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No es buen compinche la meteorología de hoy para tomar el primer contacto con Naqsh-e Jahan: la gélida y desapacible mañana diluye las primeras sensaciones. Sin embargo, lo que acaba de deslustrar mi primera impresión es el estanque sin agua y los andamios que rodean a las principales atracciones de la segunda plaza más grande del mundo:Masjed-e Shah y Masjed-e Sheikh Lotfollah. Así que no puedo hablar de amor a primera vista. Acontece como cuando se conoce, en mi caso, una mujer poco atractiva y la primera impresión que pasa de ella es de indiferencia sexual y, con el paso de las horas,acabas descubriendo que hay más vida más allá de un simétrico rostro y un cuerpo escultural,que caes fascinado completamente cuando comienzas a conocerla, que te das cuenta que tiene muchísimas cosas que ofrecer, que la vulgaridad no va con ella. Eso es lo que sucede con esta plaza que la primera impresión no es la más relevante, su poder es tan profundo que uno acaba embelesado con el paso de las horas, mi percepción mejora cuanto más tiempo permanezco en ella.
Son las 09:00h. El estallido ininterrumpido de cada uno de los miles de vehículos desaparece al acceder a la plaza. Alguna moto errante violenta de vez en cuando la armonía. Menos mal que mi visita no coincide con el tiempo no tan lejano cuando el tráfico también era una constante aquí dentro.
Hay muchos colegios, niños jugando con las profesoras con chador tradicional vigilantes. No sé si hay profesores en las escuelas iraníes,pero si los hay son minoría, yo en todo mi viaje no vi a ninguno.
Miro al frontispicio de la Masjed-e Shah y uno observa que el acceso que da a la plaza no es lineal con el resto de la mezquita, que hay una desviación en su interior a causa de que está orientada hacia la Meca.
Masjed-e Shah 200.000 riales.
Es una mezquita que impresiona por su belleza.
El estanque de abluciones es una congregación de vigas y tablones. La están restaurando.¡Qué suerte la mía!
¡Hello!¿How are you? Se atreven a decir las más intrépidas colegialas de uno de los grupos escolares a los pocos extranjeros que estamos en estos instantes visitando tan ilustre edificación.
¡Hola, amigo! Interrumpe mi camino al salir de la mezquita un vendedor de alfombras persa hechas a mano de una de las tiendas cercanas. Enseguida sabe qué tipo de cliente soy, tal como lo cuenta Anna M. Briongos en su libro de su estancia en Isfahán :"El meu Irán", que gira entorno al mundo de la venta de alfombras,y me enseña una preciosa alfombra pequeña que por su tacto y calidad ya ni pregunto el precio no vaya a ser que me caiga para atrás.
Paseo por los soportales abovedados repletos de tiendas de recuerdos que rodea la plaza, aquí es el mejor sitio de todo Irán para comprar souvenirs. El problema es que no es el destino final y si uno viaja con la mochila a cuesta acaba maldiciendo los regalos cada vez que se desplaza de un sitio a otro.
El tiempo pasa volando en la plaza.
Posteriormente de visitar Masjed-e Sheikh Lotfollah me siento en el centro de la plaza,en un muro perimetral y bajo de una superficie de césped. En un lapso de de diez minutos se sientan a cuatro metros de mí tres chicas iraníes con velo. Bromean y sonríen constantemente entre ellas hasta que una poco a poco va dejando caer el velo hacia atrás hasta que su pelo castaño, largo y lacio queda expuesto a la vista de todos. Es un acto de rebeldía,es premeditado. ¡Vaya ovarios tiene la niña! No obstante, la alegría en la casa del pobre dura poco, y como a estas horas la plaza está concurrida no tarda en aparecer un defensor de los principios morales del Islam, un hombre de mediana edad, que con una educación exquisita pero firme como un roble las sermonea durante diez minutos mientras ellas con las cabezas agachadas y sumisas aguantan el chaparrón.
En este momento,que ya se han marchado las chicas, se acerca un anciano de pensamiento lúcido y físico envidiable para la años acumulados, 86; quien pregunta si puede sentarse a charlar conmigo.¡Por supuesto! Faltaría más. Hablamos durante más de una hora. Coincidimos en nuestra doctrina filosófica de la concepción del universo, alejada de ateos y religiosos; y le alegra mucho encontrar a alguien de su misma corriente. Me habla de historia y historiadores.La primera de una importancia capital para entender nuestro presente a través del pasado y la segunda, como en cualquier oficio, académicos politizados y otros, los menos,grandes profesionales; pero lo triste, y ocurre en la mayoría de regiones del mundo, son los primeros quienes más repercusión y reconocimiento tienen porque son quienes suelen lamer el culo a los nacionalismos y quienes trabajan para fortalecer los sentimientos del imaginario de una unidad sacra en detrimento de la ecuanimidad, y eso vende más. Me argumenta con resignación pero sin perder la esperanza.
¿Conoces Zurkhaneh? No. Es una disciplina mística que combina danzas tradicionales y artes marciales en gimnasios octogonales, alrededor de un "tatami", suele haber unas pequeñas graderías con varias zonas para atletas, músicos y público. A las 21:00h mañana en este gimnasio puedes ir de público, es gratuito ( pregunto en el hotel y me dicen que sí, que a las 21:00h):
Calle/ Gholiacha
Gimnasio Zurkhaneh (en un parque arbolado).
Si buscáis en you tube encontraréis vídeos de esta curiosa disciplina:
www.youtube.com/watch?v=Bbww3NovMRg
Cómo llegar a pie:
1º Desde el museo de las Artes Decorativas de Irán ir dirección a la avenida Jamal od Din Abdolrazagh pasando por la calle Hakim.
2º Cuando se llega a la avenida cruzamos de acera y a mano izquierda todo recto.
3º Cruzamos dos avenidas y cuando pasamos la panadería Shayeste está la callejuela por donde tenemos que entrar (Ali Gholi Agha). Está señalizada la calle.
4º Todo recto, hay que pasar por la calle abovedada y cuando salimos sin dejar la calle a mano derecha veremos un parque arbolado, allí está el edificio escondido.
En la guía de Lonely Planet , en esta misma calle, recomienda el Hammam-e Alí Gholi Agha que creo que es el mismo lugar o está al lado, no estoy seguro;porque en la descripción del lugar no hace referencia a esta disciplina.
Yo fui al día siguiente y estaba cerrado a la hora que me habían dicho.
Y al final no pude verlo.Son las 15:00 h y no he salido de la plaza en toda la mañana y el tiempo se pasa volando. Me voy a la calle Hafez y entro en un restaurante tradicional que hay que subir unas escaleras para llegar al comedor. Está decorado con aparatos electrónicos de los años 80. La comida está deliciosa:
Todavía hay trasiego en el mercado Bazar-e Bozorg. Recorro sus calles y aquí si que hay algunos sectores lo suficientemente antiguos para pensar que hubo una relación reciproca entre los personajes principales del Médico de Noah Gordon y su arquitectura.
¿300.000 riales hasta el barrio armenio? No, ya voy andando. Le digo al taxista que le he pedido precio desde Naqsh -e Jahan para ir al Jolfa ( barrio armenio). Al final, por 150.000 riales me lleva.
Si me dejaran directamente aquí pensaría que estoy en una ciudad europea, el ambiente y la arquitectura la acerca más a Europa que a Asia. Visito el museo de la Música y veo desde fuera, lo que me deja las altas tapias,las principales atracciones. Cuando he llegado estaba casi todas cerradas. Ceno en uno de los locales una ensalada de pasta y estas cervezas afrutadas sin una pizca de alcohol que venden en Irán.
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