Nuevamente un tour. Esta vez no hay opción de transporte público y hay que pasar por el aro. Nos incluyen el desayuno y la comida, guía que te puede dar oxigeno y transporte por 55 soles persona. Mas 10 soles a pagar a la afortunada comunidad propietaria de la montaña. Nos advierten que estamos ante el segundo lugar mas visitado del Perú, ya muy cerca del primero, Machupichu, y eso que solo se visita desde hace 5 años. Madrugón requerido a las 4 a.m. La turistada promete.
El viaje en bus ya puede resultar un desastre para los osados que han llegado ayer y pasan de los escasos 3.000 m de Cusco a los 4.636 m del parking, al que luego habrá que sumar la caminata hasta los 5.025 m de la cima del mirador para foto.
Como estamos mas que aclimatados y el camino no tiene perdida pues solo hay que seguir el reguero humano, informamos al guía de que iremos a nuestra bola. Nos da un tiempo para estar en el autobús de vuelta y ya está. Una hora después estamos en la cima del mirador, intentando hacer una foto en la que no aparezca nadie.


Una vez cumplida la cuota turística de la semana, nos vamos hacia lo verdaderamente interesante y mas exclusivo: el Valle Rojo. En la senda al mirador, hay otro puesto de control donde pagar 10 soles a la futura afortunada comunidad propietaria de la zona, diferente a la de montaña de colores. Una vez desde la cima el paisaje no defrauda.


EL retorno al bus se puede realizar por el mismo valle, por una senda muy visible la cual ya están acondicionando para la previsible futura saturación de turistas.

Llegados a Cusco, intentamos visitar las ruinas de Saqsaywaman pero al ser tarde solo vemos los muros exteriores , que ya compensan la caminata. A la derecha de la puerta de entrada al recinto sale un sendero indicado para llegar en 10 minutos al cristo blanco que corona la ciudad. Allí vemos la puesta del sol.

A las 21 h tomamos el último bus nocturno dirección a Puerto Maldonado. Cambio de aires.