Amanece un nuevo día y hoy toca madrugar porque a las 08:00 tenemos la hora de recogida del coche de alquiler.
Desayunamos, dejamos el hotel y llegamos a la oficina de Avis radicada junto a la salida sur de la estación de ferrocarril de Nantes. La empleada coge nuestra documentación y nos dice que tienen disponible el coche pero que éste es automático, no de marchas. La cara que pusimos debió ser tan explícita que la mujer se puso mirar sin solución de continuidad si había disponible un vehículo normal. Reforzamos el hecho indicando que automático, rien de rien y, menos mal, nos anuncia que tenemos otro a disposición con cambio de marchas. Se lo agradecemos en el alma, firmamos todos los papeles del mundo, nos hicieron entrega del mando del coche y nos indicaron, en un garaje cercano, la ubicación de aquél.
Allí llegamos, ciertamente, y nos encontramos con un edificio de diez plantas y que es el garaje de, entre otros, todas las empresas de alquiler radicadas en la estación de tren. Tras varias vueltas localizamos nuestro medio de transporte: un Citroën C3 nuevecito. Metemos maletas y nos disponemos a iniciar el trayecto. La cosa empieza bien…. o no….
[align=center]NUESTRO COCHE DE ALQUILER PARA DESPLAZARNOS A PUY DU FOU
Desayunamos, dejamos el hotel y llegamos a la oficina de Avis radicada junto a la salida sur de la estación de ferrocarril de Nantes. La empleada coge nuestra documentación y nos dice que tienen disponible el coche pero que éste es automático, no de marchas. La cara que pusimos debió ser tan explícita que la mujer se puso mirar sin solución de continuidad si había disponible un vehículo normal. Reforzamos el hecho indicando que automático, rien de rien y, menos mal, nos anuncia que tenemos otro a disposición con cambio de marchas. Se lo agradecemos en el alma, firmamos todos los papeles del mundo, nos hicieron entrega del mando del coche y nos indicaron, en un garaje cercano, la ubicación de aquél.
Allí llegamos, ciertamente, y nos encontramos con un edificio de diez plantas y que es el garaje de, entre otros, todas las empresas de alquiler radicadas en la estación de tren. Tras varias vueltas localizamos nuestro medio de transporte: un Citroën C3 nuevecito. Metemos maletas y nos disponemos a iniciar el trayecto. La cosa empieza bien…. o no….
[align=center]NUESTRO COCHE DE ALQUILER PARA DESPLAZARNOS A PUY DU FOU
A continuación sucede una escena un tanto bochornosa pero que merece ser contada porque me temo que no seremos los primeros ni los últimos a los cuales les habrá pasado lo mismo: el caso es que mi mujer, la conductora, ve que el mando realmente es un mando para abrir el coche y nada más (no tiene llave física que introducir para encender el vehículo a la que estamos acostumbrados). Hay un botón de encendido pero le da el botón y el coche no arranca…. Suponemos que debería ser muy simple pero es la primera vez que nos encontramos en esta tesitura y nos bloqueamos… Me bajo del coche para ver si vemos a alguien que nos pueda ayudar pero en el garaje no se ve un alma. Mi mujer me sugiere que lo mismo sería buena idea volver a la oficina y preguntar cómo se arranca el coche pero ello choca con el más primitivo sentimiento de que no voy a pasar por la vergüenza de preguntar esto sin haber explorado todas las posibilidades y me niego en redondo.
Me siento de nuevo y acierto a ver que en el navegador del coche sale un mensaje pero no entiendo lo que dice por lo que tiro de google translator y me parece comprender que hay que meter algún tipo de marcha en el proceso de arranque. Efectivamente, ése era el truco: hay que tener metida primera, luego le dabas al botón y el coche inmediatamente se ponía en marcha. Gritos de júbilo ante tamaña empresa y después de diez minutos de agobio nos dispusimos a iniciar la marcha. La salida tiene también su guasa porque estamos en la última planta y la salida del garaje era del tipo “caracol” por lo que estuvimos girando y girando, planta tras planta, sortie tras sortie, hasta que al final salimos a la calle.
Nuestro vehículo, durante el siguiente par de días, nos proveyó de más gratas sorpresas: se puso a funcionar la calefacción y no había manera de quitarla por lo que íbamos con las ventanillas bajadas todo el rato, pitaba continuamente porque tenía un sensor que se activaba cuando te acercabas mucho a las rayas laterales del carril y se ve que teníamos tendencia a ello o que en los STOP el coche se paraba y metiendo primera se volvía a poner en marcha…. Primerizos….
Ya en la calle pusimos tres navegadores a la vez para llegar a Puy du Fou, el del propio coche y los de los respectivos móviles, y pusimos rumbo al parque. Afortunadamente, tras salir del casco urbano de Nantes, mucho trayecto era en autovía y el resto en carretera bastante buena. Ello unido a que todo está muy bien señalizado hizo posible que llegáramos al parking hacia las 09:30, justo cuando el parque abría. El tema del aparcamiento está muy bien organizado porque en el momento que llegas a la entrada hay empleados que te van dirigiendo a las diferentes explanadas para que el estacionamiento sea fluido.
Una vez aparcados, habiendo hecho la foto de rigor al coche y su matrícula para encontrarlo a la vuelta entre todos los demás, cogimos las mochilas con el kit de fotografiar, la comida y la bebida para el día y nos encaminamos a la entrada. Todo está muy bien señalizado y no tiene pérdida.
En la entrada hay un control de mochilas y ello hace que se ralentice algo el acceso pero hay muchas “garitas” y bastante rápido, la verdad, pasamos el trámite sin incidentes y ya llegamos a los torniquetes de entrada. Como en la aplicación que hemos descargado previamente van reflejados los billetes con su código de barras correspondiente pasamos también dichos tornos y nos zambullimos, por fin, en la magia de Puy du Fou. Justo después hay un soporte con folletos, en varios idiomas incluido el español, con información del parque y los horarios del día. Como lo que puedes descargar en la web son .pdf en francés e inglés, no está de más cogerse el folleto en español y en papel.
Fruto de la organización del día anterior, tenemos claro los primeros pasos a seguir: como el primer espectáculo que se representa es el de cetrería (Le Bal des Oiseaux Fantômes) y hacía allí se encamina buena parte de la marabunta, nosotros escogemos empezar por un espectáculo inmersivo (Le premier Royaume) y desde allí acercarnos al espectáculo de les Vikings, cuya representación se cuasi solapa con la de cetrería de manera que cuando acabe ésta y el público se quiera desplazar a les Vikings nosotros ya habremos accedido al recinto del espectáculo y habremos conseguido una buen asiento.
A continuación iré haciendo referencia a los espectáculos y lugares que fuimos viendo según la “chuleta” que nos llevamos para el viaje. No seré muy exhaustivo para no hurtar la magia a los futuros visitantes y tampoco seguiré el orden que nosotros hicimos al cien por cien porque, pasado un año desde que estuvimos, ya me cuesta recordar el orden en el cual fuimos yendo de espectáculo a espectáculo.
Primer espectáculo: Le premier Royaume.
Sinopsis de la trama: En el siglo V, en plena caída del Imperio Romano, devastado previamente por las hordas de Atila, el rey de los Hunos, acompañamos a Clodoveo, el mítico Rey de los Francos. En el recorrido descubrimos a lo largo de sus conquistas las dudas de este gran estratega, dividido entre las tradiciones ancestrales de su pueblo y el nuevo camino que podría elegir para fundar el Primer Reino y vivimos su epopeya desde el interior, entre las escenas de guerra, los increíbles encuentros con figuras de la mitología nórdica y el extraordinario viaje a las entrañas de la tierra, en el corazón del hirviente Valhalla.
Se trata de un show inmersivo a cubierto en el sentido de que vas pasando por habitaciones y se representan escenas cortitas que van creando una trama. En este espectáculo no hay traducción por lo que te vas a enterar más o menos según tu nivel de francés. Con la sinopsis te haces una idea de lo que ves pero tampoco te permite seguir el curso de los acontecimientos por lo que al final se trata de visualizar escenas más o menos potentes y espectaculares. Personalmente, puestos a descartar cosas en una agenda apretada, yo prescindiría de éste. A la hora de calcular tiempo de recorrido, dependiendo también de cuánto te pares en cada escena, diría que unos 20 minutos.
Tras este espectáculo toca acercarse a Les Vikings y antes de llegar a su acceso está una de las reconstrucciones de pueblos: Le fort de l’an 1000. Se trata de la réplica de una aldea con chozas de tejado de paja inspirada en la época del primer milenio. La verdad es que está muy conseguida con detalles muy precisos y muy coquetos. Como decía antes no doy más detalles para salvaguardar la sorpresa. Aquí te puedes tirar el tiempo que quieras recorriendo las calles, las chozas, los corrales…..
A continuación está el acceso al show de Les Vikings. Mientras esperamos a que abran el acceso vemos a lo lejos parte del espectáculo aéreo de cetrería que se está desarrollando en otro lugar del parque. Lo que aconteció será contado en la siguiente etapa.[/align]