Fiordland NP: Kepler Track (febrero 2022) ✏️ Diarios de Viajes de Nueva Zelanda

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Después de nuestra aventura en el West Matukituki Valley pusimos rumbo a Te Anau para completar el Kepler Track, que ha sido nuestro cuarto Great Walk después de haber hecho Routeburn, Heaphy y Tongariro en los últimos dos años (el quinto si contamos el Humpridge, que a partir del 2023 pasa a ser GW), aunque también hemos hecho partes de otros 2 como “day trips” (Abel Tasman y Rakiura). De los que nos quedan, el único que me llama la atención es Milford, pero es tan difícil reservarlo y llueve tanto que se me hace un poco cuesta arriba, aunque igual este año me animo.

El Kepler Track fue inaugurado en 1988 como alternativa a los otros dos tracks en Fiordland, Milford y Routeburn. El nombre es un homenaje al famoso astrónomo, igual que las montañas por las que discurre el track, dicen que por las increíbles noches estrelladas que se pueden admirar desde allí. Es un loop de 60 km que empieza y termina en Te Anau, así que logísticamente es muchísimo más sencillo que los anteriores. Lo normal es recorrerlo en 3 o 4 días (2 o 3 noches), y se puede recorrer en cualquiera de los dos sentidos, aunque es un poco más fácil hacerlo en sentido antihorario, empezando por Luxmore Hut. Curiosidad: el Kepler Track es muy popular entre corredores, que cada año participan en el Kepler Challenge, la principal carrera de montaña de NZ y que se lleva haciendo desde que se inauguró el track. Todos los años participan unos 450 corredores, y la mayoría consigue terminar la carrera. El record está en 4.5 h para hacer los 60 km, lo cual es absolutamente de locos dado que la mayoría de los mortales tardamos entre 3 y 4 días en recorrer la misma distancia. Ahí lo dejo.


Quienes no quieran completar el loop completo tienen varias opciones: (a) coger un water taxi desde Te Anau hasta Brod Bay el primer día y saltarse así los primeros 5.6km, o (b) terminar el track en Rainbow Reach y reservar un shuttle para que te recoja allí, y saltarse así los últimos 9.5 km. Esta última opción es bastante habitual, porque te permite hacer el track cómodamente en 3 días (2 noches), durmiendo en Luxmore e Iris Burn. Y esto es exactamente lo que hicimos nosotros. Como teníamos cogido el mismo hotel en Te Anau para la noche anterior y posterior al track, y queríamos dejar el coche allí aparcado, reservamos un paquete con Tracknet para que nos recogieran en el hotel y nos llevaran a la cabecera del track (Control Gates), y para que nos recogieran en Rainbow Reach tres días después ($20 por persona). Quienes hagan el loop completo pueden dejar el coche aparcado en Control Gates sin problema.


Merece la pena ver el video de NZ Mountain Safety Council para hacerse una idea de cómo es el track. El Kepler se considera un track “alpino”, con una altura máxima de casi 1500 metros. El primer día se hace la mayor subida, el segundo día es de “ups and downs” por el ridge y es cuando mejores vistas se tienen, y el tercer (y cuarto si se hace en cuatro) día es mayoritariamente llano siguiendo el valle de un río. Nosotros lo haríamos en tres días y teníamos reservadas Luxmore e Iris Burn Huts desde junio, nada más abrir las reservas para el verano 2021-2022. El Kepler no es tan difícil de reservar como el Milford, pero tanto este como el Routeburn son increíblemente populares y las plazas vuelan, así que hay que darse prisa y planificar con mucho tiempo. Ambas cabañas cuestan $68 por persona para residentes y $102 para extranjeros.



Día 1: Control Gates a Luxmore Hut. 13.5 km, 3.5 h

Los de Tracknet nos recogieron puntuales en el hotel a las 9:20 y en unos 20 minutos nos dejaron en el parking desde donde sale el track. Este punto se llama Control Gates porque es donde están las compuertas que regulan el paso de agua desde el lago Te Anau hasta el lago Manapouri por el río Waiau que veríamos el último día. Los primeros 5.6 km son muy sencillos, llanos y entre árboles hasta llegar al camping de Brod Bay. Este es el tramo que te puedes saltar si coges un water taxi desde Te Anau que te deje en Brod Bay, pero la verdad es que solo te quitas una hora de camino y es un tramo muy fácil que viene bien para calentar los músculos para la subida que hay a partir de este punto, así que no sé si merece la pena.


A partir de aquí empiezas a subir por un camino en muy buenas condiciones, zigzagueando por la montaña. En total son unos 850 metros de ascenso pero no se hacen demasiado duros porque la pendiente es bastante gradual al ir en zigzag. Más o menos a mitad de camino el camino bordea unos peñascos calizos muy curiosos, y un poco más arriba por fin sales de los árboles y tienes las primeras vistas de Te Anau y el ridge.



Tardamos solo 3 horas y media en llegar a Luxmore hut desde Control Gates, mucho menos de lo que indica el DOC. Ya os digo que la subida es sencilla, aunque hay carteles que avisan de que se puede tardar el doble si las condiciones no son buenas. Luxmore hut es una cabaña al nivel de otros Great Walks, con capacidad para 54 personas, en línea con otros GW en Fiorland. Está situada casi colgando de la montaña, con unas vistas envidiables de Te Anau, el lago y las montañas Murchison. Como curiosidad, las montañas Murchison fue donde en 1948 se “redescubrió” el takahe, una especie de gallina regordeta multicolor, de pico rojo y plumas azules y verdes, que se creía extinta hasta ese momento. Hoy en día las Murchison son un santuario para los takahe que quedan allí, con un estricto control de depredadores, e inaccesibles al público.


Cuando llegamos a la cabaña nos sorprendió el frío que hacía. Comimos fuera sentados al sol con el plumas y los guantes puestos, y muertos de frío. Con todo el rollo del covid, el DOC anima a minimizar el tiempo que se pasa dentro de las cabañas. Pero es que además había otro problema… concretamente, un problema de chinches. No pasa muy a menudo, pero sí de vez en cuando, y este verano han estado luchando contra los dichosos bichos en Luxmore hut. El verano pasado pasó en las cabañas de Rakiura (el GW de Steawart Island), y fue tan grave que tuvieron que cerrarlas. Este año le ha tocado a Luxmore, y aunque íbamos avisados, fue inevitable que nos diera un poco de yuyu. La ranger, en la charla de esa tarde, nos informó de que tampoco hay que obsesionarse, y que habían hecho varios tratamientos y llevaban desde octubre sin ver a uno vivo, pero también nos dio consejos sobre cómo limpiar la ropa y el saco al llegar a casa para evitar males mayores. Lo último que necesitábamos era tener chinches en casa…

Luxmore tiene dos habitaciones donde se reparten las 54 camas, pero una de ellas es mucho más pequeña que la otra, con solo 12 camas. En general, siempre es recomendable dormir en una habitación pequeña con menos gente, porque así minimizas las posibilidades de que te toque alguien que no pare de roncar en toda la noche, o de ruido de la gente entrando y saliendo al baño en mitad de la noche. Como llegamos bastante pronto, pudimos elegir cama en la habitación pequeña, pero qué suerte la nuestra que el tío que teníamos debajo resultó roncar como un ogro y nos dio la noche. Yo quería asesinarlo, y eso que llevaba tapones…

Como teníamos toda la tarde en Luxmore, nos acercamos a ver las cuevas que hay a unos 10 o 15 minutos. Toda la zona de la cabaña está llena de cuevas calizas, muchas de ellas sin explorar, y hay una en particular donde el acceso está preparado con una escalera. Hay que llevar linterna. No es que sea súper espectatular, pero merece la pena acercarse.


Uno de los grandes atractivos del Kepler es la cantidad de keas que se pueden ver. Según iba cayendo la tarde empezaron a aparecer keas en el balcón de la cabaña. Curiosamente, unos días antes uno de ellos se había hecho famoso cuando robó una GoPro que estaba apoyada en el banco del balcón, grabando, y se la llevó volando. La cámara grabó el vuelo y cómo luego el kea intentaba comérsela… hasta que el chaval consiguió rescatarla, y claro, al subir el video a youtube se hizo viral. Son pájaros muy monos y graciosos pero tienen una gran obsesión con destrozarlo todo y robar lo que encuentran. Son los únicos loros alpinos del mundo, endémicos de NZ, y bastante inteligentes: dicen que tienen la capacidad intelectual de un niño de 4 años, pero un niño de 4 años que vuela y tiene una fuerza descomunal en el pico. Son omnívoros, y los granjeros les tienen bastante tirria porque se sabe que atacan y matan ovejas posándose en su espalda y destrozándoles el cuello con el pico. Les encanta robar lo que pillen de los senderistas, y hay que andarse con mil ojos porque son muy gamberros. Esa tarde vinieron varios a vernos y nos dieron todo un espectáculo: son auténticos payasos.



Esa tarde disfrutamos de un bonito atardecer sobre el lago Te Anau, y de la charla con la ranger, que nos dio una clase magistral sobre chinches… Ya os adelanto que no nos picaron, no vimos ninguno, y no hemos tenido problemas al volver a casa con pasajeros indeseados.



Día 2: Luxmore Hut a Iris Burn Hut. 16.1 km, 6 h

El segundo día es el más impresionante del Kepler Track, y no nos iba a defraudar. Amaneció despejado pero con un poco de nube sobre sobre el lago, que le daba un aire muy especial. Subimos por el camino hacia la cueva que habíamos hecho el día anterior para poder apreciar mejor el espectáculo antes de ponernos en marcha. Un par de apuntes sobre este día: prácticamente todo el camino es completamente expuesto, tanto al sol como a la lluvia y el viento, y en malas condiciones los rangers cierran el track y los que han dormido en Luxmore tienen que volver por donde han venido porque no pueden seguir adelante (esto pasa relativamente a menudo, cuando hay viento fuerte por ejemplo); y hay que llevar bastante agua, sobre todo si hace día de sol y calor, porque no hay ningún sitio para rellenar la botella.


El camino desde la cabaña empieza con una subida hasta Luxmore Saddle, a unos 1400 m. Por el camino disfrutamos de las vistas del lago, las Murchison Mountains y Mount Luxmore, hacia donde nos dirigíamos.


El camino va bordeando la falda de Mt Luxmore, y es posible hacer un pequeño side trip a la cima (1478m). No está señalizado pero es fácil seguir el camino, subiendo por las rocas durante unos 10 minutos. Las vistas desde arriba, en un día despejado, merecen la pena el esfuerzo: 360 grados de montañas y lagos. Estuvimos un rato arriba y aprovechamos para picar algo entre foto y foto. Algunas guías o blogs aconsejan dejar la mochila abajo, en el camino principal, y no cargar con ella hasta arriba. En condiciones normales, y muchos otros tracks, nosotros hubiéramos hecho exactamente eso, pero la ranger ya nos avisó la noche anterior de que hacer eso era casi garantía de acabar con una mochila destrozada por los kea. Decía que como todo el mundo siempre hace lo mismo, los kea se lo han aprendido y se esconden entre las rocas hasta que algún incauto abandona su mochila y empieza el ascenso… No vimos ninguno, pero la idea de una mochila picoteada y a jirones no nos atraía, así que la mochila se vino con nosotros.


Desde aquí el camino continúa por el ridge, con subidas y bajadas, hacia el primero de los dos refugios que se ven ese día, Forest Burn Shelter. Este tramo es bastante espectacular, con unas vistas impresionantes de las múltiples montañas y el fiordo sur del lago Te Anau. Dicen que se pueden llegar a ver las lejanas Darran Mountains, que bordean Milford Sound, aunque yo no fui capaz de identificarlas.



Tanto Forest Burn Shelter como el siguiente, Hanging Valley Shelter, son exclusivamente de uso diurno y no se puede dormir en ellos, a menos que sea una emergencia. Ambos tienen baño, y son quizás dos de los baños más fotogénicos del país. Habíamos tardado poco más de dos horas en llegar a Forest Burn Shelter desde Luxmore hut (unos 6 km incluyendo la subida a Mt Luxmore). Desde allí a Hanging Valley Shelter hay otros 4 km que se hacen en algo más de hora y media, y son incluso más espectaculares que los anteriores. El camino sigue ondulando por el ridge, arriba y abajo, con unas vistas de vértigo. A veces vas andando por la misma cresta, y aunque no llega a dar miedo, la verdad es que no me gustaría experimentarlo con viento! Es súper curioso lo bien que se ve este tramo del track en Google Maps.





Cuando llegamos a Hanging Valley llevábamos ya casi 4 horas en total, así que aprovechamos para sentarnos un rato a comer y descansar. Sabíamos que nos quedaba poco tiempo en el ridge y pronto nos meteríamos en el bosque, así que queríamos saborear las vistas todo lo posible. Desde este punto el camino desciende gradualmente por el último tramo de ridge. En algunos puntos del camino han instalado escalones de madera para proteger la vegetación. Hay un último mirador antes de empezar el último descenso por el bosque, desde donde se puede ver todo el valle del Iris Burn que recorreríamos al día siguiente, y el lago Manapouri al fondo. Y hacia atrás, unas vistas increíbles de Hanging Valley, el refugio que habíamos dejado atrás, y el ridge por donde habíamos venido.






El último tramo del día es un descenso de unos 700 m en zigzag por el bosque. No os voy a engañar, se hace un poco largo, pero para ir animando al personal han colocado cartelitos indicando la distancia que queda hasta la cabaña pero medida en trampas de depredadores, que están numeradas. Solo hay que ir fijándose en el numerito, sabiendo que en la 24 está la cabaña… pero al final las trampas están más separadas entre sí de lo que parece, y la bajada se hace eterna! Fue hora y media desde que entramos al bosque hasta que llegamos a la cabaña (4.3 km).



Iris Burn hut está en un claro cerca del río del mismo nombre (no sé si lo he comentado alguna vez, pero “burn” es un término escocés para río o arroyo). Es una cabaña normal, ni de las mejores ni de las peores que hemos visto en un Great Walk. Lo peor es la cantidad de sandflies que hay allí esperando a los incautos senderistas, que llegan confiados desde Luxmore, que está a demasiada altura para tener sandflies. Cuando llegamos, yo estaba decidida a buscar la mochila del roncador que me había dado la noche anterior para ponerme lo más lejos de él posible, porque si me volvía a tocar al lado suyo iba a acabar estrangulándole. Nos recorrimos las dos habitaciones buscando la mochila y no la encontramos, pero sabíamos que había salido antes que nosotros esa mañana, así que pensamos que estaría en el camping. Elegimos dos camas un poco separadas del resto y nos fuimos a ver la cascada que hay a unos 20 minutos de la cabaña. Es fácil de encontrar siguiendo el curso del río (y está indicado). Cuando llegamos, había un grupo de tres chavales que estaban preparándose para darse un baño, y nosotros nos animamos también, aunque al final uno de los dos se rajó cuando vio que el agua estaba helada no, lo siguiente. No fui yo. Por extraño que parezca, porque soy lo más friolero del mundo, yo sí me di un chapuzón. Y madre mía qué frío. Te quedas nuevo, eso sí. Lo peor, más incluso que el frío, pelearse con las sandflies al salir del agua.


Con la temperatura corporal unos 5 grados más baja que al llegar, y con unas cuantas picaduras más, volvimos a la cabaña. Al llegar nos dimos cuenta de que había un tercer dormitorio que no habíamos visto, y allí estaba el gordito roncador: lo más lejos posible de nosotros. Esa noche, a pesar de estar un piso más abajo con varias puertas cerradas entre medias, le oímos roncar, así a lo lejos. Los pobres que durmieron con él se debieron acordar de toda su familia.


Día 3: Iris Burn Hut a Rainbow Reach carpark. 23.6 km, 5 h 40 m

El día amaneció medio nublado, pero sin previsión de lluvia. En Iris Burn hut había también muchos keas que nos dieron otro espectáculo esa mañana. Como nosotros teníamos que llegar hasta Rainbow Reach antes de las 4, que es cuando nos recogía el shuttle de Tracknet, empezamos prontito y poco antes de las 8 ya estábamos andando. Casi todo este día discurre metido en bosque, siguiendo el curso del río, con un descenso muy suave. A unos 3 km de la cabaña se atraviesa un tramo abierto y despejado, que es el resultado de un enorme desprendimiento ocurrido en 1984 que se conoce como the big slip. Las lluvias torrenciales que cayeron causaron un gigantesco desprendimiento que arrastró 300,000 metros cúbicos de tierra, troncos y rocas, y arrasó (y elevó!) el suelo del valle. Hoy en día, casi 40 años después, todavía se ven los estragos que causó el desprendimiento en las marcas que quedaron en la montaña, y en el enorme espacio abierto que dejó en el valle. Y entiendes que el DOC cierre el track cuando la previsión es de lluvia intensa…


Después de atravesar los restos del slip, el camino vuelve al bosque de hayas y helechos hasta llegar al punto que marca la mitad del camino (en tiempo) entre las cabañas Iris Burn y Moturau: Rocky Point Shelter, un pequeño refugio donde a priori uno podría pensar “Qué buen sitio para parar a descansar y picar algo”, por lo menos hasta que un enjambre de sandflies sanguinarias y hambrientas lo engulle. Nosotros paramos, tapados hasta las orejas a pesar de hacer bastante calor, solo porque había un simpático kea haciendo el gamberro. Pero no aguantamos mucho.


Desde Iris Burn hut hasta el refugio son dos horas, y desde el refugio hasta Moturau hut son otras dos horas. Moturau es una cabaña ya en la orilla del lago Manapouri, y aunque aquí también había sandflies, no era tan horrible como en el bosque, será porque corría un poco el aire. Quienes hacen el Kepler en 3 noches pasan la tercera noche aquí, pero personalmente, habiendo solo 4 horas de recorrido ese día (17 km pero prácticamente llanos), yo creo que merece la pena seguir, ya sea hasta Rainbow Reach como nosotros o incluso hasta Control Gates para completar el loop, y hacerlo en dos noches. Pero quienes quieran tomárselo con calma y descansar, Moturau es ideal porque tiene el lago enfrente y el agua estaba bastante menos fría que la de la cascada de la tarde anterior. Nosotros llegamos a las 12 y como sabíamos que tardaríamos menos de dos horas en llegar a Rainbow Reach, donde teníamos que estar a las 4, estuvimos un rato largo allí comiendo, disfrutando de la playa y el sol, e incluso uno de los dos se dio un chapuzón (esta vez no fui yo).


A las 2 nos pusimos de nuevo en marcha para recorrer los últimos 6.7 km que nos llevarían a Rainbow Reach. Este tramo es bastante parecido al anterior, caminando por un bosque de hayas y helechos, con dos puntos de interés. El primero es un humedal llamado Amoeboid Mire, que se recorre por una pasarela de madera hasta un mirador sobre el lago que tiene en el centro, llamado Spirit Lake. Es un sitio muy curioso, formado hace miles de años a partir de un trozo de hilo del glaciar Manapouri que quedó allí atrapado cuando el glaciar se fue derritiendo. El nombre le viene de la forma de ameba, con varios lóbulos y el lago en el centro como un núcleo, que tiene cuando se ve desde el aire. La vegetación del humedal es bastante peculiar y la pasarela está hecha para proteger la zona.


El segundo punto de interés es un mirador sobre el río Waiau, que une los lagos Te Anau y Manapouri. Es curioso pensar que el caudal de este río serpenteante se controla con las compuertas que habíamos visto el primer día.


Y así, una hora y cuarenta minutos desde que salimos de Moturau hut, llegamos al puente que cruza el río Waiau junto al parking de Rainbow Reach. Aquí el río tiene bastante caudal y un color verde precioso, y vimos a algún valiente dándose un baño antes de que nos recogiera el shuttle. Quienes siguen andando hacia Control Gates no tienen que atravesar este puente, y es una pena porque es muy bonito. Dicen que los últimos 9 km entre Rainbow Reach y Control Gates son un poco más de lo mismo y no aportan mucho. No puedo confirmarlo, pero nosotros estamos muy contentos de la decisión de salir en Rainbow Reach. Incluso si hubiéramos decidido completar el loop, creo que lo hubiéramos hecho en 2 noches, y hubiéramos recorrido esos 9 km (un par de horas) esa tarde.


El shuttle nos recogió a las 4 en punto y nos llevó de vuelta a nuestro hotel. Esa noche cenamos una muy merecida pizza en Te Anau y al día siguiente volvimos a Queenstown para coger nuestro vuelo de vuelta a Wellington. El Kepler track es una gran ruta, con unos paisajes espectaculares y no demasiado dura, que se puede hacer sin problema en 3 días. Lo principal es pillar buen tiempo el segundo día! No diría que es la ruta más espectacular que hemos hecho, y no entra en mi top 3, pero es sin duda un auténtico Great Walk.


Bonus

En los días que tuvimos entre nuestra excursión por Matukituki y el Kepler nos acercamos a ver Lake Marian, un precioso lago alpino en la Milford Road. Hace unos años, cuando estuvimos por esta zona con mi hermano y mi cuñada, hicimos un amago de ir a verlo pero nos quedamos en las cascadas que hay nada más empezar el camino. Se me quedó la espinita, y aprovechando que hacía buen día, decidimos ir a verlo desde Te Anau el día antes de empezar el Kepler. Es una subida constante, con un ascenso de unos 400 metros y una distancia de 3.5 km (tardamos 1h 20m). El camino puede estar bastante embarrado y resbaladizo, y hay que tener cuidado. Pero merece la pena. Vaya si merece la pena. El lago es sencillamente espectacular. Os recomiendo alejaros un poco del punto donde te deja el camino, y recorrer la orilla hasta encontrar un recodo tranquilo y sin gente (no sé por qué todo el mundo se queda paralizado al llegar, y no se mueve de ahí). No íbamos preparados para bañarnos, pero me hubiera metido en el agua muy a gusto. La Milford Road tiene muchas paradas que no hay que perderse, y yo pondría esta muy muy arriba en una lista de imprescindibles. Es una pasada sentarse en la orilla a comer y disfrutar de las vistas. Y sin sandflies!


Y ya que estábamos allí, no podíamos irnos sin acercarnos a ver Milford Sound, aunque fuera desde tierra. Nunca defrauda!! Me hubiera gustado subir a Gertrude Saddle, pero no teníamos tiempo. La tengo apuntada para la siguiente

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