Esta mañana nos levantamos tranquilamente, pues en principio, no haríamos nada por la mañana. Sobre las 7,30 nos fuimos a desayunar, y a la vuelta del desayuno una mujer nos dijo que si íbamos a coger un taxi, para compartirlo con ella, pero nosotros le teníamos reservado a las 13 y ella lo quería para más temprano.
Fuimos a cambiar 50 euros a libras por si nos hacían falta para el museo a la tienda del hotel (te dan el cambio justo y no cobran nada), ya que el banco estaba cerrado, y a la vuelta cambiamos de opinión y, como nos habían faltado cosas por ver en el barrio copto el día anterior, decidimos cogernos un taxi hasta el barrio copto, y que el taxista que habíamos reservado, Adel, nos recogiera en el barrio copto a las 13 en lugar de en el hotel, y así aprovechábamos más el día, pero la mujer que quería compartir taxi se había ido, y un taxi que había en el aparcamiento del hotel también.
Así que decidimos pedir un taxi en recepción. Nos pidieron 160 libras (8 euros), por ir al barrio copto (sólo ida), y en 10 minutos estaba allí el taxi. Un hombre mayor muy majo que chapurreaba sólo un poco el español, pero no hubo problema. Nos dejó en el barrio copto en la entrada, a las 9,45, y nos fijamos bien para luego esperar allí a Adel.
Hacía calorazo como todos los días, y procurábamos ir por la sombra, cuando había. Y por supuesto, esquivando a todos los vendedores insistentes, que nos decían “Hola, amigo”, “hola, hola, pepsicola”, “más barato que en Andorra”…
Visitamos una iglesia que no sé cómo se llamaba, nos dijeron que era San Jorge pero luego no era. No se podía en casi ninguna iglesia entrar enseñando hombros ni con pantalón corto, los hombres tampoco; la iglesia de Santa Bárbara, la iglesia de San Jorge, y finalmente la iglesia colgante. La que más nos gustó, la de San Jorge.
En algunas de ellas no se podían hacer fotos, y en otras no mientras estaban en misa (en todas pillamos la misa cuando entrábamos), pero por ejemplo en la de San Jorge, cuando acabó la misa, el vigilante nos dijo que ya podíamos hacer fotos (sin darle propina ninguna).
En la colgante ponía que estaba prohibido (no sé si durante la misa o después también, ya que nos fuimos antes de que acabara). También vimos por primera vez el metro del Cairo (por fuera, no entramos), al lado de la iglesia colgante.
Terminamos pronto de ver las iglesias, y volvimos de nuevo a la calle principal, y para hacer tiempo y refrescarnos un poco, nos tomamos algo en el restaurante donde comimos el día anterior con Moha, se llamaba Old Cairo Restaurant o algo así, es fácil de encontrar, junto a los puestos que hay en la calle. Nos tomamos dos cervezas sin alcohol y una mirinda de naranja, y un plato con unos 7 falafel, y nos costó 105 libras (unos 5,25 euros).
Estuvimos allí un rato largo, pero ya decidimos irnos a dar otra vuelta. Hacía mucho sol, y calor, y vino un vendedor a atosigarnos, que dice que nos conocía del día anterior, no sé si sería verdad o no, la cosa es que nos tuvimos que ir a buscar alguna iglesia para sentarnos un rato hasta que fuesen las 13 y nos recogiera Adel. Decidimos entrar de nuevo en la de ayer, la de San Sergio y San Baco, y qué casualidad que allí nos encontramos con el grupo del barco y Gabriel, el guía. Nos hizo ilusión aunque fue un poco incómodo, ya que habíamos rechazado la excursión con ellos.
Nos fuimos en seguida y ya estaba por allí el taxi. Nos llamó Aladino, indicándonos que ya estaba por allí Adel (hacía como de intérprete), pero no le encontrábamos, ya que no era taxi sino un coche normal. Al fin, como Aladino nos dijo la marca y el color, lo encontramos y nos montamos. No hablaba nada de español, pero por teléfono le decíamos a Aladino y él se lo decía en árabe. Nos llevó al Museo Egipcio y nos dejó a la entrada, a las 13,20 o así. Quedamos con él a las 6, cuando ya hubiésemos comido.
Entramos al museo, y previamente compramos las entradas: tres entradas normales con visita a las momias y un ticket de foto, todo ello por 770 libras (38,5 euros). Pasamos los controles y a mi padre, como tenía cámara de vídeo pero no ticket, le hicieron de volver a consigna a dejarla.
Volvimos a entrar, y fuimos viendo, primero toda la planta de abajo del museo, con todo lo del imperio antiguo, medio y nuevo, la sala de Akhenatón, la triada de Micerinos, la estatua de Kefrén, la paleta de Narmer… mil cosas, y todo muy desordenado, los muebles viejos, con polvo…
Subimos arriba, y aprovechamos para ir al baño, que nos costó para los 3, 5 libras (25 céntimos); subimos a la segunda planta, y vimos, entre otras cosas, los tesoros de Tutankhamón, increíble todo (para esto no hay que pagar entrada aparte, que yo pensaba que sí), y se pueden hacer fotos, excepto en la máscara dorada, que está aparte.
Entramos a la sala de momias reales, donde no se pueden hacer fotos; yo no lo sabía, y había una mujer árabe delante de mí que iba haciendo un montón, así que hice alguna (disimuladamente con el móvil, por si acaso), y a ella la llamaron y la hicieron borrar todas las fotos de momias que había hecho. Increíbles las momias, su conservación desde hace miles de años; las que más me llamaron la atención, la de Ramsés II y la de la reina Hatshepshut. (la de Ramsés con pelo y todo). Salimos, dimos otra vuelta por allí, vimos la sala de la máscara de Tutankhamón, que intenté hacerle una foto con el móvil, pero no llegué a hacerla, y me pidió el vigilante que le enseñara la última foto, pero como no la había hecho, salió otra de antes, y me dijo que Ok.
Vimos también la sala de las momias de animales, con todo tipo de animales momificados, desde cocodrilos, perros, cabras, tortugas, gatos… muy curioso todo.
Ya estábamos cansados e iban a cerrar pronto, así que salimos para ir a comer al Qushari Abu Tarek que nos había recomendado Mohamed el día anterior, y que supuestamente estaba enfrente del museo, pero no lo veíamos. Preguntamos a un chico que estaba fuera del museo, y nos acompañó a coger un taxi que nos llevara allí, por 50 libras (2,5 euros), y otras 50 la vuelta al museo. Nos dejó allí y subimos a comer.
En este restaurante sólo sirven un plato, que se llama qushari, un plato típico egipcio que consta de arroz, lentejas negras, garbanzos, macarrones, otro tipo de pasta más fina, y cubierto de ajo y vinagre todo ello mezclado con una salsa de tomate especiada, además de cebolla frita y carne. Una cosa ligerita, jeje.
Estaba bueno, pero era un plato gigante y nos dejamos la mitad. De postre una especie de arroz con leche, muy rico y muy dulce. De beber, una pepsi y dos botellas de agua, todo por 170 libras. Eran 150 y algo pero no nos dio las vueltas.
Comimos tranquilamente para hacer tiempo hasta las 17,45 que habíamos quedado con el taxista, y fuimos a hacer pis. No entendíamos muy bien lo que nos indicaban. Subimos arriba una planta, y había un chico en la puerta que nos dijo que no se podía entrar. No le entendíamos mucho, pero no nos dejaba entrar, así que nos tuvimos que ir sin hacer pis. Y encima yo creo que nos quería cobrar propina.
Cogimos el taxi que ya estaba por allí y nos llevó frente al museo (al otro lado de la calle, casualmente junto a una tienda de souvenirs), y en vez de abrirnos para bajar nos cerró las puertas y salió él, y se puso a hablar con el egipcio de la tienda. Nos dijo que no bajábamos, que dónde nos llevaba, si al hotel, al bazar, y le dijimos que no, que nos dejara allí, que le dábamos las 50 libras y ya, y nos bajó en la tienda, nos metió dentro, casi obligándonos a comprar algo, pero no quisimos nada, y nos fuimos de allí como pudimos.
Ahora tocaba cruzar la calle, la que está frente al Museo del Cairo, con muchos carriles y pasando coches todo el tiempo. Qué odisea, media hora para poder cruzar, hasta que nos asegurábamos que no venía ningún coche, y en cuanto cruzábamos nos pasaban por detrás a toda leche. Al fin logramos llegar a la otra acera, pero faltaba casi una hora para que viniera Adel, y allí nos sentamos en un escalón de la acera hasta que vino, y nos llevó al bazar de Khan-El-Khalili. La idea era verlo de noche pero aún lucía el sol.
Se comieron mis padres un helado (dos por 20 libras; el otro día fue el mismo pero por 12, uno). Y fuimos dando un paseo por el bazar, pasando de los vendedores que todo el rato nos decían lo mismo de siempre. Nos sentamos en un escalón frente a una joyería, y compramos una botella pequeña de agua, 15 libras (75 céntimos). Allí estuvimos un rato sentados y tuve la idea de ir al famoso Café de los Espejos o Fishawy, que aún no habíamos ido, y así descansábamos, tomábamos algo fresco y hacíamos tiempo hasta que fuese de noche, e íbamos al baño que aún no habíamos ido.
Me puse el GPS del móvil y llegamos bastante bien, eso sí, por unos callejones que daba miedito, pero nadie nos dijo nada. Nos sentamos, y había mucho ambiente. Nos tomamos 3 zumos de mango y nos pusieron una botella de agua. Nos ofrecieron shisha pero no quisimos. Sólo queríamos algo fresco e ir al baño. Lo que no me gustó nada es que ni nos dejaron tomar los zumos tranquilamente, ya que todo el rato venían vendedores a nuestra mesa, ofreciéndonos collares, tatuajes de henna, y todo tipo de cosas inverosímiles. Ni caso. Nos tomamos todas las bebidas y preguntamos nosotras por el baño. El camarero nos acompañó a su baño pero estaba cerrado, y nos llevó por unos callejones, acompañados por una niña con mal genio, a un baño (por llamarlo de alguna manera), lo más asqueroso que se pueda imaginar, hombres y mujeres allí mezclados, casi que se veía a los hombres haciendo sus necesidades, todo sucísimo, y en algunos baños casi ni tazas había, sólo un desagüe en el suelo. Nos metimos dentro las dos en uno, pero nos dio tanto asco que volvimos a salir sin hacer nada (haciendo tiempo para que pareciese que habíamos hecho pis), y encima la niña quería la propina, muy cabreada. Qué fuerte. Nos persiguió hasta la mesa del Fishawy, y no paraba de insistir. Al final la tuvo que echar el del bar, de mala manera. Fue un rato muy desagradable.
Salimos ya de allí, casi huyendo para que no viniera la niña, y fuimos de nuevo a buscar la tienda de Jordi, guiados por un vendedor al que preguntamos, y luego quería propina, que no le dimos. Al final ni compramos nada en la tienda de Jordi, y fuimos a buscar la calle Moez, que nos había recomendado uno de los representantes de la agencia. Íbamos haciendo fotos de los puestos de noche, algunos preciosos, y le compramos a un hombre un frasquito con arena de colores muy mono, y nos regaló otro, regateando mucho, al final nos dio los dos por 4 euros. Muy majo.
Al fin encontramos la calle Moez, andando bastante, y vimos las mezquitas por fuera de noche, muy bonito, todo el mundo nos miraba y apenas había turistas. Nos sentamos allí en un banco un rato a descansar y unos chicos de allí me pidieron hacerme una foto con ellos. Yo les dije que no (ya estábamos acostumbrados a decir que no a todo el mundo, porque luego piden propinas por todo); insistieron y se hicieron al final una foto con nosotros 3. Se fueron tan contentos.
Volvimos a la plaza principal donde nos había dejado Adel, y escribimos a Aladino para que Adel viniese a las 8,15 en vez de a las 9 porque ya no podíamos más y queríamos sobre todo ir al baño. Vino Adel en seguida y nos llevó hasta el hotel, pero con un traficazo alucinante, más de hora y media de camino (25 km); todo el mundo pitando, con unos adelantamientos de miedo, frenazos, y luego cosas que jamás pensábamos que pudieran verse en una autopista: vimos una boda con los novios sentados encima de un coche, sin ninguna sujeción (súper bonito todo, eso sí), y hasta iban posando para que les hiciéramos fotos desde el coche, unos cuantos coches con jóvenes dentro (por decir algo, porque llevaban medio cuerpo saliendo por las ventanillas), y el conductor con un antifaz de fiesta y una nariz; un motocarro montado en la parte de atrás de una camioneta, con 3 ó 4 personas dentro del motocarro, unos vendedores vendiendo globos con lucecitas en medio de la autopista… surrealista todo, pero muy divertido.
Tuvimos que parar en una gasolinera a repostar también, no sé si era gasolina o diesel pero costaba a 0,33 euros el litro, baratísimo.
Nos dejaba en el hotel anterior, pero se lo dijimos y preguntó, y ya nos dejó en el nuestro. Le pagamos los 35 euros acordados y 5 libras de propina. Eran las 22,30, fuimos al bar del hotel a comprar una botella de agua por 13 libras o así, no recuerdo bien, pero menos de un euro. Había una especie de karaoke en la terraza de la piscina, pero nos fuimos al hotel a ducharnos y preparar todo lo de las maletas para el día siguiente que nos íbamos a las 6.
Gastos del día:
Taxi hotel-barrio copto: 8,25 euros
Taxista Aladino-Adel: 35,25 euros.
Aperitivo barrio copto: 5,25 euros
Pis museo: 0,25 euros
Museo: 38,5 euros
Comida Qushari: 8,5 euros.
Botella bazar: 1,25 euros
Frasco de arena: 4 euros
Agua hotel: 0,75 euros.
Total día: 102 euros.