Santiago de Cuba - Baracoa. ✏️ Diarios de Viajes de Cuba

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Otro día mas de levantarse pronto porque a las 8 de la mañana teníamos el Viazul hacia Baracoa. Llegamos a la estación como siempre te piden con una hora de antelación. Les presentamos el recibo de que estaba pagado, pues lo cogimos ya en Ciego de Avila y nos pasaron a una sala para esperar. Sobre las ocho, empezamos a subir al autobús y en diez minutos salimos dirección Baracoa.
El trayecto es bonito, pues combinas ir viendo la costa con el paso de la farola pasado mitad de camino, donde la carretera se mete en las montañas y pasas por zonas muy bonitas de la montaña cubana.

Se hace algo largo llegar a Baracoa y mientra ibas llegando veías extensiones de palmeras caídas por el suelo debido al huracán Matthew que en 2016 toco la isla en esta zona y destrozo campos de cacao, café y tiro montones de palmeras debido a la velocidad del viento. El caso es que a las 13 horas llegábamos a destino. Según todo lo organizado por la dueña de Doña Anita en Moron, nos venían a buscar de casa Tamara Sanchez. Al bajar y recoger las mochilas vimos a un hombre con nuestro nombre en un letrero. Nos sube a una bici para llevar gente (de las que hay muchas por todos los sitios) nos hace un trayecto de 300 metros y cuando llegamos nos pide 3 cucs!! En fin... Una mas de las de siempre en Cuba. Lo dejas pasar y demás, pero es algo que resulta sangrante estarse todo el día igual.

La casa de Tamara Sanchez estaba muy bien. Nos dieron una habitación en el centro de la casa, con solo una ventana y algo pequeña. El caso que tenia las otras dos habitaciones que tenia, abiertas y vimos que eran mas grandes. Le dijimos que si no podíamos dormir en una de esas y nos dijo que eran mas caras. En lugar de 25 cucs, 30. Habíamos reservado dos días en Baracoa y nosotros estuvimos dándole vueltas a la posibilidad de quedarnos otro mas. Lo teníamos decido y le preguntamos si podíamos quedarnos 3 días en lugar de dos a cambio de quedarnos en la habitación mas grande y por 25 cucs el día. Nos salio bien y acordamos quedarnos otro día mas en Baracoa. Reservamos los desayunos a 5 como en todos los sitios y el primer día la cena. Fue bueno, pues llevábamos unos días ajetreados y así podríamos "descansar" algo mas. Tomárnoslo con mas tranquilidad.

Nos fuimos a comer. Estuvimos en un restaurante en el malecón donde volvimos a comer langosta. Se llama la fortaleza y estaba muy bien.

A la vuelta de comer estuvimos hablando con Tamara y nos dijo que si queríamos hacer las excursiones típicas de la zona ellos tenían familiares con taxi y como allí todo se tiene que hacer así, quedamos que al día siguiente nos llevarían al cañón de Yumuri y la playa del manglito. Al siguiente dia iríamos a una cascada que hay en la zona del Yunque (nosotros desechamos la idea de subir el yunque) y también hablamos de donde íbamos al irnos y como lo íbamos a hacer. Nos dijo que nos podían llevar a Guardalavaca (nuestro siguiente destino) si encontrábamos a otros dos por 30 cucs cada uno. Pero supeditado a encontrar a dos mas. Nosotros les dijimos que no íbamos a buscar a nadie por las calles, vaya idea, y nos dijo que ella se encargaba. Aquí empezó la campaña del miedo y esto no me gusto nada de los de la casa, de que no fuésemos con cualquiera, que las carreteras estaban fatal, que hay que ir en taxi que fuese todoterreno, etc etc.... Nosotros le dijimos que aceptábamos ir con su familiar pero que tenían que encontrar ellos o el propio taxista los otros dos.

Con todo cerrado, nos fuimos a dar una vuelta y bañarnos a la playa de Baracoa. Es muy larga y empieza en medio de la ciudad y se extiende por unos 2-3 km hasta llegar la desembocadura del río Miel que da nombre también a la playa y la bahía . En mitad de la playa esta el campo de Beisbol de Baracoa y que destrozo Matthew el año anterior.

La verdad que Baracoa es muy bonito en medio de la Bahía Miel y rodeado de montañas llenas de cafetales, cacaotales y palmeras. Estuvimos en la playa, viendo a los niños de Baracoa saltar desde unas graderías al agua y dando una vuelta por Baracoa hasta la hora de la cena. Cenamos en la casa, muy bien por cierto y como se puso a llover nos fuimos a ver un rato la tele y a leer un poco antes de dormir.

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