Estábamos ansiosos por llegar a las islas. Teníamos nueve días por delante para disfrutarlas. Primero iríamos dos noches a Kecil Island y luego seis noches a Besar Island. Nosotros ya conocíamos Besar, pero no Kecil; así pues decidimos dedicar más días donde sabíamos que nos iba a encantar: Besar.
En Kecil elegimos el D' Lagoon Chalet porque estaba retirado del resto de la isla. El lugar invitaba a explorar las playas vírgenes de la zona y a las que se puede llegar por senderos entre la selva o en barca. El hotel no es gran cosa, pero el entorno bien merece la pena. A nosotros nos enamoró.
Reservamos la habitación por medio de email, con la chica encargada de nombre Fiza. En booking no había disponibilidad; y sin embargo, por correo no tuvimos problemas. Lo mismo hicimos en el hotel de Besar, el Cocohut Chalet; y este último incluía el billete de ferry que, junto con el voucher tendríamos que recoger en sus oficinas a la llegada a Besut.
Llegamos a Kuala Besut sobre las seis de la mañana pasadas. Unos señores nos querían vender el billete del ferry pero les ignoramos; porque lo teníamos en la oficina del Cocohut, la cual estaba muy cerca (casi en frente del pasillo cubierto que llega hasta el puerto) de donde nos dejó el bus. Llegamos caminando y al ver que estaba cerrada decidimos comprar el billete -para poder salir a las siete- en la primera oficina que hay justo en el pasillo techado (Save Park Holidays SDN BHD, Wan 019-6024820), pues es la única abierta a esas horas. El hombre fue muy amable; y nos dijo que a mucha gente le pasa como a nosotros, que tenemos que esperar a que abran y tomar el siguiente barco que es a las diez de la mañana.
Salimos en barca sobre las siete y media de la mañana dirección Kecil con más gente que iba a otros hoteles. ¡Menuda emoción! ¡Por fin en el PARAÍSO! Y no nos importaba mucho perder los billetes que ya teníamos gestionados con el hotel de Besar.
Llegamos a las ocho de la mañana al D' Lagoon Chalet y Fiza ya tenía lista nuestra habitación, así que tomamos el te de bienvenida y nos acomodamos en nuestra cabaña frente al mar.
Este día fue muy productivo. Nos dedicamos a hacer snorkel frente a la playa del hotel. Por ambos lados: derecha e izquierda. Es precioso. Vimos corales, almejas, peces loro, tiburones… fue demasiado emocionante para el primer día. No nos esperábamos tanto, la verdad.

Más tarde fuimos caminando por el sendero que sale de Music Machine en el hotel, a Turttle Beach. Se tarda cinco u ocho minutos. No había nadie... ¡Toda la playa era nuestra! Vimos un gran banco de peces aguja gigantes, entre otros. Realmente bonito.

Volvimos y tras comer en el restaurante unos fried noodles con unos zumos naturales, nos echamos una siestecilla tan a gusto. Bueno, más bien nos encandilamos con las vistas desde la hamaca.

Por la tarde, hicimos más snorkel en el hotel. Fuimos por la zona derecha, pero no vimos el pez loro de cabeza jorobada; y como ya estaba cayendo el sol en ese lado fuimos andando a Adan&Eva Beach por el otro sendero, que sale del mismo lugar y tardamos 15 minutos en llegar. Espectacular. De película. Un rato haciendo snorkel y otro contemplando el atardecer y echamos la tarde.


Al regresar nos encontramos con una sorpresa en la puerta de nuestro cuarto. Resulta que teníamos dentro la caja de donuts y la fruta que compramos en la estación de autobuses; y un lagarto enorme (tanto que parecía un dragón de Komodo) estaba deseando entrar a zampar todo lo que pillase por delante. ¡Qué miedo! Tuvo que venir un empleado del hotel a sacarlo de allí como pudo, realmente nos asustamos...Por tanto, siempre la habitación bien cerrada y más si tenéis comida.

Al fin nos dimos la ducha y disfrutamos la primera cenita. Aquí, sin sol nada más puedes hacer que ir a dormir la mona...