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Como siempre, desayunamos temprano para aprovechar bien el día. Hoy tocaba visitar el Parque Natural de Tamadaba, situado en el noroeste de la isla. Una espectacular conjunción de bosques de pinos canarios, senderos, acantilados y playas.
El Risco Faneque es, con 1.027 metros, el acantilado marino más alto de Europa y el séptimo del mundo. Y el segundo acantilado activo más alto a nivel mundial. Más información.
Tras 22 kilómetros, en unos 40 minutos, llegamos a la Casa Forestal de Tamadaba, a 1257 metros de altura, donde dejamos el coche.
Podemos decir tranquilamente que éramos los únicos, ya que parece que esa ruta no es especialmente popular (a pesar de su belleza).
Las rutas que tomamos como referencia oscilaban entre los 7 y 9 kilómetros, con una duración de entre 3 y cuatro horas.
Comenzamos la ruta algo antes de las 10 horas, ya que al tener que desplazarnos no podíamos llegar mucho antes.
Las indicaciones o señalética es mala, la verdad. O al menos esa fue nuestra sensación.
El inicio del sendero desde la Casa Forestal no es claro, y hay que tirar un poco de intuición y Google Maps.
Desde este punto parten numerosos senderos con el mismo código: S-93
- En una dirección:
o Área Recreativa de Tamadaba (1 km).
o Agaete (11 km).
- En la otra:
o Artenara (9 km).
o Cruz de Tejeda (16,5 km).
Hasta que no llegamos al Lomo del Zapatero (1256 m. de altitud) no vimos la primera indicación hacia el Risco de Faneque (a 2,5 km).
Seguimos cruzando el denso y bonito pinar canario pasando por la Cueva del Zapatero.
Escasas indicaciones y cartelería, teniendo que seguir la ruta a través de los postes amarillos.
Llega el momento crucial…
Hay un poste sin indicación alguna muy cerca del risco.
Por mera intuición y viendo los postes amarillos en el suelo seguimos por el camino de la izquierda, donde comienza un, en principio, leve descenso.
Craso error, ya que ese camino se va desviando poco a poco del sendero legítimo y dirige hacia el Barranco del Majorro.
Pensamos que era un leve desvío para bordear el risco, pero llegó un momento en el que fuimos plenamente conscientes de que nos habíamos equivocado.
La bajada era cada vez más pronunciada, con el inconveniente de tener que hacerla en sentido contrario (subida) minutos más tarde.
El error nos supuso un desgaste considerable, tanto de fuerza como de tiempo perdido y kilómetros de más.
Muy cansados, y con el consecuente enfado, volvimos sobre nuestros pasos a la última referencia que recordábamos.
El camino es muy confuso, pero fuimos avanzando hacia el acantilado con la ayuda del GPS y Google Maps (no hay cobertura de móvil en la zona).
Hay un momento en el que el camino se bifurca, llegando a un roque cercano tomando el de la derecha y a Roque Faneque por la izquierda.
Se ve perfectamente en imágenes de satélite.
Algo cansados, y decepcionados por la falta de indicaciones, emprendimos el camino de vuelta sobre nuestros pasos. Había una opción para terminar la ruta circular y llegar a la casa forestal por otro camino, pero tras la experiencia no quisimos arriesgar.
Con el error anduvimos 7,3 km. (uno más de lo esperado) en casi 2:45 horas (tiempo aproximado en movimiento, incluyendo paradas cortas).
510 km de ascenso y 577 de descenso.
El punto de máxima altura fue de 1270 m., y 577 m. el de mínima (dirección al barranco).
La temperatura media fue de unos 35ºC, aproximadamente.
Tras finalizar la ruta tomamos rumbo a la zona de costa más cercana en Agaete. Elegimos el Puerto de las Nieves, que estaba a más de una hora de la casa forestal.
Principalmente porque una vez arriba, en el Tamadaba, hay que tomar el camino en una única dirección, que obliga a dar un rodeo importante, y que aún estando cerca de la costa nos separaba de ella parte del parque natural (sin carreteras).
Nos costó mucho trabajo encontrar aparcamiento en el Puerto de las Nieves, pues desconocíamos que la zona estuviera tan concurrida.
Por suerte dejamos el coche en un parking público (2 €) situado en un descampado, aprovechando que un coche salía.
El resto de parkings estaban llenos, al igual que el comedor del restaurante “El dedo de Dios”, que tenía una cola impresionante de gente esperando su turno.
Almorzamos en un restaurante del puerto o “paseo marítimo” que nos aconsejaron, ya que no teníamos referencia alguna sobre la zona. Elegimos “Muelle Viejo”, y fue un acierto en nuestra opinión.
Tras el almuerzo probamos las dos playas mas cercanas, la Playa de las Nieves y la del propio puertos. Ambas están separadas por un muelles.
Son muy parecidas, pero en la de las Nieves soplaba bastante más fuerte el viento, aunque las aguas eran más “salvajes”.
Tras pasar la tarde entre ambas playas, dimos por terminada la jornada y partimos rumbo al Parador (una hora de camino) para relajarnos un poco en el SPA antes de la cena.
Como curiosidad, cerca está el “Dedo de Dios”, que es una formación rocosa con una forma muy particular. No quisimos acercarnos, a pesar de estar a 5-10 minutos en coche, porque queríamos volver pronto para descansar un poco y no nos merecía mucho la pena. En 2005 sufrió las consecuencias de una fuerte tormenta tropical y se hundió la parte superior, presentando ahora una forma que dista bastante de la original.
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