A 3 kilómetros de Agrigento se encuentra el Valle de los Templos, un yacimiento protegido por la Unesco y declarado Patrimonio mundial en 1997. Es uno de los parques arqueológicos más grandes de Italia, en el que se encuentran los templos dóricos mejor conservados fuera de Grecia. Los templos muestran la antigua ciudad de Akragas, en sus tiempos la cuarta ciudad mas grande del mundo occidental. Se trata de una de las visitas obligatorias en Sicilia. La pena es que íbamos con un guía local que creo que no estaba demasiado a la altura. Ya sé que en un lugar como éste a veces es mejor que te cuenten lo que ves pero que te lo cuenten bien.
El yacimiento, bastante grande, se puede dividir en dos zonas, Este y Oeste. En la parte este están los templos más famosos y mejor conservados como el templo de Hera, el de Hércules y especialmente el de la Concordia.

En ambas zonas hay una entrada para comprar los tickets y un parking.
En todos los yacimientos da mucho el sol pero en éste, dada su extensión y características, conviene extremar las precauciones. No está de más llevar crema solar y un sombrero.
La ciudad alcanzó su máximo esplendor en el siglo V a.C. A esta época se remonta la construcción de los templos más importantes, repartidos a lo largo de la muralla de la ciudad. En su expansión hacia la costa tirrena de Sicilia, Akragas se enfrentó a los cartagineses y los derrotó en la batalla de Himera, en el año 480 a.C.
Setenta años después, Cartago se tomó la revancha y destruyó la ciudad enemiga.
Dos siglos más tarde, la ciudad fue conquistada por los romanos, que la rebautizaron con el nombre de Agrigentum. Entonces vivió una nueva época de esplendor.
El templo de Cástor y Pólux solo conserva en la actualidad cuatro columnas que sostienen un ángulo del entablamento. En realidad se trata de una reconstrucción del siglo XIX realizada con trozos de diversas épocas hallados en la zona. El llamado templo de los Dioscuros (o de las tres columnas, que eran las que se habían alzado originariamente en la restauración) es uno de los más famosos y fotografiados. Data del siglo IV a.C.

Cástor y Pólux eran gemelos nacidos de la unión de Leda, reina de Esparta, con Júpiter. Castor era mortal mientras Pólux era inmortal. La leyenda dice que cuando Castor murió, Pólux le pidió a su padre que lo hiciera mortal para poder reunirse con su hermano. Volvían a la vida alternativamente, un día uno y un día el otro. Fueron convertidos en constelaciones.
Del Templo de Zeus solo se ven los cimientos, que atestiguan que era uno de los mayores templos dóricos de todo Occidente. O lo hubiera sido si se hubiera terminado. Fue erigido para celebrar la victoria en la batalla de Imera. Medía 30 metros de altura. Data del 480 a.C.
Algunas de las rocas del templo se utilizaron, en la época de Carlos III de Borbón, para construir el muelle del puerto de Porto Empedocle.

Junto a las ruinas, estirado en el suelo, vemos un telamón, una de las 38 estatuas gigantes (de casi 8 metros de altura) que se encuentran entre las columnas del templo. Probablemente representaban a los prisioneros cartagineses capturados tras el triunfo de Akragas.

El templo de Heracles, construido a finales del siglo VI a.C., es el más antiguo de Akragas. De las 38 columnas originales solamente quedan nueve (se destruyó en un terremoto), que fueron reconstruidas reuniendo los pedazos originales encontrados en la zona. Había una estatua de bronce de Heracles que los fieles besaban en la barbilla. Para ellos era una especie de héroe protector.

La verdadera joya del Valle de los Templos es el precioso Templo de la Concordia. Junto con el Partenón, está considerado como el templo dórico mejor conservado del mundo. En su tiempo estaba pintado de blanco, salvo la parte superior (capiteles y frontones), que era azul y roja. Sus columnas tienen 6 metros de altura y 72 centímetros cada una. El techo era de mármol y los aleros sobresalían con cabezas de león.

La entrada principal era la del lado este porque los antiguos griegos pensaban que el templo debería mirar donde sale el sol, que representa la vida y no hacia el oeste, donde se pone el sol, un signo de oscuridad y oscuridad y el asiento del Hades.
Los otros templos del valle están en ruinas, deteriorados por el paso del tiempo o fueron saqueados para reutilizar los materiales con los que estaban construidos. El templo de la Concordia se salvó porque en el siglo VI d.C. fue convertido en una iglesia cristiana dedicada a san Pedro y San Pablo.
El templo de Hera Lacinia o de Juno, muy parecido al de la Concordia, conserva 30 columnas, algunas de las cuales presentan un capitel en la parte superior. Tenía 6 columnas de ancho y 13 de largo. Fue incendiado por los cartagineses en el año 406 a.C. Los restos del incendio todavía pueden verse en la pared de la cella.

Se sabe que en este templo los romanos celebraban ritos previos matrimonio. Llevaban un cordero y lo metían en agua fría. Si temblaba, es que el matrimonio no iba a ser feliz.
Más adelante se llevaba, como ofrenda, el cinturón que había ceñido la ropa de la novia.
Quedan muy pocos restos del Templo de Vulcano, datan del siglo V a. C. Se cree que era una construcción imponente de 34 columnas.
En sus cimientos, se encontraron restos de un templo arcaico del que se conservan algunas partes de la decoración del techo.
El Templo de Esculapio se construyó fuera de las antiguas murallas de la ciudad. Era un lugar de peregrinación para las muchas personas enfermas que iban al templo a pedir que les sanaran.
Las paredes del templo estaban cubiertas con "ex votos" que dejaron los enfermos que se curaron (como en muchas iglesias actuales). Dentro del templo había una estatua de bronce que representaba al dios Esculapio o Asclepio.