Dedicamos la mañana del día siguiente para adentrarnos en terreno peligroso. Hoy visitaremos el Etna.
El Etna es el volcán activo más alto de Europa, 3342 metros. Lo normal para visitarlo es hacer lo que nosotros hicimos, pasar la noche en Catania. El recorrido es de unos 25 km y se tarda aproximadamente 1 hora en llegar.
Lo normal es ir hasta el Refugio Sapienza, a 2.000 metros de altitud, donde hay un aparcamiento. Es imprescindible llevar ropa deportiva y algo de abrigo.
Muy cerca del aparcamiento, a unos 10 o 15 minutos, está el Cráter Silvestri a mano derecha. Es pequeño pero está bien para abrir boca o para ver algo en el caso de que no se quiera subir.
Hay varios senderos. El suelo es muy negro, restos de lava.
Nosotros optamos por coger la opción de funivia y todoterreno (a pesar de mi vértigo). Desde el propio Refugio Sapienza sale el telecabina que sube hasta los 2.500 metros.

Allí se sigue la excursión sobre unos camiones preparados para seguir subiendo hacia los cráteres de la cima del Etna, a 2950 metros, donde se hace un recorrido guiado a pie. Una mujer se cayó al bajar del todoterreno y lo cuenta de milagro.

Allí paseamos entre piedras negras de lava y con algunas fumarolas aquí y allá. Tenemos que ir con precaución y tener en cuenta que el Etna es un volcán activo que puede entrar en erupción en cualquier momento.

He visto que suele haber opiniones negativas con respecto a subir al Etna. Yo no daré una más. Personalmente me pareció emocionante estar tan cerca de uno de los volcanes más importantes de Europa. Creo que se debe vivir la experiencia.

No es barato, es verdad, pero es algo que se recuerda. Y eso que yo era reacia porque tengo miedo a las alturas y subir al telecabina no me hacía ninguna gracia.
No es el Vesubio (cuya subida aún recuerdo, al pie del cráter y con esas vistas) pero el Etna es el Etna.

Después de la visita nos vamos a comer a Liperus, en Piedemonte Etneo, entre viñedos.
Nos ofrecen para beber los vinos propios y la comida es deliciosa. Empezamos con unos entremeses variados (olivas, algo de verduras, varios tipos de una especie de quiche) para seguir con una pasta (que creo que lleva pistacho y algo más) y carnes a la brasa. Para el postre, macedonia.
Desde el bonito jardín del restaurante tenemos unas preciosas vistas del Etna (nevado aún).