Día 7. Narvik. ✏️ Travel Journeys of Sweden

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Madrugamos, nos vestimos con ropa abrigada .Teníamos el desayuno incluido, tomamos reno, salmón, embutidos, tostadas, tortitas con chocolate, zumo y leche.

Fuimos caminando hasta la estación de autobuses para coger el bus hasta la estación de tren.
Llegamos a la estación y el tren hacia Narvik salía con retraso. Hicimos fotos en la estación, que tenía unos carteles con mucha información sobre Kiruna.

El trayecto hacia Narvik dura 3 horas. Era precioso. Vimos el lago Torneträsk, Abisko, acantilados, varios pueblos, casitas de madera, estaciones de sky, el fiordo Ofotfjord, el enorme puente de Rombaksbrua que lleva a las islas Lofoten

A las 12 estamos cruzando la frontera a Noruega. Llegamos a Narvik. Nos bajamos del tren y fuimos hacia el centro. Ya se veía el mar de noruega. Vimos la señal con los km hasta las distintas ciudades, esculturas mar desde donde se ven l y muchas jardineas con flores. Subimos hacia el teleférico, la subida es un poco larga por la carretera. Subimos a lo más alto, desde donde se ve la cantidad de pistas de sky que hay, da la sensación que terminan en el mar. Comimos en una mesa de madera con vistas al fiordo y viendo los barcos llegando al puerto. Volvimos a bajar en el teleférico y nos tomamos un chocolate caliente en el bar. Nos dirigimos a intentar ver una cascada que había visto al llegar en el tren, pero no se podía ver de cerca. Volvimos hacia la estación y como era pronto nos acercamos al centro comercial. Entramos al supermercado compramos dulces y refrescos para la vuelta en el tren. Nos hicimos varias fotos en la estación y montamos en el tren. Viajaban perritos con nosotros. En el final del fiordo Ofotfjord el tren hizo una parada, nos bajamos del tren y nos hicimos fotos. Llegamos a Kiruna de noche.

A las 12 de la noche , nos pusimos la ropa de abrigo corriendo porque había alerta de Aurora... Caminamos un poco y tachannnnnn allí estaba lo más maravilloso del viaje, la Aurora Boreal. Preciosa ráfaga de luz verde que se movía sobre el cielo oscuro. Se escuchaba a los japoneses dar voces de alegría, cargados con sus cámaras de fotos. Volvimos al hotel y al cabo de una hora otra vez alerta y esta vez estaba encima de nuestra cabaña, dando dos pasos desde la puerta pudimos verla. Alucinante, de un lado a otro de las cabañas se movía. Dormimos felices.

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