Último dia y ya nos despertamos con ese sentimiento de dia de aeropuerto y de vuelta, pero hacemos las maletas y dejamos la habitación, dejando el equipaje en recepción para que nos lo guarden unas horas. Vamos al centro que queremos comprar 4 souvenirs tontos, y desayunamos en en bar muy chulo que hay en las calles que separan Plaza Unirii y el casco histórico, en un sitio que se llama The Urbanist. El café caro y la camarera un poco borde, pero nos sentamos en la terracita a disfrutarlo. Al lado hay un Megapan, y no dudamos en comprarnos un par de pastas ahí para abaratar el desayuno, que nos sale por 44 lei (8.8€).

Después ocupamos un rato más paseando, entrando en algunas tiendas curiosas que vemos o algunas librerías y después decidimos volver a Caru Cu Bere a comer algo. Es temprano aún y no tenemos mucha hambre, pero sino luego hasta que volvamos por la noche a casa nos entrará hambre, así que compartimos una sopa de legumbres en pan, típica también y que no hemos tenido ocasión de pedir antes, y un par de cervezas ya que son también las famosas del lugar y el dia anterior tomamos limonada.


El pan nos parece pequeño pero no conseguimos acabárnoslo entre las dos. Está bueno, aunque tampoco de los mejores. Pagamos la cuenta, con el 10% incluido, que asciende a 92.95 lei (18.7€). Decidimos volver ya a por las maletas e ir hacia el aeropuerto, porque hemos leído que a esas horas el trayecto se alarga mucho por el tráfico. Cogemos las maletas y volvemos de nuevo a plaza Unirii, donde cogemos el bus hacia el aeropuerto. Al entrar al bus no me funciona la tarjeta para pagar dentro, quizá porque el bus está parado ya que sale desde ahí. Fuera hay una ventanilla y le pido dos billetes, pero la chica me dice que lo pege dentro del bus. Le digo que no funciona y me solo me dice “inside, inside”, también un poco borde. Así que vuelvo a entrar y pruebo con otra tarjeta, pero nada. Me espero a que el bus se ponga en marcha, voy otra vez y nada… Así que paso un poco del tema, porque tampoco hubo revisores la última vez que lo cogimos y sino ya le explico qué pasa y le pago en efectivo el trayecto o algo.
Es cierto que el bus va super lento, tardamos casi 1 hora! Así que hemos hecho bien en ir con margen. Cuando quedan unas dos paradas para llegar, se acercan un chico y una chica que van vestidos normal, y en plan policía secreta empiezan a pedir los billetes (los comprobantes de pago con el móvil). Mierda. Se me ocurre que tengo el comprobante del billete del hace dos días, y que con un poco de suerte va a colar… y me funciona, pero solo tengo un pago porque cuando fui a pagar la segunda persona también me falló y al ser de noche y no haber nadie nos hicimos las locas. Me piden el segundo y le explico lo que nos ha pasado, de que me fallaba la tarjeta y la chica de ventanilla no me ha hecho caso, y la chica me dice que no se puede pagar en efectivo y que nos van a poner una multa. Le digo otra vez que no ha sido cosa nuestra y que le enseño cómo me rechaza la tarjeta. Ella lleva como para pagar el billete con tarjeta en el móvil y me deja intentarlo y ve como la rechaza. Lo probamos con otra tarjeta y lo mismo. Así que nos dice que son 80 lei de multa (16 euros) o que llaman a la policía y nos cogen los datos y nos llegará a casa el doble de multa. La chica es super borde y todo el bus nos está mirando, y la rabia que nos da pagar una multa de 16 euros cuando el billete vale 60 céntimos! Al final no tenemos opción y le pagamos, que eso si nos lo coge la tarjeta… inexplicable. Nos dan el resguardo y justo llegamos al aeropuerto. Así que por 3 lei intentad pagar siempre el bus, porque no vale la pena arriesgarse… en nuestro caso fue por problemas técnicos, no por no querer pagar, pero qué le vamos a hacer… una manera muy amarga de acabar el magnífico viaje que hemos tenido… sin saber que aún podía empeorar la cosa, pues entramos al aeropuerto y…. vuelo retrasado por maniobras de la OTAN. El nuestro y unos cuantos más, que convierten el lugar en un hervidero de gente acumulada esperando sus salidas. Son casi 3 horas de espera, en las que nos acabamos de gastar los pocos lei que nos quedaban en un par de pastas que venden en carritos ambulantes en el aeropuerto, más caras que en el centro pero no tanto como los bares del aeropuerto, y nos buscamos una columna donde asentar el campamento. Casi 3 horas después (lo justo para no poder reclamar compensación por el retraso…) embarcamos. Con “suerte”, como van rápido, a penas nos miran las mochilas que van a reventar y que no hubieran cabido bien en las restricciones de equipaje de mano.
Desde la ventanilla del avión, nos despedimos de este precioso país que nos ha regalado tantos magníficos momentos: montañas verdes frondosas, paisajes congelados con nieve que parecen los fiordos, carreteras sin fin, avistamiento de osos, excursiones por naturaleza impresionante, ciudades empedradas con mil colores y encanto por doquier, un mar donde el cielo y el mar de funden en uno, gente amable y humilde con una sonrisa en la cara y muy buena intención de romper el prejuicio de el rumano-gitano... Desde luego, es un país que nos ha enamorado más que por sus paisajes (que también), por su gente y su cercanía.
Recomiendo encarecidamente rebajarle tiempo a Bucarest porque ha sido lo que menos nos ha aportado para todo el tiempo que hemos estado, con gente más arisca en general, pero es pensar en sus zonas rurales y que una sonrisa aparezca en mi cara. ¡No dudéis en visitarlo, os sorprenderá!
Total dia = 43.76€ (22.47€ p/p)
Total dia con alojamiento = 73,88€ (36.94€)
Actualización del coche: Hace DOS DÍAS (dos meses después del viaje) recibí al fin el reembolso de la fianza del coche por parte de AXA. Ha sido misión prácticamente imposible, y gracias a tener el whatts app de wheego Bucarest he podido presionar. Axa ha tardado también un mes en contactarme para pedirme documentación, me dijeron que la factura del mecánico que me mandó wheego no estaba firmada por ellos y parecía falseada, les tuve que pedir otro docuemnto y he de decir que con lo mal que se portaron al inicio de la reclamación, han acabado colaborando mucho en mandarme todo lo que necesitaba (al menos) y al final he podido conseguir la devolución. No pensaba que viera los 570 euros de vuelta, y ahora que está solucionado está claro que he pagado una miseria por un alquiler de 11 días de coche, pero no sé hasta qué punto me ha valido la pena el sufrimiento y la lucha en inglés que he tenido que librar. No sé si con otros que no fueran Wheego me hubiera costado tanto, pero para la próxima me pensaré dos veces pagar más para no pensar en esto.
Gracias por leer mi diario, espero que haya sido una lectura dinámica por sus anécdotas y informativa por los datos actualizados de 2023!!
