Bohol ✏️ Diarios de Viajes de Asia Sudeste

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Nos despedimos con tristeza de Siquijor y nos fuimos en ferry a nuestro siguiente destino, Bohol. Bohol es mucho más grande que Siquijor y mucho más turístico. Bohol no tiene nada que ver con Siquijor.
Nosotros nos hemos quedado al sur de la isla, en Pangalo, que junto con Anda, que está al este, dicen que tienen las mejores playas.
En Panglao la playa más famosa es la white beach y…vale, la arena es blanca perfecta como las de las playas de Filipinas pero la playa está llena de restaurantes y locales para excursiones y cuando digo la playa, es porque literalmente están metidos en la playa.
Además los restaurantes son restaurantes turísticos, de los que tienen expositores con marisco y pescado y la gente se harta de comer y también hay muchos restaurantes chinos y coreanos porque por lo visto es uno de los destinos favoritos para los chinos y coreanos, así que es fácil adivinar que a nosotros no nos gustó mucho Panglao ni nos pareció nada espectacular.
Hemos estado cuatro días recorriendo Bohol en moto y el día que más me gustó fue el día que fuimos a ver las “Chocolate Hills”.
Fuimos en moto hasta las Chocolate, que están en el centro de la isla pasando por un paisaje muy muy bonito. Al principio era muy parecido a Siquijor, con cocoteros y plataneros, pero cuando llegamos al río Lobok, apareció un paisaje más de selva muy bonito. Nos reímos mucho porque por el camino íbamos viendo las señales hasta las ciudades más cercanas que se llaman: Sevilla, El Carmen, San Fernando. También pasamos por varios centros de aventura en la naturaleza en los que hay tirolinas sobre el río y por un centro de protección de Tarsier.
Las Chocolate Hills son unas colinas muy bonitas de color marrón que sobresalen por encima del paisaje verde de la selva como si fuesen bombones de chocolate. Realmente son arrecifes de coral que se quedaron aislados cuando bajó el nivel del mar pero yo las miraba y no podía dejar de pensar en bombones

Tardamos casi tres horas en llegar hasta allí, pero como salimos muy temprano no hacía calor. Por las Chocolate Hills no se puede andar, sólo se puede subir a un par de miradores y verlas desde arriba, que realmente es lo bonito. También puedes alquilar un quad y recorrer algunos senderos, pero nosotros no lo hicimos.
Cuando terminamos de verlas decidimos ir a El Carmen a desayunar porque ya hacía mucho calor. El Carmen, como todos los pueblos filipinos, es un conjunto de casas polvorientas construidas con madera, tablones y en el mejor de los casos techos de chapa que dan la sensación de que las han hecho con cosas cogidas de la basura y por supuesto sin aceras. Encontramos una panadería que, como no, se llamaba: Pan de El Carmen y allí desayunamos. Después dimos una vuelta por el mercado y cogimos las motos para ir a la reserva de Tarsiers.
Los Tarsiers son unos monos muy muy pequeños con unos ojos muy saltones, de hecho son los monos más pequeños del mundo. A nosotros no nos gusta ir a sitios dónde tienen animales en malas condiciones, sólo para los turistas, pero en la reserva de tarsiers aseguran que están muy bien cuidados y protegidos y realmente lo parece porque sólo te dejan ir andando por un camino, sin hacer mucho ruido y hablando en voz baja, porque los tarsiers duermen de día y al lado de cada uno de los árboles en los que hay un tarsier durmiendo hay un vigilante que te dice que no uses flash, que no hagas ruido etc etc etc.
Al salir de la reserva emprendimos el regreso hacía Panglao y paramos por el camino al lado del río Lobok. Estuvimos un rato viendo como unos niños se tiraban al río desde un árbol muy alto y viendo pasar los barcos con la música a todo volumen llenos de turistas cenando navegando por el río. Mientras estábamos allí contemplativos, se nos acercó un hombre para decirnos que si queríamos paseo en barco, pero nosotros viendo a todos aquellos turistas con la música en los barcos le dijimos que no, de un modo tan rotundo que el hombre se rio y empezó a hablar con nosotros y claro ya nos preguntó que si nos gustaban los chinos, que eran la mayoría de turistas que iban en los barcos con la música hortera y nosotros le dijimos que por supuesto que no, que el año pasado en nuestro viaje a China habíamos desarrollado una considerable chinofobia hacía los chinos haciendo turismo y el hombre se hartó de reir y nos dijo que a ellos tampoco les gustan los chinos, que son muy ruidosos y mal educados y que en filipinas a los chinos les dicen “ insectos”….¡insectos! jajajajajaja, que cuando los ven llegar dicen: hey there come the insects!jajajjajajaja y yo que pensaba que lo nuestro era tenerles fobia. Estuvimos un buen rato hablando con él, de las palabras y los números en español, de Magallanes y de Siquijor antes de volver a Panglao. En Filipinas todo el mundo habla bastante bien en inglés y además les gusta hablan con extranjeros, bueno, después de nuestra conversación de hoy está claro que con todos los extranjeros no.
EL resto de los días, los dedicamos a recorrer la isla en moto, bañarnos en playas de arena blanca y por supuesto cenar pollo y lechón en uno de los puestos de barbacoa en el que vimos que había muchos filipinos, según ellos “best lechón in Bohol”, la verdad es que estaba muy bueno y el segundo día ya éramos clientes VIP.
Bohol, sobre todo el centro, no está mal, pero a nosotros nos gustó mucho más Siquijor.
Nuestro próximo y último destino en Filipinas es Siargao.

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