Día 14 - Día del orgullo LGBT en San Francisco ✏️ Diarios de Viajes de USA

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Concluimos la segunda semana de esta espectacular luna de miel y aunque seguimos con muchisimas ganas de visitar y conocer nuevas localizaciones el cansancio empieza a hacer mella así que nos regalamos un poco en la cama y nos levantamos a eso de las 9:00h, bastante tarde para nuestros standares.

Desayunamos en el mismo hotel, café de termo del que hay en recepción y un paselito de queso para cada uno que nos sobró de la cena de ayer en el Hard Rock.

La mañana es gris y fría, como siempre en SF, veremos si a media mañana se despeja o continua así todo el día, en todo caso no hay previsión de lluvia, así que bien.

Cogemos el cable car hasta Powell Street ya que ayer vimos anunciado que hoy era el día del orgullo LGBT y había desfile en Market Street a partir de las 11h, al llegar hay montones de gente en un ambiente super festivo y alegre, la zona está llena de tenderetes vendiendo merchandaising y no podemos resistirnos a comprar un collar y una banderita multicolor para mostrar nuestro apoyo y orgullo a todo el colectivo.


El desfile es divertidisimo. Primero coches, luego motos, bicis y al final a pie, gente disfrazada, Drag queens, familias con hijos, bailes, confeti... genial, una gran celebración del amor libre, nos sentimos muy afortunados de poder vivir el día del orgullo en esta ciudad tan icónica para este colectivo.


Al rato entramos en la tienda ADIDAS donde encontramos unas rebajas estupendas y aprovechamos para destrozar aún más la banda magnética de nuestra maltrecha VISA. Madre mía, menuda paliza que le estamos pegando , volvemos en BUS al hotel para dejar las bolsas (notese el plural) de nuestras recientes compras y nos dirigimos al Pier 39 a comer.

Después de dar una vuelta al sol, el día se ha acabado despejando del todo y a estás horas la temperatura es de lo más agradable. Vemos que en el Bubba Gump no hay mucha gente así que aprovechamos y entramos de cabeza, el sitio es muy guapo, decorado con montones de referencias a la película. Nos dejan elegir mesa y nos ponen en una con vistas al mar.


Nos pedimos unos macarrones con queso y gambas y un surtido de marisco frito y nos sorprende muy gratamente, no es que no esperasemos que estuviera bien pero es que está realmente bueno! especialmente los macarrones con queso y gambas.

Por si hay algún despistado en la sala explico un poco. Bubba Gump es el restaurante ficticio (bueno, ya no) que montó Forest Gump (Tom Hanks) y el teniente Dan (Gary Sinise) en honor a su compañero Benjamin Buford «Bubba» Blue (Mykelti Williamson) en la famosa y oscarizada "Forest Gump" (1994) y a raíz del exitazo que fue la película a algún iluminado se le ocurrió en 1996 montar una franquicia de restaurantes con la licencia de la película donde solo servirían gambas cocinadas de todas las maneras posibles...


Y así es, todos los platos llevan estos bigotudos crustáceos servidos fritos, hervidos, en salsa, rebozados, a la plancha, pelados... y aunque los precios están bastante hinchados (lógico por otro lado) la comida y el trato nos parecieron excelentes.


Después de la comilona decidimos pasar la tarde visitando el palacio de las Bellas Artes de SF, usamos una vez más nuestro MUNI Pass y pillamos un bus que nos dejó a un par de calles del lugar.


El palacio, que aparece en la peli la Roca (1997) es espectacular, más que un palacio es una estructura enorme en medio de un parque precioso y muy bien cuidado rodeado de casas espectaculares que deben valer aproximadamente 15 riñones cada una (por lo menos). Paseamos un buen rato por la zona haciendo fotos y gozando del lugar, evidentemente no somos los únicos vemos un par de "quinceañeras" con sus vestidos de princesa enormes, gente jugando a baseball y gente tumbada al sol leyendo tranquilamente, nos está encantando SF y el ambiente tan liberal y tranquilo que se respira.


A todo esto paseando por la zona de repente vemos entre dos edificios el Golden Gate al fondo y está totalmente despejado!!!! parece ser que es algo que no ocurre tan a menudo como podría parecer ya que incluso en días totalmente despejados suele haber nubes tapando alguna parte o completamente el puente, but not today!.


Decidimos caminar hacia la playa cercana y hacer una buenas fotos del famoso puente, la playa está llena de gente y hay que dejar claro que aunque hace calor la idea de bañarse no es especialmente apetecible ya que las corrientes de agua provenientes de Alaska llegan hasta SF (donde chocan con las corrientes cálidas que suben desde México y por eso suele haber tanta niebla) y el agua está bastante fría. Hay muy poca gente en el agua, la mayoría pasean al perro, vuelan cometas, hacen ejercicio o simplemente toman el sol.


Paseamos un buen rato por esa zona preciosa, soñamos despiertos un rato tratando de elegir cual de las casazas que vamos viendo nos compraríamos si fuéramos asquerosamente ricos (o tuviéramos al menos 15 riñones) y decidimos que mañana alquilaremos una bici y cruzaremos el Golden Gate, solo se vive una vez y no creo que mucha gente pueda decir que ha cruzado el, probablemente, puente más famoso del mundo en bici.

Volvemos paseando y disfrutando del sol al palacio de Bellas Artes, buscamos durante un rato los bancos donde Mason (Sean Connery) se sienta a hablar con su hija en La Roca y no los encontramos (eran de atrezzo). Seguimos paseando hasta la sede de Lucas Arts, situado en un parque de ensueño y una vez allí me hago mil fotos en la fuente de la entrada donde una escultura de Yoda (Star Wars) a tamaño real (80 cm aprox. ) te bendice con su verde dedo. Es domingo y está cerrado, igualmente no nos hubieran dejado entrar pero al menos lo hubiera intentado. Admiro a través de los grandes ventanales las figuras a tamaño real que hay en el interior y continuamos nuestro camino.



Al rato nos sentamos a tomar un café y decidimos volver en bus y parar a ver la plaza Giradelli. Consultamos el mapa y nos dirigimos a una parada cercana de tranvía, el normal, no el historical este vale 2,70$ (NO dan cambio) si no tienes MUNI Pass.

Y de camino cruzamos el barrio de Presidio (Chestnut St.), son las 6 y pico de la tarde y hay un ambientazo espectacular, el barrio nos enamoró, un montón de terrazas y wine bars llenos hasta arriba, con gente de todas las edades, multitud de cochecitos con bebes, perros... tiendas preciosas de todo tipo, nos gusto tanto el ambiente que decidimos dejar la visita a Giradellis para mañana y pararnos un rato a tomar algún famoso vino californiano.




Después de buscar algún bar con mesa libre nos sentamos en una pequeña terraza donde nos daba el agradable sol de Junio. Ahora mismo nos parece mentira que hace apenas una semana estuviéramos abrasándonos literalmente en medio del desierto, que cosas tiene este país.

Le pedimos un par de copas de vino blanco californiano que nos recomienda un camarero simpatiquísimo con más pluma que Boris Izaguirre. La copa de vino está a unos 10$ de media y aunque están buenos no son nada del otro mundo. Más aún teniendo en cuenta que aquí por 10€ tienes botellas de vino excelentes en cualquier super. Esto hizo que empezáramos a hablar de que tal sería importar vinos pátrios a US, es decir aprovechando el alto precio y el menor conocimiento vinícola de los lugareños, tal vez podríamos vender botellas españolas de 6-7€ a precios escandalosos en US, no?

Le preguntamos al camarero (que resulta ser sommelier) si conoce los vinos españoles, ya que en la carta no vemos ninguno. No dice que si, que son muy buenos, (sobretodo el cava que le encanta) pero que los clientes americanos si se gastaban la pasta en un vino europeo lo quieren francés, les da igual que sea bueno o malo solo quieren el postureo de beberse un vino francés por caro que sea. Todo esto nos lo dijo muy indignado y molesto

Y como lo caimos bien nos empezó a invitar a vinos de Napa para que viéramos que no tenían nada que envidiar a los caldos Españoles... total que pagamos 10$ por una maldita copa de vino pero salimos del local con un nuevo amigo y una torta bastante considerable así que los daremos por más que bien invertidos!

Volvemos al hotel, descansamos un ratito y ya de noche decidimos cenar en el centro. Cable car hasta Powell st. (¡como nos gusta!) y después de rondar un ratillo acabamos entrando en un japonés situado en un sótano, había un poco de cola, así que pensamos que sería bueno y ¡BINGO! comemos en la barra, Noodles vegetales para L y otros con pollo empanado para mi, cojonudos.


Volvemos con el último cable car (10.30h) medio vacío, nos llama la atención que los autóctonos levantan la mano al vernos pasar y se suben al vuelo después de que el driver les de permiso para bajar un par de calles más arriba... supongo que con todas estas subidas toda ayuda es poca

Una vez en el hotel ducha y a dormir, mañana será nuestro último día en esta fantástica ciudad y pensamos disfrutarlo al máximo... Castro, Golden Gate, bicicletas y más acido úrico proveniente de marisco para nuestro cuerpo. Living on the edge baby.

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