Día 11 de Agosto
Toca el traslado a Hue por carretera, tal y como habíamos contratado nos recogieron en el hotel a las 8:45 h., salimos bordeando la orilla del mar dejando la larguísima playa a la derecha.
Durante el trayecto hicimos la primera parada en la Montaña de Mármol, que está muy cerca de Dnang, ciudad totalmente destruida en la guerra y que en la que actualmente están construyendo cientos de grandes edificios, en cinco años parecerá que estemos en Benidorm, al tener 23 kilómetros de playa es un centro muy turístico, se ve que los jubilados japoneses vienen en masa a comprar pisos para pasar la jubilación, una lástima a mi parecer, pero son los inconvenientes del progreso.
En la montaña de Mármol, subimos por sus escaleras, para así poder ir observando las variadas figuras que hay en el camino de subida, también se puede subir con un ascensor, pero te pierdes algunas cosas.
Es un conocido lugar espiritual y de peregrinaje, visitamos las pagodas budistas, el interior de una cueva donde hay varios templos, según nos conto el guía, durante la guerra de Vietnam de todas la bombas que cayeron en esta montaña no explotó ninguna, así que usaron su interior como hospital oculto.
Al entrar en una cueva subimos, pasando por un estrecho agujero en la roca, a un mirador, donde pudimos tener una bonita panorámica de Dnang y su playa.
El resto del trayecto escénico en coche fue de un par de horas a lo largo de la costa por la carretera H1, hicimos algunas paradas para tomar fotos de la playa My Khe, y en el paso Hai Van, que estaba lleno de turistas chinos invadiéndolo todo haciéndose fotos, la verdad es que a parte de un par de búnkers, la vista tampoco es que sea nada del otro mundo, aquí el guía nos explico las tácticas que usaban para luchar contra los soldados americanos, pieles de tigre para silenciar los perros vigilantes y culebras que era atraídas por el olor del tabaco para ahuyentar a los soldados, nos hizo relatos realmente interesantes .
Llegamos a Hue a la hora de comer, nos registramos en nuestro hotel "Hotel Eldora" y subimos a dejar las maletas.
Hue fue capital de Vietnam hasta 1945, tiene unos 290.000 habitantes y su conjunto de monumentos fue declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1993, está atravesada por el ancho río del Perfume.
Salimos a comer algo, eran ya las tres de la tarde, comimos en el restaurante Little Italy, con comidas tradicionales y occidentales, como curiosidad tienen arroz a la española, mi mujer lo pidió y resultó ser arroz frito tres delicias, ja, ja, también café expreso que estaba riquísimo.
Al salir del restaurante fuimos a dar una vuelta por el barrio, está lleno de bares y restaurantes, algunos muy bien montados, se nota que reciben mucho turismo.
Paseamos por el embarcadero, donde algunas propietarias de los barcos amarrados, todos con un dragón en la proa, intentaban convencernos de ir a dar una vuelta o cruzarnos el río, pero como al día siguiente ya teníamos contratada la excursión con el barco, preferíamos caminar un poco, nos dirigimos al puente de hierro para cruzarlo.
Este histórico puente de Trang Tien, es todo un símbolo de Hue, tiene 401,10 metros de longitud y 6,20 metros de ancho, actualmente es solo para motos y peatones, es divertido ver todas las motos que cruzan, algunas con armarios en su portamaletas y otras con toda la familia subidos en ellas, vimos hasta con cinco personas encima de la moto, una locura.
Una vez en el otro extremo del puente, fuimos primero a un centro comercial, que está situado en el lado derecho justo encima del mercado, para aprovechar sus WC y después atravesamos un jardín que hay a la izquierda del puente de hierro, con algunos estanques y grandes árboles.
Para regresar al hotel cruzamos por el puente normal que hay al final del parque, donde también pueden cruzar los coches.
Una vez en el hotel, subimos a la última planta donde estaba su piscina interior y así relajarnos un poco, con unas magnificas vistas de la ciudad desde dentro de la piscina.
Para cenar volvimos a la zona de restaurantes, que la cierran al tráfico por la noche, cenamos en un restaurante que nos aconsejó el guía, se llama Carambole y realmente estuvo muy bien la cena, con una carta muy amplía y a buen precio.
Después de cenar paseamos un poco más por la zona, estaba lleno de gente cantando en las calles con su grupo, había muchísimo ambiente.