomo nota que en esta zona hay mucha oferta gastronómica interesante para otro viaje queda anotada. Caminando tranquilamente llego al hotel, toca buscar un lugar para cenar y recuerdo que antes de salir ya había visto que justo delante hay un restaurante con muy buena pinta. Toca mi primera cena japonesa!
Entro y me encuentro un local muy acogedor con un ambiente tranquilo, el personal no habla inglés pero con la carta que si tienen en inglés y con gestos nos entendemos perfectamente. Es curioso la predisposición que tienen por ayudarte y hacerse entender es un rasgo que me acompaño todo el viaje y que ha hecho que haya puesto a aprender japonés para cuando vuelva poder hablar con ellos. En cuanto a la cena sencillamente exquisita, platos tradicionales japoneses, buen precio y sabor delicioso.
Tras despedirme del personal salgo a la calle, satisfecho y con las preocupaciones con las que había iniciado el día como un recuerdo lejano. Un paseo por el parque y al hotel. Toca revisar el trayecto para mañana: Castillo de Osaka y Kobe.
Visitas del día.
Umeda Sky Building- Es un mirador, si vale el precio de la entrada eso ya depende un poco de cada uno, para mi si. Me gusta ver vistas panorámicas de la ciudad, no son las mas espectaculares así que si buscas vistas que quiten el aliento no las vas a encontrar, yo recomiendo ir a la tarde, ver como se pone el sol y como se va iluminando la ciudad. La cafetería de debajo del mirador es un buen sitio para pasar la tarde y por la zona de la estación de Umeda hay muchos sitios donde comer y cenar.
Trayecto del día, en rojo la ida y en azul la vuelta.
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