4ª ETAPA. Wiñay Wayna- Machupicchu.
Hoy el día comienza como siempre, uno de los porteadores nos despierta y nos sirve un te de coca, que nos tomamos en la tienda mientras nos vamos activando, sólo que esta vez es mucho más temprano las 3 de la mañana.
Ha llovido durante buena parte de la noche y nos preocupaba si lo haría durante nuestra esperada visita a Machu Picchu. Afortunadamente a parado de llover y sólo algunas nubes tapan y destapan las montañas, ademá el guía nos asegura que tendremos un día estupendo.
Dejamos la tienda recogida, nos vamos al desayuno, llenamos las cantimploras con agua hervida, hacemos la mochila y las colocamos en una lona puesta en el suelo al efecto, mientras los porteadores van plegando las tiendas, hasta ahí como todo los días. Sólo que hoy va a ser diferente, porque antes de empezar la caminata el guía llama a todos los integrantes del grupo, para que nos despidamos de los porteadores y del cocinero, su trabajo ha terminado y bajan hasta aguas calientes con todo el material. Les damos las gracias y una merecida propina, son gente de las aldeas alrededor de Cusco apenas hablan algunas palabras de Español, entre ellos se comunican en Quechua. El guía se queda con nosotros para guiarnos en Machu Picchu.
Y a continuación hicimos una cosa absurda, hacer tiempo durante más de una hora antes de comenzar a andar y todavía tuvimos que esperar un buen rato en el control porque era demasiado temprano, no entendíamos el madrugón.
El motivo es que los porteadores y su material, deben coger el tren hasta Ollantaytambo, sólo pueden utilizar el primer tren de la mañana. De Aguas Calientes a Ollantaytambo no hay carretera sólo se puede ir en tren, y hay mucho descontento con el funcionamiento de este servicio, que al fin al cabo es un monopolio en manos de una empresa extranjera. Cuando estábamos en Arequipa escuchamos de una huelga de trenes y ha habido otras anteriormente.
Empezamos a caminar, el camino perfectamente empedrado es excesivamente estrecho, con un terraplén a la izquierda y una caída de vértigo a nuestra derecha. Es muy difícil y peligroso adelantar, pero no nos queda más remedio. Llevamos un grupo numeroso delante, al doblar una curva vemos que el guía ha colocado a una señora muy lenta, nos jugamos un poco el tipo pero decidimos adelantar.





Terminada la visita se baja en un bus a Aguas Caliente y en tren hasta Ollantaytambo, nos recogen en una furgo y a las 7 de la tarde ya estamos en nuestro hotel. No puedo hablar del coste y la gestión del boleto de entrada a Machu Picchu, ni tampoco del autobús a Aguas Calientes y tren a Ollantaytambo. De todo eso se encargo la agencia.