Nos despertamos en Córdoba para poner rumbo a Granada, pero antes de llegar hacemos una parada a medio camino en Martos, la ciudad de mi familia. Aprovechando que estábamos por la zona me apetecía parar y así mandar fotos a la familia. La zona vieja de la ciudad está enclavada en la falda de la Peña de Martos, con todas las casas de color blanco.
Después de poco más de una hora llegamos al pueblo y aparcamos cerca de la Iglesia Santa María de la Villa. Martos es una ciudad de unos 25000 habitantes y es la cuna del oro alimenticio, el aceite de oliva. Se encuentra rodeada de olivares de ahí que tenga una gran industria dedicada a este líquido que hay en todas las cocinas de España y parte del extranjero.
Damos una vuelta por sus calles siempre bajo la mirada de la Peña de Martos, se nota que el pueblo se ha expandido y la gente se ha ido a vivir hacía la zona nueva, más llana y sin tantas cuestas. Hay varias zonas muy chulas para visitar como la Real Iglesia Parroquial de Santa Marta, donde se encuentra la patrona del pueblo, o la zona donde se sitúa la Iglesia de Santa María de la Villa, desde aquí se tienen unas vistas muy bonitas de toda la ciudad.


El sol ya estaba apretando, así que nos vamos para Granada. Tras una hora y media de trayecto llegamos a la capital y la verdad que se nota que vive más gente que en Córdoba y que es lunes, pues hay más tráfico. Lo primero que hacemos es dejar las maletas en el hotel y luego aparcar. En el hotel hay parking, pero el precio es bastante caro 25€/día y los precios de los garajes y aparcamiento que hay por la zona están igual, la verdad que me parece que se pasan. En el hotel son muy amables y nos dicen una zona que podemos dejar el coche aparcado de forma segura a unos 15 minutos caminando y en zona blanca. Más tarde descubriríamos que la zona segura no es, porque nos robaron un embellecedor de la rueda del coche, que nunca antes nos había pasado en ningún otro lado. Pero bueno fue un mal menor y nos permitió ahorrarnos de todas maneras unos 100 euros.
Comemos unos bocatas en el hotel, nos damos un baño en la piscina para refrescarnos y a las 19:30 nos dirigimos a la plaza Bib Rambla, que tenemos muy cerca. Este es el punto de encuentro de nuestro free tour. La reserva la hicimos con Civitatis y la compañía a la que nos derivó fue Granada a Pie. Nuestro guía se llamaba David y nos estuvo enseñando la ciudad durante dos horas y cuarto. Una visita muy amena que nos sirve para introducirnos en la historia de la ciudad y contemplar sus principales monumentos.
Nuestra primera parada fue delante de la Catedral de Granada. Nos explica datos sobre su construcción y como tenían en mente un proyecto inicial que no se llevo a cabo, un gran templo gótico con torres de 80 metros. Este proyecto se quedó con unos cimientos góticos, seguido de elementos renacentistas y una torre de 56 metros. Todo esto debido a la falta de dinero para el proyecto inicial y la muerte de la Reina Isabel que propició que se construyera primero la Capilla Real.

Giramos a la derecha de la catedral y entramos en la Alcaicería, una zona de callejuelas con distintos puestos, como si fuese un zoco árabe, donde se pueden comprar recuerdos, libros incluso seda. La actividad comercial se lleva practicando en la zona desde hace unos 500 años, siendo una auténtica Alcaicería, donde se comerciaba con la seda en la época musulmana. En 1843 sufrió un gran incendio. Es un buen sitio para comprar un recuerdo de Granada.

Saliendo de la Alcaicería llegamos a La Capilla Real de Granada. Se sitúa muy cerca de la Catedral de Granada, pegada a la Iglesia del Sagrario. Dentro de la capilla se encuentran los restos de los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón. También está la sepultura de su hija Juana I de Castilla y el marido de esta, Felipe el Hermoso.
Estos dos edificios no se visitan interiormente durante el tour, ya que hay que pagar una entrada, los visitaríamos por nuestra cuenta en otro momento. El guía nos lo recomienda ya que son edificios que forman parte de la historia del país.
Justo donde se encuentra la Capilla Real está el Palacio de la Madraza de Granada, un edificio muy bonito que parece que esté construido con pan de oro pero que en verdad está hecho con materiales de construcción muy baratos, ya que no había tanto dinero en esa época, pero querían tener un edificio bonito, vamos que podría decirse que los adornos son como de “cartón-piedra”, además la fachada parece que este hecha de piedra y en verdad está pintada imitando a la piedra. Fue la primera universidad pública del Al-Ándalus, también es uno de los pocos edificios que siguen en pie desde la época musulmana en Granada, aunque ha sufrido grandes transformaciones hasta nuestros días, su fachada actual es de estilo barroco. Tras la conquista cristiana se convirtió en ayuntamiento hasta 1841, a partir de ese momento pasó a manos privadas hasta 1943 que volvió a pertenecer al estado y en la actualidad pertenece a la Universidad de Granada. Se puede visitar, solo que nosotros no pudimos entrar ya que seguía cerrada, así que nos queda pendiente, porque el interior es muy bonito, muy parecido a la decoración que puedes ver en la Alhambra, destacando el Oratorio. El precio de la entrada es de 2€, la visita se hace con un guía. En su página web se puede acceder a los horarios y su apertura. https://www.andalucia.org/es/granada-turismo-cultural-palacio-de-la-madraza

Nos dirigimos a la siguiente parada la plaza de San Gil, en este lugar confluyen varias calles importantes como la Calle Elvira que te lleva a la puerta de Elvira y la calle Calderería Nueva situada en el Albayzín Bajo, es una calle en cuesta, empedrada, esto hace que tengamos que tener cuidado de no resbalar, no me quiero imaginar esta calle cuando llueve, tiene que ser una pista de patinaje, además está llena de teterías que te transporta a las callejuelas de los países árabes. Merece la pena pasar por ella tanto de día como de noche. El guía nos la recomendó para tomar un té y probar pasteles árabes. Llegamos a la Iglesia Convento San Gregorio donde nos detenemos. Esta iglesia ha sufrido varios cambios y usos a lo largo de los años, ha sido desde un almacén de carbón hasta un salón de baile. En la plaza hay una fuente con agua potable, si se va en verano está muy bien saberlo ya que se pueden rellenar las botellas de agua, eso hicimos nosotros para refrescarnos y soportar el calor que hacía, aunque la verdad que no se llevaba mal.


Subimos por la Cuesta de San Gregorio haciendo una parada delante de la casa donde nació el cantaor Enrique Morente, en la actualidad son unos apartamentos donde te puedes alojar con vistas a la Alhambra.
Perdiéndonos por las distintas callejuelas acabamos en el Mirador Placeta de Carvajales, uno de los muchos miradores con vistas a La Alhambra, en este punto vemos por primera vez este monumento tan impresionante y principal motivo de nuestra escapada a Granada. Paramos unos minutos para hacer fotos y disfrutar de las vistas.

Bajamos desde el mirador a la Carrera del Darro para llega a la plaza de Santa Ana, donde se sitúa la Iglesia de Santa Ana, David nos la muestra cómo ejemplo del cambio de muchas de las mezquitas en iglesias cristianas. En este punto despedimos el tour, la verdad que nuestro guía David hizo que se nos pasase el tiempo muy rápido. Aunque sea un free tour al finalizar se le da una propina al guía en función de cómo lo ha hecho, por el momento nunca hemos tenido queja de ningún guía, la verdad, que ponen todo su empeño en hacerlo bien. Como en todos los tours nos dice unos cuantos sitios para tapear y zonas que están muy bien, como la calle Elvira o la zona del Campo del Príncipe.

Como eran casi las diez de la noche nos vamos a buscar un sitio para cenar, aunque era lunes estaban todos los bares llenos. Muchos de los que llevaba apuntados seguían aun cerrados. Pasando por la calle Almiceros nos paramos en Bodegas Castañeda. Lo llevaba apuntado por sus buenas críticas. Nos pedimos una tapa de ensaladilla rusa, era un plato enorme que estaba buena y un plato de entrantes variados calientes que la verdad nos decepcionó, mucha cantidad, pero nada de calidad, eso sí muy barato todo. Estos dos platos junto con cerveza, agua y un aquarius nos costó 26 euros. La verdad que nos pareció un sitio un poco de batalla, platos muy grandes, abundantes y baratos.

Con el estómago a reventar damos una vuelta por Granada caminando hasta el Albayzín para dirigirnos por sus callejuelas empinadas hacía uno de los lugares más visitados de la ciudad, el mirador de San Nicolás. Nos impactó ver de golpe La Alhambra en todo su esplendor tan bonita iluminada. Había ambiente, pero se podía mantener la distancia de seguridad. Cogimos sitio donde el muro y nos sentamos a contemplar el maravilloso monumento que visitaríamos al día siguiente. Después de descansar de la subida y de embriagarnos con las vistas, nos fuimos para el hotel. Había visto fotos de este mirador y la verdad que estaba siempre abarrotado, en nuestro caso, es cierto que había más gente que en otros sitios, pero se podía estar perfectamente, además la temperatura era muy agradable. Como ya era tarde, nos pusimos en marcha perdiéndonos por las calles del Albayzin, y si, literalmente nos perdíamos porque ni el gps sabía dirigirnos bien.
