La noche en el coche cama fue bastante placentera. Aun con mi trasero dolorido por la caída en Bai Dinh pude, y pudimos, dormir bastantes horas con el traqueteo de ese tren que por momentos parecía desmontarse. En resumen se descansó bastante y fue una muy buena decisión aprovechar la noche para el traslado. Ganábamos un día y amanecimos para disfrutar de la salida del sol mientras aprovechamos para organizar cuentas, fotos, vídeos... y a eso de las 9:00 estábamos llegando a la estación de Hue donde habíamos previsto una caminata de una media hora hasta nuestro hotel, una nueva Homestay (Sweet House Homestay) por unos 15 euros con desayuno incluído.
Antes de abandonar la estación fuimos a las taquillas a comprar el billete para el día siguiente en dirección DANANG por la que es, dicen, una de las rutas más bonitas que hay, y que llaman "la ruta de las nubes" lo que hicimos por unos 5 euros por cabeza. Al salir de la estación nos abordaron los habituales taxistas y motoristas preguntando dónde íbamos pero los esquivamos con una sonrisa y la idea clara. Andar.
A mitad de camino nos arrepentimos. A estas alturas del viaje las mochilas empiezan a pesar pero bueno, el GPS marcaba 15 min...10 min.. y cuando nos quisimos dar cuenta estábamos en la puerta de la casa donde nos recibió un amable chico que, como es habitual en esos lares, nos ofreció asiento y un zumito mientras nos explicaba todo lo referente a la estancia y las distintas opciones turísticas (eso es lo normal allí, los alojamientos complementan sus ingresos como intermediarios en todo tipo de excursiones/actividades). Nuestra única intención en Hue era visitar la Ciudad Imperial y dar un paseíto por el centro con lo que nada más que añadir al respecto.
Nos informó que hasta un rato después (no recuerdo el tiempo exacto, pero no era mucho) no estaría disponible la habitación (recuerdo que llegamos a la ciudad a las 9 de la mañana) así que dejamos las mochilas y nos fuimos a dar un paseo de reconocimiento por la zona y aprovechamos para sacar dinero del cajero. Nos quedaban 6 noches en Vietnam en ese momento con lo que miramos de sacar y "racionar" por última vez fondos. Localizamos el ya mencionado AGRIBANK donde sólo cobraban 20.000 VND de comisión por extracción y sacamos nuestros últimos 3 millones de Dongs, nos paramos en un coqueto café para tomarnos un idem y dejamos pasar lentamente el tiempo hasta que volvimos de nuevo a la casa y ahora sí subimos los bártulos a la grandísima habitación con una terraza estupenda que sabíamos que aprovecharíamos a la noche (nos encanta estar así en plan contemplativo cuando se encienden las luces de la ciudad, la que sea). Nos dimos una ducha reparadora y salimos a pie para llegar al río y seguir su curso hasta uno de los puentes que lo cruzan en pos de la maravillosa ciudad imperial (en ese momento no sabíamos que nos gustaría tanto).
De nuevo al acercarse a la zona nos abordan tuctuqueros a granel para ofrecernos con mil tretas la "excursión" por la ciudad. Que si es grandísma para hacerlo andando, que si son 10 horas las que tardas en recorrerlo... etc... NADA MÁS LEJOS. Con buenas maneras despedimos las múltiples y engañosas ofertas (porque de hecho es un grandísimo rectángulo y en cualquier caso lo que harían es llevarte a una u otra puerta del perímetro, vamos, que es un tangue, a nuestro modo de ver) y nos dirigimos a la puerta de entrada donde se compran los tickets a razón de 150.000 VND por persona (unos 6 euros) y donde hay una primera gran sala con información interesante si quieres disfrutar de la experiencia de saber los intríngulis del lugar (hay que recordar que esta fue la capital del imperio hasta la segunda guerra mundial, con lo que tiene mucha pero mucha historia reciente).
En este momento no me voy a dedicar a explicar cada cosa pormenorizadamente porque esto es un diario y porque en el Video Blog que lo acompaña vienen imágenes suficientemente reveladoras. Solo apuntar que merece muy mucho la pena su visita. Tiene rincones maravillosos y aunque nos llovió a mitad de visita tiene tantas estancias y galerías que puedes recorrerlo bajo techo sin mojarte si el día no está bueno.
Puedes echar, en función de lo contemplativo o fotógrafa que seas, todas las horas que quieras, pero vamos, ni por asomo 10. Podría afirmar que en 2 horas de paseo tranquilo puedes verlo todo.
Finalmente salimos por una puerta lateral (en la zona de la muralla, digamos, derecha, si nos orientamos mirando a la puerta de entrada principal y de nuevo esquivamos con una sonrisa a los transportistas que ahi se apostan para llevarte de vuelta a la "ciudad" u otro lugar (hay que recordar que la ciudad imperial está más o menos a media hora andando del centro de Hue). En este caso íbamos a cruzar el río de nuevo pero por otro puente que nos encaraba mejor a nuestro destino, que era la zona céntrica llena de lugares para comer y donde a esa hora de nuestro ya habitual almuerzo/cena nos llamaba como una sirena a un marinero. Hacía rato que no llovía pero entonces se puso a llover a lo bestia con el tiempo justo para, con una pequeña mojada, refugiarnos en el Mercado central, uno de los highlights de la ciudad pero que no nos interesaba en absoluto tanto que ni siquiera entramos. Nos quedamos en el soportal hasta que escampó y cruzamos el puente (el puente en cuestión está justo al lado del Mercado) a paso ligero. De cualquier modo dejó de llover y pudimos pasear a gusto buscando algún lugar agradable donde saciar el apetito, a esas horas, ya voraz. Queríamos buscar alguno que tuviera tanto comida local como occidental siendo conscientes de que la comida local iba a ser diferente de la del norte. Menos sopas y más elaboraciones diferentes, cosa que aplaudimos.
Al final encontramos un lugar que nos llamó la antención por la variada carta y al entrar y preguntarnos si íbamos a comer nos dijeron que si queríamos ir arriba... po si y resulta que toda la planta superior era una hermosa terraza donde triunfamos como el Juanlu. Unas vistas hermosas de la calle, de por sí muy bonita.. Lamentablemente empezó a lloviznar y aunque estábamos techados y sin problemas (de hecho el "paisaje" resultaba aun más agradable) el chaval se empeñó en subirse a la cornisa cual equilibrista para echar unos plásticos. Nosotros le decíamos que no, que no, que estaba bien todo pero en su afan de servicio ni nos entendía ni nos hacía caso y nosotros por no ser descorteses le dejamos hacer con lo que se estropearon las vistas pero se compensó con una opípara a la par de rica comida. Le preguntamos por cosas propias de la zona y no me preguntéis los nombres porque no lo recuerdo pero todo buenísimo. Y como siempre un buen precio. Todo bien por aquí.
Y con la barriguita llena corazón contento paseamos un poco más por las calles entre que llueve y no llueve y terminamos de nuevo en el Sweethouse homestay para acabar el día y la estancia en Hue. Un lugar de paso (como el que viene a continuación) pero del que nos llevamos un muy grato recuerdo y que es muy recomendable visitar.