Sexto espectáculo: Mousquetaire de Richelieu.
Sinopsis de la trama: A petición del Cardenal Richelieu, el célebre literato Pierre Corneille presenta la obra de teatro “El Cid” en el castillo de Puy du Fou. La obra acaba de comenzar cuando es interrumpida por la intrusión de un nutrido grupo de malvados espadachines que quiere capturar a la actriz principal: la Sérafina. Afortunadamente, el héroe Bouton d’Or está escondido en la sala e interviene para intentar salvar a su amada, siendo ayudado por Cyrano de Bergerac y D´Artagnan y los tres mosqueteros, Athos, Porthos y Aramis, que asisten también a la función.
Otro espectáculo para no perderse e incluso para repetir. Dura unos 30 minutos y la acción no da tregua. Por buscar un sitio idóneo para ubicaros intentad sentaros en la planta inferior y centrados (si al final os toca en la parte de arriba no perdáis de vista los candelabros opacos que adornan el techo del escenario porque van a jugar un papel importante en el desarrollo del show). El consejo general aplicable a éste y al resto de los espectáculos sería el sentarse, si es posible, hacia el centro y a media altura intentando hacerlo junto a los asientos destinados al Pass Emotion, que se supone que son los mejores.
Este show está traducido, aunque sea algo macarrónico, por lo que se puede seguir la historia. Yo aconsejaría dejar los auriculares cuando empiece el espectáculo ecuestre tras encargarle el Rey al protagonista su organización porque ya no vuelven a hablar y la música de ese tramo merece ser oída de pleno sin el "tapón" de los auriculares. Hablando de ello, la banda sonora de este espectáculo y yo diría que también del resto de shows te pone los pelos como escarpias de las emociones que transmite. Curiosamente suena la canción “Norwegian pirate” de la formación Two steps from hell que la semana siguiente también oiríamos en el Loro Parque de Tenerife en el espectáculo de las orcas.
[align=center]HALL DE ENTRADA AL ESPECTÁCULO "MOSQUETERO DE RICHELIEU"
Sinopsis de la trama: A petición del Cardenal Richelieu, el célebre literato Pierre Corneille presenta la obra de teatro “El Cid” en el castillo de Puy du Fou. La obra acaba de comenzar cuando es interrumpida por la intrusión de un nutrido grupo de malvados espadachines que quiere capturar a la actriz principal: la Sérafina. Afortunadamente, el héroe Bouton d’Or está escondido en la sala e interviene para intentar salvar a su amada, siendo ayudado por Cyrano de Bergerac y D´Artagnan y los tres mosqueteros, Athos, Porthos y Aramis, que asisten también a la función.
Otro espectáculo para no perderse e incluso para repetir. Dura unos 30 minutos y la acción no da tregua. Por buscar un sitio idóneo para ubicaros intentad sentaros en la planta inferior y centrados (si al final os toca en la parte de arriba no perdáis de vista los candelabros opacos que adornan el techo del escenario porque van a jugar un papel importante en el desarrollo del show). El consejo general aplicable a éste y al resto de los espectáculos sería el sentarse, si es posible, hacia el centro y a media altura intentando hacerlo junto a los asientos destinados al Pass Emotion, que se supone que son los mejores.
Este show está traducido, aunque sea algo macarrónico, por lo que se puede seguir la historia. Yo aconsejaría dejar los auriculares cuando empiece el espectáculo ecuestre tras encargarle el Rey al protagonista su organización porque ya no vuelven a hablar y la música de ese tramo merece ser oída de pleno sin el "tapón" de los auriculares. Hablando de ello, la banda sonora de este espectáculo y yo diría que también del resto de shows te pone los pelos como escarpias de las emociones que transmite. Curiosamente suena la canción “Norwegian pirate” de la formación Two steps from hell que la semana siguiente también oiríamos en el Loro Parque de Tenerife en el espectáculo de las orcas.
[align=center]HALL DE ENTRADA AL ESPECTÁCULO "MOSQUETERO DE RICHELIEU"
Disgresión: Es curioso comprobar cómo funciona el acervo popular y como tenemos considerados en el imaginario colectivo a ciertos personajes. En este espectáculo aparece brevemente en escena la figura del Cardenal Richelieu. Los recuerdos que tenemos de este personaje histórico vienen en gran medida (novela de Alejandro Dumas, aparte) de aquella mítica serie de dibujos animados “D´Artacan y los tres mosqueperros” en la cual el cardenal era uno de los villanos y, por ende, la percepción es la de un personaje negativo. Sin embargo, cuando Richelieu aparece en el espectáculo, como comentaba, el público francés se deshacía en aplausos….. (percepción positiva del personaje histórico, entiendo). Salvando las distancias supongo que es un caso que se podría asimilar a nuestro Duque de Alba de la época de los tercios en la medida en que para nosotros era un héroe pero para un flamenco representaba al diablo en persona. Fin de la disgresión.
Salimos y ya son las 17:30 de la tarde. Pese a que el parque cierra a las 19:00 ya apenas hay cosas programadas a partir de la hora en la que estamos y que no hayamos ya visto. Si a ello unimos que ya estamos algo cansados y que todavía hay que ir a comprar la comida y cena de mañana y hay que hacer el checkin en el hotel, ello supone que nos planteemos el irnos retirando y ver otro de los pueblos recreados, Le Bourg 1900, que se encuentra a la entrada del parque y por el que hay que pasar para llegar al aparcamiento.
Le Bourg 1900 es una ciudad/pueblo de inicios del siglo XX y está configurado por una plaza central con un carrousel de época en el centro y rodeado de tiendas y edificios con decoración estilo “Belle Epoque”. Todo está mimado hasta el último detalle e invita al consumismo más feroz. Allí mismo está la tienda de recuerdos del parque y ocupa un espacio enorme donde puedes encontrar de todo con el logo de Puy du Fou.
Como Le Bourg 1900 está al lado de Le Mousquetaire de Richelieu, alcanzamos a ver los últimos instantes del espectáculo de pequeño formato Les Automates Musiciens. Se trata de figuras animatrónicas vestidas de época que aparecen en las ventanas de los edificios y que empiezan a tocar melodías tradicionales correspondientes a aquellos años. Si te pilla al lado, bien, pero ir ex profeso a verlo no creo que merezca la pena.
Recorremos el pueblo, curioseamos alguna tienda y nos marchamos hasta el día de mañana. Como a las afueras de Les Herbiers, donde tenemos el hotel, hay un parque empresarial con hipermercados allá que nos dirigimos, compramos viandas para la comida y la cena del día siguiente y luego ya nos vamos para el hotel Le Centre.
Semanas antes les había escrito para que me dijeran dónde aparcar sin coste (hay una especie de zona azul en el centro del pueblo) cerca de sus instalaciones y me contestaron que nos lo dirían cuando llegáramos al hotel. Como la idea era aparcar primero y luego ir con las maletas al hotel insistí para que me dieran ya esa información pero no me respondieron. Por ello, no tuve más remedio que buscar por el Street View de Google y di con una zona residencial con plazas para aparcar a dos minutos andando del propio hotel. Aparcando pudimos probar la cámara trasera del coche y fue toda una experiencia….. Estos pequeños placeres de la tecnología….
Llegamos al hotel y nos atendió un señor muy dicharachero, dentro de lo dicharachero que puede ser un francés, y nos dio la llave de la habitación informándonos que a partir de las 20:30 ya no hay servicio de recepción y que la entrada y salida se hacía a través de una entrada aparte con un código de apertura. La habitación era grande y la cama también amplia y mullida con lo cual íbamos a poder descansar a lo grande.
Llegada la hora de la cena teníamos varias opciones tras la investigación previa:
Le Chat Huant - crepería
21 Rue de la Voûte
La Dune Dorée – cocina árabe
6 Grande Rue
Thip Thai Food – cocina tailandesa
16 Rue de la Bienfaisance
Les Jardins du Lavoir – de todo un poco
10 Rue nationale
En primer lugar nuestra opción era la crepería pero llegamos allí, el comedor estaba medio vacío y una señora con muy malas formas nos preguntó si teníamos reserva. Le dijimos que no y nos respondió que no tenía sitio y se dio la vuelta, dejándonos con un palmo en las narices . Bueno, pues fuimos a la opción dos que era el restaurante árabe La dune dorée y, ¡qué diferencia!... Nos atendieron amablemente, nos buscaron sitio y nos explicaron el contenido de la carta con una sonrisa permanente. Pedimos unos tajines y estaban deliciosos aparte de que llevaban tal cantidad de comida que nos hizo desistir de pedir postre. Fue una muy buena elección.
Tras la cena, pequeño paseíto por Les Herbiers durante el cual decidimos el repetir dos espectáculos al día siguiente, el de Richelieu y el de los romanos, aparte de lo que nos quedaba por ver, y a la cama que mañana vendría el día completito.
Conclusiones que nos deja el día:
. En Francia, las velocidades máximas autorizadas son de:
50 km/h en vías urbanas.
80 km/h en vías interurbanas de doble sentido sin separación central
110 km/h en vías interurbanas con dos calzadas separadas por una mediana (100 km/h en caso de lluvia)
. Desde Le bourg 1900 hay un tren, la Colporteuse, que hace un recorrido por el exterior del parque hasta llegar a la zona de la Cité Mediéval y que está reservado para personas mayores o con movilidad reducida con el fin de facilitar el desplazamiento entre los puntos más alejados del parque.
. Hay baños por todo el parque pero puestos a utilizarlos intentad utilizar los que no están pegados a los espectáculos porque van a estar más limpios que los otros que son a los que va todo el mundo a la entrada o salida de los mismos.
. Y, por último, traeros calzado cómodo porque vais a andar a conciencia….[/align]