Estaba triste.Era el día. Teníamos que dejar el hotel, cargar las maletas y empezar el camino de vuelta para llegar al aeropuerto y coger el avión a Barcelona.
Las seis de la mañana y despierto. No podía dormir. Tenía que hacer algo para no molestar a mis niñas y como había leído que hay un castillo justo encima de Taormina, decido cargar la cámara y subir a verlo. Pues bien, fotográficamente, la subida fue un éxito, pero cansado lo era un rato… Creo que quemé varios de los canoli que me comí en días anteriores
Cuando vi las escaleras pensé en volverme al hotel pero como ya estaba vestido….Iba haciendo paradas por el camino para descansar y poder sacar fotos del paisaje. Lástima que las que se tomaban en dirección al sol salieron un poco quemadas, porque las vistas , nuevamente, eran brutales. Capo Taormina, el teatro griego, la bahía de Naxos, el Etna… y también se veía la costa “italiana” al otro lado del estrecho de Messina.
TEATRO GRIEGO Y CAPO TAORMINA
LA COSTA CALABRESA AL FONDO Y LA BAHIA DE NAXOS
LA FAUNA LOCAL Y EL ETNA
Incluso localicé el hotel y le hice unas fotos…
Después de un buen rato de ascensión , llegue a la iglesia de la Madonna de la Rocca, y al acercarme a la entrada me di cuenta que estaban dando misa… a las siete de la mañana !!!
El último trozo de la subida hasta el castillo sarraceno fue en balde porque estaba cerrado el acceso por una valla con candado, no se si por la hora o porque sencillamente esa no era la entrada. Lo bueno de este esfuerzo final es que me permitió fotografiarme con uno de mis compañeros de viaje.
Aunque no lo parezca, estaba al filo de un precipicio para hacerme la auto-foto, pero el Etna me tenia encantado y claro, un simple peligro de muerte, no iba a fastidiarme una gran foto, no??
La bajada fue mas cómoda y cuando llegué al hotel, la cara de incredulidad que puso mi mujer al decirle de donde venía fue bastante curiosa!!
Después del desayuno fuimos a hacer las maletas pero antes de recogerlo todo, decidimos darnos un baño final con la peque en la piscina. Y justo antes de irnos , descubrimos que tocando un botón , la piscina se convertía en jacuzzi!!!!! Lástima no haberlo sabido antes!
En fin, nos despedimos del gerente del hotel, que nos pidió una opinión favorable en booking; Se lo garanticé. A parte de lo bien que estaba el hotel (habitación, instalaciones, desayuno…) , el trato fue exquisito en todo momento.
Debíamos cruzar la isla de este a oeste y era un buen trecho, pero el avión salia a la 1:30 de la madrugada y no teníamos prisa. La idea era parar en Cefalú para comer. Era uno de los lugares mas visitados de la isla y nos cogía a mitad de camino , así que nos pusimos en marcha , dejando atrás la bella Taormina.
El trayecto, aunque algo largo, era bastante agradable. Hasta llegar a Messina , el camino te obsequia con unas maravillosas vistas del estrecho de Messina y de la costa de Calabria. Se ve realmente cerca, incluso hace años que está proyectado un puente que unirá la isla con el continente.
A partir de ahí tomamos la costa norte para recorrerla entera. Al poco rato pasabamos por Milazzo y pudimos ver claramente las mas cercanas de las islas Eolias ; la visión de las islas hizo que me diera un poco mas de rabia no haberlas podido visitar, pero lo dicho, otra excusa mas para volver!
La carretera atravesaba una montaña tras otra y cada vez que salíamos de un túnel , se veían las aguas del Tirreno que bañan esa zona de Sicilia. Como decía, era un camino muy bonito y tranquilo, porque en la autopista, con los dos sentidos de la carretera separados por la mediana y con 2-3 carriles por banda, no se notaba tanto la “especial” manera de conducir de los sicilianos.
Llegamos a Cefalú, otra pueblo de visita recomendada en todas las guías. Es un pueblecito de pescadores, a la orilla del mar y con un duomo precioso que sobresale por encima de los tejados del casco antiguo. Nos dimos un paseito por sus callejuelas y nos decidimos por entrar a comer en el restaurante Il Sarraceno ; lo hicimos por la carta que había fuera, pero al entrar nos pasaron a la terraza y nos quedamos alucinados!! Estaba literalmente posada sobre las rocas de la playa, vamos, que comimos con el mar a nuestros pies
Con el estómago lleno, nos acercamos a la plaza del duomo a tomar algo y a ver la catedral por dentro también. En la plaza pecamos un poco de turistas porque nos cobraron como 15€ por una granita, una bola de helado y un agua. Al menos estaba bueno y el sitio valía la pena…
Después de ver el duomo y su interior, callejeamos un poco mas por el casco antiguo y fuimos hasta la playa; apetecía bañarse , pero teníamos toda la ropa en las maletas y no era plan…
Nos dedicamos a comprar cuatro cosillas que nos habían quedado pendientes, como algún souvenir, y algo de productos típicos; me traje tomates secos y anchoas con alcaparras ( cuando escribo esto ya casi no me quedan!).Lo que menos me gustó fue el ambientillo que había en el pueblo… Supongo que es una impresión personal, pero digamos que en Cefalú, la gente no tiene el tanto “estilo” como en Taormina.Pero el pueblo en si es bastante bonito...
Por la tarde, cogimos de nuevo el coche para hacer nuestro último trayecto. Nos dirigimos al aeropuerto y teníamos que cruzar Palermo con todo lo que eso suponía en cuanto al tráfico, y además, debíamos entregar el coche antes de las 11h. para que no nos cobraran mas y esperar a las 12h. o así para poder facturar las maletas.
La cosa es que llegamos con demasiado tiempo y tuvimos que esperar mucho rato en el aeropuerto, que no sería el mas animado del mundo que digamos. A duras penas había un bar y ni una sola tienda abierta !! Al menos pudimos comernos unos paninis y un último canoli…
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Ya de madrugada estábamos de vuelta en Barcelona.Cansados pero con muchos recuerdos ya inolvidables en la maleta. Esa noche dormimos en casa, como siempre , pero un poco mas sabios, un poco mas ricos.