CUZCO - MACHUPICCHU
Nuestro siguiente viaje fue a Perú. Volamos con Aerosur desde La Paz hasta Cuzco. Nos alojamos tres noches en el Hotel Munay Wasi Inn, de tres estrellas, que habíamos reservado por Internet. Fueron a buscarnos y a llevarnos al aeropuerto. El hotel ocupa un edificio de época colonial, con un gran patio central a donde dan la mayoría de las habitaciones. El precio de la habitación doble es de 90 dólares, incluyendo el desayuno. Es un hotel con una aceptable relación calidad-precio pero nos hubiera gustado que estuviese más céntrico. Además de la reserva del hotel ya llevábamos contratado con una agencia local -también por Internet- la excursión a Machu Picchu, por un precio de 230 dórales por persona, todo incluido.

En realidad no hubiera sido necesario porque en Cuzco hay montones de agencias con las que puedes contratar el viaje, no sé si a mejor precio porque hay varias opciones. La entrada al recinto tiene un único precio -100 dólares- pero el viaje hasta allí hay que hacerlo en tren y hay tres opciones. Hay un tren de lujo de la misma compañía del Orient Express que es carísimo. Hay un tren panorámico con amplios ventanales y techo de cristal para poder ir viendo el paisaje y finalmente hay una opción más económica (pero no barata porque hay mucha demanda en torno a Machu Picchu y lo rentabilizan a tope). Nosotros fuimos a la ida en el panorámico y a la vuelta en el turista porque salía más tarde y nos permitía quedarnos más tiempo en el recinto. El tren tarda 3 horas en recorrer los 90 km. desde Cuzco hasta Aguas Calientes. En Aguas Calientes, donde no merece la pena pasar la noche porque no hay más que hoteles, restaurantes y puestos de artesanía, hay que coger un autobús que te lleva ya hasta el recinto. Si ya lo llevas organizado, allí te está esperando el guía. Pero también hay guías que se proponen a los turistas por si aún no lo tienen. En total el viaje dura unas cuatro horas ida y otras tantas vuelta. Es largo pero merece la pena. El conjunto arqueológico es espectacular. Está todo muy bien cuidado y el entorno es impresionante. La visita guiada dura unas dos horas y después tienes tiempo libre para ver tú solito. Aunque hay muchos visitantes no tienes sensación de agobio porque los visitantes están siempre agrupados en torno a un guía y hay zonas no transitables. Nuestro guía desgraciadamente fue bastante desastre y eso nos aguó un poco la visita. Ya teníamos ganas de que nos dejase libres y poder ver a nuestro aire. Hay gente que se atreve a subir hasta el Huayna Picchu que domina el recinto, pero son tres horas hacia arriba y otras tantas hacia abajo. Mucho. Es verdad que Machu Picchu está más bajo que Cuzco, a unos 2.500 metros únicamente. Pero en cualquier caso hay que estar en forma. También los hay que llegan hasta allí haciendo la ruta del Inca durante tres días, es otra posibilidad para los deportistas. Al estar más bajo que Cuzco la temperatura es más alta. Así que hay que vestirse en capas. A las 7h. de la mañana, cuando sale el tren, hace mucho frío, en Machu Picchu calor, y a la vuelta a Cuzco, ya de noche, otra vez frío.


Yo creo que Cuzco bien merece dos días para visitarlo. Esta ciudad, que fue la capital del imperio Inca y que ya era mayor que Madrid cuando llegaron los conquistadores españoles, es riquísima tanto históricamente como arquitectónicamente y culturalmente. Sorprenden la cantidad de palacios, casonas, conventos, iglesias, además de las ruinas incas que tiene en sus alrededores.

Hay una simbiosis entre la arquitectura colonial española y la inca que la hace única. Los españoles construyeron sus edificios sobre los antiguos muros incas de enormes piedras perfectamente ensambladas. Y no es raro estar comiendo en un restaurante cuyos muros pertenecieron a un antiguo palacio inca

La Plaza de Armas es majestuosa, de grandes dimensiones, con soportales que recuerdan las plazas españolas, más la catedral y la iglesia de los Jesuitas, construida también sobre un antiguo palacio inca y una de las mejores muestras del barroco colonial

Todas las órdenes religiosas estuvieron allí y construyeron iglesias y conventos con grandes retablos de madera tallada decorados con panes de oro de una riqueza sorprendente en países actualmente tan pobres. La catedral, que tiene además una rica colección de cuadros de la escuela Cuzqueña, es única. No conozco ninguna que pueda comparársele. Existe la posibilidad de comprar un pase para cuatro monumentos, uno de ellos la catedral. Merece la pena porque está incluida una audio-guía (conviene pedirla, a veces no la dan) con buenas explicaciones. La ciudad es grande y hay mucho que ver. Es interesante por su tipismo el Barrio de San Blas, en la parte alta, con su mercadillo de diferentes artesanos, sus calles estrechas y empinadas y su iglesia, que es la parroquia más antigua de la ciudad.

Conviene no dejar de ver el antiguo Coricancha, actual convento de Santo Domingo, construido sobre el templo inca. Aquí una guía local nos explicó detallamente la técnica inca de construcción para evitar movimientos sísmicos. De hecho los palacios incas resistieron perfectamente todos los terremotos mientras que los españoles se cayeron. En las agencias te ofrecen la posibilidad de hacer una visita conjunta de varias de las ruinas de Cuzco. No lo hicimos porque preferimos patear bien la ciudad, sus calles, sus plazas y sus monumentos, que son muchos. Con toda esta riqueza es lógico que Cuzco viva de y para el turismo. Está lleno de hoteles, restaurantes, casas de cambio y sobre todo tiendas. Los precios son baratos pero no tanto como en Bolivia.
