PARACAS. 21, 22, 23, mayo de 2022
Nos apetecía unos días de relax en alguna playa elegimos Paracas. Y desde allí visitar Huacachina. Cogimos un bus nocturno de Arequipa hasta Ica, Cruz del Sur (120 soles) dormimos toda la noche.
Desde Ica en una furgoneta compartida, nosotros cuatro y una pareja de americanos que conocimos en la estación y que también querían ir a Paracas.
Paracas es conocida, por el candelabro, las islas Ballestas y el desembarco de San Martín que culminó con la liberación del Perú.
Las playas están muy descuidadas, el pueblo no tiene ningún interés, nos quedan las islas Ballestas y el Oasis de Hucachina en la vecina Ica.
Día 22/05/2022 islas Ballesta.
A las 9 de la mañana el embarcadero es un hervidero de barcas que van y vienen. Encontramos a la persona con la que hemos quedado el día anterior y después de una larga espera embarcamos.



OASIS DE HUACACHINA.
Habíamos quedado con el dueño de la agencia que nos recogería un taxista, que resultó ser el mismo. El vehículo bastante viejo pero súper limpio y el taxista, no recuerdo su nombre, todo un experto conocedor de la zona y buena gente. De Paracas a Ica hay algo así como una hora. Pero antes paramos en una bodega, nos sientan en unas sillas y nos dan a probar varios vinos y licores, con cada chupito de aquello, nos hacían recitar una frase, las chica muy simpática tenía un largo repertorio, salimos algo achispados, compramos una botella del vino que más nos gusto, nos lo tomamos luego en la terraza del hotel.
En Ica paramos a cambiar dinero, el taxista nos llevó a un cambista callejero que nos hizo un buen cambio. Y sin más nos dirigirnos al Oasis de Hucachina que está a 5 km de Ica.

Lo que no me defraudó si no más bien todo lo contrario, fue el desierto, es inmenso con gigantescas dunas una de ellas muy cerca de Ica.

Nos empieza a tantear para ver cuales son nuestros gustos, le explicamos que queremos recorrer el desierto y ver la puesta de sol, lo de lanzarnos con la tabla es secundario. Empezó a correr a toda leche por las dunas, parecía una montaña rusa, peraltajes, cambios de rasante, mi única preocupación es que hubiera otro coche detrás de uno de aquellos cambios de rasantes. Pero el chico sabía lo que se hacía, así que disfruté del momento y me despreocupe.
Contemplamos la puesta de sol sobre el inmenso desierto sin fin, una maravilla, fue uno de esos momentos…

Día 23, nos levantamos tarde, hoy será un día tranquilo. Ya conocemos un local donde tomamos un largo desayuno (tienen hasta café) pero lo mejor son los zumos de mango.
Andando porque está relativamente cerca, vamos hasta la estación de la Cruz del Sur, con la idea de comprar el billete hasta lima para por la tarde y en la misma estación enlazar con un nocturno hasta Huaraz , no queríamos hacer noche en Lima. No fue tan fácil, no funciona internet, después no quedaban billetes en el horario que deseábamos. No es buena idea dejar la compra de los billetes para última hora, tuvimos que coger un bus que salía mucho antes de lo deseado y esperar mucho rato en la Estación de Diego Prado en Lima antes de enlazar con el nocturno a Huaraz.