![]() ![]() NORUEGA : BERGEN Y OSLO (DICIEMBRE 2008) PARTE 2 ✏️ Diarios de Viajes de Noruega
Miércoles 10 : Oslo en un día, de auténtico record. A las 8:30 nos despertamos mejor de lo que me esperaba, comprobamos que el otro que compartía habitación no había venido y empezamos a dar por hecho que ya no volvería. Así que abrimos la nevera...Miércoles 10 : "Oslo en un día, de auténtico record" A las 8:30 nos despertamos mejor de lo que me esperaba, comprobamos que el otro que compartía habitación no había venido y empezamos a dar por hecho que ya no volvería. Así que abrimos la nevera y desayunamos tranquilamente la leche que habíamos comprado el día anterior con unas galletas de chocolate que nos llevamos de España (que por cierto en este viaje me he hecho adicto a ellas y no puedo parar de desayunarlas). Rápidamente ponernos un poco decentes y salir lo más rápido posible a la Oficina de Turismo a comprarnos la Oslo Card (por 166 NOK, unos 16 €, tienes todos los transportes públicos que quieras durante un día y entrada en todos los museos). Cogimos también un plano, y salimos hacia la parada del bus 30, que va hacia Bigdøy, una pequeña península que cierra el fiordo de Oslo por el oeste, y donde están los museos más importantes de la ciudad. El primer museo al que entramos fue el Kon-Tiki, construído expresamente para albergar la embarcación que Thor Heyerdahl lideró, y que está hecha de madera de balsa siguiendo el modelo con el que los incas peruanos del siglo VI construían sus embarcaciones. Heyerdahl quiso demostrar que la civilización de Polinesia había llegado a esas islas procedentes de América y no de Asia como se pensaba. Para ello partió en 1947 con cinco compañeros desde el puerto peruano de Callao, y después de 100 días de navegación consiguió llegar a Polinesia. También se exponen objetos prehistóricos de las islas del Pacífico, y reproducciones de las famosas estatuas de la Isla de Pascua. Vimos también la embarcación "Ra II", una barca de troncos de 14 metros de longitud con la que Heyerdahl viajó con su tripulación desde Marruecos hasta Barbados en 1970 (anteriormente, lo había intentado sin suerte con el "Ra I"), y consiguió demostrar que se podía cruzar el Atlántico en una embarcación de esa características y que por tanto no es descartable que en el mundo antiguo hubiera un contacto de civilizaciones a través de los mares. También pudimos ver muchas explicaciones sobre la Isla de Pascua, su historia y sus habitantes. Después nos dirigimos al Museo Fram, edificado para custodiar la mítica nave Fram que construyó Colin Archer a finales del siglo XIX, para la expedición que Fridtjof Nansen dirigió al Polo Norte y que culminó en 1896. De 1896 a 1902 Otto Sverdrup volvió a usar la nave para explorar los mares helados de Groenlandia y Norteamérica, y de 1902 a 1912 Roald Amundsen la utilizó para llegar al Polo Sur. El museo está ambientado con una temperatura y sonidos ambientales típicos de las zonas árticas y antárticas, y tiene muchos paneles explicativos sobre las expediciones y una interesante colección de objetos que se usaron en todas las exploraciones. Pero sin duda el plato fuerte es subir hasta arriba del barco y poder entrar dentro, subir a cubierta, tocar el timón, perderte por los camarotes del barco y por todos sus compartimentos. Sergio grabó un vídeo de 10 minutos que no tiene precio. Cuando sales del museo te queda la sensación de que debe ser increíble estar tantos meses metido en un barco y perdido por esas latitudes. El tercer museo que visitamos fue el Viginkskiphuset, que es una casa enorme que está un poco más alejada de los dos museos anteriores, y que fue construída para albergar tres antiguas naves vikingas que se encontraron en el fiordo de Oslo a finales del siglo XIX y principios del XX. Estos barcos llamados también drakkar, sirvieron a los antiguos vikingos para realizar expediciones por las costas del Mar del Norte. La nave de Oseberg que mide 21 metros de largo y más de 5 de ancho, se cree que perteneció a la reina Åsa en el siglo IX, y se encontró con muchas joyas y utensilios, por lo que pudo usarse para su funeral. Es quizás la nave más llamativa de las tres. La nave Gokstad por ejemplo es del siglo X, y es la más grande pero no está tan bien conservada como la Oseberg, y lo mismo sucede con la nave Tune que es la más pequeña. Además, hay en el museo un carro vikingo, tres trineos, y diversos objetos típicos de la vida de los vikingos. El Norsk Folkemuseum (museo del pueblo noruego) es el otro museo que está en Bigdøy, y no lo vimos porque andábamos justos de tiempo. También decidimos en cierto modo "sacrificarlo", pues lo único que tenía de importante era la iglesia de madera de Gol, la reproducción del estudio de Ibsen y una farmacia, y el resto son casas de madera con utensilios. Así que volvimos en el autobús al centro y cruzamos a Slott Parken para ver el Teatro Nacional con las estatuas de Ibsen y Bjørnson, los dos famosos dramaturgos noruegos. Después fuimos hacia el Rådhuset (ayuntamiento), que a pesar de no ser un edificio del agrado de mucha gente, se ha convertido debido a su estructura en uno de los simbolos principales de la ciudad. Se construyó entre 1930 y 1950 por Arneberg y Poulsson. Es un bloque enorme escoltado por dos imponentes torres, y en una de ellas se encuentra el reloj de torre más grande de Europa, con más de 8 metros de diámetro. En la sala de ceremonias el rey entrega anualmente el Premio Nobel de la Paz. Fíjate tú que casualidad, que ese día que se entrega el Premio, teníamos que estar allí nosotros dos. Con lo cual fuimos testigos del impresionante despliegue policial, de medios de comunicación, y de vehículos de lujo blindados que había por toda la zona a lo largo de todo el día. También fue un arma de doble filo, pues no pudimos ver la sala debido a que estaba lógicamente cerrada al público. Me gustaron bastante los relieves de esculturas que tiene el edificio por muchos de los laterales. Detrás del Ayuntamiento se abre un espacio que termina en los muelles del puerto, de donde salen barcos turísticos que recorren el fiordo. En este espacio habían puesto un mercado navideño artesanal con un montón de cosas. No pudimos pararnos mucho a verlo porque enseguida fuimos al Akerhus Festning, una fortaleza que desde una posición privilegiada domina todo el puerto de Oslo. La mandó construir el rey Håkon V Magnusson en 1300 y fue residencia real durante todo el siglo XIV, aunque luego dejó de usarse y acabó en ruinas en parte debido a los numerosos incendios. Pero el rey danés Cristian IV mandó que fuera reconstruída en el siglo XVII tal y como está ahora. Sus amplias y lujosas salas se usan hoy en día para hacer recepciones de Estado. En la capilla real se encuentran los restos del rey Håkon VII y la reina Maud, últimos reyes de Noruega. Estaba todo nevado y bastante helado, por lo que había que ir con cuidado. Así que subimos a una de las colinas de la fortaleza para divisar desde arriba el puerto y echar una foto a unos cañones, y al bajar vimos a un guardia real que estaba haciendo la ronda desfilando. El edificio parece sacado de un cuento medieval, a mi me encantó. Ya empezaba a ser hora de comer, así que fuimos hacia Slott Parken para ver el Storting o Parlamento noruego, que tiene su sede en este edificio donde cada cuatro años se eligen a los 165 diputados. El edificio fue construído a mediados del siglo XIX por el sueco Landget, pero fue agrandado años después por artistas noruegos. Después del Parlamento subimos Karl Johans Gate hasta el Kongelige Slott (Palacio Real), obra de Linstow para el rey Carlos Juan XIV, cuya estatua domina desde las puertas del Palacio toda la calle que lleva su mismo nombre, y que éste rey sueco ordenó trazar a principios del siglo XIX para darle un aspecto más moderno a Cristiania (nombre que por aquel entonces recibía Oslo). Tras unas buenas fotos, bajamos a ver el edificio de la Universidad, que también merece un montón la pena. Sólo con ver el edificio ya dan ganas de ponerse a estudiar, porque aunque las comparaciones son odiosas.. pero joder, qué fea es mi Facultad y toda la Complutense en comparación con esta!! Se trata de un edificio de la primera mitad del siglo XIX con un corte clásico espectacular, y que dicen, tiene una de las aulas magnas más bonitas del mundo (aunque no entramos en ella porque no había ganas de ver aulas magnas más que nada..). Ya llegadas las 15:00 fuimos a buscar la Gamle Aker kirken, la iglesia de piedra más antigua de la capital y de toda Escandinavia, de estilo románico-normando del siglo XII. La iglesia es bonita, pero esperábamos que estuviera algo más cerca y que fuera algo más grande. De camino a la iglesia, cruzamos el Vår Frelsers Gravlund, un cementerio noruego distinto a los que podemos encontrar por aquí, puesto que es algo así como un parque por donde la gente cruza con normalidad como lugar de paso, y las tumbas son distintas a las nuestras, siendo éstas mucho más sencillas y con simples cruces sobre la sepultura. Nos sorprendió la tumba de una jóven de 36 años que estaba junto al camino principal. Había muerto a comienzos de octubre de este año y tenía la tumba llena de ramos de flores y de corazones que le habían traído todos sus familiares y amigos.. Ya eran casi las 16:00 y prácticamente de noche, estabamos bastante cansados y nos quedaba aún la Nasjonalgalleriet por ver, así que bajamos deprisa porque además cierra a las 18:00 y es bastante grande. Es la galería de arte más importante de Noruega y una de las principales de todo el norte de Europa, y está instalada en un palacio neorrenancentista de finales del siglo XIX. En la planta baja hay esculturas clásicas griegas, egipcias, romanas, y renacentistas. La escalinata que sube a la primera planta tiene esculturas de Renoir y Vigeland entre otros. De las sala 16 a la 21 son todo pintores noruegos clásicos o románticos ; la sala 22 y 23 pintores de la escuela de Munich, y la sala 24 está dedicada íntegramente a las grandes obras del famoso pintor noruego Edvard Munch, personaje que merece un punto y aparte. La infancia de Much estuvo marcada por un padre rígido, y la sensación de abandono y desamparo producida por la muerte por tuberculosis de su madre, cuando él sólo tenía cinco años. Nueve años más tarde muere su hermana por la misma enfermedad, y en 1890 su otra hermana Laura, es internada en un psiquiátrico. El propio artista vivió inmerso en una frontera difusa entre cordura, delirio, y desgracia, agravada por el alcoholismo en el que intentó refugiarse. Para entender el cuadro de "El Grito", hay que tener en cuenta todas estas circunstancias vitales del autor, de las que nosotros no éramos conscientes, de hecho nos llamó la atención el panel explicativo del cuadro que citaba una frase del autor sobre su estado de ánimo en el momento de la inspiración : “Paseaba por un sendero con dos amigos, el sol se puso y de repente el cielo se tiñó de rojo sangre, me detuve y me apoyé en una valla muerto de cansancio.. sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad ; mis amigos continuaron y yo me quedé quieto, temblando de ansiedad, sentí un grito infinito en mi interior que atravesaba la naturaleza.” El cuadro se ha convertido en un producto de merchandising a nivel mundial, y no sólo en Oslo. A nivel personal me impresionó bastante, pues antes sólo le daba un simple valor artístico totalmente superficial, fijándome en las formas y el colorido, sin darme cuenta realmente del increíble significado emocional que encierra, del vacío existencial que tenemos muchas personas hoy en día, y de sus luchas internas. Transmite una sensación de ahogo y de angustia vital, que creo que muchas personas de hoy en día hemos tenido en algún momento de nuestras vidas. En la misma sala hay otras obras famosas de Much como "La Madonna", "El beso", "La danza de vida", "Suicidio" o "La niña enferma", todas ellas con un denominador común de sensaciones profundas y de melancolía y tristeza. Otras salas a destacar son la 34 y 35 (con cuadros de pintores holandeses de los siglos XVII y XVIII, y algunos italianos) ; la 36 (dedicada a pintores franceses como Delacroix, Monet, Renoir, Degas, y Cézanne) ; o la sala 38, que es junto a la sala de Munch la sala estrella del museo, ya que acoge una impresionante colección de pintura del siglo XV al XVIII, con obras europeas de artistas como : Van Orley, Gerard David, Van Gogh, Van Leiden, Ribera, Goya o el mismísimo Greco (al cual nos sorprendimos de encontrar por aquí, pues pensamos que toda su obra estaría repartida entre Madrid y Toledo). No fueron de mis salas favoritas, pero sí son importante de visitar la 40 y 41, dedicadas al arte francés de principios del siglo XX, donde hay que destacar algunos cuadros de Picasso y de Braque. En las salas 37 y 39 hay obras de impresionismo y postimpesionismo francés, pertenecientes a autores como Van Gogh, Gauguin o Manet. En definitiva, nos pareció un museo muy completo y super interesante de ver, y nos alegramos mucho de haberlo visitado dándole preferencia respecto a otros museos . Cuando salimos de allí eran las 18:00 y llevábamos sin comer nada desde el desayuno, así que el hambre que teníamos y el cansancio que llevábamos, nos hizo ir a toda prisa hacia el hostal. Cogimos un tranvía junto al Teatro Nacional que nos dejó cerca de Storgata (la calle de nuestro hostal), y antes de subir a descansar paramos en el Kiwi a comprar pan y Coca-Cola para cenar. El que se suponía que dormía en nuestra habitación seguía sin aparecer por allí, así que nosotros tan contentos. Empezamos a comer con un hambre salvaje, y rápidamente nos echamos a descansar hasta las 21:30 más o menos. A esa hora pusimos el despertador para empezar a arreglarnos e ir bebiendo algo en la habitación. Sobre las 22:30 salimos para coger el tranvía dirección Grünerløkka, un barrio que estaba cerquita a 5 paradas de tranvía y que mi primo nos recomendó para tomar algo a buen precio y con un ambiente de estudiantes. Cuando llegamos a la plaza Olav Ryes vimos bastante poca actividad, tanto en la propia plaza como en las calles circundantes, así que decidimos entrar en un garito que no tenía mala pinta y donde sonaba el heavy metal a toda tralla. Nos pedimos dos Guinness que resultaron no ser de grifo sino de bote, aunque por el precio que pagamos (más barato casi que en España) tampoco nos podíamos quejar. En algunas mesas se veían verdaderos espectáculos de tías realmente imponentes, pero decidimos cambiar de sitio pues era nuestra última noche y queríamos darle más oportunidades a la ciudad. Por Olav Ryes y alrededores no había casi nada de ambiente, así que decidimos coger el tranvía de nuevo al centro, sin ni siquiera pasar por Schouss Plass, e ir directamente hacia Karl Johans Gate y tomarnos algo en el Fridays, un local de moda por allí que siempre suele tener ambiente. Cuando pasamos con el tranvía por delante de nuestro hotel, nos pareció ver que en nuestra habitación estaba la luz encendida y por tanto había alguien (nosotros la habíamos apagado claramente), aunque la paranoia vino al final de la noche, cuando llegamos a la habitación a las 4 de la mañana y vimos que allí seguía sin haber nadie, y todo seguía igual. El caso es que enseguida llegamos a Wessels Plass y cruzamos por el Parlamento hasta el Andy's, donde nos pidieron el DNI (sí, tal y como lo leeis... muy duro) y comprobamos que la edad media era demasiado superior a la nuestra, así que cruzamos de nuevo el Parque hasta la misma puerta del Friday, donde también nos lo pidieron (muy duro sí..), y ya nos quedamos tomando algo allí el resto de la noche. Nos pusimos primero en una mesa, y al rato se sentaron al lado unas tías que iban con un marica y conocían a la camarera, que venía cada dos por tres a hablar con ellos, por tanto era un poco insolente meter los hocicos para buscar conversación ahí. Después conocimos en el piso de abajo a un personaje que iba bastante trozo y decía ser del Manchester United. El elemento en cuestión no sólo se posicionó a favor del Madrid, sino que se atrevió a comparar al Atleti con el Manchester City, lo cual provocó mis risas irónicas, y descarté seguir hablando con un individuo que embriagado por el alcohol, era capar de decir sandeces futbolísticas como esas. Después estuvimos hablando un buen rato con un informático cuarentón de Lillehammer, que era bastante majo y con el que comentamos las diferencias de vida entre España y Noruega, y además aprendimos un montón de cosas sobre otras regiones del país y sobre la vida en Oslo. Nos dijo también que no fuéramos a ver el famoso trampolín de saltos de Holmenkollen, porque estaba de obras, y nos estuvo diciendo detalles curiosos sobre él, como que tiene casi 60 metros de altura y posee unas vistas increíbles de la ciudad, o que sus altas tribunas tienen capacidad hasta para 100.000 espectadores. En marzo nos dijo que se hacían competiciones de saltos a los que al parecer va hasta la familia real, y en verano algo sobre un festival de música de orquestas o algo así que se celebra allí. Eran las 4:00 de la mañana de un simple y llano miércoles en pleno Oslo, y demasiado de sí había dado la noche (botellón en la habitación, cerveza en Grünerløkka, cervezas y copas en Friday's...) más no se podía pedir, pues nos lo habíamos pasado de lujo. Tras quedarnos prácticamente los últimos, con las camareras y staff del local, y con unas tías que iban super trozo que estaban en el piso de arriba, nos despedimos de nuestro amiguete informático, que curraba a las 8:30, y encima vivía a 20 km. de Oslo, o sea que imaginaros cómo iría a currar esa mañana ese pobre hombre..(eso sí que es tener dos cojones). Nosotros nos fuimos a la pensión lo más rápido posible, pues hacían unos -9ºC (bajo cero), y al día siguiente teníamos que aprovechar la mañana viendo el Parque Frogner y alrededores, disfrutar de la última cerveza y comer con tranquilidad. Por cierto, nos llamó la atención los grupos de prostitutas negras que parece que se ponen por el centro y que la "Politi" aún no ha conseguido largar de la zona ni del país (más les vale hacerlo pronto), y también se veía algún personajillo oscuro que al amparo de las putas iba en plan de trapicheos, aunque la verdad que la ciudad no nos dio sensación de inseguridad en ningún momento (viniendo de donde venimos no me extraña). Dormimos del tirón en cuanto llegamos, lógicamente, pues el palizón que llevábamos acumulado ya de tantos días, era considerable. Jueves 11 : "Parque Frogner, frío brutal, pibones, vuelta a Bergen y fiestón." A las 10:30 abrimos el ojo y tuvimos que salir echando leches de la habitación pues a las 11 había que dejar aquello como nos lo encontramos. A las 16:00 salía nuestro tren para Bergen, así que teníamos que ver el Parque Frogner, volver desde allí, y aprovechar para dar un paseo por el centro. Por tanto el desayuno y recogida de la maleta, dejar las llaves, guardar la maleta y pagar los casi 6 euros por dejarla en el "locker" de allí hasta la hora de irnos, fue algo totalmente express, y cuando nos quisimos dar cuenta estábamos en la parada del trikken (tranvía) para ir al Frogner Park. Frogner es un barrio residencial al noroeste del centro, donde se pueden ver palacetes con jardines, restaurantes bastante caros, tiendas con antigüedades que valen una auténtica pasta.. La apariencia que ofrece es de ser un barrio tranquilo y bastante pijito, que contrasta un poco con la zona de nuestro hostal o Grünerløkka, los cuales son mucho menos elegantes en los edificios y tienen más inmigración (aunque estos contrastes no son tan exagerados como algunos barrios de Madrid). En este barrio se encuentra el parque más famoso de todo Oslo y puede que de toda Escandinavia, el Frogner Park. Fue ideado por el arquitecto local Gustav Vigeland en 1924, y tiene casi 200 esculturas. A su entrada destacan las enormes vallas que dan paso a una explanada flanqueada por un espectacular pasillo de árboles enormes. Según vamos avanzando, nos encontramos con un pequeño lago en el parque, y a la izquierda del puente que lo cruza vemos la escultura del "Círculo de los niños". El puente está lleno de estatuas de bronce que representan las distintas etapas de la vida del hombre, y destaca entre todas ellas el "Sinnetaggen" que es la estatua de un bebé enfadado, cuya imagen se ha hecho famosa en todo el mundo. Más adelante está la fuente que es una de las primeras obras de Vigeland, y que consta de seis hombres en pelotas rodeados de una especie de arbustos, y que sostienen un enorme cuenco ; todo ello simboliza para Vigeland el ciclo de la vida. Cuando ibamos por ahí y en pleno raso del parque, empezó a soplar el aire y el frío ya empezaba a ser insoportable, así que empecé a andar deprisa y a pensarme bien y con rápidez dónde quería tirar las fotos. Subiendo unas escaleras y tras unas vallas forjadas con siluetas muy llamativas, nos encontramos el famoso monolito de granito de 17 metros de altura, en torno al cual 121 figuras humanas talladas parecen luchar por alcanzar la cima (podeis imaginar que con el frío que hacía no las conté una a una, lo pongo porque venía en el folleto turístico xDD). Alrededor hay un montón de grupos escultóricos escoltando al monolito que también son de granito, y que nos muestran las fases de la vida. Al final del paseo, se hayan la "Rueda del Zodiaco", una especie de calendario con todos los signos zodiacales, y "La Rueda de la vida", formada por 7 figuras humanas entrelazadas. Fue increíble ver el Parque Frogner totalmente nevado, y creo que nos llevamos una muy grata impresión de los paisajes invernales no sólo en el propio parque, sino en Oslo y Noruega en general, quizás mucho más real de lo que hubiera sido ir en los meses de verano, pues el encanto de este país realmente es este, y esa es gran parte de su esencia. Cuando acabamos de ver Frogner Park, fuimos a buscar un restaurante español que nos habíamos encontrado el día anterior de camino a la Gamle Aker Kirken, pero no nos pudimos parar a tomar nada porque ibamos con el tiempo muy justo para ver la Nasjonalgalleriet. Así que ahora que nos sobraba tiempo y eran las 13:00, fuimos a buscarlo para tomar algo, y cuando lo conseguimos encontrar, nos llevamos el chasco al ver que estaba cerrado y abría a las 15:00. Por tanto ese plan descartado, porque nuestro tren salía a las 16:00 y materialmente no daba tiempo, así que bajamos hacia Karl Johans gate, y nos metimos en un típico pub estilo inglés decorado con todo detalle y con unos sillones y unas paredes de auténtico lujo, y nos tomamos dos cervezas tranquilamente. Después nos dirigimos al hostal, sacamos la maleta del "locker", nos fuimos hacia la estación y comimos unas porciones de pizza con algo de beber por un precio medio razonable. El nombre del sitio hacía honor al mío, pues se llama "Peppe's pizza", y es bastante famoso en Noruega. En cuanto acabamos fuimos hacia el andén con tiempo de sobra, dejamos las maletas en el tren, y me bajé a fumar un cigarro tranquilamente mientras arrancaba. Nada más subir ayudé a una preciosidad de chica a subir la maleta arriba, sin dar lugar siquiera a que me lo pidiera, dejando el pabellón bien alto porque soy todo un caballero español. Su sonrisa y miradita de agradecimiento valieron la pena de sobra. El resto de compañeros de vagón eran una noruega hippy bastante rara de unos 40 y tantos años que se bajó a mitad de trayecto, una rubia muy graciosa que se bajó poco después que la anterior, el pibón de la maleta al que ayudé, y luego un pakistaní que era un auténtico pesadilla, pues no paraba de levantarse continuamente y de ir al servicio, aunque fuera para mirarse al espejo y volverse a sentar. Luego se subieron poco antes de la mitad del camino un par de chavales que vestían así rollo "grunge". Total, que entre cabezada y cabezada, escribir en cuaderno las cosas que nos habían ido pasando en el viaje, y escuchar un poco de música, enseguida vimos el momento apropiado para vaciar lo que quedaba de botella de J&B de litro en una botella de Coca-Cola grande (allí sólo son de litro y medio, así que la mezcla nos salió perfecta, porque quedaba menos de media botella de whisky), y nos la fuimos echando tranquilamente en dos vasitos de plástico que previamente nos habíamos preparado en la mochila, más que nada lo hicimos para dosificar y repartir equitativamente el brebaje. Fue bastante divertido el botellón en el tren, aunque lo empezamos hacia las 21:30 a falta de una hora para llegar, porque lo que interesaba era llegar un poco descansado y sobre todo ya animado para seguir la fiesta en Bergen e irnos de juerga. Salimos y nos estaba esperando Goyo en su coche. Mientras ibamos para casa le contamos nuestras inverosímiles peripecias, y rápidamente cenamos algo rápido, nos bebimos dos o tres cubatas cargadetes y nos pusimos guapetes. Goyo salió antes y quedamos con él en el sitio del primer día donde había ambiente muy tranqui, y donde el camarero nos mandó callar. Pero esta vez el ambiente era distinto, había bastante jaleo en el bar y aquello estaba bastante animado. Allí estaban Bianca y James con Goyo en una mesa, y estuvimos un rato hablando (bueno más bien intentándolo), y cuando nos quisimos dar cuenta ibamos por la segunda cerveza, con lo cual yo me animé y me pedí una copa de Jack Daniels con Coca-Cola. Al rato Goyo & friends se largaron, y Sergio y yo nos fuimos al sitio donde acabamos el último día, y allí nos echamos unas cuantas risas. Sergio se perdió al subir del servicio, y al final no se cómo acabamos hablando con un chavalín punki que era de Oslo pero vivía en Bergen. Casi a las 3:30 nos fuimos dirección a casa con muchas ganas de fiesta y un poco trozos. Por el camino hicimos parada y nos comimos unos perritos con chile que nos supieron a gloria, pero que repitieron un pelín. Eso sí 45 coronas creo, es decir, unos 4 € el perrito... Cuando llegamos a casa de Goyo él ya estaba sobando, así que sin hacer mucho ruido hicimos lo propio. Viernes 12 : "En busca de la maleta, Fantoft y Gamlehaugen, nuestra ultima noche.." Nada más levantarme el viernes, fui a solucionar definitivamente el tema de mi maleta. Pregunté en el Bryggen por esa tienda en el número 9, y me dijeron que no existía. Así que me fui a otra dirección que no había visto la vez anterior, el Galleriet, un centro comercial bastante curioso que está en el Torgallmenningen, donde hay miles de tiendas y ahí tenía que haber una que me solucionase el dichoso asunto de mi maleta. Un sitio a unos 10 minutos andando de casa de Goyo y que estaba muchísimo más cerca que Strømgaten. Allí una rubiaza de ojos azules super simpática me atendió genial, con un inglés celestial que aparte de entender de maravilla, me hizo sonreir por su alegría y esa cara angelical. No puso ningún problema en darme otra maleta nueva y me dijo que dejase la mía rota allí, que ellos se encargaban, y que eligiese la que más me gustase de todas. Ganas no me quedaron desde luego, en decirle que si podía elegirla a ella en vez de a la maleta. De verdad creedme que el tema femenino en ese país es realmente escandaloso, es algo fuera de lo normal las mujeres que se ven por allí. Cuando volví con mi maleta nueva ya era mediodía casi, asi que salimos a coger el bus que nos deja cerca de Fantoft para ir a ver esta mítica iglesia de madera y luego el Gamlehaugen, la residencia de verano de los reyes de Noruega. El bus estaba lleno de gente, y casualmente se subieron dos chavales españoles que estudiaban en la residencia que hay camino a Fantoft, y que además por sus comentarios eran un pelín fantasmas por lo que hablaban, y esperaban que les preguntásemos nosotros a ellos si eran españoles, así que lo mismo que hicimos con los otros españoles, hicimos con estos.. es decir, una de ni puto caso (manda cojones que de todos los españoles que nos encontramos no hubiera ni uno normal para charlar un rato). Por pura casualidad y acordándonos de unas explicaciones de Goyo, nos bajamos en la parada de un puente que resultó ser el que hay que cruzar para ir hacia Fantoft, y tras andar un rato nos topamos de frente con la iglesia, que se encuentra en un enclave simplemente espectacular. Esta iglesia se construyó en el siglo XII en Fortun, un pueblo a orillas del Sognefjord, pero se transladó a finales el siglo XIX a Fantoft, un distrito al sur de Bergen. Se reconstruyo en 1992, ya que sufrió un grave incendio. En todo el paraje de Fantoft, echamos unas fotos espectaculares que no tienen precio. Después fuimos hacia el Gamlehaugen, que fue la residencia del primer ministro en 1905, cuando Noruega se independizó de Suecia definitivamente. Esta casa recibe al rey en sus épocas de residencia en Bergen (especialmente en verano), y desde lejos parece una casa típica de cuentos de hadas. No pudimos acceder junto a ella porque los caminos que llevan de Fantoft allí estaban totalmente helados, ya estaba anocheciendo, y además eran pasadas las 15:00 que es la hora a la que acaban las visitas, así que tuvimos que conformarnos con verlo desde un pequeño alto cercano, aún así salieron bien las fotos. La vuelta en bus al centro de Bergen se hizo un poco pesada, y en cuanto llegamos estuvimos acabando de recoger la maleta y preparándonos para darlo todo esa noche. Hicimos una cena variada de la comida que nos sobraba, y en cuanto nos quisimos dar cuenta ya había que empezar a arreglarse para darlo todo esa noche. Empezamos con el botellón, y tras rellenar la petaca nos acabamos de pulir nuestra última botella. Quedamos con James, y fuimos a un sitio bastante elegante en el centro, donde había unas tías impresionantes y gente de varios países. Allí tomamos la primera, y conocimos a un tipo que estaba cerca de otra gente que conocía mi primo. Se llamaba Arild, había vivido dos años en España y hablaba español perfectamente. Estaba casado con una brasileña y se había escapado esa noche para pegarse un pequeño homenaje. Además nos dijo que vendría en Nochevieja con unos amigos, y nos dio una tarjeta para vernos por Madrid. Después de allí Goyo nos llevó a un sitio que ponen música de los 80, y donde trabaja un "barman" que es de Santander y con el que estuvimos hablando un rato. En el piso de abajo se estaba cociendo una fiesta quizás un poco light, que se empezó a desatar cuando llegamos nosotros. Goyo y sus impactantes bailes, nosotros bufanda en mano y coreando el "I will survive" de Gloria Gaynor, y después acabé de rodillas punteando una guitarra imaginaria con una noruega. Cuando mejor me lo estaba pasando decidimos cambiar de sitio, y fuimos al Zacharias Bryggen, donde tuvimos que esperar algo de cola, pero tiramos de petaca a saco. Lo hicimos con mucho ingenio, bailando con la Coca-Cola que habíamos pedido en dirección a los servicios, donde nos encerramos e hicimos el truco del almendruco. Todo salió bien salvo que la hora de cierre llegaba a su fin, eran casi las 3 de la mañana y aquello se acababa. Además el ambiente de este sitio no era tan divertido como nos había parecido el bar de los 80 o el Rick's el primer día, estaba el pescado un poco bastante vendido. Goyo se largó a dormir, y la gente ya tenía en mente irse de fiesta a las casas, costumbre muy típica de allí al chapar tan pronto los garitos. Y nosotros por más cara de españoles majetes que pusimos, y más que intentamos que nos invitasen de rebote a alguna, o dar vueltas para encontrar un sitio donde al menos podernos tomar la última birra.. NADA!!. Un perrito de carne de reno, una charla con un lituano, una minicharla con el primer vagabundo que vi en todo Bergen que llevaba un trozo considerable, y con un hombre mayor que venía de no se qué pueblo del norte a ver a su hija y se había enchufado más "Hansas" que nadie.. esos fueron nuestros últimos momentos nocturnos en Noruega. El viento y la imposibilidad de seguir la fiesta (a partir de las 3:30 no hay nada que no sean fiestas privadas en casas de la peña que vas conociendo), nos hicieron regresar a casa lamentándonos de lo deprisa que se nos habian pasado todos estos días, pero contentos porque todo nos había salido bien, y habíamos visto un país maravilloso. Sábado 13-Domingo 14 : "Bye Bye Norway, putas prisas, y de fiesta por Getafe" Nos levantamos un poco hechos trizas, y con la maleta ya casi hecha, fuimos recogiendo trastos que teníamos por encima de la mesa, y dejando todo listo para salir echando leches. Nos fuimos con Goyo a comprar regalos para la gentuza de España, y mi capacidad de indecisión me hizo vérmelas negro para elegir un regalo que comprar. Al final me decidí por un par de detallitos muy majos en el Bryggen, otros dos en la tienda del Brann (el equipo de fútbol de Bergen), y por otros más en la tienda del aeropuerto de Flesland antes de embarcar. Acompañamos a Goyo a mirar unos esquíes, y volvimos deprisa hacia el mercado del pescado para comprar a la familia salmón salvaje especialidad de Bergen, y también carne de ballena... woww! Yo para el camino me compré un arenque ahumado para llevar, porque me encanta y no siempre lo puedo comer. Estaba buenísimo, aunque me lo tuve que comer mientras bajábamos la maleta y Goyo traía el coche para acercarnos a Flesland. Nuestro vuelo salía a las 17:35 y eran las 16:30 y estábamos aún de camino a Flesland. Goyo nos dejó, nos despedimos de él, le agradecimos muchísimo todo lo que hizo por nosotros y como se portó en todo momento, y fuimos corriendo a embarcar a ver si no habían cerrado nuestro vuelo. Aún sobraba tiempo, menos mal... Tras la pesadez del control rutinario donde nos cachearon totalmente, nos hicieron quitar los zapatos, cinturón y todas las cosas de los bolsillos, junto a colgantes y demás, podíamos decir que ya estábamos dentro, y por fin ya podíamos aprovechar lo que nos faltaba para comprar algo con las monedas sueltas que nos habían sobrado, porque cuando vuelves sólo te cambian a euros los billetes. Entre el despiste, las prisas y el no ver nada que nos convenciese para comprarlo, no nos dimos cuenta de que habían avisado por megafonía que el vuelo con destino Amsterdam cambiaba su puerta de embarque. Os juro que casi me da un paro cardiaco cuando vi que la puta puerta 22 estaba chapada y allí en el mostrador no había ni Dios. En ese momento le miré a Sergio y los dos nos dijimos mentalmente : "La hemos cagado, acabamos de palmar casi 100 € por empanaos, y hemos lido una cojonuda". Pero no fue así, gracias a mi agudeza auditiva le entendí a un hombrecillo que había por allí (igual de perdido que nosotros) no se qué de Amsterdam de "another gate", y enseguida vi la puerta 24 abierta, y esta vez sí era la nuestra. El susto había pasado. Ya estábamos allí. Despegamos, nos despedimos de aquel increíble país que tanto nos había enseñado en tan poco tiempo, y que tantas ilusiones nos había creado y al final fueron cumplidas. Nos fuimos con muchas ganas de volver, y animados en la posibilidad de ir allí a pasar una temporada a trabajar. El viaje de Bergen a Amsterdam fue muy tranquilo. Nos dieron algo de comer y en cuanto me lo terminé me dormí un buen rato. Cuando me desperté casi estábamos en Amsterdam, y entre que bajamos y demás eran las 20:30 aproximadamente. Enseguida nos metimos en nuestro vuelo (no sin antes volvernos a perder por los pasillos de Schipol, como ya nos pasó en la ida.. -somos un caso-). Mi hermano no vino a por nosotros porque era el Madrid-Barça e iba a ver el partido, así que llamamos a Edu, pero al final me llamó justo antes de embarcar y me dijo que estaba ocupado y no podía venir, así que al final menos mal que pudimos llamar a Ángel y se tiró el rollo viniendo a por nosotros. El viaje de Amsterdam a Madrid, fue bastante gracioso, acordándonos de todas las anécdotas del viaje como es lógico y haciendo mención especial a los trozos que se pillan los noruegos y a los pájaros típicos de allí que son unos desgraciaos y unos cabronazos.. verdad Sergio? Cuando llegué a casa, la ilusión más grande fue volver a ver a super mami, darle todas las cosas que le había comprado y decirle que lo habíamos pasado genial. Le hablé de lo increíble que es todo aquello, de lo feliz que fui esos días y le agradecí su comprensión y ayuda en este viaje. Cené un rato, y volví a quedar con Sergio para salir a tomar algo a un irlandés de por aquí y luego ir por Getafe, seguir recordando anécdotas buenas, y sobre todo para resarcirme del día anterior, que me quedé con un sabor de boca agridulce al ser la última noche y no poder desparramar tanto. Este ha sido uno de los viajes más increíbles que he hecho, y me gustaría recomendárselo a todo el mundo que lea esto y que aún no haya ido por allí. Saludos a todos , y gracias a toda la gente que nos ayudó a hacer posible este viaje que tan felices nos ha hecho. 📊 Estadísticas de Etapa ⭐ 4 (1 Votos)
![]() Total comentarios: 2 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN LA ETAPA
Diarios relacionados ![]() ![]() ![]() ![]() ![]()
![]() |